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  • Un rescate correspondiente por todos
    La Atalaya 1991 | 15 de febrero
    • “¡Se ha realizado!”

      18, 19. ¿Por qué tenía que sufrir Jesús?

      18 En la primavera de 33 E.C. llegó el tiempo de pagar el rescate. Jesucristo fue arrestado bajo acusaciones falsas, declarado culpable y clavado a un madero de ejecución. Él hizo peticiones a Dios con “fuertes clamores y lágrimas” debido al dolor intenso y la humillación que experimentó. (Hebreos 5:7.) ¿Tenía que sufrir así Jesús? Sí; pues al permanecer “leal, sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores” hasta el mismo fin, Jesús resolvió de modo concluyente y espectacular la cuestión sobre la integridad de los siervos de Dios. (Hebreos 7:26.)

      19 Los sufrimientos de Cristo también sirvieron para perfeccionarlo para su papel de Sumo Sacerdote a favor de la humanidad. En tal posición, él no sería un burócrata insensible e indiferente. “Pues por cuanto él mismo ha sufrido al ser puesto a prueba, puede ir en socorro de los que están siendo puestos a prueba.” (Hebreos 2:10, 18; 4:15.) Con su último suspiro, Jesús pudo clamar en triunfo: “¡Se ha realizado!”. (Juan 19:30.) No solo había demostrado su propia integridad, sino que había tenido éxito en colocar la base para la salvación de la humanidad... y más importante, ¡para la vindicación de la soberanía de Jehová!

      20, 21. a) ¿Por qué se levantó a Cristo de entre los muertos? b) ¿Por qué fue “hecho vivo en el espíritu” Jesucristo?

      20 Sin embargo, ¿de qué manera se aplicaría en realidad el rescate a la humanidad pecaminosa?, ¿cuándo?, ¿cómo? Estos asuntos no se dejaron a la casualidad. Al tercer día después de la muerte de Cristo, Jehová lo levantó de entre los muertos. (Hechos 3:15; 10:40.) Mediante este acto trascendental —un hecho verificado por centenares de testigos oculares— Jehová no solo recompensó el servicio fiel de su Hijo, sino que le dio a él la oportunidad de terminar su obra redentora. (Romanos 1:4; 1 Corintios 15:3-8.)

      21 Jesús fue “hecho vivo en el espíritu”, y Dios dispuso de sus restos terrestres de alguna manera no revelada. (1 Pedro 3:18; Salmo 16:10; Hechos 2:27.) Como criatura celestial, el resucitado Jesús ahora podía regresar triunfalmente al cielo. ¡Qué júbilo incontenible tiene que haber habido en el cielo en aquella ocasión! (Compárese con Job 38:7.) Jesús no regresó al cielo simplemente para disfrutar de la bienvenida que le darían. Volvió para efectuar otra obra, que incluye hacer posible que la entera raza humana se beneficie de su rescate. (Compárese con Juan 5:17, 20, 21.) Precisamente cómo logró esto y qué significa para la humanidad se considerará en el artículo siguiente.

  • ‘Ustedes fueron comprados por precio’
    La Atalaya 1991 | 15 de febrero
    • ‘Ustedes fueron comprados por precio’

      “[Ustedes] fueron comprados por precio. Sin falta, glorifiquen a Dios en el cuerpo que son ustedes.” (1 CORINTIOS 6:20.)

      1, 2. a) ¿Qué abrió “los caminos de salir de la muerte”? b) ¿Qué se requería para que el sacrificio de Cristo fuera legalmente válido, y qué lo había prefigurado?

      “EL Dios verdadero es para nosotros un Dios de hechos salvadores —dijo el salmista—; y a Jehová el Señor Soberano pertenecen los caminos de salir de la muerte.” (Salmo 68:20.) El sacrificio de Jesucristo abrió ese camino. Pero para que ese sacrificio fuera legalmente válido, Cristo tenía que comparecer personalmente ante Dios mismo.

      2 Esto se había prefigurado en el día de Expiación, cuando el sumo sacerdote entraba en el Santísimo. (Levítico 16:12-15.) “Sin embargo —escribió el apóstol Pablo—, cuando Cristo vino como sumo sacerdote [...], él entró —no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre— una vez para siempre en el lugar santo, y obtuvo liberación eterna para nosotros. Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho de manos, el cual es copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros.” (Hebreos 9:11, 12, 24.)

      El poder de la sangre

      3. a) ¿Cómo consideran la sangre los adoradores de Jehová, y por qué? b) ¿Qué demuestra que la sangre tiene poder legal para expiar pecados?

