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    La Atalaya 2003 | 15 de mayo
    • Cristo habla a las congregaciones

      “Estas son las cosas que dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha.” (REVELACIÓN [APOCALIPSIS] 2:1.)

      1, 2. ¿Por qué deben interesarnos los mensajes de Cristo a siete congregaciones de Asia Menor?

      JESUCRISTO, el Hijo unigénito de Dios, es el Cabeza de la congregación cristiana. A fin de mantener sin tacha a su congregación de discípulos ungidos, Cristo ejerce su jefatura encomiándolos y corrigiéndolos (Efesios 5:21-27). Hallamos ejemplos de ello en los capítulos 2 y 3 de Revelación, donde dirige mensajes enérgicos y amorosos a siete congregaciones de Asia Menor.

      2 Antes de oír las palabras de Jesús a las siete congregaciones, el apóstol Juan recibió una visión del “día del Señor” (Revelación 1:10). Dicho “día” comenzó en 1914 con la instauración del Reino mesiánico. Por consiguiente, lo que Cristo dijo a las congregaciones es de suma importancia en estos últimos días. En efecto, sus palabras de estímulo y sus consejos nos ayudan a afrontar estos tiempos críticos (2 Timoteo 3:1-5).

      3. ¿Qué simbolizan las “estrellas”, los “ángeles” y los “candelabros de oro” que contempló el apóstol Juan?

      3 Juan contempló a Jesucristo glorificado, quien “tiene las siete estrellas en su mano derecha” y “anda en medio de los siete candelabros de oro”, es decir, de las siete congregaciones. Las “estrellas” son “los ángeles de las siete congregaciones” (Revelación 1:20; 2:1). Aunque las estrellas a veces simbolizan criaturas angélicas, Cristo no se valdría de un hombre para escribir mensajes a seres espirituales. Es lógico, pues, que en este pasaje tales “estrellas” representen superintendentes, o cuerpos de ancianos, ungidos por espíritu. En este caso se les llama “ángeles” porque cumplen la función de mensajeros. A consecuencia del crecimiento de la organización de Dios, “el mayordomo fiel” también ha nombrado superintendentes a hombres capacitados que forman parte de las “otras ovejas” de Jesús (Lucas 12:42-44; Juan 10:16).

      4. ¿Cómo se benefician los ancianos de prestar atención a los mensajes de Cristo a las congregaciones?

      4 Las “estrellas” se encuentran en la mano derecha de Jesús, es decir, se benefician de su mandato, control, favor y protección. Por tal motivo, han de rendirle cuentas. Los ancianos de la actualidad deben prestar atención a las palabras dirigidas a cada una de las siete congregaciones, pues les enseñarán a tratar situaciones parecidas a las que surgieron en ellas. Por supuesto, todos los cristianos debemos escuchar al Hijo de Dios (Marcos 9:7). ¿Qué aprendemos al estudiar los mensajes de Cristo a las congregaciones?

      Al ángel de Éfeso

      5. ¿Qué caracterizaba a la ciudad de Éfeso?

      5 Jesús encomió y reprendió a la congregación de Éfeso (léase Revelación 2:1-7). En aquel próspero centro comercial y religioso, situado en el litoral oeste de Asia Menor, se alzaba el enorme templo de la diosa Ártemis. Aunque la ciudad estaba saturada de inmoralidad, paganismo y magia, Dios bendijo el ministerio que realizaron en ella Pablo y otros cristianos (Hechos, capítulo 19).

      6. ¿En qué se parecen los cristianos leales de hoy a los de la antigua Éfeso?

      6 Cristo elogió a la congregación de Éfeso con estas palabras: “Conozco tus hechos, y tu labor y aguante, y que no puedes soportar a hombres malos, y que pusiste a prueba a los que dicen ser apóstoles, pero no lo son, y los hallaste mentirosos”. Hoy día, las congregaciones de los discípulos verdaderos de Jesús tienen un historial similar de buenas obras, laboriosidad y aguante, y tampoco toleran a los falsos hermanos que desean ser considerados apóstoles (2 Corintios 11:13, 26). Al igual que los efesios, los cristianos leales de hoy “no [pueden] soportar a hombres malos”. A fin de preservar la pureza de la adoración de Jehová y proteger a la congregación, rechazan la compañía de los apóstatas impenitentes (Gálatas 2:4, 5; 2 Juan 8-11).

      7, 8. ¿Qué grave problema existía en la congregación de Éfeso, y qué podríamos hacer si nos sucediera lo mismo?

