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Dediquémonos a la lecturaLa Atalaya 1996 | 15 de mayo
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Dediquémonos a la lectura
“Mientras llego, continúa aplicándote a la lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza.” (1 TIMOTEO 4:13.)
1. ¿Cómo nos beneficia la lectura de la Biblia?
JEHOVÁ DIOS nos ha dotado a los seres humanos de la increíble capacidad de aprender a leer y escribir, y, además, nos ha dado su Palabra, la Biblia, a fin de que estemos bien instruidos. (Isaías 30:20, 21.) De hecho, gracias a sus páginas nos es posible “andar” con los patriarcas temerosos de Dios, como Abrahán, Isaac y Jacob; “ver” a mujeres piadosas como Sara, Rebeca y Rut, la fiel moabita, y “escuchar” a Jesucristo pronunciar el Sermón del Monte. Todo este deleite y esta fabulosa instrucción procedentes de la Sagrada Escritura pueden ser nuestros siempre que seamos buenos lectores.
2. ¿Qué indica que Jesús y los apóstoles sabían leer bien?
2 Jesucristo, hombre perfecto, fue sin duda un buen lector y conocía muy bien las Escrituras Hebreas; así, cuando el Diablo lo tentó, respondió repetidas veces con palabras tomadas de ellas diciendo: “Está escrito”. (Mateo 4:4, 7, 10.) En cierta ocasión que se hallaba en la sinagoga de Nazaret, leyó en público un pasaje de la profecía de Isaías y se lo aplicó a sí mismo. (Lucas 4:16-21.) ¿Qué hay de los apóstoles? En sus escritos citaron con frecuencia las Escrituras Hebreas. Aunque los gobernantes judíos tenían a Pedro y Juan por hombres iletrados y plebeyos porque no se habían educado en las escuelas hebreas de estudios superiores, sus epístolas inspiradas por Dios prueban a todas luces que sabían leer y escribir bien. (Hechos 4:13.) ¿En realidad importa tanto la lectura?
“Feliz es el que lee en voz alta”
3. ¿Por qué es tan importante leer las Escrituras y las publicaciones cristianas?
3 El conocimiento exacto de la Biblia y su aplicación conducen a la vida eterna. (Juan 17:3.) Por lo tanto, los testigos de Jehová saben lo fundamental que es leer y estudiar la Sagrada Escritura y las publicaciones cristianas provistas por Dios mediante la clase del esclavo fiel y discreto, compuesta de cristianos ungidos. (Mateo 24:45-47.) De hecho, millares de personas han aprendido a leer con las publicaciones de la Sociedad Watch Tower concebidas expresamente a tal efecto, y así han obtenido el conocimiento vivificador de la Palabra de Dios.
4. a) ¿Por qué producen felicidad la lectura, el estudio y la aplicación de la Palabra de Dios? b) ¿Qué dijo Pablo a Timoteo con referencia a la lectura?
4 La felicidad se deriva de la lectura, el estudio y la aplicación de la Palabra de Dios, pues de ese modo complacemos y honramos a Dios, recibimos su bendición y nos sentimos gozosos. Jehová desea que sus siervos sean felices; de ahí que ordenara a los sacerdotes que leyeran su Ley al pueblo del antiguo Israel. (Deuteronomio 31:9-12.) Cuando el copista Esdras y otros personajes leyeron la Ley al pueblo congregado en Jerusalén y explicaron su sentido, se produjo como resultado “un gran regocijo”. (Nehemías 8:6-8, 12.) Posteriormente, el apóstol Pablo escribió a su colaborador Timoteo: “Mientras llego, continúa aplicándote a la lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza”. (1 Timoteo 4:13.) Otra versión dice: “Dedícate a la lectura pública de las Escrituras”. (Nueva Versión Internacional.)
5. ¿Cómo enlaza Revelación 1:3 la felicidad con la lectura?
5 Que la felicidad depende de leer y aplicar la Palabra de Dios, se desprende claramente de las palabras de Revelación (Apocalipsis) 1:3: “Feliz es el que lee en voz alta, y los que oyen, las palabras de esta profecía, y que observan las cosas que se han escrito en ella; porque el tiempo señalado está cerca”. En efecto, es menester leer en voz alta y oír las palabras proféticas de Dios contenidas en Revelación y en el resto de las Escrituras. La persona verdaderamente feliz es aquella cuyo “deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja”. ¿El efecto? “Todo lo que haga tendrá éxito.” (Salmo 1:1-3.) Tiene sobradas razones, pues, la organización de Jehová para exhortarnos con insistencia a leer y estudiar la Palabra de Dios individualmente, en familia y con los amigos.
