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Jehová da abundancia de paz y verdadLa Atalaya 1996 | 1 de enero
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El libro bíblico de Zacarías contiene numerosas visiones y profecías inspiradas que infundieron vigor al pueblo de Dios en el siglo VI a.E.C. Estas mismas profecías nos aseguran el apoyo de Jehová y nos dan razón de sobra para creer que él también dará paz a su pueblo en nuestros días. Por ejemplo, en el capítulo 8 del libro que lleva su nombre, Zacarías 8 repite diez veces la fórmula “esto es lo que ha dicho Jehová”; en cada una de estas ocasiones introduce una declaración divina relativa a la paz del pueblo de Dios. Algunos de estos vaticinios se cumplieron en la época de Zacarías; todos se han cumplido o se están cumpliendo actualmente.
“Estaré celoso por Sión”
6, 7. ¿De qué manera estaba Jehová ‘celoso por Sión con gran furia’?
6 La fórmula mencionada aparece por vez primera en Zacarías 8:2, que lee: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Ciertamente estaré celoso por Sión con gran celo, y con gran furia ciertamente estaré celoso por ella’”. La promesa de que Jehová sentiría gran celo por su pueblo significaba que estaría atento a restaurar su paz. La repatriación de Israel y la reconstrucción del templo fueron prueba de dicho celo.
7 ¿Qué les sucedería a los que se habían opuesto al pueblo de Jehová? El celo de Dios por su pueblo sería igualado por su “gran furia” contra tales adversarios. Cuando los judíos fieles rindieran culto en el nuevo templo, podrían reflexionar sobre la suerte que había corrido la poderosa Babilonia, para entonces derribada. Podrían meditar asimismo en el fracaso total de los enemigos que habían tratado de impedir la reedificación de este santuario. (Esdras 4:1-6; 6:3.) Y podrían dar gracias a Jehová por haber cumplido su promesa. Su celo les había dado la victoria.
“La ciudad de apego a la verdad”
8. En los días de Zacarías, ¿cómo llegaría a ser Jerusalén una ciudad de apego a la verdad, a diferencia de antes?
8 Zacarías escribe por segunda vez: “Esto es lo que ha dicho Jehová”. ¿Cuál es su mensaje en esta ocasión? “Volveré a Sión y residiré en medio de Jerusalén; y Jerusalén ciertamente será llamada la ciudad de apego a la verdad, y la montaña de Jehová de los ejércitos, la santa montaña.” (Zacarías 8:3.) Antes de 607 a.E.C., Jerusalén no era una ciudad apegada a la verdad, ni mucho menos. Sus sacerdotes y profetas se habían corrompido y sus habitantes eran infieles. (Jeremías 6:13; 7:29-34; 13:23-27.) Mas ahora que el pueblo de Dios estaba reconstruyendo el templo como muestra de su dedicación a la adoración pura, Jehová volvía a morar en espíritu en Jerusalén. De nuevo se oían en ella las verdades de la adoración pura, por lo que podría llamársele “la ciudad de apego a la verdad”, y a su emplazamiento elevado, “la montaña de Jehová”.
9. ¿Qué sorprendente cambio de condición se operó en “el Israel de Dios” en 1919?
9 Si bien las dos anteriores declaraciones fueron de gran relevancia para el antiguo Israel, también lo son para nosotros, en las postrimerías del siglo XX. Hace cerca de ochenta años, durante la I Guerra Mundial, los pocos millares de ungidos que entonces representaban al “Israel de Dios” fueron sometidos a cautiverio espiritual, tal y como el Israel de la antigüedad fue llevado cautivo a Babilonia. (Gálatas 6:16.) Proféticamente se les describió como cadáveres que yacían tendidos en la calle. Aun así, abrigaban el deseo sincero de adorar a Jehová “con espíritu y con verdad”. (Juan 4:24.) Por consiguiente, en 1919, Jehová los hizo volver del cautiverio y los levantó de su estado de muerte espiritual. (Revelación [Apocalipsis] 11:7-13.) De este modo contestó con un retumbante “sí” a la pregunta profética de Isaías: “¿Acaso una tierra será producida con dolores de parto en un solo día? ¿O nacerá una nación de una vez?”. (Isaías 66:8.) En 1919, el pueblo de Jehová revivió como nación espiritual en su propia “tierra”, que representa sus bienes espirituales en la Tierra.
