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    La Atalaya 2007 | 1 de octubre
    • La búsqueda del verdadero propósito de la vida

      “Toda cosa que respira... alabe a Jah.” (SALMO 150:6.)

      1. ¿Cómo trató cierto hombre de hallarle un propósito a su vida?

      “ESTUDIÉ medicina porque quería dedicar mi vida a ayudar al prójimo —comenta Seung Jin, que se crió en Corea—.a También pensaba que el prestigio y los ingresos que me reportaría esa profesión me harían feliz. Pero cuando me di cuenta de que, en realidad, era poco lo que podía hacer por mis pacientes, perdí la ilusión. Así que me dediqué al arte, pero me sentía egoísta, porque mis creaciones artísticas no contribuían mucho al bienestar de los demás. Entonces decidí hacerme maestro, pero enseguida descubrí que lo único que podía transmitir a mis alumnos era una serie de datos; no podía impartirles una educación que los ayudara a ser verdaderamente felices.” Al igual que les sucede a muchas personas, Seung Jin trataba de hallarle un propósito, un sentido, a su vida.

      2. a) ¿Qué significa tener un propósito en la vida? b) ¿Cómo sabemos que el Creador tenía un propósito al poner al hombre en la Tierra?

      2 Tener un verdadero propósito en la vida significa tener una razón para vivir, unas metas claras y algo por lo que luchar. ¿Es eso posible? Claro que sí. El hecho de que estemos dotados de inteligencia, conciencia y raciocinio muestra que el Creador tenía un propósito definido para nosotros: nos puso en la Tierra para algo. Por eso, solo quienes viven conforme al propósito del Creador pueden encontrarle verdadero propósito a la vida.

      3. ¿Qué abarca el propósito de Dios para el hombre?

      3 La Biblia nos revela que el propósito que Dios tiene para el hombre abarca muchas cosas. Por ejemplo, sabemos que Dios nos ama desinteresadamente, como lo prueba el maravilloso diseño del cuerpo humano (Salmo 40:5; 139:14). Por tanto, si queremos vivir de acuerdo con el propósito divino, tenemos que imitar a Dios y amar desinteresadamente a los demás (1 Juan 4:7-11). Otra cosa que también tenemos que hacer es obedecer sus mandamientos (Eclesiastés 12:13; 1 Juan 5:3).

      4. a) ¿Qué dará verdadero propósito a nuestra vida? b) ¿Cuál es el propósito más importante que puede haber en la vida?

      4 Dios también se propuso que los seres humanos vivieran felices y en paz entre sí y con el resto de la creación (Génesis 1:26; 2:15). Pero ¿qué necesitamos para sentirnos felices, seguros y en paz? Igual que un niño necesita la presencia de sus padres para sentirse contento y protegido, nosotros necesitamos tener una buena relación con nuestro Padre celestial. Dicha relación dará verdadero sentido y propósito a nuestra vida (Hebreos 12:9). Dios hace posible esa relación permitiendo que nos acerquemos a él y escuchando nuestras oraciones (Santiago 4:8; 1 Juan 5:14, 15). Si nosotros, por nuestra parte, ‘andamos con Dios’ fielmente y llegamos a ser sus amigos, podremos darle alabanza y alegrar su corazón (Génesis 6:9; Proverbios 23:15, 16; Santiago 2:23). No puede haber otro propósito más importante en la vida. El salmista lo expresó con estas palabras: “Toda cosa que respira... alabe a Jah” (Salmo 150:6).

      ¿Qué propósito tiene usted en la vida?

      5. ¿Por qué no es sensato poner los intereses materiales en primer lugar?

      5 Veamos ahora qué más abarca el propósito de Dios para el ser humano. Él quiere que cuidemos bien de nosotros mismos y de nuestras familias, tanto en sentido físico como espiritual. Ahora bien, necesitamos equilibrio para que los intereses materiales no eclipsen los intereses espirituales, que son los más importantes (Mateo 4:4; 6:33). Lamentablemente, muchas personas centran su vida casi por completo en adquirir cosas materiales. Pero no es sensato pensar que las cosas materiales pueden satisfacer todas nuestras necesidades. Una encuesta reciente efectuada entre millonarios asiáticos revela que muchos de ellos “viven preocupados y no se sienten seguros a pesar de la posición social y el sentido del logro que les ha proporcionado su riqueza” (Eclesiastés 5:11).