Raciocinio y meditación
6. ¿Qué se mandó a Josué que leyera, y qué beneficio sacaría?
6 ¿Cómo podemos aprovecharnos al máximo de la lectura de la Palabra de Dios y las publicaciones cristianas? Seguramente nos beneficiará imitar a Josué, caudillo del antiguo Israel y hombre temeroso de Dios a quien se le mandó: “Este libro de la ley no debe apartarse de tu boca, y día y noche tienes que leer en él en voz baja, a fin de que cuides de hacer conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás sabiamente”. (Josué 1:8.) ‘Leer en voz baja’ significa musitar las palabras para uno mismo, lo cual constituye un recurso para grabar la información en la memoria. Josué había de leer la Ley de Dios “día y noche”, es decir, con regularidad; de ese modo tendría éxito y obraría sabiamente al cumplir con las obligaciones dadas por Dios. La lectura habitual de la Palabra de Dios es igual de beneficiosa para nosotros.
7. ¿Por qué no debemos dejar que la velocidad sea lo más importante al leer la Palabra de Dios?
7 Al leer la Palabra de Dios no hay que dejar que la velocidad sea lo más importante. Si nos hemos propuesto dedicar cierto tiempo a la lectura de la Biblia o de alguna publicación cristiana, queremos tomárnoslo con calma. Esto es de primordial importancia cuando estudiamos con miras a recordar puntos relevantes. Y al leer, raciocinemos; analicemos las declaraciones del escritor bíblico y preguntémonos: ‘¿Qué trata de decir? ¿Cómo puedo utilizar esta información?’.
8. ¿Por qué es útil meditar cuando leemos las Escrituras?
8 Reservemos tiempo para meditar mientras leemos las Santas Escrituras; esto contribuirá a que recordemos los pasajes y apliquemos sus principios. Reflexionar sobre la Palabra de Dios para así grabar en la mente ciertos puntos, también nos permitirá hablar desde el corazón y responder con exactitud a cualquiera que haga preguntas sinceras, en vez de decir algo que tal vez nos pese después. Dice un proverbio divinamente inspirado: “El corazón del justo medita para responder”. (Proverbios 15:28.)
Relacionemos los puntos nuevos con los que ya conocemos
9, 10. ¿Cómo enriquece la lectura de la Biblia el relacionar los puntos nuevos con los que ya conocemos?
9 La mayoría de los cristianos deben admitir que en una época sabían muy poco de Dios, su Palabra y sus propósitos. Hoy, sin embargo, estos ministros cristianos pueden, remontándose a la creación y a la caída del hombre en el pecado, explicar el propósito del sacrificio de Cristo, hablar de la destrucción de este inicuo sistema de cosas y mostrar que la humanidad obediente será bendecida con vida eterna en una Tierra paradisíaca. Ello se debe en buena parte a que los siervos de Jehová han adquirido “el mismísimo conocimiento de Dios” por su estudio de la Biblia y las publicaciones cristianas. (Proverbios 2:1-5.) Poco a poco han ido relacionando los puntos nuevos con los que ya conocían.
10 Asociar los puntos bíblicos recién aprendidos con los que uno ya conoce es provechoso y gratificante. (Isaías 48:17.) Siempre que nos encontremos con leyes, principios o incluso conceptos un tanto abstractos, relacionémoslos con lo que ya sabemos; veamos cómo encajan dentro de lo que hemos aprendido del “modelo de palabras saludables”. (2 Timoteo 1:13.) Busquemos información que nos ayude a fortalecer la relación con Dios, a mejorar la personalidad cristiana o a comunicar las verdades bíblicas.
11. ¿Qué podemos hacer al leer en la Biblia un pasaje relacionado con la conducta? Dé un ejemplo.
11 Al leer en la Biblia un pasaje relacionado con la conducta, procuremos entender el principio envuelto; meditemos sobre él y determinemos cómo actuaríamos en circunstancias parecidas. José, hijo de Jacob, rechazó continuamente la incitación de la esposa de Potifar a participar en inmoralidad sexual diciendo: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?”. (Génesis 39:7-9.) Tras este conmovedor relato subyace un principio: la inmoralidad sexual es un pecado contra Dios. Podemos asociar mentalmente este principio con otras declaraciones de la Palabra de Dios y recordarlo para beneficio propio, en caso de que nos veamos tentados a incurrir en este mismo tipo de falta. (1 Corintios 6:9-11.)
