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“Yo sé que se levantará”La Atalaya (estudio) 2017 | diciembre
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“Yo sé que se levantará”
“Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño” (JUAN 11:11).
1. ¿De qué estaba convencida Marta? (Vea el dibujo del principio).
MARTA era una buena amiga de Jesús y una de sus discípulos. Estaba desolada porque su hermano, Lázaro, había muerto. ¿Qué podría aliviar su dolor? Jesús le aseguró: “Tu hermano se levantará”. Aunque estas palabras tal vez no eliminaron toda su tristeza, Marta concordó con lo que Jesús dijo. Ella afirmó: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día” (Juan 11:20-24). Estaba convencida de que Lázaro resucitaría en el futuro. Sin embargo, Jesús le devolvió la vida ese mismo día.
2. ¿Por qué nos gustaría tener la misma seguridad que Marta?
2 Tal vez hayamos sufrido la pérdida de nuestro cónyuge, nuestros padres, un abuelo o incluso un hijo. Anhelamos volver a abrazar a nuestro ser querido, hablar y reírnos con él. Claro, no tenemos ningún motivo para creer que Jesús o su Padre lo vayan a resucitar hoy. Pero ¿estamos tan convencidos como Marta de que volverá a la vida en el futuro? Felizmente, tenemos razones de peso para decir lo mismo que ella: “Yo sé que se levantará en la resurrección”. Aun así, es conveniente que pensemos en por qué estamos tan seguros de ello.
3, 4. ¿Qué efecto tal vez tuvieron en Marta las resurrecciones que Jesús había efectuado recientemente?
3 Marta vivía cerca de Jerusalén. Así que no es probable que estuviera presente cuando Jesús resucitó al hijo de una viuda cerca de la ciudad de Naín, en Galilea, aunque debió oír hablar de aquel milagro. Ocurrió algo parecido cuando Jesús resucitó a la hija de Jairo, probablemente en Capernaum. Los que estaban allí “sabían que ella había muerto”. Pero Jesús la tomó de la mano y le dijo: “Muchacha, ¡levántate!”. Y de inmediato lo hizo (Luc. 7:11-17; 8:41, 42, 49-55). Tanto Marta como su hermana, María, sabían que Jesús podía curar a los enfermos. Por eso creían que, si él hubiera llegado a tiempo, Lázaro no habría fallecido. Pero ¿qué ocurriría ahora que este querido amigo de Jesús estaba muerto? Fijémonos en que Marta dijo que Lázaro volvería a la vida en el futuro, “en el último día”. ¿Por qué estaba tan convencida? Y ¿por qué podemos estar nosotros seguros de que habrá una resurrección en el futuro y de que nuestros seres queridos pueden volver a vivir?
4 Hay razones de peso para tener fe en que habrá una resurrección. A continuación, analizaremos algunas de ellas. Durante este análisis bíblico, puede que encontremos algunas ideas sobre la resurrección en las que no pensamos a menudo. Estas fortalecerán nuestra fe en que volveremos a ver a nuestros seres queridos.
RELATOS QUE DAN ESPERANZA
5. ¿Por qué estaba tan segura Marta de que Lázaro sería resucitado?
5 Fijémonos en que Marta no dijo que esperaba que su hermano se levantara, sino que sabía que se levantaría. ¿Por qué estaba tan segura? Porque, cuando era una jovencita, antes de que comenzara el ministerio de Jesús, es probable que oyera hablar de este tipo de milagros en su casa y en la sinagoga. Quizá nos vengan a la memoria tres relatos de las Escrituras.
6. ¿Qué milagro conocía sin duda Marta?
6 La primera resurrección de la que habla la Biblia la efectuó el profeta Elías. Fue en una época en la que Jehová le dio el poder para hacer milagros. En una ciudad costera de Fenicia llamada Sarepta, una viuda pobre fue hospitalaria con el profeta. Entonces, Dios hizo que no se le acabaran el aceite y la harina, por lo que tanto ella como su hijo pudieron sobrevivir (1 Rey. 17:8-16). Tiempo después, el niño se enfermó y murió. Pero Elías tocó el cadáver y suplicó: “Dios, por favor, haz que el alma de este niño vuelva dentro de él”. Jehová escuchó la oración de Elías y le devolvió el alma, es decir, la vida (lea 1 Reyes 17:17-24). No hay duda de que Marta conocía este extraordinario milagro.