      6. ¿Qué consejo dio Jesús sobre la búsqueda de riquezas?

      6 Jesús habló del “poder engañoso de las riquezas” (Marcos 4:19). ¿En qué sentido son engañosas? Porque parece que dan felicidad, pero no es así. “El que ama el dinero nunca se satisface con lo que tiene”, reconoció el sabio rey Salomón (Eclesiastés 5:10, La Palabra de Dios para Todos). Ahora bien, ¿es posible ir tras metas materialistas y al mismo tiempo servir a Dios de todo corazón? No, no es posible. Jesús explicó: “Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas”. De ahí que exhortara a sus seguidores a que en vez de acumular bienes materiales en la Tierra, acumularan “tesoros en el cielo”. En otras palabras, debían hacerse un buen nombre ante Dios. Jesús les dio esta garantía: “Su Padre sabe qué cosas necesitan ustedes hasta antes que se las pidan” (Mateo 6:8, 19-25).

      7. ¿Cómo podemos aferrarnos a “la vida de verdad”?

      7 El apóstol Pablo incluyó una enérgica recomendación sobre este asunto en una de las cartas que dirigió a su colaborador Timoteo: “A los que son ricos [...] da órdenes de que [...] cifren su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios, que nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas; [...] que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es”, o “la vida de verdad”, como dice el Nuevo Testamento de José María Valverde (1 Timoteo 6:17-19).

      ¿Qué es “la vida de verdad”?

      8. a) ¿Por qué lucha tanta gente por conseguir riquezas y una buena posición social? b) ¿De qué no se dan cuenta muchas personas?

      8 La expresión “la vida de verdad” pudiera transmitirles a muchos una imagen de placeres y lujos, como cuando se dice: “¡Esto sí que es vida!”. Una revista de noticias asiática señala: “Quienes ven películas o programas de televisión aprenden a desear lo que ven, a soñar con lo que podrían tener”. Muchas personas solo viven para conseguir riquezas y una buena posición social, aunque para ello tengan que sacrificar su juventud, su salud, su familia y sus valores espirituales. Pocos se paran a pensar que esa buena vida que fomentan los medios de comunicación no es más que un reflejo del “espíritu del mundo”, la forma de pensar que impulsa a la mayoría de la gente a actuar en contra del propósito de Dios (1 Corintios 2:12; Efesios 2:2). ¡Con razón hay tantas personas que no se sienten contentas! (Proverbios 18:11; 23:4, 5.)

      9. ¿Qué no lograrán hacer nunca los seres humanos, y por qué?

      9 ¿Y qué hay de las personas que luchan por el bien de los demás, tratando de erradicar el hambre, la enfermedad y la injusticia? Sus nobles y sacrificados esfuerzos suelen hacer mucho bien. Pero por más que lo intenten, nunca lograrán cambiar este sistema de cosas por uno que sea justo y bueno. ¿Por qué? Porque “el mundo entero yace en el poder del inicuo”, Satanás, y él no quiere que este mundo cambie (1 Juan 5:19).

      10. ¿Cuándo disfrutará de “la vida de verdad” la humanidad fiel?

      10 ¡Qué triste sería que nuestra única esperanza fuera la de vivir en este mundo de Satanás! El apóstol Pablo escribió: “Si solo en esta vida hemos esperado en Cristo, de todos los hombres somos los más dignos de lástima”. El lema “comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir” refleja la actitud de quienes piensan que esta vida es todo lo que hay (1 Corintios 15:19, 32). Pero sí que hay algo más: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según [la] promesa [de Dios], y en estos la justicia habrá de morar” (2 Pedro 3:13). Cuando llegue ese momento, los cristianos podrán disfrutar de “la vida de verdad”, “la vida eterna” en perfección, ya sea en los cielos o en la Tierra bajo el amoroso gobierno del Reino de Dios (1 Timoteo 6:12).

      11. ¿Por qué no hay mejor labor en la vida que la de promover los intereses del Reino de Dios?

