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  • ¡Usted puede hallar riquezas que valen más que el oro!
    La Atalaya 1990 | 15 de septiembre
    • ¡Usted puede hallar riquezas que valen más que el oro!

      LAS verdades bíblicas pueden asemejarse a oro, plata u otros tesoros escondidos. Aunque usted quizás nunca haya buscado oro ni plata literales, probablemente reconozca que tal búsqueda requiere mucho trabajo duro y persistencia. Y en muchas ocasiones el buscador queda decepcionado.

      Sin embargo, nunca se sufre tal decepción cuando uno busca tesoros escondidos en la Biblia. Note la siguiente garantía animadora: “Si sigues buscando esto como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios”. (Proverbios 2:4, 5.) Pero uno tiene que buscar.

      “Escudriña, y ve”

      “Escudriña, y ve que de Galilea no ha de ser levantado ningún profeta.” Ese fue el consejo que unos fariseos judíos del primer siglo dieron a Nicodemo, otro fariseo. “Escudriña, y ve.” Ciertamente buen consejo. Era posible escudriñar y hallar la verdad... algo que vale mucho más que el oro.

      Pero en aquel caso particular los que dieron el consejo de ‘escudriñar y ver’ no obraron según su propio consejo. ¿Por qué decimos esto?

      Los sacerdotes principales y los fariseos habían despachado oficiales para arrestar a Jesucristo. Los oficiales regresaron con las manos vacías porque les impresionó mucho el modo de enseñar de Jesús. Esto hizo que los fariseos les preguntaran: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad?”. Nicodemo intervino y dijo: “Nuestra ley no juzga a un hombre a menos que primero haya oído de parte de él y llegado a saber lo que hace, ¿verdad?”. Aquellas palabras incitaron a los fariseos a dar el consejo: “Escudriña, y ve”. (Juan 7:32, 45-52.)

      ¿En qué consistió el error de los sacerdotes y los fariseos? No sabían o no reconocían que, aunque Jesús se había criado en Galilea, había nacido en Belén. El profeta Miqueas había predicho: “De ti [Belén] me saldrá aquel que ha de llegar a ser gobernante en Israel”. (Miqueas 5:2.) De modo que aquellos hombres prominentes no habían escudriñado ni visto lo que acreditaba a Jesús como profeta, el que había de llegar a ser gobernante en Israel. Aquello llevó a consecuencias trágicas, e ilustra lo vital que es escudriñar o buscar y obtener la verdad completa sobre los asuntos. Pero ¿cómo suelen considerar la verdad algunos?

      La verdad ha sido adulterada

      “Se ha considerado que la verdad pura, como el oro puro, no debe ponerse en circulación, porque los hombres han descubierto que es mucho más conveniente adulterar la verdad que refinarse a sí mismos”, dijo un escritor del siglo XIX. ¡Cuán apropiadas son todavía esas palabras al aplicarlas al campo religioso mundano! “El padre de la mentira”, Satanás el Diablo, está tras ese adulterar de la verdad. (Juan 8:44; Revelación 12:9.) Él usa la religión falsa para adulterar las enseñanzas verdaderas sobre cuestiones tan vitales como las siguientes: ¿Quién es Dios? ¿Qué relación existe entre Jesús y él? ¿Qué les espera a la Tierra y a la humanidad?

      Los sacerdotes y los fariseos pudieron haber escudriñado en busca de la verdad hasta encontrarla. Pudieron haber hallado riquezas que valían mucho más que el oro. Sí, pudieron haber obtenido la verdad completa acerca de Jesús mediante ‘oír de parte de él y llegar a saber lo que hacía’, como sugirió Nicodemo. Si hubieran hecho aquello con sinceridad, Jesús de seguro les habría explicado los asuntos como los explicó a sus discípulos. (Marcos 4:34.) Pero ¿dónde podemos hallar la verdad pura hoy día? En realidad, ¿tenemos garantía de alcanzar éxito en cuanto a escudriñar en busca de la verdad completa y hallarla?

      [Ilustración en la página 4]

      Los líderes religiosos pudieron haber obtenido la verdad completa acerca de Jesús mediante ‘oír de parte de él’

  • ¡Obtenga la verdad completa!
    La Atalaya 1990 | 15 de septiembre
    • ¡Obtenga la verdad completa!

