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Sumisión leal a la autoridad divinaLa Atalaya 2002 | 1 de agosto
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“¿También tienen que tratar de conseguir el sacerdocio?”
8. a) ¿Quién era Coré? b) ¿Qué hechos quizá lo indujeran a ver a los sacerdotes desde una óptica puramente humana?
8 Coré no era el cabeza de la casa paterna de Leví, como tampoco lo era de las familias de los qohatitas (Números 3:30, 32). No obstante, era un jefe respetado en Israel cuyos deberes tal vez lo pusieran en estrecho contacto con Aarón y sus hijos (Números 4:18, 19). Al ver por sí mismo las imperfecciones de estos hombres, puede que pensara: “¡Con lo imperfectos que son estos sacerdotes... y encima tengo que someterme a ellos! No hace mucho, Aarón fabricó un becerro de oro, y nuestro pueblo cayó en la idolatría por adorarlo. ¡Y ahora resulta que Aarón, el hermano de Moisés, es el sumo sacerdote! ¡Qué favoritismo! ¿Y Nadab y Abihú, los hijos de Aarón? Tanta falta de respeto mostraron por sus privilegios, que Jehová mismo les dio muerte” (Éxodo 32:1-5; Levítico 10:1, 2).a Sin importar cuáles fueran los pensamientos de Coré, está claro que comenzó a ver el sacerdocio desde una óptica humana, y eso lo indujo a rebelarse contra Moisés, contra Aarón y, en definitiva, contra Jehová (1 Samuel 15:23; Santiago 1:14, 15).
9, 10. ¿De qué acusaron Coré y los demás rebeldes a Moisés, y por qué tendrían que haberlo pensado mejor?
9 A un hombre tan influyente como Coré no le resultó difícil ganarse la adhesión de otras personas que pensaban igual que él. Aliado con Datán y Abiram, halló 250 partidarios, todos ellos jefes de la asamblea. Juntos se dirigieron a Moisés y Aarón, y les dijeron: “La entera asamblea son todos santos, y Jehová está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, deben ustedes alzarse por encima de la congregación de Jehová?” (Números 16:1-3).
10 Los rebeldes tendrían que haberlo pensado mejor antes de desafiar la autoridad de Moisés. No mucho antes, Aarón y Míriam habían hecho precisamente lo mismo que ellos, incluso empleando argumentos parecidos a los de Coré. Según Números 12:1, 2, habían preguntado: “¿Es simplemente por Moisés solo por quien Jehová ha hablado? ¿No ha hablado también por nosotros?”. Jehová, que estaba escuchando, ordenó a Moisés, Aarón y Míriam que se juntaran a la entrada de la tienda de reunión para que él indicara quién era el caudillo que había elegido. Entonces dijo sin ambigüedades: “Si llegara a haber un profeta de ustedes para Jehová, sería en una visión como me daría a conocer a él. En un sueño le hablaría. ¡No así con mi siervo Moisés! Tiene confiada a él toda mi casa”. Acto seguido, Jehová hirió temporalmente a Míriam con lepra (Números 12:4-7, 10).
11. ¿Cómo manejó Moisés la situación en la que estaba implicado Coré?
11 Sin duda, Coré y sus partidarios estaban al tanto de aquel incidente, así que su rebelión fue injustificable. Pese a ello, Moisés trató pacientemente de ayudarlos a recapacitar y los instó a apreciar más los privilegios que tenían. Les preguntó: “¿Les es cosa tan pequeña el que el Dios de Israel los haya separado de la asamblea de Israel para presentarlos a sí [...]?”. Es obvio que aquella distinción no era ‘una cosa pequeña’. Los levitas eran personas muy privilegiadas. ¿Qué más podían desear? Moisés reveló lo que había en el corazón de ellos con estas palabras: “¿También tienen que tratar de conseguir el sacerdocio?” (Números 12:3; 16:9, 10).b ¿Cómo reaccionó Jehová ante esta rebelión contra Su autoridad?
El Juez de Israel interviene
12. ¿De qué dependía que Israel siguiera disfrutando de una buena relación con Dios?
