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  • Acepte la Biblia como lo que verdaderamente es
    La Atalaya 1995 | 1 de mayo
    • Acepte la Biblia como lo que verdaderamente es

      “Nosotros también incesantemente damos gracias a Dios, porque cuando ustedes recibieron la palabra de Dios, que oyeron de parte de nosotros, la aceptaron, no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios, la cual también está obrando en ustedes los creyentes.” (1 TESALONICENSES 2:13.)

      1. ¿Qué información hace que la Biblia sea de verdad un libro sobresaliente?

      LA SANTA Biblia es el libro más traducido y difundido del mundo. Se la reconoce como una de las obras maestras de la literatura universal. Más importante aún, suministra la dirección que tanto necesitan personas de toda raza y nacionalidad, sin importar cuál sea su ocupación o situación en la vida. (Revelación [Apocalipsis] 14:6, 7.) La Biblia contesta las siguientes preguntas de una manera que satisface tanto la mente como el corazón: ¿Qué propósito tiene la vida? (Génesis 1:28; Revelación 4:11.) ¿Por qué no han podido los gobiernos humanos lograr definitivamente la paz y la seguridad? (Jeremías 10:23; Revelación 13:1, 2.) ¿Por qué muere la gente? (Génesis 2:15-17; 3:1-6; Romanos 5:12.) ¿Cómo podemos hacer frente a los problemas de la vida en este mundo turbulento? (Salmo 119:105; Proverbios 3:5, 6.) ¿Qué nos reserva el futuro? (Daniel 2:44; Revelación 21:3-5.)

      2. ¿Por qué suministra la Biblia respuestas completamente confiables a nuestras preguntas?

      2 ¿Por qué puede contestar la Biblia esas preguntas con autoridad? Porque es la Palabra de Dios. Aunque él utilizó a seres humanos para escribirla, en 2 Timoteo 3:16 se expone con claridad que “toda Escritura es inspirada de Dios”. No es el producto de la interpretación privada del devenir humano. “La profecía [declaraciones de sucesos futuros, mandatos divinos, el código moral bíblico] no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” (2 Pedro 1:21.)

      3. a) Mencione ejemplos de lo mucho que han valorado la Biblia personas de diversos países. b) ¿Por qué estuvieron dispuestas a arriesgar la vida ciertas personas por leer las Escrituras?

      3 Ha habido muchas personas que han valorado tanto la Biblia, que se han arriesgado a ser encarceladas y a morir por poseerla y leerla. Así ocurrió antiguamente en la España católica, donde el clero temía que se debilitara su influencia si el pueblo leía la Biblia en su propia lengua; fue cierto también en Albania, donde un régimen ateo tomó medidas severas para erradicar la intervención religiosa. No obstante, las personas temerosas de Dios guardaron como tesoros ejemplares de las Escrituras, los leían y los compartían entre sí. Durante la II Guerra Mundial, en el campo de concentración de Sachsenhausen se pasaba cautelosamente una Biblia de un pabellón a otro aunque estaba prohibido hacerlo, y los que tenían acceso a ella memorizaban ciertos textos para comentarlos con los demás. Durante los años cincuenta, en lo que fue la Alemania oriental comunista, los testigos de Jehová que estaban encarcelados por causa de su fe corrían el riesgo de que se les incomunicara durante mucho tiempo por pasarse pequeñas secciones de la Biblia unos a otros para leerlas durante la noche. ¿Por qué lo hacían? Porque reconocían que la Biblia es la Palabra de Dios, y sabían que “no solo de pan vive el hombre, sino [...] de toda expresión de la boca de Jehová”. (Deuteronomio 8:3.) Las expresiones que se hallan en la Biblia ayudaron a aquellos Testigos a permanecer vivos espiritualmente pese a las increíbles crueldades que tuvieron que soportar.

      4. ¿Qué lugar debe ocupar la Biblia en nuestra vida?

      4 La Biblia no es simplemente un libro que colocamos en el estante para consultarlo de vez en cuando; tampoco lo utilizamos únicamente cuando nos reunimos con nuestros compañeros de creencia para adorar a Dios. Debemos emplearlo todos los días para que nos enseñe lo que debemos hacer en las situaciones que afrontamos y nos señale el camino apropiado que debemos seguir. (Salmo 25:4, 5.)

      Provista para que la leamos y la entendamos

      5. a) Si es posible, ¿qué debemos poseer todos? b) ¿Cómo se enteraban los israelitas de la antigüedad de lo que decían las Escrituras? c) ¿Cómo influye Salmo 19:7-11 en su actitud con respecto a la lectura de la Biblia?

      5 Hoy día, en la mayoría de los países la Biblia se puede conseguir fácilmente, y animamos a todos los lectores de La Atalaya a que obtengan un ejemplar. Cuando la Biblia se estaba escribiendo, no había imprentas. La generalidad de las personas no tenían un ejemplar personal. Sin embargo, Jehová se encargó de que sus siervos conocieran su contenido. Por ello, Éxodo 24:7 dice que cuando Moisés escribió lo que Jehová le mandó, “tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo”. Después de haber visto las manifestaciones sobrenaturales en el monte Sinaí, el pueblo reconoció que lo que Moisés había leído provenía de Dios y que tenían que conocer esta información. (Éxodo 19:9, 16-19; 20:22.) Nosotros también tenemos que saber lo que dice la Palabra de Dios. (Salmo 19:7-11.)

      6. a) ¿Qué hizo Moisés antes de que la nación de Israel entrara en la Tierra Prometida? b) ¿Cómo podemos imitar el ejemplo de Moisés?

