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¿Es la religión una fuerza para la paz?¡Despertad! 2011 | enero
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¿Es la religión una fuerza para la paz?
PESE a ser aclamada por muchos como el templo más sagrado de la cristiandad, la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén se ha convertido en un símbolo de hostilidad y conflictos religiosos. Según la tradición, el edificio señala el sitio “donde supuestamente Jesús fue enterrado y luego resucitó”. Sin embargo, este lugar tan venerado ha sido escenario de muchas confrontaciones violentas. Monjes y sacerdotes de seis denominaciones “cristianas” se han agredido unos a otros por disputas sobre los derechos de uso de la iglesia. La rivalidad ha aumentado en los últimos años hasta el punto de que las fuerzas antidisturbios de la policía, armadas con fusiles de asalto, debieron intervenir y tomar el control temporal del lugar.
Una historia de violencia
Los sucesos que han tenido lugar en la Iglesia del Santo Sepulcro forman parte de una larga historia de sangrientas matanzas vinculadas al fervor religioso. Dando un vistazo a los últimos conflictos ocurridos a lo largo y ancho del mundo, la obra Violence in God’s Name (Violencia en el nombre de Dios) dice: “De Indonesia a Irlanda del Norte, de Oriente Medio a Cachemira, de la India a Nigeria, de los Balcanes a Sri Lanka, cristianos, budistas, judíos, hindúes, musulmanes y sijs, todos justifican el uso de la violencia alegando que protegen sus intereses y su identidad religiosa”.
No obstante, la mayoría de las religiones predican la paz y la armonía como pilares de la fe, y la religión siempre ha promovido principios altruistas como el amor al prójimo y la santidad de la vida humana. Entonces, ¿no debería la religión ejercer su tremenda influencia a favor de la paz? Quienes sinceramente desean adorar a Dios hacen bien en examinar esta cuestión.
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El problema de la religión¡Despertad! 2011 | enero
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El problema de la religión
AFIRMAR que la religión es la principal causa de las guerras es como decir que si no hubiera religión apenas habría conflictos bélicos. Pero ¿es así? ¿Podríamos acabar con las guerras con tan solo eliminar la religión? Independientemente de la respuesta, un hecho es innegable: la religión no ha unido a los seres humanos. Veamos algunas de las razones para hacer tal afirmación.
Divididos por la religión
La religión divide a la familia humana. De hecho, algunas de las grandes religiones mantienen una rivalidad permanente. ¿Hay alguna razón para pensar que budistas, cristianos, hindúes, judíos y musulmanes podrán coexistir en paz alguna vez?
Otra triste realidad es la fragmentación existente en el seno de estas religiones principales. Por ejemplo, según cálculos, la cristiandad está fragmentada en más de treinta mil denominaciones. Y dentro del islam también hay divisiones debido a creencias contrapuestas. Según una agencia de noticias del Oriente Medio, el islamista Mohsen Hojjat reconoció hace poco que “la desunión entre los musulmanes es la raíz de los problemas del mundo islámico”. Otras religiones influyentes, como el budismo, el hinduismo y el judaísmo, están igualmente divididas en muchas sectas antagónicas.
La religión en la política
En casi todo aspecto de la vida está presente la religión. Según la revista The Economist, “los creyentes expresan cada vez con más libertad sus ideas religiosas en todos los campos, incluso en el comercial. La religión se ha infiltrado hasta en la economía”. Esto divide a la gente en vez de unirla. Pero una influencia más negativa tiene que ver con la injerencia de la religión en la política, algo que viene de antiguo.
En un informe que citamos en el artículo anterior, un equipo de historiadores señaló que “es más probable que la religión sea una fuerza para la guerra cuando el Estado mantiene fuertes alianzas con ella”. Y la realidad innegable es que la religión ha estado, y está hasta la fecha, estrechamente vinculada a entidades políticas y militares.
Una mezcla explosiva
En muchos países, las religiones mayoritarias se han convertido en símbolos de identidad racial y patriótica, con lo que es casi imposible distinguir entre odio nacionalista, prejuicio racial, rivalidad étnica y enemistad religiosa. Esta mezcla explosiva contiene todos los ingredientes para destrozar a nuestro mundo.
Lo paradójico es que gran parte de las religiones dicen representar al Dios de la Biblia, al Creador. ¿Sería lógico que un Dios todopoderoso y omnisapiente que ama a sus criaturas tuviera algo que ver con las religiones sangrientas y divisivas?
[Ilustración de la página 6]
Miles de testigos de Jehová han sido encarcelados por mantenerse neutrales
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¿Será alguna vez la religión una fuerza para la paz?¡Despertad! 2011 | enero
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¿Será alguna vez la religión una fuerza para la paz?
