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¿Qué considera usted realmente valioso?La Atalaya 1986 | 15 de junio
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¿Qué considera usted realmente valioso?
“Muchos de ellos llevan vidas vacías, no pueden retener un empleo, sus relaciones con otras personas no son duraderas y van sin rumbo de un lugar a otro como en una órbita aislada... y a nadie le importa. La razón: son sumamente ricos.”—The New York Times, 15 de mayo de 1984.
USTED sabe bien que el dinero es necesario para obtener alimento, ropa, abrigo, transportación, atención médica y otras cosas esenciales para la vida. De hecho, usted probablemente reconoce que sería difícil vivir sin dinero en este mundo moderno, pues, la Biblia dice: “El dinero es lo que tiene buena acogida en todo”. (Eclesiastés 10:19.)
No obstante, el artículo del periódico que se cita arriba considera los problemas emocionales de los ricos. Es patente que sería peligroso concentrar la vida de uno en adquirir dinero y posesiones materiales. Sin embargo, muchas personas lo hacen. A veces la ambición ávida causa la muerte. Hemos oído acerca de hombres que trabajan muy duro y que han muerto a los 30 ó 40 años de edad debido a un ataque cardíaco. Algunos de estos arriesgaron su salud, hasta su vida, para satisfacer sus ambiciones relacionadas con el dinero. No hay que ser muy religioso para reconocer que hubiera sido mejor que estas personas hubieran tomado a pecho las palabras de Jesucristo: “¿De qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo, pero lo paga con perder su alma?, o ¿qué dará el hombre en cambio por su alma?”. (Mateo 16:26.)
¿Qué es realmente valioso?
Usted de seguro sabe que no hay fin de las cosas que tal vez quisiéramos tener. En algunos países es posible que la gente se esfuerce por conseguir artículos como un vídeo, un hogar privado o algún equipo deportivo costoso. En otros lugares, la meta pudiera ser de valor más limitado. En cierto país una joven se hizo prostituta para obtener dinero y comprar mejor ropa.
Aunque tal vez reconozcamos que el tener un punto de vista puramente materialista es peligroso, ¿cómo podemos protegernos? ¿Deberíamos dar la espalda a la sociedad y convertirnos en reclusos o ermitaños, tal como algunos lo han hecho? Además, al considerar lo que es verdaderamente valioso, deberíamos preguntarnos, ¿qué es lo que al fin y al cabo me proporcionará verdadera felicidad y contentamiento?
Para ayudarnos en esto, consideremos el caso de un hombre a quien por siglos se le ha respetado y admirado como un ejemplo. Fue abogado rabínico y miembro de una secta judía del primer siglo que era notable por ser ‘amante del dinero’. (Lucas 16:14.) Su nombre era Pablo, y tenía la educación y el vigor necesarios para acumular riquezas y adquirir una posición más alta en la comunidad.
Sin embargo, mediante una extraordinaria experiencia, él discernió que había algo muy diferente que era en realidad de óptimo valor en la vida. Sea que usted piense del mismo modo que él o no, vale la pena reflexionar sobre la conclusión a la que Pablo llegó.
Él descubrió que lo que más valía en la vida era el tener la aprobación de Dios como discípulo de Jesús. Esto era tan valioso para él, como apóstol de Jesús, que estuvo dispuesto a aguantar dificultades y persecuciones. Fue igual que un famoso hombre que vivió antes que él, Moisés, quien “estimaba el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto”. (Hebreos 11:26; 2 Corintios 11:23-27.)
También tenga presente que Pablo nunca sintió pesar por haber perdido la prominencia que tenía en la sociedad judía antes de llegar a ser apóstol cristiano. Después de haber disfrutado de unos 25 años como cristiano devoto, escribió: “Cuantas cosas eran para mí ganancias, éstas las he considerado pérdida a causa del Cristo. Pues, en cuanto a eso, de veras sí considero también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en unión con él”. (Filipenses 3:7-9.) Sin duda, usted concordará en que Pablo estaba convencido de que había conseguido algo verdaderamente valioso.