7, 8. a) ¿Qué hizo Eliseo por una mujer que estaba muy afligida? b) ¿Qué demostró sobre Jehová el milagro de Eliseo?
7 El profeta Eliseo, sucesor de Elías, efectuó la segunda resurrección que aparece en la Biblia. En la ciudad de Sunem, vivían una importante israelita sin hijos y su esposo, que era de edad avanzada. Como ella fue muy hospitalaria con Eliseo, Dios los recompensó con un hijo. Algunos años después, el niño murió. Sin duda, ella estaba muy afligida. Con el permiso de su esposo, fue a ver al profeta, que estaba en el monte Carmelo, a unos 30 kilómetros (19 millas). Eliseo envió por delante a su servidor, Guehazí, hasta Sunem. Pero este no fue capaz de resucitarlo. Entonces llegaron la madre del niño y Eliseo (2 Rey. 4:8-31).
8 El profeta entró en la casa y oró junto al cuerpo del niño. Entonces, Jehová le devolvió la vida. Al verlo, su madre sintió una inmensa alegría (lea 2 Reyes 4:32-37). Y quizá recordó la oración de Ana, que había sido estéril. Cuando llevó a su hijo Samuel al tabernáculo, dijo que Jehová “hace bajar al Seol” y “hace subir” (1 Sam. 2:6). Sin duda, al hacer subir o levantar al hijo de la mujer de Sunem, Dios demostró que puede resucitar a los muertos.
9. ¿Cómo ocurrió la tercera resurrección que aparece en la Biblia?
9 Pero ese no fue el último milagro en el que estuvo implicado Eliseo. Tras ser profeta durante cincuenta años, se enfermó y murió. Tiempo después, cuando de él ya solo quedaban los huesos, pasaron cerca de su tumba unos israelitas que iban a enterrar a un hombre. De repente, vieron aparecer a unos enemigos, así que salieron huyendo y arrojaron el cadáver en la sepultura de Eliseo. La Biblia dice: “Cuando el hombre tocó los huesos de Eliseo, inmediatamente llegó a vivir, y se levantó” (2 Rey. 13:14, 20, 21). Pensemos en lo que estos relatos tuvieron que significar para Marta. Estaba claro que Dios tiene poder sobre la muerte. Y pensemos en lo que podemos aprender nosotros. Sin duda, nos convencen de que el poder de Dios es inmenso y sin límites.
RELATOS DEL SIGLO PRIMERO
10. ¿Qué hizo Pedro por una cristiana que había muerto?
10 Las Escrituras Griegas Cristianas también contienen relatos de resurrecciones realizadas por siervos de Dios. Ya hemos mencionado las que efectuó Jesús cerca de Naín y en la casa de Jairo. Algunos años después, el apóstol Pedro resucitó a una cristiana llamada Dorcas o Tabita. Entró en la habitación donde estaba el cuerpo, oró a Jehová y dijo: “Tabita, ¡levántate!”. Al instante, ella resucitó, y Pedro “la presentó viva” a los hermanos. Como consecuencia de este impresionante milagro, “muchos se hicieron creyentes en el Señor”. Estos nuevos discípulos podían dar testimonio del Señor Jesús y del poder de Jehová para resucitar a los muertos (Hech. 9:36-42).
11. ¿Qué señaló Lucas sobre lo que le ocurrió a un joven, y cómo debió afectar a los presentes el milagro que hizo Pablo?
11 Hablemos de otra resurrección que también presenciaron varias personas. Cierto día, el apóstol Pablo estuvo discursando hasta la medianoche en una casa de Troas, en lo que hoy es el noroeste de Turquía. Eutico, un joven que lo escuchaba sentado en una ventana, se quedó dormido y cayó desde el tercer piso. El primero en llegar hasta él quizá fue Lucas, que era médico. Él señaló que el joven no estaba inconsciente, sino muerto. Pablo bajó las escaleras, abrazó el cuerpo y les dijo a todos que Eutico estaba vivo. Aquel milagro debió impresionar mucho a todos los que lo presenciaron. Debieron sentirse muy reconfortados al darse cuenta de que habían sido testigos de una resurrección (Hech. 20:7-12).