      7 Ahora bien, en la congregación de Éfeso existía un grave problema. “Tengo esto contra ti —dijo Jesús—: que has dejado el amor que tenías al principio.” Era preciso que aquellos cristianos reavivaran su primer amor por Jehová (Marcos 12:28-30; Efesios 2:4; 5:1, 2). Nosotros también hemos de mantenernos en guardia para no perder nuestro amor inicial por Dios (3 Juan 3). Pero ¿y si adquieren demasiada relevancia en nuestra vida deseos como el afán de adquirir riquezas o disfrutar de diversos placeres? (1 Timoteo 4:8; 6:9, 10.) En ese caso, debemos suplicar la ayuda divina para sustituir tales tendencias por un profundo sentimiento de amor a Jehová y de gratitud por todo lo que él y su Hijo han hecho por nosotros (1 Juan 4:10, 16).

      8 Cristo instó a la congregación efesia: “Recuerda de qué has caído, y arrepiéntete, y haz los hechos de antes”. ¿Qué le ocurriría en caso contrario? “Si no lo haces —le advirtió Jesús—, vengo a ti, y removeré tu candelabro de su lugar.” Si todas las ovejas perdían el amor que tenían al principio, el “candelabro”, es decir, la congregación, dejaría de existir. Por consiguiente, seamos cristianos celosos y trabajemos con ahínco para que la congregación siga resplandeciendo en sentido espiritual (Mateo 5:14-16).

      9. ¿Cómo debemos considerar el sectarismo?

      9 Los efesios tenían algo más a su favor: odiaban “los hechos de la secta de Nicolás”. Aparte del testimonio de Revelación, no hay datos concretos sobre el origen, enseñanzas y prácticas de esa secta. Sin embargo, dado que Jesús prohíbe que seamos seguidores de hombres, debemos odiar siempre el sectarismo, como hicieron los cristianos de Éfeso (Mateo 23:10).

      10. ¿Qué les sucederá a quienes obedecen lo que dice el espíritu?

      10 “El que tenga oído, oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones”, añade Cristo, quien ya cuando estuvo en la Tierra, habló bajo la influencia del espíritu santo (Isaías 61:1; Lucas 4:16-21). Por lo tanto, debemos prestar atención a lo que ahora nos enseña Dios mediante su Hijo, en el cual sigue operando Su fuerza activa. Dirigido por esta, Jesús prometió: “Al que venza, le concederé comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios”. Para los ungidos, quienes obedecen lo que dice el espíritu, esto significa inmortalidad en el “paraíso [celestial] de Dios”, en la presencia misma de Jehová. La “gran muchedumbre”, que también escucha lo que dice el espíritu, disfrutará de un paraíso terrestre, donde beberá de “un río de agua de vida” y obtendrá curación de “las hojas de los árboles” de sus riberas (Revelación 7:9; 22:1, 2; Lucas 23:43).

      11. ¿Cómo podemos fomentar el amor a Jehová?

      11 Los efesios habían perdido su amor inicial, pero ¿y si hoy día se desarrollara una situación similar en nuestra congregación? Si eso sucediera, fomentemos individualmente el amor a Jehová hablando de sus amorosos caminos. Podemos expresar nuestra gratitud por el cariño que Dios demostró al rescatarnos mediante su querido Hijo (Juan 3:16; Romanos 5:8). Siempre que sea oportuno, mencionemos el amor de Dios en los comentarios e intervenciones que realicemos en las reuniones. Y también podemos manifestar cuánto queremos a Jehová alabando su nombre en el ministerio cristiano (Salmo 145:10-13). En efecto, nuestras palabras y acciones pueden contribuir mucho a reavivar o fortalecer el primer amor de una congregación.

      Al ángel de Esmirna

      12. ¿Qué revela la historia en cuanto a Esmirna y sus prácticas religiosas?

      12 La congregación de Esmirna recibió elogios de Cristo, “‘el Primero y el Último’, que llegó a estar muerto y llegó a vivir de nuevo” al ser resucitado (léase Revelación 2:8-11). Aquella ciudad (la actual Izmir, en Turquía) fue fundada por los griegos en la costa occidental de Asia Menor y destruida por los lidios alrededor del año 580 a.E.C. Reconstruida en una nueva ubicación por los sucesores de Alejandro Magno, se integró en la provincia romana de Asia y pasó a ser una próspera ciudad comercial famosa por la hermosura de sus edificios públicos. Albergaba un templo dedicado a Tiberio César, lo que la convirtió en un centro del culto al emperador, al que se adoraba quemando una pizca de incienso y proclamando “César es Señor”. Los cristianos no podían cumplir con esta exigencia, pues para ellos “Jesús es Señor”. Por consiguiente, tuvieron que afrontar tribulación (Romanos 10:9).