      11 El Reino de Dios es el único gobierno capaz de resolver definitivamente todos los problemas. Por ello, no hay mejor labor en la vida que la de promover los intereses del Reino (Juan 4:34). Al hacerlo, cultivamos una hermosa relación con nuestro Padre celestial y tenemos el placer de trabajar lado a lado con millones de hermanos espirituales, los cuales tienen el mismo propósito en la vida que nosotros.

      Sacrificios que sí valen la pena

      12. ¿En qué se diferencia la vida en este sistema de “la vida de verdad”?

      12 “El mundo va pasando, y también su deseo”, dice la Biblia. En otras palabras, todo lo que el mundo de Satanás ofrece —incluidas la fama y las riquezas— desaparecerá. “Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”, añade la Biblia (1 Juan 2:15-17). A diferencia de las riquezas, la gloria y los placeres de este sistema, que son de carácter pasajero, “la vida de verdad” —la vida eterna bajo el Reino de Dios— es permanente y merece que nos sacrifiquemos por ella. Esos sacrificios sí valen la pena.

      13. ¿Qué sacrificios hizo cierto matrimonio?

      13 Veamos el caso de Henry y Suzanne. Este matrimonio tiene plena fe en la promesa de Dios de que él ayudará a todo el que pone el Reino en primer lugar en su vida (Mateo 6:33). Así que decidieron vivir en una casa modesta, pues de esta manera no tendrían que salir a trabajar los dos y podrían dedicar más tiempo a actividades espirituales con sus dos hijas (Hebreos 13:15, 16). Una amiga bienintencionada, que no podía entender por qué lo hacían, abordó a la esposa y le dijo: “Suzanne, querida, si algún día quieres vivir en una casa mejor, no vas a tener más remedio que sacrificar algo”. Pero Henry y Suzanne sabían que poner a Jehová en primer lugar “encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir” (1 Timoteo 4:8; Tito 2:12). Con el tiempo, sus hijas llegaron a ser celosas evangelizadoras de tiempo completo. Al mirar atrás, los miembros de esta familia consideran que sus sacrificios valieron la pena y que, en realidad, no se han perdido nada. Al contrario, todos ellos reconocen que salieron ganando al hacer que su propósito en la vida fuera alcanzar “la vida de verdad” (Filipenses 3:8; 1 Timoteo 6:6-8).

      ‘No usemos el mundo a plenitud’

      14. ¿Qué puede pasarnos si perdemos de vista el verdadero propósito de nuestra vida?

      14 Ahora bien, si perdemos de vista el verdadero propósito de nuestra existencia y dejamos de aferrarnos a “la vida de verdad”, corremos un serio peligro. Pudiéramos “ser arrebatados por las inquietudes y las riquezas y los placeres de esta vida” (Lucas 8:14). Si no dominamos nuestras “inquietudes en cuanto al sustento” y nuestros deseos de obtener bienes materiales, estos podrían llevarnos a estar demasiado absortos en las cosas de este mundo (Lucas 21:34, nota). Lamentablemente, debido a que se han dejado arrastrar por el afán de hacerse ricos, algunos “han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores”, llegando incluso a perder su valiosa relación con Jehová. ¡Qué precio tan alto han pagado por no ‘asirse firmemente de la vida eterna’! (1 Timoteo 6:9, 10, 12; Proverbios 28:20.)

      15. ¿Qué buenos resultados obtuvo cierta familia al ‘no usar el mundo a plenitud’?

      15 Pablo anima a “los que hacen uso del mundo” a “que no lo [usen] a plenitud” (1 Corintios 7:31). Keith y Bonnie siguieron ese consejo. Él explica: “Me hice testigo de Jehová cuando estaba terminando mis estudios de odontología. Tenía la posibilidad de obtener elevados ingresos si atendía a muchos pacientes, pero como eso reduciría mi tiempo para las actividades espirituales, opté por atender a una cantidad limitada de personas. Eso me permitió dedicar más tiempo al bienestar espiritual y emocional de mi esposa y de las cinco hijas que llegamos a tener. Aunque raras veces nos sobraba el dinero, aprendimos a ahorrar, y nunca nos faltó lo necesario. Éramos una familia unida, cariñosa y llena de alegría. Con el paso de los años, todos emprendimos el ministerio de tiempo completo. Nuestras hijas ya se han casado (tres de ellas incluso tienen hijos), y sus familias también son felices gracias a que siempre ponen el propósito de Jehová en primer lugar en su vida”.