UNA ESPERANZA SEGURA
12, 13. Después de ver los relatos de algunas resurrecciones, ¿qué preguntas debemos responder?
12 Los relatos que hemos visto deben darnos la misma seguridad que tenía Marta: Jehová, que nos ha dado la vida, puede devolvérsela a los muertos. Es interesante que en todas aquellas resurrecciones estuvo presente algún siervo de Dios, como Elías, Jesús o Pedro. Además, todas ellas sucedieron en épocas en las que Jehová realizaba milagros. Entonces, ¿qué hay de los que murieron en épocas en las que no ocurrían tales milagros? ¿Podían esperar los siervos de Dios que Jehová levantara a los muertos en el futuro? ¿Podían tener la misma confianza que Marta, que dijo sobre su hermano: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día”? ¿Por qué podía ella creer eso, y por qué podemos creer nosotros lo mismo?
13 En la Biblia, hay varios pasajes que muestran que los siervos fieles de Dios sabían que habrá una resurrección en el futuro. Analicemos algunos.
14. ¿Qué podemos aprender sobre la resurrección en el relato de Abrahán?
14 Isaac era el heredero que por tanto tiempo había esperado Abrahán. Pero un día Dios le dijo a Abrahán que tomara a su hijo, a quien amaba tanto, y lo ofreciera “como ofrenda quemada” (Gén. 22:2). Imaginémonos cómo debió sentirse. Jehová le había prometido que todas las naciones se bendecirían mediante su descendencia (Gén. 13:14-16; 18:18; Rom. 4:17, 18). Además, le había dicho que la descendencia vendría “por medio de Isaac” (Gén. 21:12). Pero ¿cómo se cumplirían esas promesas si Abrahán sacrificaba a Isaac? Dios inspiró a Pablo a explicar que Abrahán creía que Dios tenía el poder de resucitar a su hijo (lea Hebreos 11:17-19). La Biblia no dice que Abrahán creyera que, si era obediente, su hijo volvería a la vida unas horas o días después. Él no podía saber cuándo sería resucitado Isaac. Pero confiaba en que Jehová le devolvería la vida.
15. ¿Qué esperanza tenía el patriarca Job?
15 El patriarca Job también esperaba una resurrección futura. Comprendía que, si se tala un simple árbol, puede volver a crecer y ser como una “planta nueva”. Pero no ocurre lo mismo con el hombre (Job 14:7-12; 19:25-27). Si muere, no puede salir por sí mismo de la tumba y vivir de nuevo (2 Sam. 12:23; Sal. 89:48). Claro, eso no significa que Dios no pueda resucitarlo. De hecho, Job creía que Jehová fijaría una fecha para acordarse de él (lea Job 14:13-15). Aunque no sabía cuándo ocurriría eso, confiaba en que el Creador de la vida se acordaría de él y usaría su poder para resucitarlo.
16. ¿Qué palabras de ánimo le dijo un ángel al profeta Daniel?
16 Las Escrituras Hebreas también nos hablan del fiel profeta Daniel. Fue leal a Dios durante décadas, y él estuvo siempre a su lado. En cierta ocasión, se le apareció un ángel, que lo llamó “hombre muy deseable” y le dijo: “Ten paz. Sé fuerte” (Dan. 9:22, 23; 10:11, 18, 19).
17, 18. ¿Qué promesa se le dio a Daniel sobre su futuro?
17 Daniel tenía casi 100 años de edad y estaba cerca del final de su vida. Quizá se preguntaba qué sería de él en el futuro. ¿Volvería a vivir? Por supuesto que sí. Al final del libro de Daniel, leemos que Jehová le aseguró: “En cuanto a ti mismo, ve hacia el fin; y descansarás” (Dan. 12:13). El anciano profeta sabía que los muertos están descansando y que en la Tumba no hay “formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría” (Ecl. 9:10). Iba a morir pronto, pero ese no sería su final. Dios le prometió que le sucedería algo maravilloso en el futuro.