La selección de Pablo no quiso decir que él ya no tenía posesiones materiales. Por ejemplo, reflexione sobre estas palabras que él expresó: “En toda cosa y en toda circunstancia he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, tanto de tener abundancia como de padecer necesidad”. (Filipenses 4:12.)
Prescindiendo de cuál sea su parecer respecto al cristianismo, probablemente usted pueda ver los excelentes resultados que Pablo obtuvo. Lo que él escogió como valioso le proporcionó un contentamiento que hasta las personas más ricas del mundo no pueden alcanzar. El petrolero millonario Jean Paul Getty, confesó: “El dinero no tiene necesariamente relación con la felicidad. Quizás con la infelicidad”.
Sin embargo, alguien pudiera afirmar que es cristiano y todavía no reconocer lo que es de mayor valor. Esto fue lo que ocurrió en el primer siglo, pues Pablo dijo respecto de cierto asociado: “Demas me ha abandonado porque ha amado el presente sistema de cosas”. (2 Timoteo 4:10.) En un tiempo en que pudo haber ayudado al apóstol Pablo, quien estaba preso, Demas se dio por vencido y prefirió ir tras lo que el sistema actual le ofrecía.
Señalando el grave peligro en que pudiera encontrarse el cristiano que adopte un punto de vista materialista, Pablo declaró: “Los que están resueltos a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y, procurando realizar este amor, algunos [...] se han acribillado con muchos dolores”. (1 Timoteo 6:9, 10.)
Entonces, usted tal vez se pregunte: ¿Qué papel debe desempeñar en mi vida el dinero o las posesiones materiales? Examinemos este asunto con mayor detenimiento para ver cómo usted puede llegar a poseer lo que realmente es valioso.
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Su esperanza... ¿Dios, o las riquezas?La Atalaya 1986 | 15 de junio
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Su esperanza... ¿Dios, o las riquezas?
“Por años ella se escondió en su elegante casa que tenía alrededor una cerca cuyos dos portones de hierro estaban cerrados con llave.”
ASÍ fue como un informe noticiario describió a una viuda rica que fue asesinada por unos ladrones que se metieron en su casa y le robaron joyas y un millón de dólares. Después de hallar el cadáver la policía usó una carretilla para sacar otros cinco millones de dólares en efectivo que había en el hogar. La policía también encontró miles de “regalos de cumpleaños” con tarjetas que decían “Para Jesucristo” y “Para Dios”.
Aparentemente, esta heredera no tenía amigos y vivía en constante temor. Pregúntese, ¿cuán valiosos realmente eran los millones de dólares que ella valoraba tanto? Por otra parte, ¿cuán rica era para con Dios? Usted seguramente sabe que el favor de Dios no se puede comprar con “regalos de cumpleaños”, y que la paz de Dios no resulta de las riquezas que uno posea. Eso se puede ver por el consejo bíblico de ‘cifrar nuestra esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios, que nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas’. (1 Timoteo 6:17.)
¿Por qué son tan inseguras las riquezas? Pues, usted probablemente sabe cuán ciertas son las palabras de Jesús: “Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan”. (Mateo 6:19.) Usted reconoce que siempre hay el peligro de que el fuego consuma un hogar. Algunas personas guardan sus cosas valiosas en los bancos, pero, ¿no se han metido los ladrones a robar allí también? Hasta los automóviles nuevos enmohecen.
¿Qué hay en cuanto a la economía de las naciones? En muchos países la inflación es como un ladrón; reduce los bienes de una persona. “Después que la hiperinflación azotó a Alemania a principios de los años veinte, los compradores necesitaban canastas llenas de dinero [...] para comprar comestibles [...] Los precios en Alemania aumentaron a más de un billón por ciento desde agosto de 1922 hasta noviembre de 1923.” (The World Book Encyclopedia.) ¡Qué decepcionante puede ser el confiar en el dinero!
Jesús sabiamente aconsejó: “Acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan”. (Mateo 6:20.) ¿Qué son estos “tesoros”? Estos consisten de nuestro registro personal de obras excelentes, de que seamos ricos para con Dios. Usted tal vez pregunte, ‘¿Qué exige eso de mí?’. En parte, la Biblia responde al decir “que trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir”. (1 Timoteo 6:18.)
