-
Tres hombres del siglo XVI en busca de la verdadLa Atalaya 2014 | 1 de junio
-
-
UNA ESPERANZA DE RESTITUCIÓN
Alrededor de 1527, la ciudad de Wittenberg se convirtió también en el hogar del teólogo Johannes Campanus, considerado uno de los mayores intelectuales de su época. Aunque se encontraba en el corazón de la Reforma, Campanus se desilusionó con las enseñanzas de Martín Lutero. ¿Por qué?
Porque estaba en desacuerdo con las doctrinas de la transustanciación y la consustanciación.d Según el especialista André Séguenny, Campanus creía que el pan nunca dejaba de ser pan y que en el sacramento solo representaba el cuerpo de Cristo. Durante la Disputa de Marburgo, un debate organizado en 1529 para analizar estas cuestiones, no se permitió a Campanus hablar sobre lo que había hallado en las Escrituras, y más tarde fue rechazado por sus colegas reformadores de Wittenberg.
En su libro Restitution, Johannes Campanus cuestionó la doctrina de la Trinidad
Lo que más irritaba a los reformadores era lo que Campanus creía sobre el Padre, el Hijo y el espíritu santo. En su libro Restitution (Restitución), publicado en 1532, Campanus explicó que Jesús y su Padre eran dos personas bien diferenciadas. El Padre y el Hijo son uno, dijo, tal como un hombre y su mujer son “una sola carne”: están unidos, pero no son la misma persona (Mateo 19:5; Juan 10:30). Asimismo observó que las Escrituras usan la misma ilustración para mostrar que el Padre tiene más autoridad que el Hijo: “La cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios” (1 Corintios 11:3).
¿Y qué hay del espíritu santo? De nuevo, Campanus recurrió a la Biblia al decir: “No hay pasaje bíblico que permita concluir que el Espíritu Santo sea la tercera persona [...]. El espíritu de Dios debe entenderse como un instrumento en el sentido de que Dios prepara y lleva a cabo todas las cosas mediante su poder espiritual” (Génesis 1:2).
Lutero lo tachó de blasfemo y adversario del Hijo de Dios. Otro reformador exigió su ejecución. Pero a Campanus no le importó. De acuerdo con la obra La reforma radical, estaba convencido de que la desaparición de la interpretación original, apostólica y bíblica del Altísimo y del hombre había sido la causa de la caída de la Iglesia.
Su intención nunca fue formar su propia religión. En sus propias palabras, había intentado descubrir la verdad “entre las sectas y los herejes”, pero sin resultados. Así que tenía la esperanza de que la Iglesia Católica restituyera las doctrinas cristianas originales. Sin embargo, fue arrestado por las autoridades de la Iglesia. Al parecer pasó más de veinte años en prisión, y los historiadores creen que murió alrededor de 1575.
-