10. ¿De qué bendiciones disfrutan los cristianos ungidos en su “tierra” desde 1919?
10 Estando seguros en esa tierra, los cristianos ungidos servían en el grandioso templo espiritual de Jehová. Al designárseles como “el esclavo fiel y discreto”, aceptaron la responsabilidad de velar por los bienes terrenos de Jesús, un privilegio del cual aún gozan, mientras se aproxima el fin de este siglo. (Mateo 24:45-47.) Aprendieron bien la lección de que Jehová es “el mismo Dios de paz”. (1 Tesalonicenses 5:23.)
11. ¿Cómo han demostrado los jerarcas religiosos de la cristiandad que son enemigos del pueblo de Dios?
11 Sin embargo, ¿qué les sucedería a los enemigos del Israel de Dios? En Jehová se aúnan el celo que siente por su pueblo y la furia que demuestra a sus adversarios. Durante la I Guerra Mundial, los jefes religiosos de la cristiandad ejercieron enorme presión a fin de acabar con el exiguo grupo de cristianos que hablaban la verdad; pero sus intentos resultaron fallidos. En el curso de la II Guerra Mundial, los ministros de la cristiandad estuvieron unidos en solo un propósito: conseguir que los gobiernos de ambos bandos suprimieran a los testigos de Jehová. Incluso hoy, los jerarcas religiosos de numerosos países incitan al Estado a que restrinja o prohíba la labor cristiana de predicar que efectúan los testigos de Jehová.
12, 13. ¿Cómo manifiesta Jehová su furia contra la cristiandad?
12 La situación no le ha pasado inadvertida a Jehová. Acabada la I Guerra Mundial, la cristiandad, junto con el resto de Babilonia la Grande, experimentó una caída. (Revelación 14:8.) Este hecho se hizo del dominio público cuando, a partir del año 1922, se derramaron una serie de plagas simbólicas que exponían su condición de muerta en sentido espiritual y advertían de su venidera destrucción. (Revelación 8:7–9:21.) Como prueba de que dichas plagas continúan derramándose, el 23 de abril de 1995 se pronunció por todo el mundo el discurso titulado “El fin de la religión falsa está cerca”, después de lo cual se distribuyeron centenares de millones de ejemplares de un número especial de la serie de tratados Noticias del Reino.
13 La cristiandad se encuentra en un estado deplorable. En lo que va de siglo, sus fieles se han matado unos a otros en guerras atroces que han contado con la bendición de sus sacerdotes y ministros. Hay países donde su influencia es prácticamente nula. Su destino es la destrucción, junto con el resto de Babilonia la Grande. (Revelación 18:21.)
Paz para el pueblo de Jehová
14. ¿Qué descripción profética se da de un pueblo en paz?
14 Por otra parte, en este año de 1996, el pueblo de Jehová disfruta de abundante paz en su tierra restaurada, tal como lo describe la tercera declaración de Jehová: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Todavía se sentarán viejos y viejas en las plazas públicas de Jerusalén, cada uno también con su bastón en la mano debido a la abundancia de sus días. Y las plazas públicas de la ciudad mismas estarán llenas de niños y niñas que jugarán en sus plazas públicas’”. (Zacarías 8:4, 5.)