      13. Aunque los cristianos de Esmirna eran pobres materialmente, ¿en qué sentido eran ricos?

      13 Además de sufrir tribulación, los cristianos de Esmirna cayeron en la pobreza, tal vez porque les impusieran sanciones económicas por no adorar al emperador. Hoy, los siervos de Jehová no estamos exentos de sufrir pruebas similares (Revelación 13:16, 17). Aunque seamos pobres materialmente, si nos parecemos a los cristianos de Esmirna, somos ricos espiritualmente, y eso es lo que de veras importa (Proverbios 10:22; 3 Juan 2).

      14, 15. ¿Qué consuelo proporcionan a los ungidos las palabras de Revelación 2:10?

      14 La mayoría de los judíos de Esmirna constituían “una sinagoga de Satanás” por su apego a tradiciones antibíblicas, su rechazo al Hijo de Dios y sus blasfemias contra los cristianos engendrados por espíritu (Romanos 2:28, 29). Pero a los ungidos siempre los han consolado muchísimo estas palabras de Cristo: “No tengas miedo de las cosas que estás para sufrir. ¡Mira! El Diablo seguirá echando a algunos de ustedes en la prisión para que sean puestos a prueba plenamente, y para que tengan tribulación diez días. Pruébate fiel hasta la misma muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Revelación 2:10).

      15 Jesús no tuvo miedo de morir por sostener la soberanía de Jehová (Filipenses 2:5-8). De igual modo, aunque Satanás guerrea contra los miembros del resto ungido, estos no temen los sufrimientos que, como colectividad, se ven obligados a afrontar, sea tribulación, encarcelamiento o muerte violenta (Revelación 12:17). Vencerán al mundo, y en vez de la efímera guirnalda de flores que recibían los ganadores de los juegos paganos, Cristo les promete que cuando resuciten obtendrán un don inestimable: “la corona de la vida” inmortal en el cielo.

      16. ¿En qué cuestión debemos concentrarnos si nuestra congregación se parece a la que había en la antigua Esmirna?

      16 Sea que tengamos esperanza celestial o terrenal, ¿qué podemos hacer si nuestra congregación se parece a la que había en la antigua Esmirna? Ayudemos a nuestros hermanos en la fe a concentrarse en la principal razón por la que Dios permite la persecución: la cuestión de la soberanía universal. Cada testigo de Jehová que se mantiene íntegro demuestra que Satanás es un mentiroso y que incluso un ser humano perseguido puede ser un defensor inquebrantable del derecho de Dios a gobernar como Soberano Universal (Proverbios 27:11). Animemos a otros cristianos a soportar la persecución y, como resultado, disfrutar del continuo “privilegio de rendirle [a Jehová] servicio sagrado sin temor, con lealtad y justicia delante de él todos nuestros días”, sí, para siempre (Lucas 1:68, 69, 74, 75).

      Al ángel de Pérgamo

      17, 18. ¿Qué tipo de adoración era muy importante en Pérgamo, y qué consecuencias podía tener la negativa a participar en tal idolatría?

      17 La congregación de Pérgamo recibió encomio, a la vez que corrección (léase Revelación 2:12-17). Situada a unos 80 kilómetros al norte de Esmirna, Pérgamo era una ciudad inmersa en la religión falsa. Parece que albergó a magos caldeos (astrólogos) que huyeron de Babilonia. Multitudes de enfermos peregrinaban a su célebre templo de Asclepio, el dios falso de las curaciones y la medicina. Con su templo consagrado a César Augusto, está considerada “el principal centro del culto imperial en la primera época del imperio” (Encyclopædia Britannica, 1959, vol. 17, pág. 507).

      18 Pérgamo tenía un altar dedicado a Zeus, y también era un centro de deificación de hombres, práctica de inspiración satánica. No sorprende que se afirme que la congregación moraba donde estaba “el trono de Satanás”. Negarse a adorar al emperador por defender la soberanía de Jehová podía pagarse con la muerte. El mundo aún yace en poder del Diablo, y los símbolos nacionales son idolatrados (1 Juan 5:19). Desde el siglo primero han sufrido martirio muchos cristianos fieles, como aquel que mencionó Cristo: “Antipas, mi testigo, el fiel, que fue muerto al lado de ustedes”. Sin lugar a dudas, Jehová Dios y Jesucristo recuerdan a tales siervos leales (1 Juan 5:21).

      19. ¿Qué hizo Balaam, y contra qué debe mantenerse en guardia todo cristiano?