18 El mensaje para el profeta Daniel sigue diciendo: “Te pondrás de pie para tu porción al fin de los días”. No se le reveló el momento exacto en que esto ocurriría. Tendría que morir y descansar. Pero las palabras “te pondrás de pie para tu porción” implicaban con claridad que se le resucitaría en el futuro. ¿Cuándo? “Al fin de los días”, mucho tiempo después de morir. La Nueva Biblia al Día traduce así esta promesa: “Al final de los tiempos serás levantado de tu tumba para recibir tu recompensa”.
Igual que Marta, podemos confiar en que habrá una resurrección. (Vea los párrafos 19 y 20).
19, 20. a) ¿Qué relación tiene lo que hemos estudiado con lo que Marta le dijo a Jesús? b) ¿Qué analizaremos en el próximo artículo?
19 Es obvio que Marta tenía motivos para confiar en que su fiel hermano, Lázaro, “se levantará en la resurrección en el último día”. La promesa hecha a Daniel y la seguridad con la que Marta respondió a Jesús deben darnos la confianza de que los muertos van a ser resucitados.
20 Hemos visto relatos reales del pasado que demuestran que los muertos pueden volver a vivir. También hemos hablado de siervos de Dios que sabían que en algún momento futuro habrá una resurrección. Ahora bien, ¿tenemos alguna prueba de que puede haber una resurrección mucho después de que se haya prometido? Si fuera así, tendríamos más motivos para esperar la resurrección de los muertos con la misma seguridad que Marta. Pero ¿cuándo? Analicemos estas cuestiones en el próximo artículo.
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“Tengo esperanza en cuanto a Dios”La Atalaya (estudio) 2017 | diciembre
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“Tengo esperanza en cuanto a Dios”
“El último Adán llegó a ser un espíritu dador de vida” (1 COR. 15:45).
1-3. a) ¿Cuál es una de nuestras principales creencias? b) ¿Por qué es tan importante? (Vea el dibujo del principio).
SI ALGUIEN nos preguntara cuáles son nuestras principales creencias, ¿qué responderíamos? Seguro que diríamos que Jehová es el Creador y que nos ha dado la vida. También diríamos que creemos en Jesucristo, que murió por nuestros pecados. Y tal vez añadiríamos que en el futuro viviremos para siempre en el Paraíso. Pero ¿mencionaríamos la resurrección?
2 Aun si nosotros confiamos en sobrevivir a la gran tribulación y vivir para siempre en la Tierra, tenemos buenas razones para considerar que la resurrección es una de nuestras principales creencias. El apóstol Pablo mostró por qué es tan importante esta enseñanza: “Realmente, si no hay resurrección de los muertos, tampoco ha sido levantado Cristo”. Si Jesús no hubiera resucitado, ahora mismo no estaría reinando y no tendría ningún sentido lo que enseñamos sobre su gobierno (lea 1 Corintios 15:12-19). Pero estamos seguros de que Jesús resucitó. No somos como los saduceos, unos líderes religiosos judíos de la antigüedad que negaban rotundamente que los muertos puedan volver a la vida. Nosotros defendemos esta enseñanza aunque la gente se burle (Mar. 12:18; Hech. 4:2, 3; 17:32; 23:6-8).
3 Pablo escribió que “la resurrección de los muertos” forma parte de “la doctrina primaria acerca del Cristo”, es decir, de las enseñanzas básicas del cristianismo (Heb. 6:1, 2). Y dejó claro que él tenía fe en la resurrección (Hech. 24:10, 15, 24, 25). Pero el que esta sea una de “las cosas elementales de las sagradas declaraciones formales de Dios” no significa que sea una enseñanza simple (Heb. 5:12). ¿Por qué no?
4. ¿Qué preguntas podrían hacerse sobre la resurrección?
4 Cuando comenzamos a estudiar la Biblia, leemos sobre las resurrecciones del pasado, como la de Lázaro. Aprendemos que Abrahán, Job y Daniel estaban seguros de que los muertos volverán a la vida en el futuro. Pero alguien podría preguntar: ¿Siguen siendo válidas las promesas sobre la resurrección aunque hayan pasado años o incluso siglos desde que se hicieron? Además, ¿de veras indica la Biblia cuándo tendrá lugar la resurrección? Las respuestas fortalecerán nuestra fe. Por tanto, veamos lo que dicen las Santas Escrituras.