      “NUNCA he visto ese nombre en mi Biblia”, dijo Francisco. El nombre Jehová había surgido en una conversación de Francisco con un testigo de Jehová. Era verdad que Francisco no podría haber visto el nombre divino en su Biblia, pues era la edición de 1969 de la versión portuguesa de Almeida. El nombre Jehová no aparece en esa edición. Como católico brasileño, Francisco asiste regularmente a misa los domingos y disfruta de leer la Biblia en su casa. Pero el nombre Jehová le trajo preguntas a la mente.

      ¿Quién es Dios?

      La semana siguiente el Testigo le mostró otra edición de la versión Almeida. Examinaron el Salmo 83:18 en ambas ediciones. ¿Qué hallaron? Pues bien, en la edición de 1966 este texto dice: “¡Tú, a quien solo pertenece el nombre JEHOVÁ, eres el Altísimo sobre la tierra!”. Pero en la de 1969 se emplea el término “SEÑOR” en vez de “JEHOVÁ”. El Testigo dijo: “Note que aquí cambiaron algo”. Entonces añadió: “Ciertamente ‘Señor’ no es un nombre, ¿verdad?”. Francisco respondió que no. Y con alguna indignación añadió: “¿Cómo pueden hacer eso?”.

      Esto abrió el camino para alguna investigación en cuanto al nombre de Dios. Por ejemplo, Francisco aprendió que según The Catholic Encyclopedia (de 1910) Jehová es “el nombre propio de Dios en el Antiguo Testamento”. También se enteró de que en el “Antiguo Testamento”, la mayor parte del cual se escribió en hebreo, ese nombre aparece casi 7.000 veces. Ningún traductor tiene derecho a cambiar el nombre propio Jehová a un título indefinido como Señor. Francisco quiso saber la verdad acerca del nombre Jehová, y la obtuvo de la propia Biblia y por investigación con guía apropiada.

      ¿Qué posición ocupa Jesús?

      Como señalamos en el artículo anterior, las religiones mundanas han adulterado muchas verdades. A propósito, mientras los testigos de Jehová efectúan su ministerio de casa en casa tienen la oportunidad de determinar lo que la gente cree. Desde luego, eso pudiera variar de un lugar a otro, pero hay conceptos que son típicos. Por ejemplo, cuando a algunos amos de casa se les pregunta: ‘¿Quién es Dios?’, contestan: ‘Jesús’. Por esa respuesta dan a entender que Jesús es el Dios Todopoderoso. Pero ¿es verdad eso?

      Reflexione sobre los siguientes puntos. Jesús oró a su Padre: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. (Juan 17:3.) ¿Notó usted que con la expresión “el único Dios verdadero” Jesús no se refirió a sí mismo, sino a su Padre celestial? De modo que los primeros discípulos de Jesús tuvieron razón cuando le dijeron: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”. Jesús mismo dijo: “Soy Hijo de Dios”. Por lo tanto, la verdad es que Jesús no es el Dios Todopoderoso, sino Hijo de Jehová Dios. (Mateo 14:33; Juan 10:36.)

      ¿Qué le espera a la Tierra?

      ¿Qué les espera a esta generación y a la Tierra? John F. Kennedy, difunto presidente de los Estados Unidos, dijo lo siguiente en un discurso dirigido a la Asamblea General de la ONU: “Tenemos el poder de hacer que esta sea la mejor generación humana de la historia del mundo... o que sea la última”. Parece que los líderes mundiales de hoy opinan lo mismo. Mientras los testigos de Jehová participan en su ministerio, frecuentemente oyen a la gente decir que cuando termine el mundo el planeta Tierra será destruido por fuego o por una guerra nuclear. Como apoyo para esta creencia, algunos señalan a Revelación 21:1, que dice: “Vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe”.