15. Pese a las guerras sostenidas por las naciones, ¿de qué paz disfrutan los siervos de Jehová?
15 Este encantador cuadro verbal pinta una escena que resulta asombrosa en este mundo devastado por la guerra: un pueblo que habita en paz. Las palabras proféticas de Isaías se han cumplido desde el año 1919: “Paz continua habrá para el que está lejos y para el que está cerca —ha dicho Jehová—, y ciertamente lo sanaré. Pero [...] no hay paz —ha dicho mi Dios— para los inicuos”. (Isaías 57:19-21.) Por supuesto, aunque el pueblo de Jehová no forma parte del mundo, no es inmune a los efectos producidos por el desconcierto de las naciones. (Juan 17:15, 16.) Hay países donde tienen que aguantar serias dificultades, y algunos hasta han sido asesinados. Pese a ello, los verdaderos cristianos disfrutan de paz de dos maneras principales. Primero, están en “paz con Dios mediante [el] Señor Jesucristo”. (Romanos 5:1.) Segundo, están en paz unos con otros. Cultivan “la sabiduría de arriba”, que es “primeramente casta, luego pacífica”. (Santiago 3:17; Gálatas 5:22-24.) Y lo que es más, ansían gozar de paz en toda la extensión de la palabra cuando ‘los mansos mismos posean la tierra y verdaderamente hallen su deleite exquisito en la abundancia de paz’. (Salmo 37:11.)
16, 17. a) ¿Cómo han fortalecido a la organización de Jehová tanto “viejos y viejas” como “niños y niñas”? b) ¿Qué demuestra la paz del pueblo de Jehová?
16 Hoy todavía quedan “viejos y viejas” en el pueblo de Jehová, ungidos que recuerdan los primeros triunfos obtenidos por Su organización. ¡Cuánto se aprecia su fidelidad y aguante! Los ungidos más jóvenes asumieron la dirección durante los candentes años treinta y la II Guerra Mundial, así como en los emocionantes años de crecimiento que siguieron. Además, la “gran muchedumbre” de “otras ovejas” ha entrado en escena, sobre todo desde el año 1935. (Revelación 7:9; Juan 10:16.) Conforme los cristianos ungidos han ido envejeciendo y menguando en número, las otras ovejas se han encargado de extender la predicación por todo el planeta. En años recientes, más ovejas han entrado en tropel a la tierra del pueblo de Dios. Tan solo el año pasado se bautizaron 338.491 en símbolo de su dedicación a Jehová. Estos nuevos son, espiritualmente hablando, verdaderos jóvenes. Su lozanía y entusiasmo son muy valorados al engrosar las filas de aquellos que cantan alabanzas de gratitud “a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero”. (Revelación 7:10.)
17 En la actualidad, ‘las plazas públicas están llenas de niños y niñas’, Testigos con energía como la de la juventud. En el año de servicio de 1995 se recibieron informes de 232 países e islas. Pero no hay rivalidad internacional ni odios intertribales ni envidia entre los ungidos y las otras ovejas. Juntos crecen espiritualmente, unidos por el amor. La hermandad mundial de los testigos de Jehová es algo verdaderamente excepcional en este mundo. (Colosenses 3:14; 1 Pedro 2:17.)
¿Demasiado difícil para Jehová?
18, 19. ¿Cómo ha realizado Jehová, desde 1919 en adelante, lo que pudiera parecer demasiado difícil a los ojos humanos?
18 Allá por el año 1918, cuando componían el resto ungido tan solo unos cuantos miles de almas desalentadas que se hallaban en cautividad espiritual, nadie se hubiera imaginado el rumbo que tomarían los acontecimientos. No obstante, Jehová sí lo sabía, como lo confirma su cuarta declaración profética: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Aunque parezca demasiado difícil a los ojos de los restantes de este pueblo en aquellos días, ¿debería parecer demasiado difícil también a mis ojos?’, es la expresión de Jehová de los ejércitos”. (Zacarías 8:6.)
19 En 1919, el espíritu de Jehová reavivó a su pueblo para realizar el trabajo que les aguardaba. Aun así, se precisaba fe para adherirse firmemente a la pequeña organización de adoradores de Jehová. Eran muy pocos y había muchas cosas que no estaban claras. Pero, de forma paulatina, Jehová fue fortaleciéndolos en sus métodos organizativos y equipándolos para que efectuaran la obra cristiana de predicar las buenas nuevas y hacer discípulos. (Isaías 60:17, 19; Mateo 24:14; 28:19, 20.) Gradualmente los ayudó a comprender asuntos de tanta trascendencia como la neutralidad y la soberanía universal. ¿Fue demasiado difícil para Jehová llevar a cabo su voluntad por medio de este grupito de Testigos? ¡Por supuesto que no! Prueba de ello se observa en las páginas 12 a 15, donde se muestra la tabla de actividad de los testigos de Jehová para el año de servicio de 1995.