      6 Cuando la nación de Israel se preparaba para cruzar el río Jordán y entrar en la Tierra Prometida, terminando así su vida nómada en el desierto, era apropiado que repasara la Ley de Jehová y su relación con la nación. Impelido por el espíritu de Dios, Moisés examinó de nuevo la Ley con el pueblo. Le recordó algunos detalles de esta y destacó también varios principios y actitudes subyacentes que debían influir en su relación con Jehová. (Deuteronomio 4:9, 35; 7:7, 8; 8:10-14; 10:12, 13.) Cuando nosotros aceptamos nuevas asignaciones o afrontamos situaciones nuevas en la vida, también nos beneficiará examinar cómo debe influir el consejo de las Escrituras en lo que hacemos.

      7. ¿Qué se hizo para grabar la Ley de Jehová en la mente y el corazón de los israelitas poco después de haber cruzado el Jordán?

      7 Poco después de haber cruzado el río Jordán, el pueblo se reunió de nuevo para repasar lo que Jehová le había dicho mediante Moisés. La nación se congregó a unos 50 kilómetros al norte de Jerusalén. La mitad de las tribus estaban delante del monte Ebal, y la otra mitad, enfrente del monte Guerizim. Allí Josué “leyó en voz alta todas las palabras de la ley, la bendición y la invocación de mal”. De esta manera, los hombres, las mujeres, los niños y los residentes forasteros oyeron una reafirmación oportuna tanto de las leyes que indicaban qué conducta resultaría en la desaprobación divina como de las bendiciones que recibirían si obedecían a Jehová. (Josué 8:34, 35.) Tenían que entender claramente lo que era bueno y lo que era malo a la vista de Jehová. Es más, debían grabar en el corazón amor a lo que es bueno y odio a lo que es malo, tal como debemos hacer nosotros hoy. (Salmo 97:10; 119:103, 104; Amós 5:15.)

      8. ¿Por qué era provechosa la lectura periódica de la Palabra de Dios durante ciertas asambleas nacionales de Israel?

      8 Además de leer la Ley en aquellas ocasiones históricas, en Deuteronomio 31:10-12 se explica la provisión que se hizo para la lectura regular de la Palabra de Dios. Cada séptimo año, toda la nación tenía que congregarse para oír la lectura de la Palabra de Dios y de este modo alimentarse espiritualmente. Esto mantenía vivas en la mente y el corazón las promesas respecto a la Descendencia y así dirigía a los fieles al Mesías. Las medidas que se tomaron para alimentar espiritualmente a Israel cuando estaba en el desierto no cesaron una vez que la nación entró en la Tierra Prometida. (1 Corintios 10:3, 4.) Al contrario, la Palabra de Dios se enriqueció con la inclusión de las revelaciones que recibieron posteriormente los profetas.

      9. a) ¿Leían los israelitas las Escrituras únicamente cuando se reunían en asambleas grandes? Explique. b) ¿Cómo se impartía la enseñanza bíblica a la familia, y cuál era el objetivo?

      9 El consejo de la Palabra de Dios no se repasaba únicamente cuando el pueblo se reunía en asambleas grandes. Los israelitas examinaban a diario ciertos pasajes y principios de la Palabra de Dios. (Deuteronomio 6:4-9.) Hoy día, en la mayoría de los lugares los jóvenes pueden conseguir un ejemplar personal de la Biblia, y es muy provechoso que lo hagan. Sin embargo, ese no era el caso en el antiguo Israel. En aquellos días, cuando los padres impartían enseñanza de la Palabra de Dios, tenían que confiar en lo que habían memorizado y en las verdades que conservaban en el corazón, así como en los pasajes breves que hubieran escrito personalmente. Mediante la repetición frecuente procuraban inculcar en sus hijos amor a Jehová y sus caminos. El objetivo no era simplemente llenarles la cabeza de conocimiento, sino ayudar a cada miembro de la familia a vivir de tal manera que manifestara amor a Jehová y a su Palabra. (Deuteronomio 11:18, 19, 22, 23.)

      La lectura de las Escrituras en las sinagogas

      10, 11. ¿Qué programa de lectura de las Escrituras se seguía en las sinagogas, y cómo consideraba Jesús estas ocasiones?

      10 Cuando los judíos estaban exiliados en Babilonia, se abrieron sinagogas como lugares de culto. A fin de leer y comentar la Palabra de Dios en estos lugares de reunión, se hicieron más copias de las Escrituras. Esta es una de las razones por las que se conservan unos seis mil manuscritos antiguos con secciones de las Escrituras Hebreas.

      11 Una parte importante de las reuniones en las sinagogas era la lectura de la Tora, el equivalente a los primeros cinco libros de las Biblias modernas. Hechos 15:21 indica que en el siglo primero se realizaba esa lectura todos los sábados, y la Misná muestra que en el siglo II también se leía de la Tora el segundo y el quinto día de la semana. Varias personas leían sucesivamente pasajes asignados. Los judíos que vivían en Babilonia solían leer toda la Tora anualmente; en Palestina la costumbre era leerla en tres años. También se leía y se explicaba una sección de los Profetas. Jesús acostumbraba asistir a la lectura bíblica los sábados en la ciudad donde vivía. (Lucas 4:16-21.)

      Respuesta y obediencia personal

      12. a) ¿Cómo se benefició el pueblo cuando Moisés le leyó la Ley? b) ¿Cómo respondió el pueblo?

      12 No se suponía que la lectura de las Escrituras inspiradas fuera un simple formalismo. No se hacía sencillamente para satisfacer la curiosidad del pueblo. Cuando Moisés leyó “el libro del pacto” a Israel en la llanura frente al monte Sinaí, lo hizo para que supiera cuáles eran sus responsabilidades ante Dios y las cumpliera. ¿Estaba dispuesto el pueblo? La lectura requería una respuesta. Los israelitas reconocieron ese hecho, y dijeron: “Todo lo que Jehová ha hablado estamos dispuestos a hacerlo, y a ser obedientes”. (Éxodo 24:7; compárese con Éxodo 19:8; 24:3.)