      Muchas veces la Biblia emplea el término “tierra” en sentido figurado para referirse a la humanidad. Hay un ejemplo de esto en Génesis 11:1, que dice: “Toda la tierra continuaba siendo de un solo lenguaje y de un solo conjunto de palabras”. (Véase también 1 Reyes 2:1, 2; Salmo 96:1.) En Revelación 21:1 “la tierra anterior” no se refiere a este planeta, sino a la sociedad humana inicua que será destruida. Esto abrirá el camino para que el Paraíso sea restaurado en la Tierra. (Lucas 23:43; 2 Tesalonicenses 1:6-9; Revelación 21:4.) Y esto concuerda con el resto de la Biblia, que indica que la Tierra literal nunca será destruida. Por ejemplo, Salmo 104:5 declara que Dios “ha fundado la tierra sobre sus lugares establecidos; no se le hará tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre”. (Compárese con Eclesiastés 1:4.) En realidad, Jehová ‘formó la tierra para ser habitada’ eternamente. (Isaías 45:18.)

      ¿Por qué obtener la verdad completa?

      Los puntos mencionados son solo ejemplos de conceptos erróneos muy comunes hoy día. Pero cuando un amo de casa está dispuesto a razonar, como en el caso de Francisco, los testigos de Jehová se deleitan en tener con este una consideración iluminadora de verdades bíblicas.

      El que no obtengamos la verdad completa pudiera llevarnos a consecuencias lamentables. Para ilustrarlo: Cuando Jesús estuvo en la Tierra se hizo que muchos creyeran que él era simplemente otro hijo de María y José, un simple ex carpintero de Nazaret. Por eso, aquellas personas no le prestaron mucha atención. Hasta cierto grado tenían razón. Jesús era hijo de María, concebido por espíritu santo. Era hijo adoptivo de José, y realmente había trabajado como carpintero. (Marcos 6:3.) Sin embargo, ¿era aquello la verdad completa sobre él? ¡No! ¡Él era nada menos que el Mesías y el futuro “Rey de reyes”! (Revelación 17:14; Lucas 1:32-35; Hechos 2:36.) Por no haber obtenido la verdad completa acerca de Jesús, muchos no tuvieron el privilegio de disfrutar de su compañerismo personal mientras él estuvo en la Tierra, una oportunidad que nunca más podrían tener.

      Escudriñe para hallar la verdad completa

      La ciudad de Berea (conocida hoy como Véroia) en la Macedonia antigua es bien conocida de los lectores de la Biblia por la buena actitud que mostraron sus habitantes en el primer siglo. ¿En qué consistió aquella actitud? El registro dice: “Recibieron la palabra [que predicó el apóstol Pablo] con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así”. ¿Qué resultado tuvo esto? “Muchos de ellos se hicieron creyentes, y también no pocas de las mujeres griegas estimables, y no pocos de los varones.” (Hechos 17:11, 12.)

      No menos meritoria fue la actitud que manifestaron profetas de Dios de la antigüedad. Ellos hicieron “una indagación diligente y una búsqueda cuidadosa” respecto a la salvación que habría de venir mediante el Mesías. (1 Pedro 1:10.) Dios bendijo sus esfuerzos. Es obvio, pues, que no hay ningún atajo. ¡El escudriñar con persistencia y el examinar con cuidado las enseñanzas es la manera de obtener la verdad completa contenida en la Biblia!

      Puede que usted se pregunte: ‘¿Dónde debo empezar?’. Después de leer algunas publicaciones cristianas, una señora que vive en Brasil escribió: “Nosotros [ella y su esposo] pronto nos dimos cuenta de que necesitábamos más de ese conocimiento para recibir respuestas a las muchas preguntas que teníamos [...] Por favor, díganme, ¿cómo puedo conseguir una Biblia y otros libros que me ayuden a aprender más acerca de nuestro Padre celestial?”. Ella deseaba seguir el proceder correcto: leer la Biblia junto con literatura verídica fundada en ella. Si usted también desea la verdad completa, hable sinceramente con Jehová Dios y pídale ayuda. Y sírvase notar estas palabras animadoras: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara; y le será dada. Pero que siga pidiendo con fe, sin dudar nada”. (Santiago 1:5, 6.)

      Hay millones de personas que estudian la Biblia con los testigos de Jehová y así escudriñan diligentemente y buscan cuidadosamente la verdad. El adquirir y aplicar ese conocimiento exacto del Dios verdadero y de Jesucristo significa vida eterna. (Juan 17:3.) Esa puede ser la magnífica bendición suya si usted escudriña con diligencia y obtiene la verdad completa.

      [Ilustración en la página 7]

      La verdad completa sobre Jesús: Era el Mesías, no simplemente un carpintero

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