Visualización de los sucesos bíblicos
12. ¿Por qué es ventajoso visualizar los relatos bíblicos que leemos?
12 Para grabar en la memoria lo que leemos, es preciso que visualicemos los sucesos: ver con la imaginación el terreno, las casas, la gente; oír sus voces; percibir el aroma del pan que se cuece en el horno; revivir las escenas. Entonces la lectura será una experiencia conmovedora porque nos permitirá ver una ciudad antigua, escalar una montaña elevada, maravillarnos con los prodigios de la creación o relacionarnos con hombres y mujeres de inmensa fe.
13. ¿Cómo describiría la narración de Jueces 7:19-22?
13 Imaginémonos que estamos leyendo el pasaje de Jueces 7:19-22. Visualicemos lo que ocurre. El juez Gedeón y 300 israelitas valerosos han tomado sus puestos en los límites del campamento madianita. Son cerca de las diez de la noche, la hora en que comienza “la vigilia intermedia de la noche”. Los centinelas madianitas acaban de relevarse, y la oscuridad cubre el campamento de los enemigos de Israel, los cuales duermen. Gedeón y sus hombres están provistos de cuernos, y en la mano izquierda llevan cántaros vacíos con una antorcha dentro. De repente, los tres escuadrones, de un centenar de hombres cada uno, tocan los cuernos, rompen los cántaros y, sosteniendo las antorchas en alto, exclaman: “¡La espada de Jehová y de Gedeón!”. Observemos el campamento. Los madianitas inician la huida gritando. Mientras los trescientos siguen tocando los cuernos, Dios vuelve la espada de los madianitas contra sí mismos. Madián se da a la fuga y Jehová otorga la victoria a Israel.
Extracción de lecciones valiosas
14. ¿Cómo podemos valernos del capítulo 9 de Jueces para enseñar a nuestros hijos la necesidad de ser humildes?
14 De la lectura de la Palabra de Dios podemos extraer muchas lecciones. A modo de ejemplo, supongamos que queremos grabar en nuestros hijos la necesidad de ser humildes. Pues bien, no debería ser difícil visualizar y comprender el punto comunicado por la profecía de Jotán, hijo de Gedeón. Comencemos leyendo Jueces 9:8: “Sucede que una vez —dijo Jotán— los árboles fueron a ungir sobre sí un rey”. El olivo, la higuera y la vid rehusaron el reino; en cambio, el ordinario cambrón, o espino, tenido en tan poca estima, aceptó gustoso. Una vez terminado de leer el relato en voz alta, podemos explicar a nuestros hijos que las plantas valiosas representaron a las personas honorables que no buscaban reinar sobre sus hermanos israelitas. El cambrón, que sólo sirve para hacer leña, representó el reinado del orgulloso Abimélec, un asesino que quiso dominar a los demás, pero que murió en cumplimiento de la profecía de Jotán. (Jueces, capítulo 9.) ¿Qué niño querrá crecer y asemejarse al cambrón?
15. ¿Cómo subraya el libro de Rut la importancia de la lealtad?
15 La importancia de la lealtad se evidencia en el libro bíblico de Rut. Supongámonos que la familia se turna para leer el relato en voz alta y tratar de asimilarlo. Ahí vemos a la moabita Rut de camino a Belén acompañada de su suegra, Noemí, que ha enviudado, y la oímos decir: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”. (Rut 1:16.) Luego, la laboriosa Rut es vista espigando detrás de los segadores en el campo de Boaz. Escuche cómo él la alaba: “Toda persona en la puerta de mi pueblo se da cuenta de que eres una mujer excelente”. (Rut 3:11.) Al poco tiempo, Boaz se casa con Rut, y el hijo que les nace es, en conformidad con la ley de levirato, un hijo nacido “a Noemí”. Rut pasa a formar parte de la genealogía de David y, finalmente, de Jesucristo. Así recibe un “salario perfecto”. De la lectura de este pasaje bíblico extraemos otra lección valiosa: seamos leales a Jehová y recibiremos una generosa recompensa. (Rut 2:12; 4:17-22; Proverbios 10:22; Mateo 1:1, 5, 6.)
16. ¿A qué prueba se enfrentaron los tres hebreos, y cómo puede ayudarnos este relato?