      13. ¿Qué tenía que hacer el pueblo cuando Josué leyera las maldiciones que ocasionaría la desobediencia, y con qué objetivo?

      13 Más tarde, cuando Josué leyó a la nación las prometidas bendiciones y las maldiciones, o invocaciones de mal, se requirió una respuesta del pueblo. Después de cada invocación de mal se daba la orden: “Y todo el pueblo tiene que responder y decir: ‘¡Amén!’”. (Deuteronomio 27:4-26.) De este modo, el pueblo expresó públicamente que estaba de acuerdo con la condenación divina de cada uno de los males que se mencionaron. ¡Qué impresionante debió ser cuando toda la nación gritaba al unísono su asentimiento!

      14. ¿Por qué resultó ser especialmente provechosa la lectura pública de la Ley en los días de Nehemías?

      14 Cuando todo el pueblo se reunió en Jerusalén para oír la Ley en los días de Nehemías, se enteró de que no estaba siguiendo todas sus instrucciones. En esa ocasión obedeció con prontitud lo que aprendió. ¿Cuál fue el resultado? “Llegó a haber regocijo muy grande.” (Nehemías 8:13-17.) Después de oír la lectura de la Biblia diariamente por una semana durante la fiesta, la nación se dio cuenta de que se requería aún más. Oró y repasó la historia de la relación de Jehová con su pueblo desde los días de Abrahán. Esta información motivó a Israel a jurar conformarse a los requisitos de la Ley, no casarse con extranjeros y aceptar las obligaciones relacionadas con el mantenimiento del templo y sus servicios. (Nehemías, capítulos 8-10.)

      15. ¿Cómo muestran las instrucciones de Deuteronomio 6:6-9 que la enseñanza de la Palabra de Dios que se impartía a la familia no debía ser un simple formalismo?

      15 La enseñanza de las Escrituras que se impartía a la familia tampoco debía ser un simple formalismo. Como ya se señaló, en Deuteronomio 6:6-9 se dijo al pueblo que, en sentido figurado, ‘atara las palabras de Dios como señal sobre su mano’, demostrando así por su ejemplo y su acción que amaba los caminos de Jehová. Además, tenía que poner las palabras de Dios como “venda frontal entre los ojos”, es decir, debía tener presentes constantemente los principios de las Escrituras y basar sus decisiones en estos. (Compárese con la terminología que se utiliza en Éxodo 13:9, 14-16.) Los israelitas habían de ‘escribirlas sobre las jambas de las puertas de sus casas y sobre sus puertas’, y así identificar sus hogares y comunidades como lugares donde se respetaba y obedecía la palabra de Dios. Dicho de otro modo: su vida tenía que dar prueba abundante de que amaban y obedecían los justos preceptos de Jehová. ¡Qué provechoso resultaría para ellos! ¿Ocupa la Palabra de Dios ese lugar preeminente en la vida cotidiana de nuestra familia? Lamentablemente, los judíos convirtieron estos asuntos en un simple formalismo, hasta el extremo de llevar puestas cajitas que contenían textos escritos como si fueran amuletos. Su adoración ya no provenía del corazón, y Jehová la rechazó. (Isaías 29:13, 14; Mateo 15:7-9.)

      La responsabilidad de los que ocupan posiciones de superintendencia

      16. ¿Por qué era importante que Josué leyera las Escrituras regularmente?

      16 En lo que respecta a leer las Escrituras, se dio atención especial a los superintendentes de la nación. Jehová dijo a Josué: “[Cuida] de hacer conforme a toda la ley”. Con el objetivo de que cumpliera con esa responsabilidad, se le ordenó: “Día y noche tienes que leer en [el libro de la ley] en voz baja, [...] porque entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás sabiamente”. (Josué 1:7, 8.) Como en el caso de todos los superintendentes cristianos de la actualidad, la lectura regular de las Escrituras ayudaba a Josué a mantener la mente enfocada en los mandamientos específicos que Jehová había dado a su pueblo. Josué también tenía que entender la relación de Jehová con sus siervos en diversas circunstancias. Cuando leía textos sobre el propósito de Dios, era importante que pensara en su propia responsabilidad en relación con ese propósito.

      17. a) Para que los reyes se beneficiaran de la lectura de las Escrituras, como Jehová mandaba, ¿qué tenían que hacer además de leer? b) ¿Por qué es muy importante que los ancianos cristianos lean regularmente la Biblia y mediten en ella?

      17 Jehová mandó que cualquiera que fuera rey sobre su pueblo hiciera al principio de su reinado una copia de la Ley de Dios directamente de la que guardaban los sacerdotes. Luego debía “leer en ella todos los días de su vida”. Su objetivo no era simplemente memorizar su contenido, sino ‘evitar que su corazón se ensalzara sobre sus hermanos’. (Deuteronomio 17:18-20.) Por ello, tenía que meditar profundamente en lo que leía. Parece que algunos de los reyes pensaron que sus muchas ocupaciones administrativas no les permitían tiempo para ello, y toda la nación sufrió como resultado de su negligencia. Los ancianos de la congregación cristiana no son en modo alguno reyes. Sin embargo, como en el caso de los reyes, es esencial que lean la Palabra de Dios y mediten en ella. Tal proceder los ayudará a mantener un punto de vista apropiado de las personas encomendadas a su cuidado. También les permitirá cumplir con su responsabilidad de maestros de una manera que de verdad honre a Dios y fortalezca espiritualmente a sus compañeros cristianos. (Tito 1:9; compárese con Juan 7:16-18; contrástese con 1 Timoteo 1:6, 7.)