Hoy día hay millones de testigos de Jehová alrededor de la Tierra que pueden testificar honradamente al hecho de que el compartir cosas espirituales y materiales con otras personas —principalmente al enseñarles sobre la esperanza del Reino por medio de participar en las actividades de predicar, enseñar y hacer discípulos— son obras excelentes que tienen la aprobación de Jehová y producen verdadera satisfacción. Ni siquiera la muerte puede robarle a uno las recompensas que trae dicha acumulación de tesoros en el cielo. ¿Por qué? Jesús prometió: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir”. (Juan 11:25.)
Tesoros inestimables de que podemos disfrutar ahora
Después de mencionar que debemos cifrar nuestra esperanza “en Dios”, Pablo continúa diciendo que es ‘Dios quien nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas’. (1 Timoteo 6:17.) Además de las necesidades diarias de la vida, el Altísimo amorosamente provee tesoros inestimables a las personas que tienen su aprobación. ¿Qué son esos tesoros?
Note lo que dice Proverbios 3:13-18: “Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento, porque el tenerla como ganancia es mejor que tener la plata como ganancia; y el tenerla como producto, que el oro mismo. Es más preciosa que los corales, y todos tus otros deleites no pueden ser igualados a ella. Largura de días está en su diestra; en su siniestra hay riquezas y gloria. [...] Es árbol de vida a los que se asen de ella, y los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices”. De modo que la “sabiduría” es un tesoro que sobrepasa el valor de todas las riquezas del mundo.
Sabiduría es la aplicación correcta del conocimiento. Es la capacidad de usar con éxito el conocimiento y entendimiento para resolver problemas, evitar o esquivar peligros y alcanzar ciertas metas, o ayudar a otras personas al respecto. ¿No concuerda usted en que hoy día necesitamos tal sabiduría para enfrentarnos con éxito a los problemas de la vida y mantener una buena posición ante Dios?
Al describir la sabiduría, Proverbios 3:13-18 destaca la felicidad. ¿No es cierto que la felicidad es un tesoro que todos deseamos? La sabiduría divina nos la proporciona, pues la verdadera felicidad solo proviene de su Fuente, Jehová Dios. La experiencia ha demostrado que no podemos alcanzar la felicidad verdadera si no obedecemos al Altísimo y cedemos a la guía de su espíritu. Las felicidades que se prometen en la Biblia dependen de que tengamos una buena relación con nuestro Padre celestial, o la aprobación de él. (Mateo 5:3-10.) Por eso, al aplicar lo que aprendemos de nuestro estudio de la Biblia, desplegamos “la sabiduría de arriba” que nos proporciona la felicidad que ni siquiera todas las riquezas del mundo pueden proporcionarnos.
No obstante, recuerde también que Proverbios 3:16 declara: “Largura de días está en su diestra”. Se entiende que esto se refiere a la diestra o mano derecha de la protección, la mano que está lista para ayudar y proteger a uno durante tiempos críticos. Hoy día, muchas personas viven de manera licenciosa, practicando inmoralidad sexual, abusando de las drogas y haciendo cosas por el estilo. Probablemente usted haya leído que el SIDA (Síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se relaciona con tales prácticas. Según lo que usted ha observado, ¿son verdaderamente felices las personas que practican estas cosas? ¿O se acarrean, y causan a otras personas, mucho sufrimiento y dolor, y hasta la muerte?
En contraste, la aplicación del sabio consejo de la Palabra de Dios siempre está a nuestra “diestra” para protegernos de tales peligros. Por consiguiente, la sabiduría puede alargar nuestra vida y guardarnos de un derrotero que podría resultar en muerte prematura. Por eso, la sabiduría divina hace que nuestra vida actual sea más placentera.
Ande sabiamente ahora
Toda la evidencia a nuestro alrededor indica que estamos viviendo en “los últimos días” de este sistema de cosas. (2 Timoteo 3:1-5.) Por lo tanto, es vital que estemos en guardia para no sucumbir al espíritu del mundo. Este espíritu promueve la búsqueda de cosas materiales por medio de despertar deseos egoístas. Job, un hombre fiel de quien se habla en la Biblia, fue acusado de servir a Dios por razones egoístas, por ganancia material. (Job 1:9-11.) ¿Podría alguien acusarnos con razón por eso mismo?