12 Cuando Jehová entregó la Ley a los israelitas, les dijo que si eran obedientes, se convertirían en “una nación santa”, y que esta podría conservar su santidad mientras aceptaran Sus disposiciones (Éxodo 19:5, 6). Ahora que aquellos hombres estaban en franca rebeldía, había llegado el momento de que interviniera el Juez y Dador de estatutos de Israel. Moisés le dijo a Coré: “Tú y toda tu asamblea, estén presentes delante de Jehová, tú y ellos y Aarón, mañana. Y tome cada uno su braserillo, y ustedes tienen que poner incienso sobre ellos y presentar cada cual su braserillo delante de Jehová, doscientos cincuenta braserillos, y tú y Aarón cada uno su braserillo” (Números 16:16, 17).
13. a) ¿Por qué fue un acto de presunción el que los rebeldes ofrecieran incienso delante de Jehová? b) ¿Qué hizo Jehová con los que se rebelaron?
13 Según la Ley de Dios, los sacerdotes eran los únicos que podían ofrecer incienso. La sola idea de que un levita no perteneciente al sacerdocio ofreciera incienso delante de Jehová debería haber hecho que aquellos rebeldes se dieran cuenta de la locura que estaban por cometer (Éxodo 30:7; Números 4:16). Pero Coré y sus adeptos no recapacitaron. Al día siguiente, él “tenía a toda la asamblea reunida contra [Moisés y Aarón] a la entrada de la tienda de reunión”. El relato prosigue así: “Jehová ahora habló a Moisés y Aarón, y dijo: ‘Sepárense de en medio de esta asamblea, para que extermine a estos en un instante’”. Pero Moisés y Aarón suplicaron a Jehová que perdonara la vida al pueblo, y él escuchó su ruego. En cuanto a Coré y quienes lo apoyaban, “un fuego salió de Jehová y procedió a consumir a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso” (Números 16:19-22, 35).c
14. ¿Por qué tomó Jehová medidas firmes contra la asamblea de Israel?
14 Sorprendente como parezca, lo que Jehová hizo con los rebeldes no sirvió de escarmiento a los israelitas. “Al día siguiente la entera asamblea de los hijos de Israel se puso a murmurar contra Moisés y Aarón, diciendo: ‘Ustedes han dado muerte al pueblo de Jehová’.” ¡Estaban poniéndose de parte de los conspiradores! Por fin, la paciencia divina se agotó. Nadie, ni siquiera Moisés o Aarón, podría interceder ya por el pueblo. Jehová envió un azote sobre los desobedientes, “y los muertos del azote ascendieron a catorce mil setecientos, aparte de los muertos a causa de Coré” (Números 16:41-49).
15. a) ¿Por qué razones debieron los israelitas haber aceptado sin vacilar el liderazgo de Moisés y Aarón? b) ¿Qué le ha enseñado sobre Jehová este relato?
15 Todas aquellas personas podrían haberse salvado si tan solo hubieran razonado un poco. Podrían haberse preguntado: “¿Quiénes arriesgaron la vida compareciendo ante Faraón? ¿Quiénes exigieron la liberación de los israelitas? ¿Quién fue el único invitado a subir al monte Horeb para hablar cara a cara con un ángel de Jehová tras la liberación de Israel?”. El notable historial de Moisés y Aarón demostraba sin lugar a dudas su lealtad a Dios y su amor por el pueblo (Éxodo 10:28; 19:24; 24:12-15). Aunque Jehová no disfrutó dando muerte a los rebeldes, actuó con decisión cuando se hizo patente que el pueblo iba a seguir sublevándose (Ezequiel 33:11).
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Sumisión leal a la autoridad divinaLa Atalaya 2002 | 1 de agosto
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b Datán y Abiram, los aliados de Coré en la conspiración, eran de la tribu de Rubén. Por esa razón, aparentemente no codiciaban el sacerdocio. Más bien, estaban descontentos con el liderazgo de Moisés y con el hecho de que aún no se hubiera realizado su expectativa de llegar a la Tierra Prometida (Números 16:12-14).
c En tiempos de los patriarcas, el cabeza de familia representaba a su esposa e hijos ante Dios, incluso ofreciendo sacrificios en su favor (Génesis 8:20; 46:1; Job 1:5). Sin embargo, cuando Jehová instituyó la Ley, nombró sacerdotes a los miembros varones de la familia de Aarón para que los sacrificios se ofrecieran a través de ellos. Al parecer, los 250 rebeldes estaban disconformes con el nuevo procedimiento.
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