      18. ¿Qué ejemplo del apóstol Pablo podremos imitar si leemos y estudiamos regularmente la Biblia?

      18 El apóstol Pablo, superintendente cristiano del siglo primero, conocía bien las Escrituras inspiradas. Cuando dio testimonio a los habitantes de la antigua Tesalónica, pudo razonar eficazmente con ellos basándose en las Escrituras y ayudarlos a comprender su significado. (Hechos 17:1-4.) Llegó al corazón de los oyentes sinceros. Como resultado, muchos de los que lo oyeron se hicieron creyentes. (1 Tesalonicenses 2:13.) ¿Le ayuda a usted su programa de lectura y estudio de la Biblia a razonar eficazmente basándose en las Escrituras? ¿Demuestra el lugar que ocupa en su vida la lectura bíblica y la manera de efectuarla que aprecia de verdad lo que significa poseer la Palabra de Dios? En el siguiente artículo examinaremos cómo incluso las personas muy ocupadas pueden contestar estas preguntas afirmativamente.

  • Benefíciese de la lectura diaria de la Biblia
    La Atalaya 1995 | 1 de mayo
    • Benefíciese de la lectura diaria de la Biblia

      “Feliz es el hombre [...] [cuyo] deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja.” (SALMO 1:1, 2.)

      1. a) ¿Qué letrero grande aparece en la fachada de una fábrica de la sede mundial de la Sociedad Watch Tower? b) ¿Qué beneficios recibiremos si tomamos a pecho la exhortación?

      “LEA A DIARIO LA PALABRA DE DIOS, LA SANTA BIBLIA.” Estas palabras aparecen en un letrero grande en la fachada de una fábrica de Brooklyn (Nueva York) donde la Sociedad Watchtower Bible and Tract imprime Biblias y publicaciones bíblicas. Esa exhortación no se dirige únicamente a las personas del mundo que ven el letrero. Los testigos de Jehová saben que ellos también tienen que tomarla a pecho. Los que leen la Biblia regularmente y se rigen por ella sacan provecho de la enseñanza, la censura, la corrección y la disciplina justa que suministra. (2 Timoteo 3:16, 17.)

      2. ¿Cómo destacó el hermano Russell la importancia de leer la Biblia?

      2 Los testigos de Jehová valoramos mucho nuestras ayudas para estudiar la Biblia, entre ellas La Atalaya, y las utilizamos con regularidad. Sin embargo, sabemos que no ocupan el lugar de la Biblia. En 1909, Charles Taze Russell, primer presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, escribió lo siguiente a los lectores de la revista La Atalaya: “Nunca olviden que la Biblia es nuestra norma, y aunque vemos nuestras ayudas como procedentes de Dios, son solo ‘ayudas’, y no sustituyen a la Biblia”.

      3. a) ¿Qué efecto tiene “la palabra de Dios” en los que la leen? b) ¿Con cuánta frecuencia leían y estudiaban las Escrituras los habitantes de Berea?

      3 Las Escrituras inspiradas tienen una profundidad y una fuerza que ningún otro libro iguala. “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12.) El discípulo Lucas encomió amorosamente a los habitantes de Berea diciendo que eran “de disposición más noble”. No solo recibieron con prontitud la palabra que les predicaron el apóstol Pablo y su compañero Silas, sino que también ‘examinaron con cuidado las Escrituras diariamente’ para cerciorarse de que las enseñanzas tenían base bíblica. (Hechos 17:11.)

      Lea la Biblia a diario

      4. ¿Con cuánta frecuencia indican las Escrituras que debemos leer la Biblia?

      4 La Biblia no especifica con cuánta frecuencia debemos leerla. No obstante, sí menciona que Jehová aconsejó a Josué que ‘día y noche leyera el libro de la ley en voz baja’ a fin de que actuara sabiamente y tuviera éxito en su asignación divina. (Josué 1:8.) Nos dice que todos los reyes del antiguo Israel tenían que leer las Escrituras “todos los días de su vida”. (Deuteronomio 17:19.) También dice: “Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los inicuos [...]. Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja”. (Salmo 1:1, 2.) Además, el Evangelio de Mateo revela que cuando Jesucristo rechazó las tentaciones de Satanás, citó de las Escrituras Hebreas inspiradas diciendo: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová’”. (Mateo 4:4.) ¿Con cuánta frecuencia tenemos que ingerir alimento físico? Todos los días. Tomar alimento espiritual a diario es aún más importante porque está relacionado con nuestras perspectivas de alcanzar la vida eterna. (Deuteronomio 8:3; Juan 17:3.)

      5. ¿Cómo nos ayuda la lectura diaria de la Biblia a ‘andar de una manera digna de Jehová’ cuando se somete a prueba nuestra fe?

      5 Todos necesitamos diariamente la fortaleza que suministra la Palabra de Dios. Todos los días se somete a prueba nuestra fe en casa, en el trabajo, en la escuela, en la calle, al ir de compras y en el ministerio. ¿Cómo reaccionaremos ante esos desafíos? ¿Recordaremos inmediatamente algunos mandatos y principios bíblicos? La Biblia no anima a confiar en uno mismo, sino que advierte: “El que piensa que está en pie, cuídese de no caer”. (1 Corintios 10:12.) Leer la Biblia a diario nos ayuda a ‘andar de una manera digna de Jehová a fin de que le agrademos plenamente’, en vez de permitir que el mundo nos moldee según sus normas. (Colosenses 1:9, 10; Romanos 12:2.)

      Debemos leer la Biblia repetidas veces

      6. ¿Por qué es provechoso leer la Biblia repetidas veces?

