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La bendición de Jehová enriqueceLa Atalaya 1986 | 15 de junio
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No obstante, hay otras riquezas, como el dinero y las posesiones materiales, que podrían poner en peligro el que uno sea “rico” en bendiciones de Jehová. Muy pocas personas (sea que tengan seguridad financiera o pocos recursos) están dispuestas a reconocer que se están ‘enfrentando a un verdadero peligro, el de llegar a descarriarse por el amor al dinero’. Pero recuerde la advertencia: “El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y, procurando realizar este amor, algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores”. (1 Timoteo 6:10.) Esas palabras fueron escritas en un tiempo en que todos los cristianos aprobados eran ungidos con el espíritu de Dios como muestra de que llegarían a ser gobernantes celestiales con Cristo. Probablemente muchos de ellos habían conocido personalmente a los apóstoles y a otros que habían andado con Jesús. Así que, si el dinero ‘descarrió’ a algunos de ellos, ¡qué grande ha de ser el riesgo para nosotros hoy día! (2 Corintios 5:5; Romanos 8:17, 23.)
El hombre rico y el camello
5. ¿Qué punto de vista tuvo Jesús sobre las riquezas?
5 Jesús mencionó en diversas ocasiones el peligro que presentan las riquezas, uno que amenaza a toda persona, tanto a los ricos como a los que no lo son. (Mateo 6:24-32; Lucas 6:24; 12:15-21.) Como base para un autoexamen, considere lo que Jesús dijo en cierta ocasión, según se registra en Mateo 19:16-24, Marcos 10:17-30 y Lucas 18:18-30. De hecho, ¿por qué no pausa ahora y lee estos relatos?
6, 7. a) ¿Qué conversación tuvo Jesús con cierto joven? b) ¿Qué consejo dio Jesús después?
6 Un gobernante joven vino a Jesús y le preguntó: “¿Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”. Jesús lo dirigió a la Ley, mostrándole así que Jehová no había dejado de indicar lo que se requería. El hombre le contestó que había guardado los mandamientos de Dios ‘desde su juventud’. Parecía como si él estuviera a punto de entrar por la puerta de la vida, pero él mismo percibía que todavía le faltaba algo. Tal vez haya pensado que el hacer algún acto bondadoso o heroico sería el paso final para entrar por la puerta que conduce a vida eterna. La respuesta de Jesús implicaba mucho más: “Vende todas las cosas que tienes y distribuye entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé mi seguidor”. ¿Qué sucedió entonces? “Cuando oyó esto, él se contristó profundamente, porque era muy rico [o, tenía muchas posesiones materiales].” De modo que el hombre se fue. (Lucas 18:18, 21-23; Marcos 10:22.)
7 Más tarde Jesús dijo: “¡Cuán difícil les será a los que tienen dinero abrirse camino al reino de Dios! Más fácil es, de hecho, que un camello pase por el ojo de una aguja de coser que el que un rico entre en el reino de Dios”. (Lucas 18:24, 25.) ¿Fue ese consejo solamente para aquel gobernante rico, o tiene que ver con usted también, sea rico o sea pobre? Veamos.
8. a) ¿Cómo era aquel gobernante judío joven? b) ¿Qué falta tenía él, y por qué debería interesarnos esto?
8 Tal vez usted pueda comprender mejor la situación de aquel gobernante joven si piensa en un equivalente moderno: un joven cristiano de conducta limpia, con bastante conocimiento bíblico, buena moralidad y de familia acaudalada. Alguien pudiera envidiar a tal persona hoy día. Pero Jesús halló una falta grande en aquel joven judío: sus riquezas o bienes materiales eran demasiado importantes para él. Por eso, Jesús le aconsejó de la manera que lo hizo. Usted puede ver por qué este consejo bíblico aplica a todos nosotros, seamos ricos o pobres. El dinero y las posesiones materiales podrían llegar a ser demasiado importantes para cualquiera de nosotros, sea que ya las tengamos o que sencillamente anhelemos tenerlas.
9. ¿Cómo sabemos que Jesús no estaba condenando el ser rico en sí?
9 Jesús no estaba diciendo que la persona que posee riquezas materiales no puede servir a Dios. Muchos lo han hecho. Aquel joven judío había estado haciéndolo, hasta cierto grado. También había un recaudador de impuestos llamado Zaqueo que “era rico”. (Lucas 19:2-10.) Algunos cristianos ungidos del primer siglo eran acaudalados y por eso tenían ante ellos el desafío especial de ser “liberales, listos para compartir”. (1 Timoteo 6:17, 18; Santiago 1:9, 10.) Hoy día también hay algunos cristianos que son ricos. A menudo han contribuido generosamente para apoyar la obra del Reino, han abierto sus hogares para que se celebren reuniones y han utilizado sus automóviles en el ministerio. Entonces, ¿por qué dijo Jesús lo que dijo acerca del hombre rico y el camello? ¿Qué podemos aprender de esto?