      19 Cristo también se refirió a “la enseñanza de Balaam”. Ansioso de lucrarse, este falso profeta intentó lanzar una maldición contra Israel y, cuando Dios la convirtió en bendición, se confabuló con el rey moabita Balac e indujo a muchos israelitas a la idolatría y la inmoralidad sexual. Al igual que Finehás, que combatió las maquinaciones de Balaam, los ancianos cristianos tienen que defender la justicia con firmeza (Números 22:1–25:15; 2 Pedro 2:15, 16; Judas 11). En realidad, todo cristiano debe estar en guardia para no caer en la idolatría y evitar que se infiltre la inmoralidad en la congregación (Judas 3, 4).

      20. ¿Qué debe hacer el cristiano si empieza a abrigar opiniones apóstatas?

      20 La congregación de Pérgamo corría grave peligro, pues toleraba en su seno a individuos que tenían “firmemente asida la enseñanza de la secta de Nicolás”. He aquí las palabras que Cristo dirigió a la congregación: “Arrepiéntete. Si no lo haces, voy a ti pronto, y guerrearé contra ellos con la espada larga de mi boca”. Los sectarios desean hacer daño espiritual a los cristianos, y quienes están determinados a promover divisiones y sectas no heredarán el Reino de Dios (Romanos 16:17, 18; 1 Corintios 1:10; Gálatas 5:19-21). Si algún cristiano está empezando a abrigar opiniones apóstatas y a desear esparcirlas, hará bien en pensar en la advertencia de Cristo. Para salvarse del desastre, es preciso que se arrepienta y pida la ayuda espiritual de los ancianos de la congregación (Santiago 5:13-18). Es vital que actúe sin demora, pues Jesús se aproxima velozmente para ejecutar la sentencia divina.

      21, 22. ¿Quiénes comen “del maná escondido”, y qué simboliza este hecho?

      21 Los fieles cristianos ungidos y sus compañeros leales no tienen por qué temer el juicio venidero, pues les aguardan bendiciones a todos los que siguen los consejos que dio Jesús guiado por el espíritu santo de Dios. Por ejemplo, a los ungidos que venzan al mundo se les invitará a comer “del maná escondido” y se les dará “una piedrecita blanca” con “un nombre nuevo”.

      22 Dios proporcionó a los israelitas el maná para alimentarlos durante su viaje de cuarenta años por el desierto. Una pequeña cantidad de aquel “pan” se guardaba en una jarra de oro dentro del arca del pacto, de modo que estaba oculto en el Santísimo del tabernáculo, donde una luz milagrosa representaba la presencia de Jehová (Éxodo 16:14, 15, 23, 26, 33; 26:34; Hebreos 9:3, 4). A nadie se le permitía comer del maná escondido. Sin embargo, cuando los discípulos ungidos de Jesús resucitan, se visten de inmortalidad, lo que se simboliza con el hecho de comer “del maná escondido” (1 Corintios 15:53-57).

      23. ¿Qué significan la “piedrecita blanca” y el “nombre nuevo”?

      23 En los tribunales romanos, una piedrecita negra significaba condenación, y si era blanca, absolución. El que Jesús entregue “una piedrecita blanca” a los cristianos ungidos vencedores indica que los declara inocentes, puros y limpios. Los romanos también usaban piedrecitas como boletos de entrada en acontecimientos importantes, de modo que la “piedrecita blanca” quizá denote que al ungido se le permite ocupar un lugar en los cielos para las bodas del Cordero (Revelación 19:7-9). Al parecer, el “nombre nuevo” representa el privilegio de estar unidos con Jesús como coherederos en el Reino celestial. Todas estas verdades son sumamente animadoras para los ungidos, así como para sus compañeros en el servicio de Jehová, que anhelan vivir en un paraíso terrestre.

      24. ¿Qué postura hemos de adoptar ante la apostasía?

      24 Nos conviene recordar que los apóstatas pusieron a la congregación de Pérgamo en peligro. Si una situación semejante amenazara el bienestar espiritual de nuestra congregación, rechacemos de plano la apostasía y sigamos andando en la verdad (Juan 8:32, 44; 3 Juan 4). Puesto que los falsos maestros o las personas que se inclinan a la apostasía pueden corromper a toda una congregación, debemos oponernos firmemente a sus enseñanzas, sin permitir jamás que su malvada persuasión nos refrene de obedecer la verdad (Gálatas 5:7-12; 2 Juan 8-11).

      25. ¿A qué congregaciones dirigió Cristo los mensajes que examinaremos en el artículo siguiente?