“CONSTRUYAMOS un mundo mejor. Acabemos con la religión.” Eso es lo que el filósofo holandés Floris van den Berg recomienda en su ensayo titulado “How to Get Rid of Religion, and Why” (Cómo acabar con la religión y por qué). Por todo el mundo, expertos de varios campos del saber se suman a su propuesta.
“El mundo necesita despertar de esta larga pesadilla de las creencias religiosas”, afirma Steven Weinberg, premio Nobel de Física. En los últimos años se ha proclamado a los cuatro vientos la idea de que los males de este mundo pueden reducirse enormemente eliminando la religión, y se han hecho populares una gran cantidad de libros sobre el tema.
Los científicos más destacados han debatido sobre lo que consideran una necesidad urgente: erradicar la religión. Una creciente ola de ateos inunda los medios de comunicación con su indisimulado odio hacia lo religioso. ¿Están acertados estos respetados pensadores?
¿Habrá alguna religión verdadera?
Si todas las religiones fueran falsas y no existiera Dios, sería lógico acabar con la religión. Pero ¿y si existiera Dios? ¿Y si hubiera algún grupo en la Tierra que lo representara como es debido, es decir, una religión verdadera?
Un análisis minucioso de la historia de la religión señala a una forma de adoración que sobresale entre todas las demás. La profesan relativamente pocas personas. Fue fundada por Jesucristo y sus apóstoles, pero no encaja con lo que la cristiandad ha practicado por siglos.
¿En qué se diferencian la religión verdadera establecida por Cristo y la cristiandad? En muchos aspectos. Veamos uno de ellos.
“No es parte de este mundo”
En imitación de la postura neutral que adoptó su Maestro, los cristianos primitivos no tomaron partido en asuntos políticos. La Biblia revela que, al menos en dos ocasiones, Jesús rechazó firmemente las propuestas de convertirlo en gobernante (Mateo 4:8-10; Juan 6:15). Incluso reprendió a sus discípulos por querer usar la violencia para impedir que lo detuvieran (Mateo 26:51, 52; Lucas 22:49-51; Juan 18:10, 11).
Cuando el gobernador romano de Judea le preguntó directamente sobre las ambiciones políticas que le atribuían, Jesús dejó muy clara su postura diciendo: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente” (Juan 18:36). No había duda, Jesús no iba a involucrarse en el sistema político y militar de su tiempo.
Sus discípulos siguieron ese mismo modelo. El estudio sobre el papel de la religión en las guerras realizado por el equipo de investigadores ya mencionado en esta serie expone: “Los cristianos primitivos eran partidarios de la no violencia. [...] La mayoría de los cristianos se negaban a alistarse en el ejército y luchar”. Jesús y sus apóstoles destacaban en su enseñanza el amor al prójimo, inclusive a los extranjeros y los de diferentes razas y etnias (Hechos 10:34, 35; Santiago 3:17). Aquella religión sí que era una fuerza para la paz.
Con el transcurso del tiempo, la influencia divisiva de la filosofía, la tradición y el nacionalismo corrompió los conceptos originales del cristianismo. El informe ya mencionado sobre la religión y los conflictos bélicos afirma: “La conversión de [el emperador romano] Constantino llevó a la militarización del movimiento cristiano, que ya no se guiaba por las compasivas doctrinas de Cristo, sino por los objetivos de conquista política y geográfica del emperador. Los cristianos, incluido el emperador, se vieron forzados a buscar justificaciones religiosas para la guerra”. Nacía una versión falsa del cristianismo.
Un grupo diferente
¿Se ha perdido para siempre el cristianismo original? De ninguna manera. En la actualidad hay un grupo en el que vale la pena fijarse. Los testigos de Jehová imitan a los primeros cristianos como ninguna otra confesión. No están vinculados a las religiones de la cristiandad. The Encyclopedia of Religion los califica de “diferentes”, porque basan todas sus enseñanzas en “la autoridad de la Biblia, que sustituye completamente a la tradición”.
Al igual que los primeros cristianos, los testigos de Jehová no apoyan a ningún bando en los conflictos políticos. Un informe publicado por la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania dice que los Testigos tratan de superar “las diferencias raciales, nacionales, religiosas, sociales y económicas”. Además añade que no participan en “actividades contrarias al Estado” y que son “ciudadanos respetuosos de la ley de su país”.