Si nuestra respuesta es no, probablemente estamos resistiendo con éxito al materialismo de hoy día. Pero este peligro, el materialismo, es uno de los más sutiles que encaramos. Jesucristo dijo que “la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra”. (Mateo 13:22.) Es obvio que constantemente tenemos que estar en guardia contra “el poder engañoso de las riquezas”, pues estas no tienen verdadero valor.
Es preciso que tengamos presente que las posesiones materiales tienen un valor relativo. La Palabra de Dios dice: “Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte, y son como un muro protector en su imaginación”. (Proverbios 18:11.) En realidad, la seguridad que las riquezas pueden proveer es pura imaginación, un engaño. Esto no significa que el tener posesiones materiales sea malo en sí. Lo que es incorrecto es concentrar nuestra vida en tales posesiones en vez de concentrarnos en obtener la aprobación de Dios. Jesús, reconocido como uno de los maestros más sabios de la historia, dijo claramente: “Hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee”. (Lucas 12:15.)
Por eso, sigamos un derrotero en la vida que nos haga ‘ricos para con Dios’. (Lucas 12:21.) No hay nada más valioso que el tener la aprobación del Creador. Todo esfuerzo que hagamos por mantener esta posición contribuye a que ‘atesoremos para nosotros mismos un fundamento excelente para el futuro, para que logremos asirnos firmemente de la vida que realmente lo es’. (1 Timoteo 6:19.)
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La bendición de Jehová enriqueceLa Atalaya 1986 | 15 de junio
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La bendición de Jehová enriquece
“Será cosa difícil el que un rico entre en el reino de los cielos.” (MATEO 19:23.)
1, 2. ¿Qué contraste se puede establecer entre los diferentes tipos de riquezas?
¿QUÉ hay si alguien le notificara que “usted ha llegado a ser rico”? Muchas personas se emocionarían ante tal noticia si esta significara que han llegado a ser ricas por haber recibido dinero, propiedades o posesiones materiales lujosas. Pero considere el asunto de las riquezas desde este punto de vista: “La bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella”. (Proverbios 10:22.)
2 Al tratar con los patriarcas de la antigüedad y con la nación de Israel, Dios bendijo la fidelidad de ellos con prosperidad. (Génesis 13:2; Deuteronomio 28:11, 12; Job 42:10-12.) El rey Salomón fue bendecido de este modo. Llegó a ser inmensamente rico. Sin embargo, aprendió por experiencia que el centrar la vida en las riquezas materiales “era vanidad y un esforzarse tras viento”. (Eclesiastés 2:4-11; 1 Reyes 3:11-13; 9:14, 28; 10:10.) De modo que cuando Salomón escribió: “La bendición de Jehová... eso es lo que enriquece”, no estaba recalcando las riquezas materiales. Estaba declarando la veracidad del hecho de que si uno tiene la bendición de Dios, la vida es incomparablemente más rica que la de los que no le sirven. ¿En qué sentido?
3. ¿Cómo puede ser uno verdaderamente rico al tener la bendición de Dios?
3 Si uno es cristiano, puede disfrutar de la aprobación de Jehová ahora y recibir bendiciones de él, como la sabiduría piadosa. Llega a formar parte de una congregación de cristianos que es como una familia básicamente feliz, que confía y se interesa en uno. Las leyes de Dios nos protegen de muchas enfermedades y peligros. También tenemos motivo para esperar la protección divina a través de la “gran tribulación” que le sobrevendrá a este sistema inicuo, y luego alcanzar la vida eterna en el Paraíso terrestre que le seguirá. De modo que, como se puede ver, con estas maravillosas bendiciones y perspectivas, verdaderamente podemos decir: “¡Soy rico!”. (Mateo 24:21, 22.)
4. ¿Cómo pudiera uno poner en peligro el ser rico en sentido espiritual? (Revelación 3:17, 18.)