“Yo mismo llegaré a ser su Dios”
20. Según la profecía, ¿qué dimensiones tendría el recogimiento del pueblo de Dios?
20 La quinta declaración describe aún más detalladamente la condición feliz en que se encuentran los testigos de Jehová: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Aquí voy a salvar a mi pueblo de la tierra del naciente y de la tierra de la puesta del sol. Y ciertamente los traeré, y tendrán que residir en medio de Jerusalén; y tendrán que llegar a ser mi pueblo, y yo mismo llegaré a ser su Dios en apego a la verdad y en justicia’”. (Zacarías 8:7, 8.)
21. ¿De qué manera se ha preservado y extendido la abundante paz del pueblo de Jehová?
21 En 1996 podemos afirmar sin la menor vacilación que las buenas nuevas se han predicado por todo el mundo, desde “la tierra del naciente” hasta “la tierra de la puesta del sol”. Se han hecho discípulos de gentes de todas las naciones, que han presenciado el cumplimiento de esta promesa de Jehová: “Todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante”. (Isaías 54:13.) Disfrutamos de paz porque nos educa Jehová. A este efecto, se editan publicaciones en más de trescientos idiomas. Tan solo el año pasado se añadieron otros veintiún idiomas. La revista La Atalaya se publica simultáneamente en 111 lenguas, y la revista ¡Despertad!, en 54. Las asambleas nacionales e internacionales demuestran públicamente la paz que reina en el pueblo de Dios. Las reuniones semanales nos unen y nos proporcionan el ánimo necesario para seguir firmes. (Hebreos 10:23-25.) Jehová verdaderamente está educando a su pueblo “en apego a la verdad y en justicia”, y le da paz. Se nos ha bendecido grandemente permitiéndonos disfrutar de tan abundante paz.
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“Amen la verdad y la paz”La Atalaya 1996 | 1 de enero
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“Amen la verdad y la paz”
“La palabra de Jehová de los ejércitos continuó ocurriéndome, y dijo: ‘[...] amen la verdad y la paz’.” (ZACARÍAS 8:18, 19.)
1, 2. a) ¿Qué revelan los anales de la historia del hombre con relación a la paz? b) ¿Por qué no verá nunca paz verdadera el mundo actual?
“EL MUNDO nunca ha vivido en paz. Siempre ha habido guerra en algún lugar, y a menudo en múltiples lugares a la vez”, afirmó el profesor Milton Mayer, de la Universidad de Massachusetts (E.U.A.). ¡Qué comentario más triste sobre la humanidad! Cierto, el hombre anhela la paz. Los políticos han intentado preservarla por todos los medios, desde la paz impuesta por los romanos, o Pax Romana, hasta la estrategia de la “destrucción mutua asegurada”, utilizada durante la Guerra Fría. Pero, a la larga, todos sus esfuerzos han sido baldíos. Como dijo Isaías hace muchos siglos, ‘los mismísimos mensajeros de paz han llorado amargamente’. (Isaías 33:7.) ¿Por qué razón?
2 Porque la paz duradera deriva de la ausencia de odio y codicia, y se cimenta en la verdad, no en la mentira. Por ello, cuando Jehová prometió restauración y paz para el antiguo Israel, dijo: “Aquí voy a extenderle paz justamente como un río, y la gloria de naciones justamente como un torrente inundante”. (Isaías 66:12.) El dios de este sistema de cosas, Satanás el Diablo, es un “homicida”, un “mentiroso y el padre de la mentira”. (Juan 8:44; 2 Corintios 4:4.) ¿Cómo va a alcanzar la paz un mundo con semejante dios?