      25 Hemos analizado los elogios y consejos que Jesucristo glorificado dedicó a tres de las siete congregaciones de Asia Menor, y no hay duda de que sus palabras invitan a la reflexión. Sin embargo, guiado por el espíritu santo, él también tuvo mucho que decir a las cuatro congregaciones restantes. Estos mensajes, dirigidos a Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea, se examinarán en el artículo siguiente.

  • ¡Escuche lo que el espíritu dice!
    La Atalaya 2003 | 15 de mayo
    • ¡Escuche lo que el espíritu dice!

      “El que tenga oído, oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones.” (REVELACIÓN 3:22.)

      1, 2. ¿Qué exhortación repite Jesús en sus mensajes a las siete congregaciones mencionadas en Revelación?

      LOS siervos de Jehová debemos prestar atención a las palabras que Jesucristo, movido por el espíritu, dirigió a las siete congregaciones mencionadas en el libro bíblico de Revelación. De hecho, en todos sus mensajes incluyó esta exhortación: “El que tenga oído, oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones” (Revelación 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22).

      2 Ya hemos examinado los mensajes de Jesús a los ángeles, o superintendentes, de Éfeso, Esmirna y Pérgamo. ¿Qué lecciones aprendemos de las palabras que, por espíritu santo, dirigió a las cuatro congregaciones restantes?

      Al ángel de Tiatira

      3. ¿Dónde estaba Tiatira, y por qué producto era muy conocida?

      3 La congregación de Tiatira mereció tanto la alabanza como la reprensión del “Hijo de Dios” (léase Revelación 2:18-29). La ciudad, hoy llamada Akhisar, fue construida a orillas de un afluente del río Gediz (el antiguo Hermos), en el oeste de Asia Menor. Era conocida por sus numerosas actividades artesanales, y particularmente por la elaboración del afamado tinte púrpura escarlata a partir de la raíz de una planta llamada rubia, o granza. Lidia, quien se hizo cristiana durante la visita de Pablo a la ciudad griega de Filipos, era “vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira” (Hechos 16:12-15).

      4. ¿Por qué elogió Jesús a la congregación de Tiatira?

      4 Jesús elogió a la congregación de Tiatira por sus buenas obras, amor, fe, aguante y empeño en el ministerio. En realidad, sus “hechos recientes” eran “más que los de antes”. Pero aunque tengamos un historial magnífico, jamás bajemos la guardia en materia de moralidad.

      5-7. a) ¿Quién era “aquella mujer Jezabel”, y qué debía hacerse ante su influencia? b) ¿Cómo se comportan las mujeres piadosas, en armonía con el mensaje de Cristo a la congregación de Tiatira?

      5 La congregación de Tiatira toleraba actos idolátricos, enseñanzas falsas e inmoralidad sexual. En su seno se hallaba “aquella mujer Jezabel”, tal vez un grupo de mujeres con las mismas inclinaciones de Jezabel, la inicua soberana del reino de diez tribus de Israel. Algunos biblistas señalan que las supuestas profetisas de Tiatira quizás trataran de inducir a los cristianos a adorar a los dioses y diosas de los distintos gremios y a participar en fiestas en las que se consumían alimentos sacrificados a ídolos. No permitamos que ninguna mujer que se proclame a sí misma profetisa manipule a nadie en la congregación cristiana.

      6 A Jezabel, Cristo estaba “a punto de echarla en un lecho de enfermo, y a los que comet[ían] adulterio con ella, en gran tribulación, a menos que se arrepi[ntieran] de los hechos de ella”. Los superintendentes no ceden jamás a tan malvadas enseñanzas e influencias, y no es preciso que ningún cristiano caiga en la fornicación espiritual o física ni en la idolatría para comprender que las “cosas profundas de Satanás” son totalmente perversas. Si escuchamos la advertencia de Jesús, mantendremos “firmemente asido lo que [tenemos]”, y el pecado no nos vencerá. Por su rechazo de las prácticas, ambiciones y metas impías, a los ungidos resucitados se les otorga “autoridad sobre las naciones” para que, junto con Cristo, las hagan pedazos. Las congregaciones de la actualidad ya cuentan con estrellas simbólicas, y los ungidos recibirán cuando resuciten en los cielos “la brillante estrella de la mañana”, el Novio, Jesucristo (Revelación 22:16).

      7 A la congregación de Tiatira se le advirtió que no tolerara la mala influencia de aquellas apóstatas. El mensaje de Cristo, inspirado por el espíritu, ayuda a las mujeres piadosas de hoy a mantenerse en el lugar que Dios les ha asignado. Ellas no tratan de ejercer autoridad sobre los hombres ni inducen a ningún hermano a la fornicación espiritual o física (1 Timoteo 2:12). Por el contrario, con su magnífico ejemplo de buenas obras y servicio alaban a Dios (Salmo 68:11; 1 Pedro 3:1-6). Si la congregación guarda lo que tiene —doctrinas y obras puras, y el valiosísimo ministerio del Reino—, Cristo no la ejecutará, sino que la recompensará con muchas bendiciones.