4 No obstante, hay otras riquezas, como el dinero y las posesiones materiales, que podrían poner en peligro el que uno sea “rico” en bendiciones de Jehová. Muy pocas personas (sea que tengan seguridad financiera o pocos recursos) están dispuestas a reconocer que se están ‘enfrentando a un verdadero peligro, el de llegar a descarriarse por el amor al dinero’. Pero recuerde la advertencia: “El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y, procurando realizar este amor, algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores”. (1 Timoteo 6:10.) Esas palabras fueron escritas en un tiempo en que todos los cristianos aprobados eran ungidos con el espíritu de Dios como muestra de que llegarían a ser gobernantes celestiales con Cristo. Probablemente muchos de ellos habían conocido personalmente a los apóstoles y a otros que habían andado con Jesús. Así que, si el dinero ‘descarrió’ a algunos de ellos, ¡qué grande ha de ser el riesgo para nosotros hoy día! (2 Corintios 5:5; Romanos 8:17, 23.)
El hombre rico y el camello
5. ¿Qué punto de vista tuvo Jesús sobre las riquezas?
5 Jesús mencionó en diversas ocasiones el peligro que presentan las riquezas, uno que amenaza a toda persona, tanto a los ricos como a los que no lo son. (Mateo 6:24-32; Lucas 6:24; 12:15-21.) Como base para un autoexamen, considere lo que Jesús dijo en cierta ocasión, según se registra en Mateo 19:16-24, Marcos 10:17-30 y Lucas 18:18-30. De hecho, ¿por qué no pausa ahora y lee estos relatos?
6, 7. a) ¿Qué conversación tuvo Jesús con cierto joven? b) ¿Qué consejo dio Jesús después?
6 Un gobernante joven vino a Jesús y le preguntó: “¿Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”. Jesús lo dirigió a la Ley, mostrándole así que Jehová no había dejado de indicar lo que se requería. El hombre le contestó que había guardado los mandamientos de Dios ‘desde su juventud’. Parecía como si él estuviera a punto de entrar por la puerta de la vida, pero él mismo percibía que todavía le faltaba algo. Tal vez haya pensado que el hacer algún acto bondadoso o heroico sería el paso final para entrar por la puerta que conduce a vida eterna. La respuesta de Jesús implicaba mucho más: “Vende todas las cosas que tienes y distribuye entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé mi seguidor”. ¿Qué sucedió entonces? “Cuando oyó esto, él se contristó profundamente, porque era muy rico [o, tenía muchas posesiones materiales].” De modo que el hombre se fue. (Lucas 18:18, 21-23; Marcos 10:22.)
7 Más tarde Jesús dijo: “¡Cuán difícil les será a los que tienen dinero abrirse camino al reino de Dios! Más fácil es, de hecho, que un camello pase por el ojo de una aguja de coser que el que un rico entre en el reino de Dios”. (Lucas 18:24, 25.) ¿Fue ese consejo solamente para aquel gobernante rico, o tiene que ver con usted también, sea rico o sea pobre? Veamos.
8. a) ¿Cómo era aquel gobernante judío joven? b) ¿Qué falta tenía él, y por qué debería interesarnos esto?
8 Tal vez usted pueda comprender mejor la situación de aquel gobernante joven si piensa en un equivalente moderno: un joven cristiano de conducta limpia, con bastante conocimiento bíblico, buena moralidad y de familia acaudalada. Alguien pudiera envidiar a tal persona hoy día. Pero Jesús halló una falta grande en aquel joven judío: sus riquezas o bienes materiales eran demasiado importantes para él. Por eso, Jesús le aconsejó de la manera que lo hizo. Usted puede ver por qué este consejo bíblico aplica a todos nosotros, seamos ricos o pobres. El dinero y las posesiones materiales podrían llegar a ser demasiado importantes para cualquiera de nosotros, sea que ya las tengamos o que sencillamente anhelemos tenerlas.
9. ¿Cómo sabemos que Jesús no estaba condenando el ser rico en sí?