16 El relato de los hebreos Sadrac, Mesac y Abednego puede ayudarnos a guardar fidelidad a Dios en situaciones críticas. Visualicemos lo sucedido conforme leemos en voz alta el capítulo 3 de Daniel. Una enorme estatua de oro se yergue sobre la llanura de Dura, donde se ha convocado a todos los funcionarios babilonios. Al sonido de los instrumentos musicales, todos se postran y rinden culto a esta imagen erigida por el rey Nabucodonosor; todos salvo Sadrac, Mesac y Abednego, quienes, con respeto y firmeza, informan al rey que no servirán a sus dioses ni adorarán la estatua de oro. Los jóvenes hebreos son arrojados en un horno calentado más de lo que es costumbre. ¿Qué sucede entonces? Al mirar en el interior del horno, el rey observa a cuatro hombres sanos, uno de los cuales “se asemeja a un hijo de los dioses”. (Daniel 3:25.) Los tres hebreos son sacados del horno y Nabucodonosor alaba al Dios de ellos. Realmente valió la pena visualizar el relato. Y ¡qué gran lección nos enseña de ser fieles a Jehová en períodos de prueba!
Beneficios de leer la Biblia en familia
17. Mencione brevemente algunos de los beneficios que se obtienen de leer la Biblia en familia.
17 Las familias pueden sacar mucho provecho de leer regularmente la Biblia juntas. Comenzando en Génesis, pueden contemplar la creación y echar una mirada al hogar paradisíaco donde Dios instaló originalmente al hombre. También pueden vivir las experiencias de los fieles patriarcas y sus familias, y seguir a los israelitas en su paso por el lecho seco del mar Rojo; ver al pastorcillo David derribar al gigante filisteo Goliat; observar la construcción del templo de Jehová en Jerusalén, ver cómo las hordas babilonias lo arrasan y asistir a su reconstrucción bajo el mando del gobernador Zorobabel. Asimismo pueden escuchar, junto con los humildes pastores en las cercanías de Belén, el anuncio angélico del nacimiento de Jesús; leer los detalles de su bautismo y su ministerio; verlo dar su vida humana en rescate y participar del gozo de su resurrección. Luego, pueden viajar con el apóstol Pablo y presenciar el establecimiento de las congregaciones a medida que el cristianismo se difunde. Finalmente, al llegar al libro de Revelación, pueden gozar de la grandiosa visión sobre el futuro dada al apóstol Juan, la cual incluye el Reino milenario de Cristo.
18, 19. ¿Qué sugerencias se dan para la lectura de la Biblia en familia?
18 Al leer la Biblia en familia hay que hacerlo con claridad y entusiasmo. En ciertos pasajes uno de los miembros, posiblemente el padre, puede hacer de narrador, mientras los demás interpretan el papel de los personajes bíblicos con el sentimiento apropiado.
19 La lectura de la Biblia en familia contribuye a mejorar la habilidad de cada uno como lector; además, amplía nuestro conocimiento de Dios y nos acerca más a él. Asaf cantó: “En cuanto a mí, el acercarme a Dios es bueno para mí. En el Señor Soberano Jehová he puesto mi refugio, para declarar todas tus obras”. (Salmo 73:28.) Tal intimidad con Dios ayudará a nuestras familias a ser como Moisés, quien “continuó constante como si viera a Aquel que es invisible”, es decir, a Jehová Dios. (Hebreos 11:27.)
La lectura y el ministerio cristiano
20, 21. ¿Qué relación hay entre nuestra comisión de predicar y el saber leer bien?
20 El deseo de adorar a “Aquel que es invisible” debe impulsarnos a poner mucho empeño en ser buenos lectores. Saber leer bien resulta muy ventajoso al dar testimonio de la Palabra de Dios. En verdad nos ayuda a cumplir con la orden que Jesús dio a sus seguidores de predicar el Reino, cuando dijo: “Vayan [...] y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado”. (Mateo 28:19, 20; Hechos 1:8.) Dar testimonio es la principal tarea del pueblo de Jehová, y leer bien nos ayuda a efectuar dicha comisión.
21 Ser un buen lector y un hábil maestro de la Palabra de Dios supone esfuerzo. (Efesios 6:17.) Por consiguiente, ‘hagamos lo sumo posible para presentarnos aprobados a Dios, trabajadores que manejamos la palabra de la verdad correctamente’. (2 Timoteo 2:15.) Aumentemos nuestro conocimiento de la verdad bíblica y nuestra habilidad como testigos de Jehová dedicándonos a la lectura.
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Leamos la Palabra de Dios y sirvámosle en verdadLa Atalaya 1996 | 15 de mayo
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Leamos la Palabra de Dios y sirvámosle en verdad
“Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad.” (SALMO 86:11.)