      Al ángel de Sardis

      8. a) ¿Dónde estaba la ciudad de Sardis, y qué puede decirse de ella? b) ¿Por qué necesitaba ayuda la congregación de Sardis?

      8 La congregación de Sardis necesitaba ayuda con urgencia, pues en sentido espiritual estaba muerta (léase Revelación 3:1-6). Situada a unos 50 kilómetros al sur de Tiatira, Sardis era una ciudad floreciente. El comercio, la fertilidad de sus campos y la confección de alfombras y prendas de lana la convirtieron en una población próspera que llegó a contar con unos 50.000 habitantes. Según el historiador Josefo, albergaba en el siglo primero una gran comunidad judía. Entre sus ruinas se distinguen la sinagoga y el templo de Ártemis, diosa de los efesios.

      9. ¿Qué debemos hacer si nuestro servicio es superficial?

      9 Cristo le dijo al ángel de la congregación de Sardis: “Conozco tus hechos, que tienes nombre de estar vivo, pero estás muerto”. ¿Qué podemos hacer si tenemos la reputación de estar despiertos espiritualmente, pero nos hallamos casi dormidos en cuanto a los privilegios cristianos, nuestro servicio es superficial y nos encontramos “a punto de morir” en sentido espiritual? Si ese es nuestro caso, debemos continuar ‘teniendo presente cómo hemos recibido y cómo oímos’ el mensaje del Reino, y reavivar nuestro servicio sagrado. Es indispensable que empecemos a participar de todo corazón en las reuniones cristianas (Hebreos 10:24, 25). Cristo advirtió a la congregación de Sardis: “A menos que despiertes vendré como ladrón, y no sabrás de ningún modo a qué hora vendré sobre ti”. ¿Son aplicables estas palabras en la actualidad? Sin duda, pues pronto tendremos que rendir cuentas.

      10. Incluso en una situación como la de Sardis, ¿qué podría decirse de unos cuantos cristianos?

      10 Incluso en una situación como la de Sardis, puede haber unos cuantos que “no contamin[en] sus prendas de vestir exteriores” y “[anden con Cristo] en prendas blancas, porque son dignos”. Tales siervos de Dios no pierden su identidad cristiana y permanecen sin tacha, sin ninguna mancha moral o religiosa de este mundo (Santiago 1:27). En consecuencia, Jesús ‘de ninguna manera borrará su nombre del libro de la vida, sino que hará reconocimiento de ellos delante de su Padre y delante de sus ángeles’. La clase de la novia de Cristo, compuesta por los ungidos, es declarada digna de andar con él vestida de lino fino brillante y limpio, que simboliza los actos justos de los santos de Dios (Revelación 19:8). Los maravillosos privilegios de servicio que les esperan en el cielo los estimulan a vencer a este mundo. Asimismo les aguardan bendiciones a quienes disfrutarán de vida eterna en la Tierra, pues sus nombres también están escritos en el libro de la vida.

      11. ¿Qué debemos hacer si nos estamos adormeciendo espiritualmente?

      11 Ninguno de nosotros desea caer en el lastimoso estado de la congregación de Sardis, pero ¿y si percibimos que nuestra espiritualidad se está adormeciendo? Por nuestro propio bien, actuemos sin demora. Si nos estamos yendo por malos caminos o hemos descuidado las reuniones o el ministerio, roguemos a Jehová que nos ayude (Filipenses 4:6, 7, 13). La lectura diaria de la Biblia y el estudio de las Escrituras y de las publicaciones del “mayordomo fiel” nos mantendrán despiertos espiritualmente (Lucas 12:42-44). De ese modo nos pareceremos a los cristianos de Sardis que contaban con la aprobación de Cristo y seremos una bendición para nuestros hermanos en la fe.

      Al ángel de Filadelfia

      12. ¿Qué clima religioso existía en la antigua Filadelfia?

      12 Jesús encomió a la congregación de Filadelfia (léase Revelación 3:7-13). Filadelfia (la actual Alasehir) fue el próspero centro de una región vinícola de Asia Menor occidental. De hecho, su principal deidad era Dioniso, el dios del vino. Al parecer, los judíos de la ciudad trataron de convencer a los cristianos de origen hebreo de que siguieran obedeciendo la Ley mosaica o volvieran a observar algunos de sus preceptos.

      13. ¿Cómo ha empleado Cristo “la llave de David”?