9 Jesús no estaba diciendo que la persona que posee riquezas materiales no puede servir a Dios. Muchos lo han hecho. Aquel joven judío había estado haciéndolo, hasta cierto grado. También había un recaudador de impuestos llamado Zaqueo que “era rico”. (Lucas 19:2-10.) Algunos cristianos ungidos del primer siglo eran acaudalados y por eso tenían ante ellos el desafío especial de ser “liberales, listos para compartir”. (1 Timoteo 6:17, 18; Santiago 1:9, 10.) Hoy día también hay algunos cristianos que son ricos. A menudo han contribuido generosamente para apoyar la obra del Reino, han abierto sus hogares para que se celebren reuniones y han utilizado sus automóviles en el ministerio. Entonces, ¿por qué dijo Jesús lo que dijo acerca del hombre rico y el camello? ¿Qué podemos aprender de esto?
10. ¿A qué conclusión podemos llegar por lo que Jesús aconsejó en aquella ocasión?
10 Como usted comprenderá, una cosa es comenzar a adorar a Dios, y otra es ser fiel hasta el fin. (Mateo 24:13; Filipenses 3:12-14.) Puede que Jesús haya tenido esto presente cuando dijo: “Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios”. (Marcos 10:25.) Ningún camello podría pasar por el pequeño ojo de una aguja de coser; de modo que obviamente Jesús estaba empleando una hipérbole, una exageración que no debía tomarse literalmente. Sin embargo, muestra lo difícil que le es a un rico hacer algo. ¿Hacer qué? No solo comenzar a servir a Dios, no, sino ‘entrar en el reino’, realmente alcanzar la vida eterna. Prescindiendo de la situación financiera en que usted se halle, el consejo de Jesús puede ayudarle a tener una mejor actitud, a progresar en sentido espiritual y a alcanzar la vida eterna.
¿Por qué es tan difícil para los ricos?
11. ¿Cómo afectó la predicación de Jesús tanto a los ricos como a los pobres?
11 Mediante la predicación que efectuaron Jesús y sus apóstoles, ‘a los pobres se les declararon las buenas nuevas’. (Mateo 11:5.) No hubo ninguna discriminación contra los ricos. No obstante, parece que hubo más pobres que reconocieron su necesidad espiritual y respondieron al mensaje de esperanza. (Mateo 5:3, 6; 9:35, 36.) Los judíos ricos estaban más satisfechos con la manera como marchaban las cosas. (Compárese con Lucas 6:20, 24, 25.) Sin embargo, hubo excepciones entonces, y también las hay hoy día. Algunas personas acaudaladas aceptan el mensaje bíblico y sirven a Dios. Los resultados para ellas pueden ser maravillosos. Así sucedió en el caso de Pablo, quien no dejó que su posición en la vida le sirviera de obstáculo. (Filipenses 3:4-8.) No obstante, Jesús dijo que al rico se le haría más difícil.
“El poder engañoso de las riquezas”
12, 13. a) Mediante una ilustración, ¿qué mostró Jesús respecto a las inquietudes de la vida? b) ¿Por qué se enfrentan los ricos a un obstáculo adicional?
12 En su ilustración de las semillas que cayeron en terrenos diferentes, Jesús dijo que algunas ‘cayeron entre los espinos, y los espinos crecieron y las ahogaron’. Luego él pasó a explicar: “En cuanto al que se sembró entre los espinos, éste es el que oye la palabra, pero la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra, y él se hace infructífero”. (Mateo 13:7, 22.) Casi toda persona experimenta de una manera u otra “la inquietud de este sistema de cosas”. Esto se puede ver fácilmente en el caso de alguien pobre, desempleado o minusválido. La persona con seguridad financiera tal vez no tenga las mismas inquietudes; sin embargo, puede que le preocupen mucho la inflación, los cambios tributarios o el peligro de que le roben. De modo que tanto los ricos como los pobres pudieran sentir inquietud. (Mateo 6:19-21.)