1. En esencia, ¿qué comentó sobre la verdad el primer número de esta revista?
JEHOVÁ nos envía su luz y su verdad. (Salmo 43:3.) También nos da la capacidad de leer su Palabra, la Biblia, y aprender la verdad. El primer número de esta revista, de julio de 1879, se expresó de este modo: “La verdad, como una modesta florecilla en el desierto de la vida, está rodeada y casi asfixiada por el lujuriante crecimiento de las malas hierbas del error. Si aspira a encontrarla, debe permanecer alerta; si quiere ver su belleza, debe apartar las malas hierbas del error y las zarzas de la intolerancia; si desea poseerla, es preciso doblarse para tomarla. No se conforme con una sola flor de la verdad. De haber bastado con una, no habría más. Siga recogiendo; siga buscando”. La lectura y el estudio de la Palabra de Dios nos permite adquirir conocimiento exacto y andar en su verdad. (Salmo 86:11.)
2. ¿Qué efecto produjo en los judíos de la antigua Jerusalén la lectura de la Ley de Dios que hicieron Esdras y sus acompañantes?
2 En 455 a.E.C., terminada la reconstrucción de las murallas de Jerusalén, el sacerdote Esdras y sus acompañantes leyeron la Ley de Dios a los judíos, después de lo cual el pueblo celebró la feliz fiesta de las Cabañas, confesó sus pecados y suscribió un compromiso, o “arreglo fidedigno”. (Nehemías 8:1–9:38.) Leemos: “Continuaron leyendo en voz alta del libro, de la ley del Dios verdadero, la cual se exponía, y había el ponerle significado; y continuaron dando entendimiento en la lectura”. (Nehemías 8:8.) Algunos piensan que los judíos no entendían bien el hebreo y necesitaban de una paráfrasis en arameo. Sin embargo, el texto no indica que se tratara de una simple aclaración de términos lingüísticos. Esdras y sus acompañantes expusieron la Ley de suerte que el pueblo entendiera sus principios y los pusiera por obra. De la misma manera, las publicaciones y reuniones cristianas sirven para ‘ponerle significado’ a la Palabra de Dios; igual propósito cumplen los ancianos nombrados, que están ‘capacitados para enseñar’. (1 Timoteo 3:1, 2; 2 Timoteo 2:24.)
Beneficios perdurables
3. ¿Cuáles son algunos de los beneficios que reporta la lectura de la Biblia?
3 Las familias cristianas que leen juntas la Biblia reciben beneficios perdurables: aprenden las leyes de Dios y la verdad sobre doctrina, profecía y otras cosas. Al concluir la lectura de un pasaje bíblico, el jefe de familia puede preguntar: ¿Qué efecto debe tener en nosotros lo leído? ¿De qué manera se relaciona con otras enseñanzas bíblicas? ¿Qué uso podemos darle al predicar las buenas nuevas? El discernimiento de la familia se ensancha si a la vez que leen la Biblia investigan el Índice de las publicaciones Watch Tower u otros índices. Asimismo es ventajoso consultar los dos volúmenes de Perspicacia para comprender las Escrituras.
4. ¿Cómo debía seguir Josué la instrucción recogida en Josué 1:8?
4 Los principios extraídos de las Escrituras sirven de guía para la vida. Además, la lectura y el estudio de ‘los santos escritos pueden hacernos sabios para la salvación’. (2 Timoteo 3:15.) Si nos dejamos guiar por la Palabra de Dios, seguiremos caminando en su verdad y nuestros justos deseos se harán realidad. (Salmo 26:3; 119:130.) No obstante, es menester que consigamos entendimiento, como hizo Josué, el sucesor de Moisés. El “libro de la ley” no debía apartarse de su boca; antes tenía que leer en él día y noche. (Josué 1:8.) El que el “libro de la ley” no se apartara de su boca significaba que Josué no debía dejar de relatar a otros las cosas instructivas contenidas en él. Leer en la Ley día y noche quería decir meditar sobre ella, estudiarla. De igual manera, el apóstol Pablo recomendó a Timoteo que ‘reflexionara’, o meditara, sobre su conducta, ministerio y enseñanza. Como anciano cristiano, Timoteo debía velar especialmente por que su vida fuera ejemplar y por enseñar la verdad bíblica. (1 Timoteo 4:15.)
5. ¿Qué es menester que hagamos para encontrar la verdad de Dios?
5 La verdad de Dios es un tesoro invaluable, y para encontrarlo es imprescindible cavar, investigar constantemente las Escrituras. Solo si somos como niños enseñados por el Magnífico Instructor, adquiriremos sabiduría y entenderemos el temor reverente de Jehová. (Proverbios 1:7; Isaías 30:20, 21.) Por supuesto, debemos comprobar todas las cosas con la Biblia. (1 Pedro 2:1, 2.) Los judíos de Berea “eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas [que enseñaba Pablo] eran así”. No se reprendió a los bereanos por esto; antes bien, se los alabó. (Hechos 17:10, 11.)