El profesor Wojciech Modzelewski, de la Universidad de Varsovia (Polonia), escribió en su libro Pacyfizm i okolice (Pacifismo y proximidad): “Hoy día, los testigos de Jehová constituyen la mayor comunidad internacional que se opone a las guerras”. En vista de que se ciñen al modelo establecido por los cristianos del siglo primero, puede decirse que los testigos de Jehová han logrado recuperar la religión que Cristo y sus apóstoles fundaron. Ese es el tipo de cristianismo que supone una fuerza para la paz (véase el recuadro de la página siguiente).
Un futuro brillante
Es cierto que muchos creyentes, incluso algunos líderes religiosos, están consternados por la hipocresía que ven en sus religiones. Por otra parte, hay que reconocer la labor de muchas personas devotas que están dedicadas a promover la paz y la unidad en el mundo.
Ahora bien, pese a las buenas intenciones, el poder de los seres humanos para resolver los problemas de la humanidad es muy limitado. Jeremías, un profeta de la antigüedad, dijo: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jeremías 10:23).
Pero tenemos un futuro brillante ante nosotros. La Palabra de Dios nos enseña que una nueva sociedad humana pacífica, que será una auténtica hermandad, llenará la Tierra. Todas las razas vivirán en armonía, y los seres humanos no estarán divididos por fronteras, odios étnicos ni ideologías religiosas. El factor que los unirá será la adoración pura a Jehová Dios.
La Biblia también predice la desaparición de las religiones falsas que deshonran a Dios. Jesús señaló al respecto: “Todo reino dividido contra sí mismo viene a parar en desolación, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá en pie” (Mateo 12:25). En el futuro, Dios se asegurará de que se cumplan estas palabras.
La Biblia predijo hace siglos que Dios “dictar[ía] el fallo entre las naciones y enderezar[ía] los asuntos”. La misma profecía asegura que las personas convertirían “sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas” y que ‘no alzaría espada nación contra nación, ni aprenderían más la guerra’ (Isaías 2:4). Esta profecía se cumple en la actualidad. La religión verdadera, tal como la practican los testigos de Jehová, es ya una fuerza para la paz.
[Comentario de la página 8]
Los testigos de Jehová están unidos por amor
[Recuadro de la página 9]
¿En qué son diferentes los testigos de Jehová?
Muchas personas se sorprenden al conocer las grandes diferencias que existen entre los testigos de Jehová y las demás religiones que se denominan cristianas. He aquí algunas.
ESTRUCTURA
● No tienen una clase clerical.
● Sus pastores, maestros y misioneros no reciben salario.
● No cobran el diezmo ni hacen colectas en sus lugares de adoración, llamados Salones del Reino.
● Su obra se sostiene por donativos anónimos.
● Se mantienen neutrales en asuntos políticos.
● Promueven la paz y no participan en las guerras.
● Todos comparten la misma fe y creencias bíblicas.
● Son una auténtica hermandad, sin divisiones sociales, étnicas, raciales o de clase.
● No están vinculados a ninguna otra confesión, sea católica, ortodoxa o protestante.
DOCTRINA
● Creen que solo hay un Dios verdadero, cuyo nombre es Jehová.
● No creen que Jesús sea el Dios todopoderoso ni aceptan la doctrina de la Trinidad.
● Siguen las enseñanzas de Jesús y le honran por ser el Hijo de Dios.
● No veneran la cruz ni usan imágenes.
● No creen en las llamas del infierno ni que los malos vayan allí al morir.
● Creen que Dios bendecirá a la humanidad obediente con vida perfecta por la eternidad en un paraíso terrestre.
Los testigos de Jehová están convencidode que han logrado recuperar el modelo del cristianismo primitivo, la forma de cristianismo que practicaron los apóstoles de Jesús.
[Ilustración de la página 8]
Un serbio, un bosnio y un croata
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¿Tiene la culpa la religión?¡Despertad! 2011 | enero
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¿Tiene la culpa la religión?
EL ESCRITOR y sacerdote del siglo XVIII Jonathan Swift afirmó: “Tenemos el mínimo de religión suficiente para odiarnos unos a otros, pero no para amarnos”. De hecho, muchas personas opinan que la religión fomenta la división más bien que la unidad. Pero no todas concuerdan.
Por ejemplo, veamos la conclusión a la que llegó un equipo de investigadores del Departamento de Estudios sobre la Paz de la Universidad de Bradford (Reino Unido). La BBC les pidió que suministraran una respuesta bien fundamentada a la pregunta de si la religión es una fuerza para la paz, o para la guerra.
En un artículo, los expertos respondieron: “Tras estudiar los análisis históricos de varios especialistas en el tema, llegamos a la conclusión de que ha habido pocas guerras auténticamente religiosas en los pasados cien años”. Y añadió que algunos conflictos bélicos “calificados en los medios de comunicación y en otros lugares como guerras de religión o guerras ocasionadas por diferencias religiosas en realidad han sido conflictos desatados por el nacionalismo o en pro de la liberación de territorios ocupados y la autodefensa”.