13 Jesús mostró que “el poder engañoso de las riquezas” también sería un obstáculo para algunos. El llegar a tener éxito en sentido financiero puede consumir todo el tiempo de una persona. El millonario Aristotle Onassis dijo en cierta ocasión: “Después que uno llega a cierto punto, el dinero ya no es importante. Lo que importa es el éxito. Lo sensato para mí sería que parara ahora. Pero no puedo. Tengo que seguir aspirando llegar cada vez más alto, solo por la emoción de hacerlo”. De manera similar, tal vez un cristiano vea la lucha por obtener un puesto más elevado en una empresa como algo emocionante. O podría sentirse tentado a extender su negocio mucho después de haber logrado lo que anteriormente hubiera considerado como “suficiente”. En vez de disminuir su trabajo (o jubilarse), para ser un ministro de tiempo completo, ‘demuele sus graneros [o casas] y edifica otros mayores’. (Véase Lucas 12:15-21.) ¿Podría sucederle eso a usted? ¿Cree que Dios juzgaría a una persona en esa situación como alguien que le sirve de toda alma? (Mateo 22:37.)
14. ¿Cómo pudiera ilustrarse el hecho de que las riquezas podrían llegar a ser un obstáculo para el cristiano? (Proverbios 28:20.)
14 Pero hay otras maneras en que las riquezas (o la pasión por obtenerlas) podrían llegar a ser un obstáculo que impida que el cristiano ‘herede la vida eterna’. El amor a las riquezas podría hacer que adoptara tácticas mundanas, como el informar menos ganancias que las recibidas o el valerse de otras tácticas fraudulentas pero comunes. O si emplea a compañeros cristianos que son honrados y trabajadores, tal vez ponga su propia ganancia personal por encima de la espiritualidad de ellos. Por ejemplo, para poder esclavizarlos a su empleo, tal vez los anime a desarrollar un estilo de vida más costoso (o hasta a meterse en deudas para obtener cosas lujosas). Y puesto que él es el patrono de ellos, tal vez hasta se incline a extender su posición en asuntos de congregación.
15. ¿Cómo tal vez experimentaron algunos cristianos primitivos los efectos dañinos de las riquezas? (Salmo 73:3-8, 12, 27, 28.)
15 Es posible que algunos cristianos acaudalados del primer siglo hayan figurado entre aquellos que sucumbieron al “poder engañoso de las riquezas”. Santiago escribió acerca de ‘las desdichas que les estaban sobreviniendo a los ricos’. Por medio de pagar poco salario a los obreros, podían tener ropa costosa y acumular oro y plata, y habían engordado en el vivir lujoso. (Santiago 5:1-5.) Hoy día existe una situación similar. Las riquezas por lo general permiten que la persona pueda obtener suculentos alimentos y bebidas que pueden ser dañinos al cuerpo. También podrían permitirle hacer viajes frecuentes que lo alejan de su congregación. Esto no quiere decir que la buena ropa, las joyas, el alimento y los viajes sean perjudiciales en sí. Sin embargo, estas cosas no ayudaron a los “ricos” sobre quienes Santiago escribió; debido a su pobre espiritualidad y posición ante Dios, ellos tenían razón por la cual ‘llorar y aullar por las desdichas que les estaban sobreviniendo’.
16. ¿Por qué dio Jesús consejo tan explícito en cuanto a las riquezas, y qué deberíamos preguntarnos personalmente?
16 Jesús ciertamente sabía que la espiritualidad de los ricos sufre a menudo y se encara a obstáculos. Él también sabía que las posesiones materiales podían podrirse literalmente o llegar a ser inservibles, algo que nunca sucedería a las riquezas cristianas. (Proverbios 11:28; Marcos 10:29, 30.) Así que Jesús nos estaba haciendo un verdadero favor al advertirnos: “¡Cuán difícil les será a los que tienen dinero abrirse camino al reino de Dios!”. (Lucas 18:24.) Su advertencia puede beneficiarnos aunque seamos de muy pocos recursos. ¿Cómo? Mediante suprimir cualquier ambición que tengamos de llegar a ser ricos. Los cristianos están seguros de que Jesús habló la verdad. Creen y viven conforme a lo que Jesús dijo de su Padre, del fin de este sistema y del cultivar amor. Este vocero de la verdad también dijo: “Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios”. (Mateo 19:24.) ¿Verdaderamente cree usted esto? ¿Lo demuestra por sus acciones, estilo de vida y actitudes?
Siga siendo rico... a la manera de Dios
17. ¿Cómo están esforzándose muchos cristianos por ser ricos ante Jehová?