      6 Leer la Biblia es muy diferente de leer una novela. Por lo general, las obras de ficción están concebidas para que se les dé una sola lectura; en cuanto se conoce la trama y cómo termina, no hay razón para volver a leer el libro. En el caso de la Biblia, en cambio, prescindiendo de cuántas veces la hayamos leído, sacamos mucho provecho con cada nueva lectura. (Proverbios 9:9.) Para la persona perspicaz, las Escrituras presentan constantemente nuevos aspectos. Las profecías respecto a los últimos días le impresionan aún más debido a lo que ha visto, oído y experimentado personalmente en los últimos meses. (Daniel 12:4.) A medida que amplía su experiencia en la vida y afronta problemas, valora más el consejo bíblico que antes tal vez simplemente leía sin reflexionar. (Proverbios 4:18.) En caso de enfermar de gravedad, para tal persona cobran más significado que nunca las promesas bíblicas sobre la eliminación del dolor y la recuperación de la salud. Cuando fallecen amigos allegados y familiares, la promesa de la resurrección es aún más preciosa.

      7. ¿Qué es útil hacer cuando asumimos una nueva responsabilidad en la vida, y por qué?

      7 Tal vez usted haya leído la Biblia y haya seguido su consejo durante años. Sin embargo, es posible que ahora esté asumiendo nuevas responsabilidades en la vida. ¿Planea casarse? ¿Va a tener un hijo? ¿Ha recibido alguna responsabilidad en la congregación, como ser anciano o siervo ministerial? ¿Ha emprendido la obra de evangelizador de tiempo completo y ahora tiene más oportunidades de predicar y enseñar? Cuánto le beneficiaría leer toda la Biblia de nuevo teniendo presentes sus nuevas responsabilidades. (Efesios 5:24, 25; 6:4; 2 Timoteo 4:1, 2.)

      8. ¿Cómo pudiera un cambio de circunstancias revelar que tenemos que aprender más acerca de cosas que creíamos que ya sabíamos?

      8 Quizás en el pasado usted haya manifestado bien los frutos del espíritu. (Gálatas 5:22, 23.) No obstante, al cambiar sus circunstancias, es posible que tenga que aprender mucho más acerca de estas cualidades divinas. (Compárese con Hebreos 5:8.) Un ex superintendente viajante que consideró necesario abandonar su servicio especial para cuidar a sus ancianos padres, comentó: “Creía que manifestaba bastante bien los frutos del espíritu. Ahora me parece estar aprendiéndolos de nuevo”. Así mismo, las personas casadas cuyos cónyuges están física o emocionalmente enfermos de gravedad tal vez encuentren que la tensión que produce cuidarlos a veces desemboca en reacciones desalentadoras. En estos casos, la lectura regular de la Biblia es una fuente de mucho consuelo y ayuda.

      Cuándo pudiera leer la Biblia

      9. a) ¿Qué puede ayudar a la persona muy ocupada a apartar tiempo para leer la Biblia diariamente? b) ¿Por qué es importante que los ancianos, en especial, lean la Palabra de Dios?

      9 Es cierto que las personas muy ocupadas encuentran difícil apartar tiempo para hacer algo extra regularmente. No obstante, podemos beneficiarnos del ejemplo de Jehová. La Biblia dice que él hace las cosas a ‘tiempos señalados’. (Génesis 21:2; Éxodo 9:5; Lucas 21:24; Gálatas 4:4.) Comprender la importancia de leer la Palabra de Dios periódicamente nos ayudará a fijar un momento para hacerlo todos los días. (Efesios 5:15-17.) Los ancianos, en particular, necesitan apartar tiempo para leer la Biblia con regularidad a fin de que su consejo se base inequívocamente en los principios bíblicos y de que el espíritu que manifiesten refleje “la sabiduría de arriba”. (Santiago 3:17; Tito 1:9.)

      10. ¿De dónde sacan tiempo para leer la Biblia diariamente muchos Testigos?

      10 Muchos de los que siguen fielmente un programa de lectura de la Biblia han escogido para ello las primeras horas de la mañana, antes de empezar las actividades del día. A otros les resulta más fácil mantener la regularidad a otra hora. Las cintas de la Biblia (donde estén disponibles) ayudan a las personas que viajan a aprovechar el tiempo, y algunos Testigos las escuchan mientras realizan los quehaceres del hogar. Algunos horarios que han sido prácticos para muchos Testigos de Europa, África, América del Norte, América del Sur y el Oriente aparecen en las páginas 20 y 21, en el artículo “Cuándo la leen y cómo se benefician”.

      11. ¿Cómo lograremos leer la Biblia diariamente si disponemos de muy poco tiempo?

      11 Lo más importante no es la cantidad de tiempo que dedicamos a la lectura de la Biblia de una vez, sino la regularidad con que lo hacemos. Quizás encuentre gratificante leerla por una hora o más, hacer investigación adicional y concentrarse completamente en la información. Ahora bien, ¿le permite su horario hacer eso con regularidad? En vez de dejar pasar los días sin leer la Biblia, ¿no sería más conveniente dedicar a su lectura diariamente quince minutos o, por lo menos, cinco? Resuélvase a leer la Biblia todos los días. Luego complemente esa lectura con investigación más profunda cuando sea posible.

      Diferentes métodos para leer la Biblia

      12. ¿Qué programa de lectura de la Biblia tienen los nuevos miembros de la familia de Betel y los estudiantes de Galaad?

      12 Hay muchas maneras de leer la Biblia. Es provechoso hacerlo desde Génesis hasta Revelación. Los miembros de la familia de Betel que sirven en la sede mundial y en las sucursales de la Sociedad tienen que leer la Biblia entera durante el primer año de servicio en Betel. (Eso por lo general supone abarcar cada día de tres a cinco capítulos, dependiendo de lo largos que sean, o cuatro o cinco páginas.) Los estudiantes de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower también deben leerla de principio a fin antes de graduarse. Se espera que esto los ayude a hacer de la lectura diaria de la Biblia parte de su vida.