10. ¿A qué conclusión podemos llegar por lo que Jesús aconsejó en aquella ocasión?
10 Como usted comprenderá, una cosa es comenzar a adorar a Dios, y otra es ser fiel hasta el fin. (Mateo 24:13; Filipenses 3:12-14.) Puede que Jesús haya tenido esto presente cuando dijo: “Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios”. (Marcos 10:25.) Ningún camello podría pasar por el pequeño ojo de una aguja de coser; de modo que obviamente Jesús estaba empleando una hipérbole, una exageración que no debía tomarse literalmente. Sin embargo, muestra lo difícil que le es a un rico hacer algo. ¿Hacer qué? No solo comenzar a servir a Dios, no, sino ‘entrar en el reino’, realmente alcanzar la vida eterna. Prescindiendo de la situación financiera en que usted se halle, el consejo de Jesús puede ayudarle a tener una mejor actitud, a progresar en sentido espiritual y a alcanzar la vida eterna.
¿Por qué es tan difícil para los ricos?
11. ¿Cómo afectó la predicación de Jesús tanto a los ricos como a los pobres?
11 Mediante la predicación que efectuaron Jesús y sus apóstoles, ‘a los pobres se les declararon las buenas nuevas’. (Mateo 11:5.) No hubo ninguna discriminación contra los ricos. No obstante, parece que hubo más pobres que reconocieron su necesidad espiritual y respondieron al mensaje de esperanza. (Mateo 5:3, 6; 9:35, 36.) Los judíos ricos estaban más satisfechos con la manera como marchaban las cosas. (Compárese con Lucas 6:20, 24, 25.) Sin embargo, hubo excepciones entonces, y también las hay hoy día. Algunas personas acaudaladas aceptan el mensaje bíblico y sirven a Dios. Los resultados para ellas pueden ser maravillosos. Así sucedió en el caso de Pablo, quien no dejó que su posición en la vida le sirviera de obstáculo. (Filipenses 3:4-8.) No obstante, Jesús dijo que al rico se le haría más difícil.
“El poder engañoso de las riquezas”
12, 13. a) Mediante una ilustración, ¿qué mostró Jesús respecto a las inquietudes de la vida? b) ¿Por qué se enfrentan los ricos a un obstáculo adicional?
12 En su ilustración de las semillas que cayeron en terrenos diferentes, Jesús dijo que algunas ‘cayeron entre los espinos, y los espinos crecieron y las ahogaron’. Luego él pasó a explicar: “En cuanto al que se sembró entre los espinos, éste es el que oye la palabra, pero la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra, y él se hace infructífero”. (Mateo 13:7, 22.) Casi toda persona experimenta de una manera u otra “la inquietud de este sistema de cosas”. Esto se puede ver fácilmente en el caso de alguien pobre, desempleado o minusválido. La persona con seguridad financiera tal vez no tenga las mismas inquietudes; sin embargo, puede que le preocupen mucho la inflación, los cambios tributarios o el peligro de que le roben. De modo que tanto los ricos como los pobres pudieran sentir inquietud. (Mateo 6:19-21.)
13 Jesús mostró que “el poder engañoso de las riquezas” también sería un obstáculo para algunos. El llegar a tener éxito en sentido financiero puede consumir todo el tiempo de una persona. El millonario Aristotle Onassis dijo en cierta ocasión: “Después que uno llega a cierto punto, el dinero ya no es importante. Lo que importa es el éxito. Lo sensato para mí sería que parara ahora. Pero no puedo. Tengo que seguir aspirando llegar cada vez más alto, solo por la emoción de hacerlo”. De manera similar, tal vez un cristiano vea la lucha por obtener un puesto más elevado en una empresa como algo emocionante. O podría sentirse tentado a extender su negocio mucho después de haber logrado lo que anteriormente hubiera considerado como “suficiente”. En vez de disminuir su trabajo (o jubilarse), para ser un ministro de tiempo completo, ‘demuele sus graneros [o casas] y edifica otros mayores’. (Véase Lucas 12:15-21.) ¿Podría sucederle eso a usted? ¿Cree que Dios juzgaría a una persona en esa situación como alguien que le sirve de toda alma? (Mateo 22:37.)
14. ¿Cómo pudiera ilustrarse el hecho de que las riquezas podrían llegar a ser un obstáculo para el cristiano? (Proverbios 28:20.)