      13 Cristo “tiene la llave de David”, lo que implica que se le han confiado todos los intereses del Reino y la administración de la casa de la fe (Isaías 22:22; Lucas 1:32). Jesús empleó tal llave para abrir oportunidades y privilegios relacionados con el Reino a los cristianos de la antigua Filadelfia y de otros lugares. Desde 1919, él ha puesto ante “el mayordomo fiel” “una puerta grande” que brinda acceso a la predicación del Reino y que ningún adversario puede cerrar (1 Corintios 16:9; Colosenses 4:2-4). Por supuesto, la puerta de los privilegios del Reino se cierra a los miembros de “la sinagoga de Satanás”, pues no son israelitas espirituales.

      14. a) ¿Qué promesa hizo Jesús a la congregación de Filadelfia? b) ¿Cómo podemos guardarnos de caer en “la hora de prueba”?

      14 Jesús hizo esta promesa a los cristianos de la antigua Filadelfia: “Porque guardaste la palabra acerca de mi aguante, yo también te guardaré de la hora de prueba, que ha de venir sobre toda la tierra habitada”. La predicación exige un aguante similar al de Jesús, quien en vez de ceder ante el enemigo, hizo siempre la voluntad de su Padre. Por consiguiente, fue resucitado y recibió vida inmortal en los cielos. Si nos aferramos a nuestra decisión de adorar a Jehová y apoyamos el Reino predicando las buenas nuevas, estaremos resguardados para no caer en “la hora de prueba”, es decir, el presente período de dificultades que ponen a prueba nuestra fe. Seguiremos “teniendo firmemente asido” lo que nos ha dado Cristo si luchamos por incrementar los bienes del Reino. La recompensa será una inestimable corona celestial para los ungidos, y vida eterna en la Tierra para sus leales compañeros.

      15. ¿Qué requisitos debe reunir todo el que vaya a ser “columna en el templo de [...] Dios”?

      15 Cristo agrega: “Al que venza... lo haré columna en el templo de mi Dios, [...] y sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén que desciende del cielo desde mi Dios, y ese nuevo nombre mío”. Los superintendentes ungidos han de sostener la adoración verdadera. Deben seguir siendo dignos de formar parte de “la nueva Jerusalén”. Para ello, tienen que predicar el Reino de Dios y mantenerse espiritualmente puros. Es imprescindible que reúnan tales requisitos a fin de vivir en el cielo, donde serán columnas del templo glorificado, llevarán el nombre de la ciudad de Dios (lo que los identificará como sus ciudadanos) y compartirán el nombre de Cristo (lo que los distinguirá como integrantes de su novia). Y, claro está, cada uno de ellos debe tener un oído que “oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones”.

      Al ángel de Laodicea

      16. Mencione algunas características de Laodicea.

      16 Cristo reprendió a la indolente congregación de Laodicea (léase Revelación 3:14-22). Situada a unos 150 kilómetros al este de Éfeso, en una encrucijada de rutas de mercaderes en el fértil valle del río Lico, esta ciudad era un importante centro bancario y manufacturero que se distinguía por la fabricación de ropa de lana negra. Puesto que también albergaba una célebre escuela de medicina, probablemente producía el remedio para los ojos llamado polvo frigio; además, Asclepio, dios de la medicina, figuraba entre sus principales deidades. Parece que en Laodicea residía una cantidad considerable de judíos y que algunos de ellos eran bastante acaudalados.

      17. ¿Por qué se censuró a los cristianos de Laodicea?

      17 Al dirigirse a la congregación de Laodicea por medio del “ángel” de esta, Jesús habla con la autoridad que le confiere ser “el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación por Dios” (Colosenses 1:13-16). Cristo censuró al conjunto de cristianos laodicenses por no ser “ni frío ni caliente” en sentido espiritual. Como eran tibios, iba a vomitarlos de su boca. Seguramente no les costaría captar el sentido de sus palabras, pues en la cercana Hierápolis había fuentes termales, y en Colosas, frescos manantiales. Sin embargo, el agua tenía que conducirse a Laodicea mediante un sistema de cañerías, por lo que probablemente llegaba tibia. Primero circulaba por un acueducto, y, al acercarse a la ciudad, atravesaba bloques de piedra perforados unidos con cemento.

      18, 19. ¿Cómo pueden obtener ayuda los cristianos de la actualidad que se asemejan a los de Laodicea?