6. ¿Por qué pudo decir Jesús a ciertos judíos que su escrutinio de las Escrituras no les era de utilidad?
6 Jesús dijo a ciertos judíos: “Ustedes escudriñan las Escrituras, porque piensan que por medio de ellas tendrán la vida eterna; y estas son las mismas que dan testimonio acerca de mí. Y con todo, ustedes no quieren venir a mí para que tengan vida”. (Juan 5:39, 40.) Su intención al escudriñar las Escrituras era correcta: dejar que estas los llevaran a la vida. En efecto, las Escrituras contenían profecías mesiánicas que señalaban a Jesús como el medio por el cual obtener la vida. Sin embargo, puesto que los judíos lo rechazaban, su investigación de las Escrituras no les era de utilidad.
7. ¿Qué precisamos para ampliar el entendimiento de la Biblia, y por qué?
7 Para ampliar nuestro entendimiento de la Biblia precisamos la guía del espíritu, o fuerza activa, de Dios. “El espíritu escudriña todas las cosas, hasta las cosas profundas de Dios”, a fin de revelar su significado. (1 Corintios 2:10.) Los cristianos de Tesalónica debían ‘asegurarse de todas las cosas’ sobre cualquier profecía que oyeran. (1 Tesalonicenses 5:20, 21.) Cuando Pablo escribió a los tesalonicenses (cerca de 50 E.C.), la única porción existente de las Escrituras Griegas era el Evangelio de Mateo. Por lo tanto, para que ellos y los bereanos pudieran asegurarse de todas las cosas, probablemente tendrían que cotejar la versión griega de las Escrituras Hebreas, llamada Septuaginta. Tal como aquellos cristianos necesitaban leer y estudiar las Escrituras, nosotros necesitamos hacer lo mismo.
Esencial para todos
8. ¿Por qué deben descollar los ancianos en conocimiento bíblico?
8 Los ancianos nombrados deben descollar en conocimiento bíblico. Deben estar ‘capacitados para enseñar’ y ‘adherirse firmemente a la fiel palabra’. El superintendente Timoteo había de ‘manejar la palabra de la verdad correctamente’. (1 Timoteo 3:2; Tito 1:9; 2 Timoteo 2:15.) Su madre, Eunice, y su abuela Loida le habían enseñado los santos escritos desde la infancia, inculcándole la ‘fe sin hipocresía’ que había en él, pese a que su padre no era creyente. (2 Timoteo 1:5; 3:15.) Los padres creyentes tienen la obligación de criar a sus hijos “en la disciplina y regulación mental de Jehová”, y principalmente los ancianos que son padres deben tener “hijos creyentes no acusados de disolución, ni ingobernables”. (Efesios 6:4; Tito 1:6.) Sean cuales fueren nuestras circunstancias, pues, debemos tomar muy en serio la necesidad de leer, estudiar y aplicar la Palabra de Dios.
9. ¿Por qué debemos estudiar la Biblia con nuestros hermanos cristianos?
9 También debemos estudiar la Biblia en compañía de nuestros hermanos en la fe. Pablo quería que los cristianos de Tesalónica analizaran juntos su consejo. (1 Tesalonicenses 4:18.) Nada aguza más nuestra comprensión de la verdad que el que examinemos las Escrituras con otros estudiantes devotos. Bien dice el proverbio: “Con hierro, el hierro mismo se aguza. Así un hombre aguza el rostro de otro”. (Proverbios 27:17.) Una herramienta de hierro se oxida si no se utiliza constantemente y no se aguza. Del mismo modo, es fundamental que nos reunamos con asiduidad para aguzarnos unos a otros, al compartir el conocimiento que hemos adquirido gracias a la lectura meditada y el estudio de la Palabra de verdad de Dios. (Hebreos 10:24, 25.) Además, así nos aseguramos de sacar provecho de los destellos de luz espiritual. (Salmo 97:11; Proverbios 4:18.)
10. ¿Qué quiere decir andar en la verdad?