      Siempre demos prioridad al propósito de Dios

      16, 17. ¿Qué ejemplos de personas con talento presenta la Biblia, pero qué fue lo más sobresaliente de su vida?

      16 En la Biblia encontramos ejemplos de quienes amoldaron su vida al propósito de Dios, y de quienes no lo hicieron. Tales ejemplos son útiles para personas de todas las edades, culturas y circunstancias (Romanos 15:4; 1 Corintios 10:6, 11). Nemrod edificó grandes ciudades, pero estaba en oposición a Jehová (Génesis 10:8-12). No obstante, hubo muchos otros que sí vivieron en conformidad con el propósito de Dios. Por ejemplo, Moisés no permitió que su posición como miembro de la nobleza egipcia fuera lo primordial en su vida. Al contrario, él consideraba las responsabilidades que Dios le había asignado “como riqueza más grande que los tesoros de Egipto” (Hebreos 11:26). El médico Lucas probablemente ayudó a Pablo y a otras personas a combatir sus problemas de salud, pero la labor más importante de su vida fue la de evangelizador y escritor bíblico. A Pablo no se le recuerda como experto en la Ley, sino como misionero, “apóstol a las naciones” (Romanos 11:13).

      17 David fue comandante militar, músico y compositor, pero lo más notable es que fue “un hombre agradable [al] corazón [de Jehová]” (1 Samuel 13:14). A Daniel no lo conocemos por su trabajo como funcionario del gobierno babilonio, sino por su servicio leal como profeta de Jehová. Ester, más que por ser reina de Persia, sobresale por su fe y valor. Pedro, Andrés, Santiago y Juan fueron hábiles pescadores, pero los recordamos más como apóstoles de Jesús. Y el mejor ejemplo de todos es el propio Jesús, quien para nosotros no es “el carpintero”, sino “el Cristo” (Marcos 6:3; Mateo 16:16). Todos estos siervos de Dios tenían bien claro que su vida no debía girar en torno a sus talentos, sus bienes o su posición social, sino en torno a su servicio a Dios. Sabían que el propósito más noble y más gratificante que existe es el de ser siervos de Dios.

      18. ¿Cómo decidió utilizar su vida cierto cristiano, y a qué conclusión llegó?

      18 Seung Jin, mencionado al principio, también llegó a reconocer que tenía que dar prioridad a su servicio a Dios. Él explica: “Decidí que, en lugar de usar todas mis energías en la medicina, el arte o el magisterio, debía usarlas tal como se espera de un siervo dedicado de Jehová. Ahora estoy sirviendo en un lugar donde hay mucha necesidad de maestros de la Biblia, y ayudo a las personas a tomar el camino que lleva a la vida eterna. Solía pensar que el servicio de tiempo completo no supondría ningún reto para mí. Sin embargo, mi vida ahora presenta más retos que nunca: a diario trato de mejorar mi personalidad y mis aptitudes para enseñar a personas de otras culturas. He llegado a la conclusión de que la única manera de que nuestra vida tenga sentido es haciendo que el propósito de Jehová sea también nuestro propósito”.

      19. ¿Cómo conseguimos que nuestra vida tenga verdadero propósito?

      19 Los cristianos tenemos la bendición de haber recibido el conocimiento salvador de la Palabra de Dios y tener la esperanza de la vida eterna (Juan 17:3). Pero nunca demos por sentada “la bondad inmerecida de Dios y deje[mos] de cumplir su propósito” (2 Corintios 6:1). Más bien, alabemos a Jehová todos los días de nuestra vida. Difundamos el conocimiento que nos reporta verdadera felicidad ahora y que nos permitirá alcanzar la vida eterna. Al hacerlo, comprobaremos lo ciertas que son estas palabras de Jesús: “Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). Y por fin habremos hallado el verdadero propósito de la vida.

      [Nota]

      a Se han cambiado algunos nombres.