      18 En la actualidad, los que se parecen a los cristianos de Laodicea no son ni estimulantes como el agua caliente ni refrescantes como el agua fría, de modo que, por ser tibios, Jesús los escupirá de su boca. No los quiere como portavoces, o sea, como “embajadores [ungidos] en sustitución de Cristo” (2 Corintios 5:20). A menos que se arrepientan, perderán el privilegio de ser proclamadores del Reino. El grupo de los cristianos laodicenses se afanaba por acumular riquezas terrenales y no sabía que era “desdichado y lastimoso y pobre y ciego y desnudo”. Para librarse de esa misma pobreza, ceguera y desnudez espirituales, todos los que hoy son como ellos deben comprarle a Cristo el “oro acrisolado” de una fe probada, las “prendas de vestir exteriores blancas” de la justicia y la “pomada para los ojos” que mejora la visión espiritual. Los superintendentes cristianos se complacen en ayudarlos a tomar conciencia de su necesidad espiritual, de modo que se hagan “ricos en fe” (Santiago 2:5; Mateo 5:3). Asimismo, tales hombres maduros tienen que animarlos a que se apliquen “pomada [espiritual] para los ojos”, es decir, a que amolden su vida a las enseñanzas, los consejos, el ejemplo y la actitud de Cristo. Este es un poderoso medicamento contra “el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno” (1 Juan 2:15-17).

      19 Jesús reprende y disciplina a todos aquellos por los que siente afecto, y los superintendentes que trabajan bajo su dirección han de mostrar la misma ternura (Hechos 20:28, 29). A los laodicenses se les invitó a cambiar su modo de pensar y de vivir con estas palabras: “Sé celoso y arrepiéntete”. Pues bien, ¿se ha acostumbrado alguno de nosotros a un estilo de vida que desplaza a un segundo plano el servicio sagrado a Dios? Si ese es nuestro caso, “compre[mos]” a Jesús “pomada para los ojos”, a fin de ver la importancia de dedicarnos con celo a buscar primero el Reino (Mateo 6:33).

      20, 21. ¿Quiénes están respondiendo como es debido a la llamada de Jesús hoy día, y qué perspectivas tienen?

      20 Jesús pasa a decir: “¡Mira! Estoy de pie a la puerta, y toco. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo”. En muchas ocasiones, Cristo impartió enseñanza espiritual mientras comía con otras personas (Lucas 5:29-39; 7:36-50; 14:1-24). Actualmente toca a la puerta de las congregaciones que se asemejan a la de Laodicea. ¿Responderán sus miembros a su llamada? ¿Reavivarán el cariño que le tienen, lo acogerán y permitirán que les enseñe? Si lo hacen, Cristo celebrará con ellos un banquete y les concederá grandes bendiciones espirituales.

      21 En sentido figurado, las “otras ovejas” de la actualidad dejan entrar a Jesús, y al darle tal acogida se encaminan a la vida eterna (Juan 10:16; Mateo 25:34-40, 46). Cristo otorgará a cada ungido vencedor el privilegio de ver cumplida esta promesa: “Le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono”. En efecto, les promete la grandiosa recompensa de sentarse con él en su trono celestial, a la diestra de su Padre. Y las otras ovejas que están venciendo al mundo anhelan el maravilloso lugar que ocuparán en la Tierra bajo el Reino.

      Lecciones para todos nosotros

      22, 23. a) ¿Cómo pueden todos los cristianos beneficiarse de las palabras de Jesús a las siete congregaciones? b) ¿A qué debemos estar resueltos?

      22 Sin lugar a dudas, todos los cristianos podemos beneficiarnos enormemente de las palabras de Jesús a las siete congregaciones de Asia Menor. Por ejemplo, al observar que él las elogió cuando era apropiado, los ancianos cristianos amorosos se sienten impulsados a encomiar a las personas y congregaciones cuyo estado espiritual es bueno. Por otra parte, si existe alguna debilidad, ayudan a sus hermanos en la fe a recurrir a los remedios curativos indicados en las Escrituras. Si los aplicamos sin demora y con el apoyo de la oración, todos nos beneficiaremos continuamente de los diversos consejos que Cristo dirigió a las siete congregaciones.a

      23 Estos últimos días no son el momento de caer en la complacencia, el materialismo o cualquier otro error que nos lleve a servir a Dios simplemente salvando las apariencias. Por tanto, que todas las congregaciones sigan resplandeciendo como candelabros que Jesús mantiene en su lugar. Seamos cristianos fieles y estemos siempre resueltos a prestar atención cuando hable Cristo y a escuchar lo que diga el espíritu. Si así lo hacemos, seremos por la eternidad gozosos portadores de luz para la gloria de Jehová.

      [Nota]

      a El pasaje de Revelación 2:1–3:22 también se analiza en los caps. 7-13 del libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!, editado por los testigos de Jehová.

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