      13. ¿Qué se recomienda a los Testigos recién bautizados?

      13 Es conveniente que los Testigos recién bautizados se fijen la meta de leer toda la Biblia. En 1975, un anciano preguntó a un joven francés que se preparaba para el bautismo si tenía un programa definido de lectura de la Biblia. Desde entonces ha leído la Biblia entera cada año. El momento que ha designado es por la mañana antes de marcharse al trabajo. Él comenta cuáles han sido los resultados. “Conozco mucho mejor a Jehová. Puedo ver que todo lo que hace está relacionado con su propósito y cómo reacciona cuando se presentan obstáculos. Comprendo que Jehová es, a la vez, justo y bueno en todas sus actividades.”

      14. a) ¿Qué se requiere para empezar un programa de lectura de la Biblia que sea regular? b) ¿Qué nos ayudará a recordar la idea general de cada libro bíblico mientras lo leemos?

      14 ¿Ha leído usted toda la Biblia? Si no lo ha hecho, ahora es un buen momento para empezar a hacerlo. Elabore un programa definido, y aténgase a él. Determine cuántas páginas o cuántos capítulos abarcará por día, o sencillamente decida cuánto tiempo pasará leyendo y cuándo lo hará. No todos terminarán la Biblia en un año, pero lo importante es leer la Palabra de Dios regularmente, a diario si es posible. Según avance en la lectura, tal vez le parezca útil examinar ciertas obras de consulta para grabar en la mente la idea general de la información. Antes de empezar a leer un libro de la Biblia, repase el breve resumen de sus puntos sobresalientes que aparece en la obra Perspicacia para comprender las Escrituras, si está disponible en su idioma.* Concéntrese particularmente en los encabezamientos del resumen que están en negritas. También aproveche la información más detallada que se encuentra en la publicación “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”.a

      15. a) ¿Qué sugerencias de las páginas 16 y 17 pudieran mejorar su lectura de la Biblia? b) En vez de convertir la lectura de cierta cantidad de páginas en una mera rutina, ¿a qué asunto esencial debemos prestar más atención?

      15 Leer la Biblia regularmente es provechoso, pero no lo hagamos por mera rutina. No leamos cierta cantidad de páginas al día solo para decir que leemos la Biblia entera todos los años. Como se muestra en el recuadro “Sugerencias para mejorar su lectura de la Biblia” (páginas 16 y 17), hay muchas maneras de leerla y disfrutar de ella. Sea cual sea el método que escojamos, asegurémonos de alimentar tanto la mente como el corazón.

      Capte el sentido de lo que lee

      16. ¿Por qué es importante apartar tiempo para meditar en lo que leemos?

      16 Cuando Jesús enseñaba a sus discípulos, destacaba la importancia de que entendieran lo que les decía. Lo esencial no era que tuvieran una simple comprensión intelectual de los asuntos, sino que captaran “el sentido de ello con el corazón” para que pudieran ponerlo en práctica en la vida. (Mateo 13:14, 15, 19, 23.) Lo que cuenta para Dios es la persona interior, que es lo que representa el corazón. (1 Samuel 16:7; Proverbios 4:23.) Además de entender el significado de los pasajes bíblicos, tenemos que meditar en ellos y reflexionar sobre su trascendencia en nuestra vida. (Salmo 48:9; 1 Timoteo 4:15.)

      17. ¿Desde qué ángulos podemos meditar en lo que leemos en las Escrituras?

      17 Procure identificar los principios subyacentes tras los relatos bíblicos para que pueda regirse por ellos en las situaciones que tenga que afrontar. (Compárese con Mateo 9:13; 19:3-6.) Cuando lea y medite sobre las maravillosas cualidades de Jehová, aproveche la oportunidad para fortalecer su relación personal con él y desarrollar un arraigado sentido de devoción piadosa. Si repasa textos sobre el propósito de Jehová, piense en lo que usted puede hacer para trabajar en conformidad con ese propósito. Al leer consejo directo, no se diga sencillamente: ‘Ya lo sabía’, sino pregúntese: ‘¿Estoy siguiéndolo? Si así es, ¿cómo puedo hacerlo “más plenamente”?’. (1 Tesalonicenses 4:1.) A medida que vaya aprendiendo los requisitos de Dios, tome nota también de los ejemplos bíblicos de personas que vivieron en conformidad con esos requisitos y de las que no lo hicieron. Reflexione en la razón por la que siguieron su derrotero y las consecuencias de ello. (Romanos 15:4; 1 Corintios 10:11.) Cuando lea acerca de la vida de Jesucristo, recuerde que Jehová le ha encomendado a él la gobernación de toda la Tierra; aproveche la oportunidad para fortalecer su anhelo por el nuevo mundo de Dios. También analice cómo puede imitar a mayor grado al Hijo de Dios. (1 Pedro 2:21.)

      18. ¿Cómo podemos equilibrar la lectura de la Biblia con el estudio de las publicaciones que suministra “el esclavo fiel y discreto”?

      18 Claro está que la lectura de la Biblia no debe sustituir al estudio de las excelentes publicaciones que ha suministrado “el esclavo fiel y discreto”. Estas también son una parte muy valiosa de la provisión de Jehová. (Mateo 24:45-47.) Asegúrese de que la lectura regular de la Palabra de Dios ocupe un lugar prominente en su vida. Haga todo lo posible por ‘LEER A DIARIO LA PALABRA DE DIOS, LA SANTA BIBLIA’.