3. Pese a vivir en un mundo turbulento, ¿qué extraordinario regalo ha dado Jehová a su pueblo?
3 Sin embargo, sorprendente como parezca, Jehová ha otorgado paz a su pueblo incluso mientras habita en un mundo satánico destrozado por la guerra. (Juan 17:16.) En el siglo VI a.E.C., fiel a su promesa formulada mediante Jeremías, Jehová dio “paz y verdad” a su nación especial cuando la trajo de vuelta a su suelo. (Jeremías 33:6.) Y en estos últimos días, pese a que su pueblo ha vivido en el período más turbulento de la historia, Jehová le ha concedido “paz y verdad” en su “tierra”, la cual representa sus bienes espirituales en la Tierra. (Isaías 66:8; Mateo 24:7-13; Revelación 6:1-8.) Al proseguir con el análisis del capítulo 8 de Zacarías, obtendremos una mejor comprensión de la paz y la verdad divinas, y averiguaremos lo que tenemos que hacer a fin de seguir disfrutando de ellas.
“Que sus manos sean fuertes”
4. Si Israel quería gozar de paz, ¿qué tenía que hacer, según exhortó Zacarías?
4 Escuchamos por sexta vez en el mismo capítulo la fórmula de rigor, seguida de una emocionante declaración de Jehová: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Que sus manos sean fuertes, ustedes los que están oyendo en estos días estas palabras de la boca de los profetas, el día en que se colocó el fundamento de la casa de Jehová de los ejércitos, para que el templo sea edificado. Porque antes de aquellos días no se hizo que existiera salario para la humanidad; y en cuanto al salario de los animales domésticos, no había tal cosa; y para el que salía y para el que entraba no había paz debido al adversario, puesto que seguí impeliendo a todos los hombres uno contra otro’”. (Zacarías 8:9, 10.)
5, 6. a) ¿En qué situación se hallaban los israelitas a causa del desánimo? b) ¿Qué cambio prometió Jehová a Israel si anteponía el culto divino a todo lo demás?
5 Zacarías pronunció estas palabras durante la reconstrucción del templo de Jerusalén. En años precedentes, los israelitas que retornaron de la cautividad en Babilonia se habían desanimado y habían interrumpido los trabajos. Puesto que se concentraron en la comodidad de ellos mismos, Jehová los privó de su bendición y su paz. Aun cuando labraban sus campos y sus viñas, no prosperaban. (Ageo 1:3-6.) Parecía que estuvieran trabajando ‘sin salario’.
6 Ahora que adelantaba la restauración del templo, Zacarías exhortó a los judíos a ‘ser fuertes’, a dar valerosamente preferencia al culto de Jehová. De hacerlo así, ¿cuál sería el resultado? “Ahora no seré como en los días anteriores a los que quedan de este pueblo —es la expresión de Jehová de los ejércitos—. Porque habrá la semilla de la paz; la vid misma dará su fruto, y la tierra misma dará su producto, y los cielos mismos darán su rocío; y ciertamente haré que los restantes de este pueblo hereden todas estas cosas. Y tiene que ocurrir que tal como ustedes llegaron a ser una invocación de mal entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así los salvaré, y tienen que llegar a ser una bendición. No tengan miedo. Sean fuertes sus manos.” (Zacarías 8:11-13.) Si Israel se aplicaba al trabajo con determinación, gozaría de prosperidad. Antaño, cuando las naciones querían citar un ejemplo de maldición, señalaban a Israel; pero de entonces en adelante, lo ponderarían como un ejemplo de bendición. No podía haber mejor razón para que el pueblo de Dios ‘hiciera fuertes las manos’.
7. a) ¿Qué cambios emocionantes ha experimentado el pueblo de Jehová hasta el año de servicio de 1995? b) De acuerdo con el informe anual, ¿qué países revelan una cantidad admirable de publicadores, precursores y horas dedicadas al ministerio del campo?