UNA RESURRECCIÓN PREDICHA SIGLOS ANTES DE SUCEDER
5. ¿De qué vamos a hablar primero?
5 Quizá no nos cueste imaginarnos que alguien pueda resucitar poco después de morir (Juan 11:11; Hech. 20:9, 10). Pero ¿es confiable la promesa de una resurrección hecha años o incluso siglos antes de suceder? ¿Podemos confiar en ella sin importar que la persona lleve muerta poco o mucho tiempo? En realidad, todos creemos en una resurrección que se produjo cientos de años después de prometerse. ¿Cuál es? Y ¿qué relación tiene con nuestra esperanza de una resurrección futura?
6. ¿Cómo se cumplió en Jesús el Salmo 118?
6 Encontramos una referencia a esa resurrección en el Salmo 118, que tal vez escribió David. Ese salmo dice en parte: “¡Ay, pues, Jehová, salva, sí, por favor! [...] Bendito sea Aquel que viene en el nombre de Jehová”. Es probable que recordemos que las personas que vieron entrar a Jesús en Jerusalén el 9 de nisán, poco antes de su muerte, citaron esta profecía sobre el Mesías (Sal. 118:25, 26; Mat. 21:7-9). Pero ¿por qué decimos que este salmo habla de una resurrección que ocurriría muchos años después? Fijémonos que también dice que “la piedra que los edificadores rechazaron ha llegado a ser cabeza del ángulo”, o sea, la principal piedra angular (Sal. 118:22).
“Los edificadores rechazaron” al Mesías. (Vea el párrafo 7).
7. ¿Qué le hicieron los judíos a Jesús?
7 “Los edificadores” que rechazaron a Jesús, el Mesías, fueron los gobernantes judíos. No solo le dieron la espalda o se negaron a aceptar que era el Cristo. Muchos judíos incluso exigieron su muerte (Luc. 23:18-23). Así que fueron responsables de su asesinato.
A Jesús se le resucitó para que fuera la “cabeza del ángulo”. (Vea los párrafos 8 y 9).
8. ¿Cómo podría llegar a ser Jesús la “cabeza del ángulo”?
8 Si a Jesús lo rechazaron y lo asesinaron, ¿cómo podía llegar a ser la “cabeza del ángulo”? Solo si era resucitado. Él mismo lo indicó cuando contó una historia sobre un hombre que les envió mensajeros a unos agricultores que trabajaban para él. Pero estos maltrataron a los mensajeros. Del mismo modo, los israelitas maltrataron a los profetas que Dios les envió. Por último, el hombre les envió a su querido hijo, su heredero, con la esperanza de que a él sí lo escucharían. Pero los agricultores lo mataron. Después de contar esta historia, Jesús citó las palabras proféticas del Salmo 118:22 (Luc. 20:9-17). El apóstol Pedro citó este mismo versículo mientras les dirigía la palabra a los gobernantes, ancianos y escribas judíos que estaban reunidos en Jerusalén. Habló de “Jesucristo el Nazareno”, a quien ellos “fijaron en un madero, pero a quien Dios levantó de entre los muertos”. A continuación, les dijo claramente: “Esta es ‘la piedra que fue tratada por ustedes los edificadores como de ningún valor, que ha llegado a ser cabeza del ángulo’” (Hech. 3:15; 4:5-11; 1 Ped. 2:5-7).
9. ¿Qué suceso extraordinario se predijo en el Salmo 118:22?
9 Como hemos visto, en el Salmo 118:22 se predijo que habría una resurrección siglos antes de suceder. El Mesías sería rechazado y asesinado, pero volvería a la vida y llegaría a ser la “cabeza del ángulo”. Después de resucitar, el Hijo de Dios se convirtió en el único medio para salvarnos, “porque no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos” (Hech. 4:12; Efes. 1:20).
10. a) ¿Qué predijo el Salmo 16:10? b) ¿Por qué estamos seguros que este salmo no se cumplió en David?