      [Nota a pie de página]

      a Editada por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

  • Benefíciese de la lectura diaria de la Biblia
    La Atalaya 1995 | 1 de mayo
    • [Fotografías en la página 15]

      ¿Lee usted la Biblia o escucha las grabaciones de esta todos los días?

      [Recuadro/Fotografía en las páginas 16, 17]

      Sugerencias para mejorar su lectura de la Biblia

      1) Muchas personas leen los libros de la Biblia en el orden en que habitualmente aparecen, desde Génesis hasta Revelación (Apocalipsis). También podría seguirse el orden en que se escribieron originalmente. Recuerde que la Biblia es una colección de 66 libros inspirados, una biblioteca divina. Para variar, en vez de limitarse a leer la Biblia página por página, tal vez desee leer algunos libros de carácter histórico, luego otros que contengan mayormente profecías y después las cartas de consejo. Anote lo que lea, y asegúrese de abarcar toda la Biblia.

      2) Cuando lea una porción de las Escrituras, pregúntese qué revela acerca de Jehová, su propósito, su manera de hacer las cosas; cómo debe influir en su vida; cómo pudiera utilizar la información para ayudar a otra persona.

      3) Utilice el cuadro “Acontecimientos principales de la vida humana de Jesús”, publicado en Perspicacia para comprender las Escrituras bajo el encabezamiento “Jesucristo” (en “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa” hay un cuadro análogo) cuando lea uno tras otro los relatos paralelos de los Evangelios. Complemente esta información consultando las secciones correspondientes del libro El hombre más grande de todos los tiempos.

      4) Cuando llegue al relato de la vida y el ministerio de Pablo, en Hechos de Apóstoles, lea también las cartas inspiradas relacionadas con esa información. Cuando se mencionen las diferentes ciudades y lugares donde predicó Pablo, deténgase y acuda a las cartas que luego escribió a los compañeros cristianos de aquellas ciudades. También es útil seguir sus viajes en un mapa, como el que aparece en la guarda posterior de la Traducción del Nuevo Mundo.

      5) Cuando llegue a los libros de Éxodo a Deuteronomio, lea la carta a los Hebreos para ver la explicación de muchos de los patrones proféticos. Bajo el encabezamiento “Ley”, en Perspicacia para comprender las Escrituras, consulte el cuadro “Aspectos del pacto de la Ley”.

      6) Al leer los libros proféticos, aparte tiempo para repasar el trasfondo histórico que proporciona la Biblia. Por ejemplo, una vez que llegue al libro de Isaías, repase lo que se dice en otros pasajes acerca de los reyes Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías, mencionados en Isaías 1:1. (2 Reyes, capítulos 15-20; 2 Crónicas, capítulos 26-32.) Además, cuando lea Ageo y Zacarías, repase lo que dice el libro de Esdras.

      7) Escoja un libro de la Biblia y, después de leer una sección (quizás un capítulo), busque información con el Índice de las publicaciones Watch Tower o el programa informático Watchtower Library, si está disponible en su idioma. Rija su vida por esta información. Úsela en discursos o en el ministerio del campo. Luego, prosiga con otro pasaje del libro bíblico.

      8) Si una publicación de la Watch Tower contiene un comentario sobre un libro de la Biblia o sobre un pasaje de este, consúltela con frecuencia durante la lectura de esa parte de la Biblia. (Por ejemplo: sobre El Cantar de los Cantares, La Atalaya, 1 de junio de 1958, páginas 332-346; sobre Ezequiel, “Las naciones sabrán que yo soy Jehová”... ¿cómo?; sobre Daniel, “Hágase tu voluntad en la Tierra” o Nuestro gobierno mundial entrante... el reino de Dios; sobre Ageo y Zacarías, El Paraíso restaurado a la humanidad... ¡por la Teocracia!; sobre Revelación, Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!)

      9) Mientras lee la Biblia, busque algunas de las referencias marginales. Fíjese en los 320 pasajes de las Escrituras Hebreas que se citan directamente en las Escrituras Griegas Cristianas, así como en los cientos de pasajes a los que se alude y la aplicación que se da. Las referencias marginales señalan el cumplimiento de las profecías bíblicas, datos biográficos y geográficos, y pensamientos similares que pudieran aclarar expresiones que tal vez encuentre difíciles de entender.

      10) Si utiliza la edición con referencias de la Traducción del Nuevo Mundo, examine las notas al pie de la página y los artículos del apéndice que guardan relación con lo que está leyendo. Estos datos muestran la razón por la que se tradujo el texto de cierta manera y otras formas posibles de traducir ciertas expresiones importantes. Tal vez quiera ver cómo vierten los mismos versículos diferentes traducciones de la Biblia.

      11) Cuando acabe un capítulo, escriba un resumen muy breve sobre la idea principal de la información. Utilícelo para repasar la información y meditar en ella.

      12) Cuando lea la Biblia, subraye los textos que desea recordar, o escríbalos en tarjetas y colóquelas donde las pueda ver todos los días. Apréndaselos de memoria; medite en ellos; utilícelos. En vez de tratar de memorizar muchos a la vez, tal vez baste con uno o dos por semana; luego escoja otros la próxima vez que lea la Biblia.

  • Cuándo la leen y cómo se benefician
    La Atalaya 1995 | 1 de mayo
    • Cuándo la leen y cómo se benefician

      Por la mañana temprano:

      Un matrimonio que trabaja fuera de casa ha decidido levantarse diez minutos antes y aprovechar el tiempo para leer la Biblia juntos antes de marcharse al trabajo. Esta lectura sirve de base para las conversaciones sanas que tienen cuando salen de casa.

      Un anciano de Nigeria sigue el programa de la Escuela del Ministerio Teocrático al leer la Biblia en casa con su familia. Todos los días, normalmente por las mañanas, leen un pasaje después de examinar el texto diario. Los niños se turnan para leer parte de la sección asignada. Luego se les pide que hagan preguntas sobre los versículos que han leído.

