-
ArrepentimientoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
-
-
Como puede verse, el pesar, el remordimiento y las lágrimas no son en sí mismos pruebas de arrepentimiento genuino; el factor determinante es el motivo del corazón. Oseas dice que Jehová denunció a Israel debido a que en su aflicción “no clamaron a [Él] por socorro con su corazón, aunque siguieron aullando en sus camas. A causa de su grano y vino dulce siguieron holgazaneando [...]. Y procedieron a regresar, no a nada más elevado [...]”. Era el egoísmo lo que estaba detrás de su ruego por alivio en tiempo de calamidad, y si se les concedía ese alivio, no aprovechaban la oportunidad para mejorar su relación con Dios adhiriéndose más estrechamente a sus elevadas normas (compárese con Isa 55:8-11); eran como un “arco flojo” que nunca da en el blanco. (Os 7:14-16; compárese con Sl 78:57; Snt 4:3.)
-
-
ArrepentimientoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
-
-
Los que no se arrepienten. La falta de arrepentimiento verdadero fue lo que llevó a Israel y Judá al exilio, lo que provocó las dos destrucciones de Jerusalén y por fin el rechazo completo de la nación por parte de Dios. Cuando se les reprendió, no se volvieron a Dios, sino que continuaron “volviéndose al proceder popular, como caballo que va lanzándose con ímpetu a la batalla”. (Jer 8:4-6; 2Re 17:12-23; 2Cr 36:11-21; Lu 19:41-44; Mt 21:33-43; 23:37, 38.) Debido a que en su corazón no deseaban arrepentirse y ‘volverse’, lo que oían y veían no producía ningún ‘entendimiento ni conocimiento’; había un “velo” sobre sus corazones. (Isa 6:9, 10; 2Co 3:12-18; 4:3, 4.) Los líderes religiosos y los profetas infieles, así como las falsas profetisas, contribuyeron a ello respaldando al pueblo en su mal proceder. (Jer 23:14; Eze 13:17, 22, 23; Mt 23:13, 15.)
-