14 Pero hay otras maneras en que las riquezas (o la pasión por obtenerlas) podrían llegar a ser un obstáculo que impida que el cristiano ‘herede la vida eterna’. El amor a las riquezas podría hacer que adoptara tácticas mundanas, como el informar menos ganancias que las recibidas o el valerse de otras tácticas fraudulentas pero comunes. O si emplea a compañeros cristianos que son honrados y trabajadores, tal vez ponga su propia ganancia personal por encima de la espiritualidad de ellos. Por ejemplo, para poder esclavizarlos a su empleo, tal vez los anime a desarrollar un estilo de vida más costoso (o hasta a meterse en deudas para obtener cosas lujosas). Y puesto que él es el patrono de ellos, tal vez hasta se incline a extender su posición en asuntos de congregación.
15. ¿Cómo tal vez experimentaron algunos cristianos primitivos los efectos dañinos de las riquezas? (Salmo 73:3-8, 12, 27, 28.)
15 Es posible que algunos cristianos acaudalados del primer siglo hayan figurado entre aquellos que sucumbieron al “poder engañoso de las riquezas”. Santiago escribió acerca de ‘las desdichas que les estaban sobreviniendo a los ricos’. Por medio de pagar poco salario a los obreros, podían tener ropa costosa y acumular oro y plata, y habían engordado en el vivir lujoso. (Santiago 5:1-5.) Hoy día existe una situación similar. Las riquezas por lo general permiten que la persona pueda obtener suculentos alimentos y bebidas que pueden ser dañinos al cuerpo. También podrían permitirle hacer viajes frecuentes que lo alejan de su congregación. Esto no quiere decir que la buena ropa, las joyas, el alimento y los viajes sean perjudiciales en sí. Sin embargo, estas cosas no ayudaron a los “ricos” sobre quienes Santiago escribió; debido a su pobre espiritualidad y posición ante Dios, ellos tenían razón por la cual ‘llorar y aullar por las desdichas que les estaban sobreviniendo’.
16. ¿Por qué dio Jesús consejo tan explícito en cuanto a las riquezas, y qué deberíamos preguntarnos personalmente?
16 Jesús ciertamente sabía que la espiritualidad de los ricos sufre a menudo y se encara a obstáculos. Él también sabía que las posesiones materiales podían podrirse literalmente o llegar a ser inservibles, algo que nunca sucedería a las riquezas cristianas. (Proverbios 11:28; Marcos 10:29, 30.) Así que Jesús nos estaba haciendo un verdadero favor al advertirnos: “¡Cuán difícil les será a los que tienen dinero abrirse camino al reino de Dios!”. (Lucas 18:24.) Su advertencia puede beneficiarnos aunque seamos de muy pocos recursos. ¿Cómo? Mediante suprimir cualquier ambición que tengamos de llegar a ser ricos. Los cristianos están seguros de que Jesús habló la verdad. Creen y viven conforme a lo que Jesús dijo de su Padre, del fin de este sistema y del cultivar amor. Este vocero de la verdad también dijo: “Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios”. (Mateo 19:24.)
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La bendición de Jehová enriqueceLa Atalaya 1986 | 15 de junio
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[Recuadro en la página 10]
Las riquezas y la familia
CUANDO piense sobre los posibles efectos de las riquezas, no pase por alto a su familia. Considere los siguientes casos:
De Canadá nos ha venido un informe de varios siquiatras que realizaron un estudio sobre los hijos de personas sumamente acaudaladas: “Se sienten aburridos. No tienen meta alguna, salvo la de complacerse a sí mismos, y no pueden tolerar ni siquiera la más mínima frustración. Son muy pocas las cosas que los conmueven o emocionan. Sus intereses principales son comprar, viajar y hallar nuevas formas de excitación”.
El periódico The New York Times comentó lo siguiente sobre un ex millonario: “Él dice que a medida que tenía mayor éxito en el mundo de los negocios y adquiría más riquezas, veía cambios en su familia. ‘Mi esposa e hija valoraban a la gente por el dinero que poseían —dijo él—, y si yo le regalaba una casa de $300.000 a una hija, tenía que regalarle $300.000 en efectivo a la otra hija’”. Después de sufrir un ataque cardíaco, “y de ver cómo las riquezas habían afectado a su esposa e hijos”, cambió de modo de vivir.
Respecto a un país rico en petróleo del Oriente Medio, Arnold Hottinger comentó: ‘La opulencia, como la patología, es algo muy conocido por muchos médicos extranjeros que vienen aquí para ganar grandes sumas de dinero. En ningún otro lugar —informan ellos— son tan comunes las enfermedades sicosomáticas... enfermedades que causan verdadero sufrimiento, pero que no son provocadas por anormalidad visible alguna en el organismo físico. Hay jóvenes —dicen ellos— que actúan como viejos de edad avanzada, y ancianos que se comportan como adolescentes’.
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