10 Analicemos otro versículo que predijo una resurrección. Se escribió con más de mil años de antelación. Este hecho fortalecerá nuestra confianza en que puede haber una resurrección mucho después de predecirse o prometerse. El Salmo 16, que se atribuye a David, dice: “No dejarás mi alma en el Seol. No permitirás que el que te es leal vea el hoyo” (Salmo 16:10). Estas palabras no quieren decir que David nunca moriría o que no iría al Seol, o sea, al lugar simbólico en el que descansan los muertos. La Palabra de Dios dice con claridad que David envejeció, murió y “fue enterrado en la Ciudad de David” con sus antepasados (1 Rey. 2:1, 10). Entonces, ¿de quién hablaba el Salmo 16:10?
11. ¿Cuándo explicó Pedro el Salmo 16:10?
11 Más de mil años después de que David escribiera estas palabras, el apóstol Pedro reveló a quién se referían. Habían pasado unas semanas de la muerte y la resurrección de Jesús, cuando el apóstol les dirigió un discurso sobre el Salmo 16:10 a miles de judíos y prosélitos (lea Hechos 2:29-32). Les dijo algo que quienes lo escuchaban sabían bien: que David había muerto y había sido enterrado. Y luego añadió que David “vio de antemano y habló respecto a la resurrección” del futuro Mesías. Según el relato, nadie contradijo esta afirmación.
12. a) ¿De qué modo se cumplió el Salmo 16:10? b) ¿Qué confirma este cumplimiento sobre la promesa de la resurrección?
12 Para subrayar lo que estaba diciendo, Pedro citó las palabras de David en el Salmo 110:1 (lea Hechos 2:33-36). Su razonamiento, basado en las Escrituras, convenció a la multitud de que Jesús era “Señor y también Cristo”. Todos reconocieron que el Salmo 16:10 se cumplió cuando Jesús fue resucitado. Tiempo después, el apóstol Pablo también usó este claro razonamiento al hablar a unos judíos de la ciudad de Antioquía de Pisidia. Estos se quedaron tan impresionados que le pidieron que les explicara más cosas (lea Hechos 13:32-37, 42). Este argumento también debe convencernos a nosotros de que esas profecías bíblicas sobre una resurrección futura eran confiables aunque habían pasado cientos de años desde que se dieron.
¿CUÁNDO TENDRÁ LUGAR LA RESURRECCIÓN?
13. ¿Qué preguntas sobre la resurrección tal vez se haga alguien?
13 Sin duda, nos anima saber que puede haber una resurrección cientos de años después de prometerse. No obstante, puede que alguien se pregunte: “¿Significa eso que tendré que esperar mucho para volver a ver a mis seres queridos? ¿Cuándo ocurrirá la resurrección que espero?”. Recordemos que Jesús dijo a los apóstoles que había cosas que ni sabían ni podían saber entonces. Hay detalles sobre “los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción” (Hech. 1:6, 7; Juan 16:12). Pero eso no significa que no sepamos nada sobre cuándo tendrá lugar la resurrección.
14. ¿Qué diferencia hay entre la resurrección de Jesús y las que hubo antes?
14 Recordar las resurrecciones que predice la Biblia nos ayudará a entender esto. Desde luego, la resurrección más importante es la de Jesús. Si no fuera por ella, ninguno de nosotros tendría esperanzas de volver a ver a sus seres queridos. Las personas que resucitaron antes que él, como por ejemplo en tiempos de Elías y Eliseo, no vivieron para siempre. Volvieron a morir, sus cuerpos fueron enterrados y se convirtieron en polvo. En cambio, Jesús “ha sido levantado de entre los muertos” y “ya no muere”, porque “la muerte ya no es amo sobre él”. Vive en el cielo “para siempre jamás” (Rom. 6:9; Rev. 1:5, 18; Col. 1:18; 1 Ped. 3:18).
15. ¿Por qué se le llama a Jesús “las primicias”?
