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Testigos de Jehová. Informe del Anuario de 1995Anuario de los testigos de Jehová 1995
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Tragedia en Ruanda
Se ha hablado mucho en las noticias de la situación en Ruanda y los países limítrofes. Días antes de que aparecieran en la prensa los horribles reportajes y fotografías sobre las condiciones reinantes en Ruanda, la sucursal de Kenia ya estaba planeando la evacuación de tres misioneros y cómo dar apoyo y dirección a los inocentes hermanos afectados por el conflicto. Hermanos de Europa y de lugares tan lejanos como Estados Unidos y Hong Kong ofrecieron espontáneamente su ayuda.
Desde el mismo comienzo de las hostilidades, los hermanos y hermanas hutus y tutsis arriesgaron la vida para proteger a otros Testigos. Algunos se salvaron, pero no todos. Entre los quinientos mil ruandeses que se calcula que perdieron la vida hubo centenares de testigos de Jehová.
Un superintendente viajante de Ruanda arriesgó la vida en repetidos viajes, recorriendo más de 200 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, a fin de llevar fondos a los hermanos no solo para satisfacer sus necesidades físicas, sino también para trasladar a algunos Testigos a zonas más seguras.
Hasta finales de mayo, los hermanos pudieron mantener la comunicación con la sucursal, aunque con cierta irregularidad. Pero entonces se hizo necesario evacuar Kigali, y mientras los hermanos se dirigían al norte, dos miembros del equipo de traducción fueron asesinados en un control de carretera. Unos doscientos hermanos y personas interesadas en la verdad se dirigieron al este, a los campos de refugiados de Tanzania; algunos fueron hacia el norte, a Uganda, y otros al sur, a Burundi. Alrededor de dos mil huyeron a Goma (Zaire) y a otros lugares. Todas las familias habían padecido sufrimiento físico y emocional. Pero cuando los refugiados cruzaron la frontera, qué grato espectáculo resultó para ellos ver a sus hermanos zaireños con las publicaciones bíblicas en alto para que los identificaran. En Goma, Bukavu y Uvira se formaron enseguida comités de socorro.
Los Testigos kenianos enviaron inmediatamente provisiones de socorro para sus hermanos ruandeses. Desde el 23 de mayo hasta el 27 de julio salieron de Kenia un total de 2.367 kilogramos de ropa con destino a Goma y a los campos de refugiados de Tanzania. Desde Nairobi se enviaron también 2.437 mantas, 4.987 kilogramos de jabón y 687 kilogramos de suministros médicos. También se mandaron grandes tiendas de campaña para dar cobijo a los Testigos refugiados. Los hermanos de Nairobi trabajaron horas extraordinarias para suministrarles La Atalaya, Nuestro Ministerio del Reino y otras publicaciones en kiniaruanda y otros idiomas, y lo enviaron todo por avión para que dispusieran de alimento espiritual.
El 22 de julio la sucursal de Francia recibió una llamada de socorro por fax que explicaba la crítica situación de los refugiados. Seis semanas antes, Francia ya había enviado 65 toneladas de ropa, nueva en su mayoría, para los refugiados. Esta vez, en cuestión de minutos se tomó la decisión de enviar un avión de carga con más provisiones de ayuda humanitaria. Al enterarse de la urgente necesidad que había, los hermanos de Francia, Bélgica y Suiza contribuyeron el equivalente a 1.600.000 dólares (E.U.A.). Empaquetaron alimentos, medicinas, filtros para el agua y demás suministros importantes, y los transportaron al aeropuerto de Ostende (Bélgica). El 27 de julio se mandó el primer cargamento a Bujumbura (Burundi) en un reactor de carga que los hermanos fletaron. Al día siguiente enviaron más suministros médicos, y lo mismo hicieron dos días después. Algunos Testigos belgas y franceses, entre ellos un médico, un enfermero y una enfermera, también partieron hacia Goma. Con la colaboración de hermanos locales que tenían cierta experiencia en el campo de la medicina, fijaron estrictas normas de higiene para tratar de ayudar a los enfermos y así evitar más muertes. Es digno de mención que, a pesar de estas circunstancias, los hermanos no pasaron por alto sus necesidades espirituales. Comentaban con regularidad el texto diario y celebraban las reuniones.
Al tiempo de escribir este informe, algunos han empezado a regresar a Ruanda. Pero han perdido sus posesiones y muchas de sus casas han sido destruidas. A pesar de toda la conmoción, parece que en Ruanda todavía hay personas de condición de oveja que necesitan ayuda. Antes de que el país se sumiera en la violencia, los Testigos ruandeses conducían un promedio de tres estudios bíblicos con personas interesadas en la verdad, y para la Conmemoración habían tenido una asistencia de más de nueve mil ochocientas personas.
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Testigos de Jehová. Informe del Anuario de 1995Anuario de los testigos de Jehová 1995
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[Fotografías en la página 14]
A los Testigos ruandeses se les enviaron rápidamente por avión provisiones de socorro
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