      3 ¿Qué papel desempeña la sangre de Cristo en nuestra salvación? Desde los días de Noé, los adoradores verdaderos han considerado sagrada la sangre. (Génesis 9:4-6.) La sangre desempeña un papel importante en el proceso de la vida, pues la Biblia dice que “el alma [o la vida] de la carne está en la sangre”. (Levítico 17:11.) Por eso la Ley de Moisés requería que al sacrificar un animal se derramara su sangre delante de Jehová. A veces se ponía sangre también sobre los cuernos del altar. Es evidente que el poder expiatorio de un sacrificio estaba en su sangre. (Levítico 8:15; 9:9.) “Casi todas las cosas son limpiadas con sangre según la Ley, y a menos que se derrame sangre no se efectúa ningún perdón.” (Hebreos 9:22.)

      4. a) ¿Con qué propósito limitó Dios el uso de la sangre? b) ¿Qué tiene de significativa la manera como se dio muerte a Jesús?

      4 ¡No es de extrañar, pues, que bajo la Ley se castigara con muerte cualquier uso incorrecto de la sangre! (Levítico 17:10.) Todos sabemos que cuando una sustancia se hace poco común o su uso se limita en sumo grado, su valor aumenta. La limitación que Jehová impuso respecto al uso de la sangre aseguró que esta no se considerara algo de valor ordinario, sino precioso, valioso. (Hechos 15:29; Hebreos 10:29.) Esto concordaba con el propósito elevado que cumpliría la sangre de Cristo. Apropiadamente, él murió de una manera que llevó al derramamiento de su sangre. Así que fue patente que Cristo no solo sacrificó su cuerpo humano, sino que derramó su alma, ¡sacrificó su mismísima vida como humano perfecto! (Isaías 53:12.) Cristo no perdió el derecho legal a aquella vida debido a imperfección, de modo que su sangre derramada tenía gran valor y podía ser presentada ante Dios para expiar los pecados de la humanidad.

      5. a) ¿Qué llevó Cristo al cielo, y por qué? b) ¿Cómo se hizo patente que Dios aceptó el sacrificio de Cristo?

      5 Cristo no podía llevar su sangre literal al cielo. (1 Corintios 15:50.) Más bien, llevó lo que la sangre simbolizaba: el valor legal del sacrificio de su vida humana perfecta. Pudo presentar formalmente ante la persona de Dios aquella vida como un rescate a cambio de la humanidad pecaminosa. El hecho de que Jehová aceptó ese sacrificio se hizo patente en el Pentecostés de 33 E.C., cuando el espíritu santo fue derramado sobre 120 discípulos en Jerusalén. (Hechos 2:1-4.) Cristo, por decirlo así, ahora era dueño de la raza humana por compra. (Gálatas 3:13; 4:5; 2 Pedro 2:1.) En consecuencia, los beneficios del rescate podrían fluir hacia la humanidad.

      Los primeros que se benefician del rescate

      6. ¿Qué arreglos ha hecho Dios para aplicar los beneficios del rescate de Cristo?

      6 Sin embargo, esto no significaba que a la humanidad se le otorgaría perfección física al instante, pues a menos que se venciera la naturaleza pecaminosa del hombre la perfección física no sería posible. (Romanos 7:18-24.) ¿Cómo y cuándo se alcanzaría victoria sobre el pecado? Primero Dios dispuso que 144.000 ‘sacerdotes celestiales para nuestro Dios reinaran sobre la tierra’ con Cristo Jesús. (Revelación 5:9, 10; 7:4; 14:1-3.) Mediante ellos se aplicarán gradualmente a la humanidad los beneficios del rescate durante un período de mil años. (1 Corintios 15:24-26; Revelación 21:3, 4.)

      7. a) ¿Qué es el nuevo pacto, entre quiénes funciona, y qué propósito tiene? b) ¿Por qué tenía que morir alguien para hacer posible el nuevo pacto, y qué papel desempeña en esto la sangre de Cristo?

      7 En preparación para eso, los 144.000 reyes y sacerdotes son “comprados de entre la humanidad”. (Revelación 14:4.) Esto se realiza mediante “un nuevo pacto”. Este pacto es un contrato entre Jehová Dios y el Israel espiritual de Dios para que sus miembros sirvan de reyes y sacerdotes. (Jeremías 31:31-34; Gálatas 6:16; Hebreos 8:6-13; 1 Pedro 2:9.) No obstante, ¿cómo es posible que haya un pacto entre Dios y el hombre imperfecto? Pablo explica: “Donde hay un pacto [entre Dios y el hombre imperfecto], es necesario que se suministre la muerte del humano que hace el pacto. Porque el pacto es válido sobre víctimas muertas, puesto que no está en vigor en ningún tiempo mientras vive el humano que ha hecho el pacto”. (Hebreos 9:16, 17.)

      8, 9. ¿Qué relación hay entre el rescate y el nuevo pacto?

      8 Por lo tanto, el sacrificio de rescate es fundamental para el nuevo pacto, del cual Jesús es el Mediador. Pablo escribió: “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús, que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos... de esto ha de darse testimonio a sus propios tiempos particulares”. (1 Timoteo 2:5, 6.) Estas palabras aplican especialmente a los 144.000, con quienes se hace el nuevo pacto.