  • Vivamos de acuerdo con el propósito de Dios
    La Atalaya 2007 | 1 de octubre
    • Vivamos de acuerdo con el propósito de Dios

      “[Cristo] murió por todos para que los que viven no vivan ya para sí.” (2 CORINTIOS 5:15.)

      1. ¿Qué experiencia tuvo un misionero en su asignación?

      “EL NUESTRO era el primer vehículo particular que entraba en aquella aislada aldea africana después de la guerra civil —recuerda un misionero llamado Aarón—.a Habíamos perdido la comunicación con la pequeña congregación del lugar, y queríamos averiguar lo que necesitaban nuestros hermanos. Además de comida, ropa y publicaciones bíblicas, llevábamos la videocinta Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre.b La pasamos en el ‘cine’ de la aldea —una amplia choza de paja en la que había un televisor y un reproductor de video—, y acudieron tantas personas a verla que tuvimos que presentarla dos veces. Después de cada proyección, muchos aceptaron un estudio bíblico. No cabía duda de que nuestros esfuerzos habían merecido la pena.”

      2. a) ¿Por qué deciden los cristianos dedicar su vida a servir a Dios? b) ¿Qué preguntas responderemos a continuación?

      2 ¿Por qué emprendieron Aarón y sus compañeros aquella difícil misión? Porque, agradecidos por el sacrificio redentor de Jesucristo, habían dedicado su vida a Dios y deseaban utilizarla de acuerdo con su propósito. Al igual que ellos, todos los cristianos dedicados nos hemos resuelto a ‘no vivir ya para nosotros’, sino a hacer “todas las cosas por causa de las buenas nuevas” (2 Corintios 5:15; 1 Corintios 9:23). Sabemos que cuando este sistema de cosas termine, ni el dinero ni el prestigio del mundo tendrán valor alguno. Por eso, en la medida en que la salud nos lo permita, deseamos vivir en armonía con el propósito de Dios (Eclesiastés 12:1). ¿Cómo podemos lograrlo? ¿De dónde sacaremos las fuerzas y el valor que necesitamos para servir a Dios? ¿Y qué rasgos del servicio tenemos a nuestro alcance?

      Hay que dar una serie de pasos

      3. Mencione algunos de los pasos que se requieren para hacer la voluntad de Dios.

      3 Los cristianos verdaderos consideramos que hacer la voluntad de Dios es un compromiso para toda la vida. Por lo general, algunos de los primeros pasos que hay que dar son leer la Biblia a diario, matricularse en la Escuela del Ministerio Teocrático, participar en la predicación y progresar hacia el bautismo. A medida que vamos progresando, siempre tenemos presentes estas palabras del apóstol Pablo: “Reflexiona sobre estas cosas; hállate intensamente ocupado en ellas, para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos” (1 Timoteo 4:15). Ese adelantamiento no es una forma de buscar la autopromoción, sino una señal de que hemos decidido hacer la voluntad de Dios abnegadamente. Con nuestro progreso demostramos que permitimos que Dios dirija nuestros pasos en todo aspecto de la vida. Y nadie puede negar que él lo hace infinitamente mejor que cualquiera de nosotros (Salmo 32:8).

      4. ¿Cómo podemos desechar los temores infundados?

      4 Ahora bien, titubear o preocuparse demasiado por uno mismo puede entorpecer el progreso del cristiano en el servicio a Dios (Eclesiastés 11:4). Por eso, para que sintamos verdadero gozo al servir a Dios y al prójimo, primero tenemos que vencer nuestros temores. Erik, por ejemplo, estaba pensando en la posibilidad de servir en una congregación de lengua extranjera. Pero no dejaba de preguntarse: “¿Podré adaptarme? ¿Me caerán bien los hermanos? ¿Les caeré yo bien a ellos?”. Él recuerda: “Al final me di cuenta de que tenía que pensar más en los hermanos y menos en mí mismo. Decidí que, en lugar de inquietarme tanto, debía concentrarme en ayudar a los demás en todo lo que pudiera. Oré a Dios para que me ayudara y seguí adelante con mis planes. Fue una excelente decisión. Ahora disfruto inmensamente de servir allí” (Romanos 4:20). Así es, cuanto más hagamos por servir desinteresadamente a Dios y al prójimo, más felices y contentos estaremos.