7 ¿Qué decir de la época actual? Pues bien, en los años anteriores a 1919, el pueblo de Jehová se mostró un tanto falto de celo. No adoptó una postura totalmente neutral en la I Guerra Mundial y se inclinó a seguir a un hombre en vez de a su Rey, Jesucristo. A raíz de esto, algunos se desalentaron por la oposición de dentro y fuera de la organización. Pero en 1919, con la ayuda de Jehová, fortalecieron las manos. (Zacarías 4:6.) Jehová les concedió paz y gran prosperidad, como lo muestran los setenta y cinco años de historia que han culminado en el año de servicio de 1995. Los testigos de Jehová, como pueblo, rechazan el nacionalismo, el tribalismo, el prejuicio y toda otra causa de odio. (1 Juan 3:14-18.) Sirven a Jehová con celo genuino en su templo espiritual. (Hebreos 13:15; Revelación 7:15.) Tan solo el año pasado dedicaron más de mil millones de horas a hablar de su Padre celestial y dirigieron 4.865.060 estudios bíblicos. Como término medio, 663.521 participaron mensualmente en el servicio de precursor. En ocasiones, cuando los pastores de la cristiandad desean citar el ejemplo de un pueblo que de verdad adora a Dios con entusiasmo, señalan a los testigos de Jehová.
8. ¿Cómo puede cada cristiano beneficiarse de “la semilla de la paz”?
8 En virtud del celo de su pueblo, Jehová le ha dado “la semilla de la paz”. Quienquiera que la cultive, sentirá crecer la paz en su corazón y en su vida. Todo fiel cristiano que busca la paz con Jehová y con sus hermanos en la fe, es partícipe de la verdad y la paz del pueblo que porta el nombre de Jehová. (1 Pedro 3:11; compárese con Santiago 3:18.) ¿No es maravilloso?
“No tengan miedo”
9. ¿Qué cambio prometió Jehová que habría en la relación con su pueblo?
9 Llegamos ahora a la séptima declaración de Jehová. ¿En qué consiste? “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Tal como tenía pensado hacerles lo que era calamitoso debido a que sus antepasados me indignaron —ha dicho Jehová de los ejércitos—, y no sentí pesar, así de nuevo ciertamente tendré pensado en estos días tratar bien con Jerusalén y con la casa de Judá. No tengan miedo’.” (Zacarías 8:14, 15.)
10. ¿Cómo muestra la historia de los testigos de Jehová que no han tenido miedo?
10 A pesar de que durante la I Guerra Mundial el pueblo de Jehová se dispersó en sentido espiritual, de corazón deseaba actuar correctamente. Por ende, tras haberles administrado disciplina, Jehová cambió su manera de proceder con ellos. (Malaquías 3:2-4.) Hoy día, al mirar al pasado, damos nuestras más fervorosas gracias a Dios por lo que hizo. Es verdad que hemos sido “objeto de odio de parte de todas las naciones”. (Mateo 24:9.) Muchos han sido encarcelados y algunos hasta han muerto por su fe; afrontamos continuamente la apatía y la hostilidad de la gente. Sin embargo, no tememos, pues sabemos que Jehová es más fuerte que cualquier oposición que venga, sea visible o invisible. (Isaías 40:15; Efesios 6:10-13.) Nunca dejaremos de obedecer esta exhortación: “Espera en Jehová; sé animoso, y sea fuerte tu corazón”. (Salmo 27:14.)
“Hablen verazmente unos con otros”
11, 12. ¿Qué debemos tener presente cada uno de nosotros si queremos participar plenamente de las bendiciones que Jehová dispensa a su pueblo?
11 Hay cosas que debemos recordar si hemos de participar cabalmente de las bendiciones de Jehová. Zacarías dice: “‘Estas son las cosas que ustedes deben hacer: Hablen verazmente unos con otros. Con verdad y el juicio de la paz hagan su juzgar en sus puertas. Y no tramen calamidad unos para otros en sus corazones, y no amen ningún juramento falso; porque todas estas son cosas que yo he odiado’, es la expresión de Jehová”. (Zacarías 8:16, 17.)