Sin embargo, muchos otros expertos afirman que los líderes religiosos, bien con su actuación, o con su silencio, han apoyado activamente o han aprobado numerosas luchas armadas, como se refleja en las siguientes citas:
● “Aparentemente, el vínculo entre religión y violencia existe prácticamente en todos los lugares [...;] se han dado brotes de violencia religiosa protagonizados por grupos cristianos de extrema derecha en Estados Unidos, entre airados musulmanes y judíos en Oriente Próximo, entre hindúes y musulmanes enfrentados en el sur de Asia y en las comunidades religiosas indígenas de África e Indonesia [...;] los individuos implicados en ellos utilizan la religión como fundamento de su identidad política y para dar licencia a sus ideologías de venganza.” (Terrorismo religioso. El auge global de la violencia religiosa.)
● “De manera irónica, las naciones fervientemente religiosas con frecuencia tienen los peores males sociales [...;] la saturación de religión ha fracasado en el intento de evitar un alto nivel de criminalidad. [...] Las pruebas parecen claras: para encontrar condiciones de vida seguras, decentes, ordenadas y “civilizadas”, evite los lugares que sean intensamente religiosos.” (Odio sagrado.)
● “Los bautistas son mucho más conocidos por sus luchas que por el fomento de la paz. [...] Cuando el problema de la esclavitud [en Estados Unidos] y otras circunstancias dividieron a las confesiones y luego a la nación en el siglo XIX, los bautistas en el norte y en el sur por igual apoyaron el esfuerzo bélico dándole el carácter de una cruzada justa, convencidos de que Dios estaba de su parte. Los bautistas también apoyaron a su país en las guerras contra Inglaterra (1812), México (1845) y España (1898), argumentando en estas dos últimas que se trataba ‘principalmente de llevar la libertad religiosa a los pueblos oprimidos y de abrir nuevos territorios a la obra misionera’. No se está diciendo que los bautistas desearan la guerra en vez de la paz, sino que, en su mayoría, cuando la guerra fue una realidad, apoyaron el esfuerzo bélico nacional y participaron en él”, comenta una revista teológica bautista (Review and Expositor—A Baptist Theological Journal).
● “Según los historiadores, en casi todas las épocas, entre casi todos los pueblos y culturas del mundo, y normalmente en ambos bandos de todas las contiendas está presente la motivación religiosa. El viejo dicho de que los dioses están de nuestro lado figura entre los más antiguos y potentes acicates para la batalla.” (The Age of Wars of Religion, 1000-1650—An Encyclopedia of Global Warfare and Civilization [La era de las guerras de religión: 1000-1650. Una enciclopedia de las guerras y las civilizaciones del mundo].)
● “Los líderes religiosos [...] deben reflexionar con más sentido crítico sobre su incapacidad para dar testimonio de los valores auténticamente fundamentales de su respectiva fe y ofrecer un liderazgo más eficaz. [...] Es cierto que todas las religiones aspiran a la paz, pero es muy cuestionable que la religión haya logrado alguna vez cumplir su papel [de pacificadora].” (Violence in God’s Name—Religion in an Age of Conflict [Violencia en el nombre de Dios: la religión en una era de conflictos].)
A lo largo de la historia, las grandes religiones de la cristiandad (católica, ortodoxa y protestante) han suministrado un infinito caudal de sacerdotes y capellanes para elevar la moral de las tropas y rezar por los muertos y moribundos de ambos lados de los conflictos. Al hacer esto, han aprobado el derramamiento de sangre y han dado su bendición a los ejércitos.
Aun así, habrá quienes digan que no se puede culpar de las guerras a la religión. Pero la pregunta es: ¿han dado resultado los esfuerzos de las religiones por unir a la humanidad?
[Recuadro de la página 5]
“El reverendo doctor Charles A. Eaton, pastor de la Iglesia Bautista de Madison Avenue, anunció ayer desde el púlpito que la casa parroquial va a convertirse en un puesto de reclutamiento para quienes deseen enrolarse en el ejército o la marina.
”El pastor es uno de los más de diez clérigos de la ciudad que predicaron sermones bélicos en sus oficios dominicales matutinos y que animaron a hombres y mujeres a manifestar su lealtad a la nación y a la democracia ofreciendo sus servicios en la guerra lo más pronto posible. Las banderas decoraban muchas iglesias.” (The New York Times, 16 de abril de 1917.)
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