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Un país dividido... ¿cuál es la solución?¡Despertad! 1986 | 22 de julio
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Los bóers eran calvinistas de la Iglesia Holandesa Reformada. A pesar de que con frecuencia leían la Biblia, creían que eran superiores a los negros y muchos consideraban que estos estaban bajo una maldición de Dios.
La iglesia da su apoyo a la segregación racial
El aumento en las cifras de conversos no blancos durante el siglo XIX creó preocupación en los blancos. Como resultado, el Sínodo de la Iglesia tomó en 1857 una decisión histórica: “Debido a la debilidad de algunos [blancos] [...] la congregación compuesta de los paganos [no blancos] [...] disfrutará de sus privilegios cristianos en un edificio o institución por separado”. De esta manera la iglesia dio su apoyo a la segregación racial.
El proceso de división continuó. En la actualidad existen Iglesias Holandesas Reformadas para blancos, negros, mestizos e indios.
En los últimos años del siglo XIX se percibió una tendencia mayor hacia tal segregación. Para ese entonces se habían fundado muchas misiones religiosas, principalmente de origen británico, bajo el control firme de los blancos. Según James Kiernan, profesor de antropología social de la Universidad de Natal, “el clero africano de estas iglesias, bajo el dominio de los blancos, consideró que la exclusión [del clero africano de ocupar puestos de mando] se basaba en discriminación, y este reaccionó adversamente estableciendo sus propias iglesias”. La primera de estas iglesias se fundó en Johannesburgo en 1892. Existen hoy en África del Sur unos 4.000 grupos religiosos, en su mayoría de la población negra.
El siglo XX comenzó con los “cristianos” blancos, los británicos imperialistas y los bóers nacionalistas luchando entre sí por la supremacía. Por pura superioridad numérica, Gran Bretaña se apoderó de las Repúblicas bóers y junto con estas formaron más adelante la Unión Sudafricana.
Sin embargo, los bóers, denominados actualmente africánders, obtuvieron victoria política cuando el partido nacionalista salió triunfante en las elecciones de 1948 y ascendió al poder con la fuerza que le otorgaba su política en pro de la segregación racial. Un comentario del periódico africánder Die Transvaler dijo: “Nuestra política de la segregación racial [...] se basa en los principios cristianos de justicia e imparcialidad”. A esto le siguieron una serie de leyes y reglamentos para consolidar dicha segregación de razas.
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Un país dividido... ¿cuál es la solución?¡Despertad! 1986 | 22 de julio
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¿Qué soluciones brindan las iglesias? ¿Soluciones de carácter espiritual? ¿El Reino de Dios? No, han entrado en la arena de la política. Algunos clérigos hasta abogan por la desobediencia civil y entablan negociaciones con líderes de los movimientos de liberación conocidos por su violencia. En consecuencia, muchos practicantes religiosos se quejan de que ‘oyen mucho de política y muy poco acerca de Dios’.
La disensión que existe en las iglesias está agravando la confusión. Ahora en las diferentes ramas de la Iglesia Holandesa Reformada se critica mucho la segregación racial. Muchos ministros, tanto de la raza negra como de la blanca, la condenan. El Sínodo de El Cabo Occidental decretó en octubre de 1983 que la discriminación racial es un “pecado”, y que, por lo tanto, la iglesia debería abrir sus puertas a gente de todas las razas.
El 29 de agosto de 1985 el presbiterio de Stellenbosch, otro cuerpo regional de la Iglesia Holandesa Reformada, reconoció oficialmente que la discriminación racial “es contraria a los principios bíblicos de amor al prójimo y la justicia” y que “la segregación racial” ha “producido sufrimiento humano”. La disensión sobre cuestiones raciales también afecta a las Iglesias inglesas. Esto ha sido extraño y confuso para las personas sinceras que crecieron creyendo que la segregación racial era “la voluntad de Dios”.
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