      9 Cuando Dios hizo un pacto con el Israel carnal, no fue legalmente válido sino hasta cuando se derramó sangre animal en sacrificio. (Hebreos 9:18-21.) De igual manera, para que entrara en vigor el nuevo pacto Cristo tenía que derramar la “sangre del pacto”. (Mateo 26:28; Lucas 22:20.) Con Cristo en calidad de Sumo Sacerdote y “mediador de un nuevo pacto”, Dios aplica el valor de la sangre de Jesús a los que son introducidos en el nuevo pacto y les concede legalmente el mérito de la justicia humana. (Hebreos 9:15; Romanos 3:24; 8:1, 2.) ¡Entonces Dios puede admitirlos en el nuevo pacto para que sean reyes y sacerdotes celestiales! Jesús, como el Mediador y Sumo Sacerdote de ellos, les ayuda a mantener una posición limpia ante Dios. (Hebreos 2:16; 1 Juan 2:1, 2.)

      Reunión de las cosas en la Tierra

      10, 11. a) ¿Cómo se extiende el rescate a otros, aparte de los cristianos ungidos? b) ¿Quiénes son la gran muchedumbre, y qué posición tienen ante Dios?

      10 ¿Son solamente los cristianos ungidos quienes pueden experimentar una liberación por rescate, el perdón de sus pecados? No; Dios está reconciliando consigo mismo todas las otras cosas al hacer la paz mediante la sangre derramada en el madero de tormento, como indica Colosenses 1:14, 20. Esto implica las cosas en los cielos (los 144.000) y las cosas sobre la Tierra. Estas últimas son las personas encaminadas a la vida terrestre, humanos que van a disfrutar de vida perfecta en el Paraíso en la Tierra. Especialmente desde 1935 se ha hecho un esfuerzo, de concierto, por reunirlas. Revelación 7:9-17 las describe como “una gran muchedumbre” que debe la salvación a Dios y al Cordero. Estos todavía tienen que sobrevivir a la “gran tribulación” y ser ‘guiados a fuentes de aguas de vida’, pues Revelación 20:5 muestra que llegan a vivir de lleno cuando alcanzan la vida humana perfecta hacia fines del Reinado de Mil Años de Cristo. Las personas que entonces superen una prueba final en su estado humano perfecto serán declaradas justas y recibirán vida eterna en la Tierra. (Revelación 20:7, 8.)

      11 Sin embargo, de modo preliminar, los que componen la gran muchedumbre ya han “lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. (Revelación 7:14.) Cristo no es Mediador del nuevo pacto para con ellos, pero ellos se benefician de ese pacto por la obra del Reino de Dios. Sin embargo, Cristo todavía actúa con relación a ellos como Sumo Sacerdote, y mediante él Jehová puede aplicar el rescate —y lo hace— hasta el grado de declararlos justos ahora como amigos de Dios. (Compárese con Santiago 2:23.) Durante el Milenio la gran muchedumbre ‘será libertada gradualmente de la esclavitud a la corrupción hasta que al fin tenga la gloriosa libertad de los hijos de Dios’. (Romanos 8:21.)

      12. ¿En qué se basó Dios al tratar con hombres fieles durante los tiempos de antes del cristianismo?

      12 En cuanto a su posición ante Dios, pudiera parecer que los de la gran muchedumbre difieren poco de los que adoraban a Dios antes de establecerse el cristianismo. Con todo, Dios trató con estos últimos teniendo presente la provisión futura del rescate. (Romanos 3:25, 26.) Ellos recibieron el perdón de sus pecados solamente de manera provisional. (Salmo 32:1, 2.) En vez de librarlos por completo de la “conciencia de pecados”, el que ellos ofrecieran animales como sacrificio les ‘hacía recordar los pecados’. (Hebreos 10:1-3.)

      13. ¿Qué ventajas tenemos sobre los que servían a Dios antes de establecerse el cristianismo?

      13 La situación de los cristianos verdaderos hoy día es diferente. ¡Su adoración se basa en un rescate que se ha pagado! Mediante su Sumo Sacerdote ‘se acercan con franqueza de expresión al trono de la bondad inmerecida’. (Hebreos 4:14-16.) ¡Su reconciliación con Dios no es algo que esperan que suceda en el futuro, sino una realidad actual! (2 Corintios 5:20.) Cuando yerran, pueden recibir verdadero perdón. (Efesios 1:7.) Tienen una conciencia realmente limpiada. (Hebreos 9:9; 10:22; 1 Pedro 3:21.) ¡Estas bendiciones son un goce por anticipado de la gloriosa libertad de los hijos de Dios que los siervos de Jehová tendrán en el futuro!

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