      Un ama de casa de Japón lee la Biblia entera anualmente desde 1985. Todos los días comienza la lectura a las cinco de la mañana y le dedica de veinte a treinta minutos. Respecto a los beneficios, ella dice: “Ha fortalecido mi fe. Me ayuda a olvidar mi enfermedad y a concentrarme en la esperanza del Paraíso”.

      Una hermana que lleva treinta años de precursora y cuyo esposo no es Testigo se levanta a diario a las cinco de la mañana para leer la Biblia. Lee unas cuatro páginas de las Escrituras Hebreas, un capítulo de las Escrituras Griegas Cristianas y un versículo de Proverbios. Lleva leyendo la Biblia entera anualmente desde 1959. Dice: “Gracias a la lectura, siento el amor de Jehová. [...] Recibo ánimo, consuelo y corrección”. Agrega: “Leer la Biblia es como si Jehová me diera nuevas fuerzas todos los días”.

      Una hermana que aprendió la verdad en un país donde la obra de los testigos de Jehová está proscrita también tiene un esposo opuesto a sus creencias. Ella lee la Biblia de lunes a viernes entre las seis y las siete de la mañana. Esta costumbre le ha infundido fuerza interior. Reflexionando sobre cómo ha influido en ella la lectura bíblica, comenta: “Aprendemos a amar a Jehová y a Jesús, y a vivir felices pese a los problemas y las dificultades, pues sabemos que las promesas de Jehová no fallan”.

      Una hermana decidió seguir el consejo que recibió en la Escuela del Servicio de Precursor de leer la Biblia diariamente. Al principio lo hacía entre las cinco y las seis de la mañana. Pero cuando un cambio de empleo se lo impidió, pasó a hacerlo entre las nueve y las diez de la noche. Ella explica lo que hacía cuando surgían otras situaciones difíciles: “Iba ajustando el horario según las circunstancias”.

      Durante el día:

      Dos hermanas carnales de la familia de Betel de Brasil acostumbran leer la Biblia juntas durante unos veinte minutos todos los días después del almuerzo. La han leído entera unas veinticinco veces; aun así, escriben: “Siempre encontramos algo nuevo, de modo que la lectura de la Biblia nunca se hace monótona”.

      Una hermana soltera de Japón se dio cuenta de que, aun cuando se había criado como Testigo, no conocía bien las Escrituras. Al hacerse precursora, se resolvió a leer la Biblia con regularidad. Ahora se mantiene al día con la lectura bíblica de la Escuela del Ministerio Teocrático cuando hace un viaje semanal para recibir tratamiento médico. Luego, en casa, realiza más investigación. Hacia el final de la semana, lee la Biblia en orden cronológico.

      Un joven de 13 años ya ha leído la Biblia entera tres veces, y actualmente lee un capítulo al día cuando llega de la escuela. Dice que le ha ayudado a “amar más a Jehová”.

      Un Testigo muy ocupado —además de su responsabilidad laboral, es anciano, esposo y padre— escucha las cintas de la Biblia cuando viaja al trabajo en el metro. Al regresar a casa, lee la misma información que escuchó.

      Además de leer las Escrituras, una precursora francesa escucha las cintas de la Biblia mientras cocina, mientras conduce, cuando afronta tiempos difíciles o sencillamente por placer.

      Un precursor japonés de 21 años de edad recuerda que su madre insistía en que se alimentara espiritualmente todos los días, y desde la edad de 3 años ha estado leyendo la Biblia a diario, aunque no a la misma hora. Cuando lee la sección que ha escogido, se asegura de releer los versículos principales, y luego toma unos minutos para repasar mentalmente la información.

      Otra precursora ha leído toda la Biblia unas diez veces en los últimos doce años. Su esposo es incrédulo, por lo que programa la lectura para la tarde.

      Por la noche:

      Durante los últimos ocho años, un anciano y precursor japonés ha tenido la costumbre de leer la Biblia por la noche antes de acostarse. Dice: “Los textos que más me gustan son los que indican cómo piensa Jehová, cómo se siente en cuanto a determinados asuntos y cómo maneja cada situación. Meditar en estos textos me ha ayudado a pensar igual que Jehová y a ayudar a mis hermanos cristianos y a mi familia”.

      Un anciano de Francia lee la Biblia durante una hora todas las noches desde 1979. A menudo tiene abiertas cinco o seis versiones para compararlas. Dice que esta lectura cuidadosa le ha ayudado a comprender “de qué manera es aplicable el conocimiento bíblico a las diversas situaciones cotidianas”. También le ha ayudado a ser más eficiente al dar consejo bíblico.

      Durante los últimos veintiocho años, un hermano nigeriano ha tenido la costumbre de leer por la noche el texto bíblico del folleto Examinando las Escrituras diariamente para comentarlo a la mañana siguiente. Además, lee todo el capítulo del que se ha tomado el texto. En vez de perder esta costumbre al casarse, ahora lee y examina la información con su esposa.

      Una adolescente cuyos padres no son Testigos acostumbra leer la Biblia de cinco a diez minutos todas las noches antes de acostarse. Estos minutos son preciosos para ella. Antes y después de la lectura, hace una oración. Tiene la meta de conocer el mensaje que Jehová mandó redactar a los escritores de la Biblia.

      Un hermano casado que sirve en Betel dice que ha leído toda la Biblia anualmente durante los últimos ocho años. Lee de veinte a treinta minutos todas las noches antes de acostarse. Incluso cuando está muy cansado, no puede dormirse sin hacer la lectura. Tiene que levantarse y satisfacer esa necesidad espiritual.

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