10 Cuando estudiamos las Escrituras, podemos orar apropiadamente a Dios como el salmista: “Envía tu luz y tu verdad. Que estas mismas me guíen”. (Salmo 43:3.) Si deseamos contar con la aprobación de Dios, tenemos que andar en su verdad. (3 Juan 3, 4.) Esto incluye atenernos a sus requisitos y servirle fiel y sinceramente. (Salmo 25:4, 5; Juan 4:23, 24.) Hay que servir a Jehová en verdad, tal como lo revela su Palabra y lo esclarecen las publicaciones del “esclavo fiel y discreto”. (Mateo 24:45-47.) De ahí lo indispensable de adquirir conocimiento exacto de las Escrituras. ¿Cómo, entonces, debemos leer y estudiar la Palabra de Dios? ¿Debemos empezar leyéndola desde el capítulo 1, versículo 1, de Génesis hasta abarcar los sesenta y seis libros? Sí, todo cristiano que posea la Biblia completa en su idioma debe leerla desde Génesis hasta Revelación. Y el objetivo al leer la Biblia y las publicaciones cristianas debe ser aumentar la comprensión del inmenso cuerpo de verdades bíblicas que Dios ha proporcionado mediante el ‘esclavo fiel’.
Leamos la Palabra de Dios en voz alta
11, 12. ¿Por qué es beneficiosa la lectura pública de la Biblia durante las reuniones?
11 Podemos leer en silencio cuando estemos solos. En la antigüedad, sin embargo, la lectura particular se hacía en voz alta. El evangelizador Felipe oyó al eunuco etíope leer en su carruaje al profeta Isaías. (Hechos 8:27-30.) El término hebreo que se traduce por “leer” significa ante todo “llamar”. Por tal razón, a quienes al principio no puedan leer en silencio y captar el sentido del texto, no se les debe disuadir de pronunciar audiblemente cada palabra. Lo importante es que aprendan la verdad leyendo la Palabra escrita de Dios.
12 La lectura pública de la Biblia durante las reuniones es beneficiosa. El apóstol Pablo instó a su colaborador Timoteo: “Continúa aplicándote a la lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza”. (1 Timoteo 4:13.) A los colosenses dijo: “Cuando esta carta haya sido leída entre ustedes, hagan arreglos para que también se lea en la congregación de los laodicenses, y para que ustedes también lean la de Laodicea”. (Colosenses 4:16.) Y Revelación 1:3 afirma: “Feliz es el que lee en voz alta, y los que oyen, las palabras de esta profecía, y que observan las cosas que se han escrito en ella; porque el tiempo señalado está cerca”. Por consiguiente, un orador público debe sustentar lo que dice ante la congregación leyendo textos de la Biblia.
Método temático de estudio
13. ¿Cuál es el método más efectivo para aprender las verdades bíblicas, y de qué ayuda podemos valernos para localizar textos?
13 El estudio de artículos temáticos es el método más efectivo para aprender las verdades de la Escritura. Las concordancias bíblicas, que son índices alfabéticos de palabras contenidas en la Biblia con indicación del contexto, libro, capítulo y versículo en que se encuentran, facilitan la localización de textos relacionados con un tema determinado. Tales textos pueden armonizarse unos con otros porque el Autor de la Biblia no se contradice. Mediante su espíritu santo, Dios inspiró a unos cuarenta hombres para que escribieran la Biblia en un período de dieciséis siglos, y el estudio temático de la misma es un medio de probada eficacia para aprender la verdad.
14. ¿Por qué hay que estudiar tanto las Escrituras Hebreas como las Escrituras Griegas Cristianas?
14 El aprecio de la verdad bíblica debe impulsarnos a leer y estudiar tanto las Escrituras Griegas Cristianas como las Escrituras Hebreas. Así veremos la conexión entre las Escrituras Griegas y el propósito de Dios, y cómo estas arrojan luz sobre las profecías de las Escrituras Hebreas. (Romanos 16:25-27; Efesios 3:4-6; Colosenses 1:26.) La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras es utilísima a este respecto. Fue preparada por siervos dedicados de Dios que se sirvieron del conocimiento más amplio con que se cuenta hoy del texto original de la Biblia, del entorno y de las expresiones idiomáticas. También son esenciales las ayudas para el estudio bíblico que Jehová ha suministrado mediante “el esclavo fiel y discreto”.
15. ¿Cómo podemos probar que es apropiado citar de diversas partes de la Biblia?