12 Jehová nos insta a hablar la verdad. (Efesios 4:15, 25.) Él no escucha las oraciones de quienes traman el mal, esconden la verdad en beneficio propio o juran en falso. (Proverbios 28:9.) Puesto que odia la apostasía, quiere que nos aferremos a la verdad bíblica. (Salmo 25:5; 2 Juan 9-11.) Además, al igual que los ancianos que juzgaban en las puertas de las ciudades israelitas, los ancianos que tratan asuntos judiciales hoy deben fundar su consejo y decisiones en la Biblia, no en opiniones personales. (Juan 17:17.) Jehová desea que ellos, en calidad de pastores cristianos, procuren un “juicio de paz” tratando de que las partes enfrentadas hagan las paces y ayudando a los pecadores arrepentidos a reconciliarse con Dios. (Santiago 5:14, 15; Judas 23.) Conservan asimismo la paz de la congregación expulsando valerosamente a los que, por obstinarse en su mal camino, perturban dicha paz. (1 Corintios 6:9, 10.)
‘Alborozo y regocijo’
13. a) ¿Qué cambio anunció Zacarías en cuestión de ayunos? b) ¿Qué ayunos se observaban en Israel?
13 He aquí la octava declaración solemne: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del quinto mes, y el ayuno del séptimo mes, y el ayuno del décimo mes llegarán a ser para la casa de Judá un alborozo y un regocijo y buenos períodos de fiesta. Por lo tanto, amen la verdad y la paz’”. (Zacarías 8:19.) En conformidad con la Ley mosaica, los israelitas ayunaban el Día de Expiación para expresar dolor por los pecados cometidos. (Levítico 16:29-31.) Los cuatro ayunos mencionados por Zacarías por lo visto rememoraban acontecimientos luctuosos relacionados con la conquista y destrucción de Jerusalén. (2 Reyes 25:1-4, 8, 9, 22-26.) Sin embargo, ahora que el templo estaba siendo restaurado y Jerusalén repoblada, el duelo se trocaría en regocijo, y los ayunos, en alegres días de fiesta.
14, 15. a) ¿De qué manera fue la celebración de la Conmemoración causa de gran regocijo, y qué debería recordarnos? b) De acuerdo con el informe anual, ¿qué países registraron una asistencia sobresaliente a la Conmemoración?
14 En la actualidad no observamos ni los ayunos a los que aludió Zacarías ni el que prescribía la Ley. Dado que Jesús ofreció su vida por nuestros pecados, disfrutamos de las bendiciones de un Día de Expiación mayor. Nuestras culpas son “cubiertas”, no solo de manera simbólica, sino por completo. (Hebreos 9:6-14.) Por mandato del Sumo Sacerdote celestial Jesucristo, observamos la Conmemoración de su muerte como la única celebración solemne del calendario cristiano. (Lucas 22:19, 20.) ¿No nos causa ‘alborozo y regocijo’ congregarnos todos los años con motivo de este acontecimiento?
15 El año pasado acudieron 13.147.201 personas a la Conmemoración, 858.284 más que en 1994. ¡Qué multitud! Imagínese la alegría de las 78.620 congregaciones de testigos de Jehová al ver el inusitado torrente de personas que inundaron los Salones del Reino. De seguro, todos los presentes se sintieron motivados a amar la verdad y la paz al recordar la muerte de Aquel que es “el camino y la verdad y la vida”, quien ya reina como el gran “Príncipe de Paz” de Jehová. (Juan 14:6; Isaías 9:6.) De particular significación fue para aquellos que la observaron en los países atormentados por la guerra y el caos. Algunos de nuestros hermanos presenciaron horrores indescriptibles durante 1995. Con todo, ‘la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardó sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús’. (Filipenses 4:7.)
‘Ablandemos el rostro de Jehová’
16, 17. ¿Cómo puede la gente de las naciones “ablandar el rostro de Jehová”?
16 Ahora bien, ¿de dónde salieron todos esos millones de personas que asistieron a la Conmemoración? La novena declaración de Jehová explica: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Todavía será que los pueblos y los habitantes de muchas ciudades vendrán; y los habitantes de una ciudad ciertamente irán a los de otra, y dirán: “Solícitamente vayamos a ablandar el rostro de Jehová y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo mismo ciertamente iré también”. Y muchos pueblos y poderosas naciones realmente vendrán a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a ablandar el rostro de Jehová’”. (Zacarías 8:20-22.)