      5. ¿Por qué es necesario que planeemos bien las cosas si queremos vivir de acuerdo con el propósito de Dios? Dé un ejemplo.

      5 Para vivir de acuerdo con el propósito de Dios, también es necesario planear bien lo que vamos a hacer. Conviene evitar que se nos acumulen las deudas, pues de lo contrario este sistema nos atrapará de tal modo que nuestro servicio a Dios se verá muy limitado. La Biblia nos advierte: “El que toma prestado es siervo del hombre que hace el préstamo” (Proverbios 22:7). Algo que nos ayudará a mantener los asuntos en su debido lugar es confiar en Jehová y dar prioridad a las cosas espirituales. Veamos el caso de Guoming. Él vive con su madre y sus dos hermanas en una zona donde el costo de la vivienda es muy elevado y no resulta fácil encontrar un empleo estable. Aunque ha habido épocas en que no todos tenían trabajo, han logrado salir adelante compartiendo los gastos y utilizando sus recursos con mucho cuidado. “A veces entra en casa muy poco dinero —comenta Guoming—, pero aun así hemos podido seguir en el precursorado y al mismo tiempo atender bien a nuestra madre. Ella no nos pide lujos porque no quiere que sacrifiquemos las actividades espirituales, lo cual le agradecemos mucho.” (2 Corintios 12:14; Hebreos 13:5.)

      6. ¿Qué experiencia muestra lo que podemos hacer para amoldar nuestra vida al propósito de Dios?

      6 Si estamos muy absortos en las cosas de este mundo —sean negocios o actividades de otro tipo—, es posible que tengamos que hacer grandes cambios para dar prioridad al propósito de Dios. Esos cambios no suelen producirse de la noche a la mañana, por lo que el hecho de que fallemos en los primeros intentos no significa que hayamos fracasado. Koichi, por ejemplo, tenía un grave problema: dedicaba demasiado tiempo al entretenimiento. Aunque de adolescente había estudiado la Biblia, los videojuegos llegaron a dominar su vida durante muchos años. Pero un día se preguntó: “¿Qué he hecho con mi vida? Tengo más de 30 años y no he logrado hacer nada de provecho”. Koichi reanudó su estudio de la Biblia y aceptó la ayuda de los hermanos de la congregación. Le llevó tiempo cambiar, pero no se rindió. Gracias a la oración constante y al amoroso apoyo que recibió, finalmente pudo vencer su adicción (Lucas 11:9). Actualmente Koichi se siente feliz de ser siervo ministerial en su congregación.

      Aprendamos a ser equilibrados

      7. ¿Por qué tenemos que ser equilibrados para hacer la voluntad de Dios?

      7 Jehová merece que hagamos todo lo posible por servirle. Para cumplir con su propósito, no debemos escatimar esfuerzos ni ser perezosos (Hebreos 6:11, 12). Aun así, Jehová no quiere que nos agotemos, ya sea en sentido físico, mental o emocional. Cuando reconocemos modestamente que no somos capaces de efectuar la voluntad de Dios por nuestras propias fuerzas, demostramos que somos equilibrados y, sobre todo, damos gloria a Jehová (1 Pedro 4:11). Es cierto que Jehová promete darnos las fuerzas necesarias para hacer su voluntad, pero no debemos extralimitarnos tratando de hacer cosas que él no nos pide (2 Corintios 4:7). Para seguir sirviendo a Dios sin agotarnos, tenemos que administrar bien nuestras energías.

      8. ¿Qué le pasaba a una cristiana cuando trataba de dar lo mejor de sí a Jehová y también al mundo, y qué cambios tuvo que hacer?

      8 Por ejemplo, una precursora de Asia oriental llamada Ji Hye tuvo un empleo muy estresante durante dos años. “Trataba de dar lo mejor de mí a Jehová y también al mundo —cuenta—, pero solo estaba durmiendo cinco horas diarias. Llegó el momento en que me sentía agotada mentalmente. Me quedaban tan pocas fuerzas para las cosas espirituales que casi no disfrutaba de mi servicio a Jehová.” Para poder servir a Jehová ‘con todo su corazón, toda su alma, toda su mente y todas sus fuerzas’, Ji Hye se puso a buscar un empleo menos exigente (Marcos 12:30). “Mi familia me presionaba para que alcanzara una buena posición económica, pero yo quise poner a Dios y su propósito en primer lugar —añade—. Todavía gano suficiente dinero para vivir y comprarme ropa bonita. ¡Y qué bueno es poder dormir más! Ahora disfruto de mi ministerio y estoy más fuerte en sentido espiritual. Y la razón es que ya no estoy tan expuesta a las distracciones y los atractivos del mundo.” (Eclesiastés 4:6; Mateo 6:24, 28-30.)