15 Quizás haya quien diga: ‘Sus publicaciones contienen millares de citas bíblicas; pero ¿por qué las toman de aquí y allá?’. Al citar de distintos lugares de los sesenta y seis libros de la Biblia, las publicaciones recurren a varios testigos inspirados con el fin de probar la veracidad de cierta enseñanza. El propio Jesús empleó esta modalidad didáctica. En el Sermón de la Montaña citó veintiuna veces de las Escrituras Hebreas, a saber: tres veces de Éxodo, dos de Levítico, una de Números, seis de Deuteronomio, una de Segundo de los Reyes, cuatro de Salmos, tres de Isaías y una de Jeremías. ¿Empleaba Jesús este método para ‘probar cualquier cosa’? No, pues él ‘enseñaba como persona que tenía autoridad, y no como los escribas’. Ello se debía a que cimentaba su enseñanza en la autoridad de la Palabra escrita de Dios. (Mateo 7:29.) Lo mismo hizo el apóstol Pablo.
16. ¿Qué citas de las Escrituras hizo Pablo en Romanos 15:7-13?
16 En el pasaje de Romanos 15:7-13, Pablo citó de tres secciones de las Escrituras Hebreas, esto es, la Ley, los Profetas y los Salmos. El apóstol mostró que los judíos y los gentiles glorificarían a Dios, y que los cristianos, por lo tanto, debían acoger a gentes de todas las naciones. Dijo: “Recíbanse con gusto unos a otros, así como el Cristo también nos recibió con gusto a nosotros, con gloria a Dios en mira. Porque digo que Cristo realmente llegó a ser ministro de los circuncisos a favor de la veracidad de Dios, para confirmar las promesas que Él hizo a los antepasados de ellos, y para que las naciones glorificaran a Dios por su misericordia. Así como está escrito [en Salmo 18:49]: ‘Por eso te reconoceré abiertamente entre las naciones y ciertamente tocaré melodía a tu nombre’. Y de nuevo dice [en Deuteronomio 32:43]: ‘Alégrense, oh naciones, con su pueblo’. Y otra vez [en Salmo 117:1]: ‘Alaben a Jehová, naciones todas, y alábenlo pueblos todos’. Y otra vez dice Isaías [11:1, 10]: ‘Habrá la raíz de Jesé, y habrá uno que se levante para gobernar naciones; en él cifrarán su esperanza naciones’. Que el Dios que da esperanza los llene de todo gozo y paz por el creer de ustedes, para que abunden en la esperanza con poder de espíritu santo”. Valiéndose del método temático, Pablo enseñó a citar diversos textos para fundamentar las verdades bíblicas.
17. ¿Con qué precedente como base citan los cristianos de diversos lugares de la Biblia?
17 La primera carta inspirada del apóstol Pedro contiene 34 citas de diez libros de la Ley, los Profetas y los Salmos, y en su segunda carta cita seis veces de tres libros. El Evangelio de Mateo tiene 122 citas de Génesis a Malaquías. En los veintisiete libros que conforman las Escrituras Griegas aparecen 320 citas directas desde Génesis hasta Malaquías, así como centenares de otras referencias a las Escrituras Hebreas. Con base en el precedente que sentó Jesús y que imitaron los apóstoles, los cristianos actuales citan de diversos lugares de la Biblia al estudiar un tema en particular, lo cual resulta muy apropiado en estos “últimos días”, cuando las Escrituras Hebreas y Griegas están cumpliéndose en su mayor parte. (2 Timoteo 3:1.) El ‘esclavo fiel’ utiliza la Biblia de esa manera en sus publicaciones, pero jamás añade ni quita nada a la Palabra de Dios. (Proverbios 30:5, 6; Revelación 22:18, 19.)
Andemos siempre en la verdad
18. ¿Por qué debemos ‘andar en la verdad’?
18 No debemos quitar nada a la Biblia, pues el entero cuerpo de enseñanzas cristianas de la Palabra de Dios es “la verdad” o “la verdad de las buenas nuevas”. La adherencia a dicha verdad —el ‘andar’ en ella— es imprescindible para la salvación. (Gálatas 2:5; 2 Juan 4; 1 Timoteo 2:3, 4.) Dado que el cristianismo es el “camino de la verdad”, cuando ayudamos a otros a adelantar los intereses de este, nos hacemos “colaboradores en la verdad”. (2 Pedro 2:2; 3 Juan 8.)
19. ¿Cómo podemos ‘seguir andando en la verdad’?
19 Para ‘seguir andando en la verdad’ es menester leer la Biblia y aprovechar toda la ayuda espiritual que Dios provee mediante el ‘esclavo fiel’. (3 Juan 4.) Hagámoslo por nuestro propio bien y para poder enseñar a otros acerca de Jehová Dios, Jesucristo y el propósito divino. Y agradezcamos que el espíritu de Jehová nos ayude a entender su Palabra y a tener éxito al servirle en verdad.
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