15 Jesús resucitó para vivir como ser espiritual en el cielo. Su resurrección fue la primera de este tipo y la más importante, pero no la única (Hech. 26:23). Él prometió a sus apóstoles fieles que irían al cielo para gobernar con él (Luc. 22:28-30). Ahora bien, para recibir esta recompensa, primero tendrían que morir y luego, igual que Jesús, ser resucitados con un cuerpo espiritual. Pablo explicó algo parecido. Escribió: “Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido en la muerte”. Luego indicó que, aparte de Jesús, otros serían resucitados para vivir en el cielo. Dijo: “Cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia” (1 Cor. 15:20, 23).
16. ¿Qué idea nos da la Biblia sobre cuándo sucedería la resurrección celestial?
16 Estas palabras nos dan una idea de cuándo sucedería la resurrección celestial: durante la presencia de Cristo. Desde hace muchos años, los testigos de Jehová han probado con la Biblia que la prometida “presencia” de Jesús comenzó en 1914. Todavía vivimos durante dicha presencia, y el fin de este mundo malvado está muy cerca.
17, 18. ¿Qué les ocurrirá a algunos ungidos durante la presencia de Cristo?
17 La Biblia da más detalles sobre la resurrección en el cielo. Dice: “No queremos que estén en ignorancia respecto a los que están durmiendo en la muerte [...]. Porque si nuestra fe es que Jesús murió y volvió a levantarse, así, también, a los que se han dormido en la muerte mediante Jesús, Dios los traerá con él”. Entonces indica: “Nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa”. Luego explica: “Y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor” (1 Tes. 4:13-17).
18 La resurrección celestial tendría lugar algún tiempo después del comienzo de “la presencia” de Cristo. Los ungidos que estén vivos en la Tierra durante la gran tribulación serán “arrebatados” en las nubes. La Biblia dice que los que sean “arrebatados” no se dormirán en la muerte, es decir, no permanecerán muertos durante mucho tiempo. Todos serán “cambiados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta” (1 Cor. 15:51, 52; Mat. 24:31).
19. ¿Qué “resurrección mejor” habrá en el futuro?
19 La mayoría de los cristianos fieles de hoy día no son ungidos ni han sido llamados para gobernar con Cristo en los cielos. Esperan el fin de este mundo malvado durante “el día de Jehová”. Nadie puede saber cuándo llegará el fin, pero todo indica que está cerca (1 Tes. 5:1-3). Después, habrá una resurrección diferente. Millones de personas resucitarán y vivirán en el Paraíso en la Tierra. Tendrán la esperanza de ser perfectos y no volver a morir jamás. Será sin duda “una resurrección mejor” que la de quienes resucitaron en el pasado pero volvieron a morir (Heb. 11:35).
20. ¿Por qué podemos confiar en que la resurrección venidera ocurrirá de manera ordenada?
20 La Biblia dice que en el cielo resucitará “cada uno en su propia categoría”, es decir, siguiendo su orden debido (1 Cor. 15:23). Por lo tanto, podemos confiar en que la resurrección en la Tierra también seguirá un orden. Esto podría hacernos preguntar: “¿Cuándo resucitarán los que murieron en nuestros días? ¿Será poco después de comenzar el Reinado de Mil Años de Cristo, para que los reciban sus familiares y amigos? ¿Y los hombres fieles del pasado que fueron buenos líderes? ¿Estarán entre los primeros resucitados para ayudar a organizar a los siervos de Dios? ¿Y qué hay de las personas que no sirvieron a Jehová? ¿Cuándo y dónde volverán a la vida?”. Hay muchas cosas que podríamos preguntar, pero ahora mismo no es necesario preocuparse por este tipo de asuntos. Es mejor esperar y ver. Sin duda, será emocionante ser testigos de cómo actúa Jehová.
21. ¿Qué esperanza tenemos?
21 Mientras tanto, debemos fortalecer nuestra fe en Jehová. Él nos aseguró mediante Jesús que resucitará a quienes están en su memoria (Juan 5:28, 29; 11:23). Jesús dio una prueba más de que Dios puede resucitar a los muertos al decir que, para él, Abrahán, Isaac y Jacob están vivos (Luc. 20:37, 38). Así pues, tenemos razones de sobra para decir, igual que Pablo: “Tengo esperanza en cuanto a Dios [...] de que va a haber resurrección” (Hech. 24:15).
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