      9. ¿Qué efecto puede tener en las personas del territorio nuestra predicación?

      9 No todos podemos servir a Dios como evangelizadores de tiempo completo. Si la salud, la edad u otros problemas limitan el servicio que usted le puede ofrecer a Dios, no se desanime. Jehová valora mucho su fidelidad y lo que pueda darle de todo corazón (Lucas 21:2, 3). Además, no debemos subestimar los efectos que puede tener en los demás nuestra participación en la predicación, por limitada que esta nos parezca. Imaginemos, por ejemplo, que hemos estado predicando un rato y no hemos encontrado a nadie que demuestre interés en nuestro mensaje. Pero es posible que horas o hasta días después las personas sigan hablando de nuestra visita, incluso las que no nos abrieron la puerta. Es cierto que no todos responderán al mensaje de las buenas nuevas, pero algunos sí lo harán (Mateo 13:19-23). Otras personas tal vez respondan más adelante, motivadas por algún cambio en su vida o en las condiciones mundiales. Sea como fuere, siempre que damos el máximo en la predicación, estamos haciendo la voluntad de Dios. Lo que es más, “somos colaboradores de Dios” (1 Corintios 3:9).

      10. ¿Qué podemos hacer todos los miembros de la congregación?

      10 Además, todos podemos ayudar a nuestra familia y a los hermanos de la congregación (Gálatas 6:10). De hecho, nuestro ejemplo puede dejar huella en ellos para toda la vida (Eclesiastés 11:1, 6). En el caso de los ancianos y los siervos ministeriales, su trabajo diligente da estabilidad a la congregación y la fortalece, y como resultado, la actividad cristiana aumenta. La Biblia nos garantiza que cuando tenemos “mucho que hacer en la obra del Señor”, nuestra labor “no es en vano” (1 Corintios 15:58).

      Hagamos que el propósito de Dios sea nuestro propósito en la vida

      11. Aparte de servir en la congregación local, ¿qué otras oportunidades podemos tener?

      11 Los cristianos verdaderos valoramos la vida y deseamos vivirla de una forma que glorifique a Dios (1 Corintios 10:31). Si nos concentramos en predicar las buenas nuevas del Reino y enseñar a las personas a obedecer todas las cosas que Jesús mandó, se abrirán ante nosotros nuevas oportunidades para ampliar nuestro servicio (Mateo 24:14; 28:19, 20). Aparte de colaborar con la congregación local, existe la posibilidad de servir donde haya mayor necesidad de ayuda: en otro territorio, en un campo de lengua extranjera o incluso en otro país. Los ancianos y siervos ministeriales que estén solteros pueden asistir a la Escuela de Entrenamiento Ministerial y servir en congregaciones donde hacen falta cristianos maduros, sea en su propio país o en el extranjero. Los matrimonios que están en el ministerio de tiempo completo pueden asistir a la Escuela de Galaad y servir de misioneros. Y siempre se necesitan voluntarios para efectuar diversos trabajos, ya sea en Betel o en la construcción y el mantenimiento de sucursales y lugares de reunión.

      12, 13. a) ¿Qué puede ayudarle a elegir un rasgo del servicio? b) Relate un caso que ilustre cómo la experiencia obtenida en una asignación puede resultar útil en otras.

      12 ¿Qué rasgo del servicio escogerá usted? Como siervo dedicado de Jehová, busque siempre su guía y la de su organización. El “buen espíritu” de Dios le ayudará a tomar la decisión correcta (Nehemías 9:20). Una asignación suele llevar a otra, y por lo general, la experiencia y las habilidades que uno adquiere en un lugar pueden ser útiles después en otras asignaciones.