17 Los que estuvieron presentes en la Conmemoración deseaban “buscar a Jehová de los ejércitos”. Muchos eran siervos suyos dedicados y bautizados; otros millones aún no habían llegado a ese punto. Hubo países en los que la concurrencia fue cuatro o cinco veces mayor que el número de publicadores del Reino. Esta multitud de personas interesadas necesitan ayuda para seguir progresando. Enseñémoslas a alborozarse en el conocimiento de que Jesús murió por nuestros pecados y ya gobierna en el Reino de Dios. (1 Corintios 5:7, 8; Revelación 11:15.) Y animémoslas a dedicarse a Jehová Dios y someterse a su Rey nombrado. Así ‘ablandarán el rostro de Jehová’. (Salmo 116:18, 19; Filipenses 2:12, 13.)
“Diez hombres de todos los lenguajes de las naciones”
18, 19. a) En el cumplimiento actual de Zacarías 8:23, ¿quién es el hombre “judío”? b) ¿Quiénes son los “diez hombres” que ‘se asen de la falda del hombre judío’?
18 Por última vez leemos en el capítulo 8 de Zacarías la expresión “esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos”. ¿Cuál es su última declaración formal? “En aquellos días sucederá que diez hombres de todos los lenguajes de las naciones asirán, sí, realmente asirán la falda de un hombre que sea judío, y dirán: ‘Ciertamente iremos con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes’.” (Zacarías 8:23.) En tiempos de Zacarías, el Israel natural constituía la nación escogida de Dios. No obstante, por haber rechazado en el siglo I al Mesías de Jehová, nuestro Dios eligió a ‘un judío’ —un nuevo Israel— como su pueblo especial, “el Israel de Dios” compuesto de judíos espirituales. (Gálatas 6:16; Juan 1:11; Romanos 2:28, 29.) El número total de sus miembros sería de 144.000, seleccionados de entre la humanidad para reinar con Jesús en su Reino celestial. (Revelación 14:1, 4.)
19 La mayoría de estos 144.000 ya han muerto fieles y han obtenido su recompensa celestial. (1 Corintios 15:51, 52; Revelación 6:9-11.) Los pocos que quedan en la Tierra se alegran de que los “diez hombres” que eligieron acompañar al “judío” hayan resultado ser “una gran muchedumbre [...] de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas”. (Revelación 7:9; Isaías 2:2, 3; 60:4-10, 22.)
20, 21. Mientras se aproximan la destrucción de la religión falsa y la batalla de Armagedón, ¿cómo podemos mantener la paz con Jehová?
20 A medida que el fin de este mundo se acerca inexorablemente, la cristiandad se asemeja más a la Jerusalén del tiempo de Jeremías: “Hubo un esperar paz, pero no vino ningún bien; y tiempo de curación, y, ¡mira!, ¡terror!”. (Jeremías 14:19.) Dicho terror alcanzará su clímax cuando las naciones se vuelvan contra la religión falsa y la destruyan violentamente. Poco después, las naciones mismas serán aniquiladas en la batalla final de Dios, Armagedón. (Mateo 24:29, 30; Revelación 16:14, 16; 17:16-18; 19:11-21.) Será un tiempo de gran agitación.
21 Durante este entero período, Jehová protegerá a los que aman la verdad y cultivan “la semilla de la paz”. (Zacarías 8:12; Sofonías 2:3.) Por consiguiente, sigamos morando en seguridad en la tierra de su pueblo, alabándole fervorosamente en público y ayudando a cuantos podamos a “ablandar el rostro de Jehová”. Si lo hacemos, gozaremos por siempre de la paz de Jehová. En efecto, “Jehová mismo realmente dará fuerza a su pueblo. Jehová mismo bendecirá a su pueblo con paz”. (Salmo 29:11.)
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