17 En todas partes del mundo se puede evidenciar el hecho de que, por mucho, la mayoría de los siervos de Dios están tomando a pecho consejos como el que se halla en Mateo 19:16-24. Muchos cristianos jóvenes han decidido emprender el ministerio de tiempo completo inmediatamente después de terminar la cantidad normal de estudios escolares. Muchas esposas que podrían estar trabajando seglarmente para aumentar los ingresos de la familia están, más bien, dedicando más tiempo a las actividades cristianas, haciéndose más ricas en sentido espiritual y también ayudando a otros a hacerlo. Hasta algunos hombres que tienen la responsabilidad bíblica de proveer materialmente para sus familias, están hallando maneras de tener mayor participación en el ministerio.
18, 19. ¿Qué pasos han dado algunas personas que han procurado las bendiciones de Jehová?
18 Un anciano de aproximadamente 35 años de edad confesó lo siguiente: “El ser ministro de tiempo completo siempre eran solo palabras que salían de mi boca”. Él tenía un salario anual de más de 25.000 dólares, además de gastos pagados y el uso de un automóvil de la empresa. Entonces él fue invitado a pronunciar el discurso titulado “Fíjese y alcance metas apropiadas” en la asamblea de 1983. Él confesó: “Al leer detenidamente la información, me sentí tan avergonzado y culpable que mi conciencia estaba acabando conmigo”. Antes que llegara el tiempo de la asamblea, él y su esposa consideraron su situación. Poco después consiguió un trabajo de media jornada y se unió a su esposa en el servicio de precursor. Todavía son precursores y disfrutan alegremente de muchas bendiciones espirituales.
19 Otros se han mudado de donde abundan las oportunidades financieras y se han ido a vivir en lugares donde pueden ensanchar sus actividades espirituales. Una pareja canadiense escribió acerca de su servicio de precursor en Latinoamérica: “Aunque aquí hay mucha pobreza entre los hermanos, tienen un maravilloso celo por la verdad. Tal vez sean pobres desde el punto de vista del mundo, pero en sentido espiritual son millonarios. Tenemos 38 publicadores, 10 de ellos precursores regulares. Tenemos que repetir las reuniones debido a que asisten tantas personas, por lo general entre 110 y 140. Los dos ancianos y tres siervos ministeriales tienen que encargarse de todas estas reuniones. Estos hermanos humildes verdaderamente nos están enseñando lo que realmente significa poner a Jehová en primer lugar en nuestra vida. Nos han demostrado que a Jehová se le puede servir de toda alma sin importar cuáles sean nuestras circunstancias”.
20. ¿Cómo deberíamos sentirnos sinceramente respecto a ser ricos en sentido material?
20 Estos cristianos no tienen por qué envidiar a las personas ricas que haya fuera o dentro de la congregación, ni preocuparse por ambiciones materialistas. Saben que se necesita dinero para llevar una vida normal. (Eclesiastés 5:3; 7:12.) Pero también reconocen que Jesús dijo la verdad al decir que los ricos se enfrentan a muchos obstáculos, desafíos y peligros en sentido espiritual. Uno de los desafíos difíciles a los que se enfrentan “los que son ricos en el presente sistema de cosas”, es el de ‘no ser altaneros, y cifrar su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios’. (1 Timoteo 6:17.)
21. ¿Cómo son remunerados los que siguen tras las riquezas espirituales?
21 Lamentablemente, el gobernante joven que habló con Jesús no pudo encararse a dicho desafío. Otras personas como él han servido a Dios por algún tiempo, pero más tarde han sufrido espiritualmente debido a dolores y fracasos relacionados con sus riquezas. En contraste con ellos están los millones de cristianos leales que continúan probando que “la bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella”. (Proverbios 10:22.) La vida de ellos tiene significado; estos tienen metas valiosas y un sentido de logro en la vida. Sus buenas obras permanecerán para siempre y les proveerán gozo intenso ahora y en el futuro. Que cada uno de nosotros se esfuerce por ser rico en este sentido. (Filipenses 4:1; 1 Tesalonicenses 2:19, 20.)
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