      13 Veamos el caso de Dennis y Jenny, un matrimonio que colabora en la construcción de Salones del Reino. Tras el paso del huracán Katrina por el sur de Estados Unidos, se ofrecieron para participar en las operaciones de socorro. Dennis dice: “Gracias a lo que aprendimos en la construcción de salones, hemos podido ayudar a nuestros hermanos, y eso nos ha dado una gran satisfacción. La gratitud de los hermanos nos conmovió mucho. En lo que tenía que ver con la reconstrucción, el éxito de casi todos los demás grupos de socorro fue limitado. Pero los testigos de Jehová ya hemos reparado o reconstruido más de cinco mil trescientas viviendas y muchos Salones del Reino. Al ver esto, la gente se interesa más en nuestro mensaje”.

      14. ¿Qué debe hacer si desea emprender el ministerio de tiempo completo?

      14 Otra forma de cumplir con el propósito de Dios es emprendiendo el ministerio de tiempo completo. ¿Por qué no lo intenta? Si lo hace, le aguardan incontables bendiciones. Si sus circunstancias no se lo permiten por el momento, quizás pueda hacer algo para cambiarlas. Ore a Dios como hizo Nehemías cuando anhelaba emprender una importante misión: “Jehová, por favor, [...] otorga éxito a tu siervo” (Nehemías 1:11). Luego, con plena confianza en el “Oidor de la oración”, actúe en armonía con su petición (Salmo 65:2). Recuerde: si quiere que Jehová bendiga sus esfuerzos por servirle más de lleno, usted tiene que haberse esforzado primero. Una vez que haya decidido emprender el ministerio de tiempo completo, no permita que nada lo detenga. Conforme vaya pasando el tiempo, irá adquiriendo experiencia y se sentirá cada vez más feliz.

      Una vida que sí vale la pena

      15. a) ¿Cómo nos ayudan las experiencias de hermanos que han servido a Dios por mucho tiempo? b) Mencione una biografía que le haya resultado muy animadora.

      15 ¿Qué puede esperar usted de la vida si vive de acuerdo con el propósito de Dios? Hable con hermanos que hayan servido a Jehová por mucho tiempo, especialmente los que hayan dedicado años al ministerio de tiempo completo. ¡Qué vida tan interesante y llena de sentido la suya! (Proverbios 10:22.) Sin duda le contarán que Jehová siempre los ha ayudado a conseguir lo necesario y mucho más, incluso en las peores circunstancias (Filipenses 4:11-13). Entre 1955 y 1962, La Atalaya publicó una serie de biografías de hermanos fieles, que llevaba el título “Siguiendo tras mi propósito en la vida”. Desde entonces se han publicado centenares de biografías más. En todas ellas se percibe el mismo espíritu de devoción y gozo que encontramos en el libro bíblico de Hechos. Seguro que cuando lea esos emocionantes relatos pensará: “¡Esta es la vida que yo quiero vivir!”.

      16. ¿Qué puede hacer un cristiano para que su vida sea feliz y tenga sentido?

      16 Aarón, de quien hablamos al principio de este artículo, explica: “En África conocí a jóvenes que viajaban por todo el país en busca de un propósito en la vida, pero la mayoría no lo encontró. En cambio, nosotros, que nos dedicábamos a difundir las buenas nuevas del Reino de acuerdo con el propósito de Jehová, teníamos una vida muy interesante y llena de sentido. Podemos decir por experiencia propia que hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35).

      17. ¿Por qué debemos vivir en conformidad con el propósito de Dios?

      17 Y en el caso de usted, ¿cuál es su propósito en la vida? Si no tiene metas espirituales definidas, otra clase de metas pronto acapararán su vida. ¿Por qué desperdiciarla persiguiendo las fantasías del mundo de Satanás? Cuando dentro de poco estalle la “gran tribulación”, la riqueza y el prestigio de este mundo no valdrán nada. Lo que importará será nuestra relación con Jehová. ¡Qué agradecidos estaremos entonces de haber servido a Jehová y al prójimo y de haber vivido en total conformidad con el propósito de Dios! (Mateo 24:21; Revelación [Apocalipsis] 7:14, 15.)

      [Notas]

      a Se han cambiado algunos nombres.

      b Editada por los testigos de Jehová.

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