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Justicia para todos... ¿la habrá alguna vez?La Atalaya 1989 | 15 de febrero
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Justicia para todos... ¿la habrá alguna vez?
LOS que visitan el histórico edificio Old Bailey, de Londres, donde se halla el Juzgado Central de lo Penal, ven sobre él la estatua de una mujer como símbolo de la justicia. En una mano tiene unas balanzas, para indicar que las pruebas se pesarán cuidadosamente. En la otra mano tiene una espada, que representa protección para el inocente y castigo para el culpable. En muchos otros lugares se pueden ver versiones de este símbolo, a veces con “la Justicia” vendada como representación de su imparcialidada.
Pero quizás usted se pregunte: ‘¿Será verdad que lo que esa estatua simboliza —justicia para todos— existe en algún país?’. Por supuesto, en todo país hay leyes, así como personas designadas para imponer su cumplimiento. Además, hay jueces y tribunales. Es verdad que muchos hombres de principios han tratado de sostener los derechos humanos y de ver que haya justicia equitativa para todos. Pero es obvio que la mayor parte de esos esfuerzos han fracasado. Casi diariamente vemos, oímos o leemos de corrupción, desigualdad e injusticia.
Considere el ejemplo de una mujer que fue llevada al tribunal. Antes de que se hubiera probado su culpa o su inocencia, el juez le indicó que él ‘se encargaría’ de la acusación que se había levantado contra ella si aquella mujer se reunía con él en cierto motel, obviamente para una relación ilícita. Sí, muchas veces los que han sido nombrados para garantizar la justicia han resultado ser corruptos o incompetentes. Con relación a los Estados Unidos, la revista Time informó sobre un estado donde tres quintas partes de los jueces de los tribunales superiores fueron acusados de conducta poco ética al ayudar a otro juez.
Además, cuando la gente se entera de que hay criminales que siguen evadiendo el castigo, muchas personas tienden hacia el cinismo, y ellas mismas manifiestan mayor inclinación a violar la ley. (Eclesiastés 8:11.) De los Países Bajos leemos: “Muchos holandeses dicen que los políticos estimulan la permisividad que da lugar al delito. Otros acusan a los tribunales, específicamente a los jueces [...] que dictan sentencias mínimas y a veces absurdamente indulgentes”. Pero necesitamos más que únicamente corregir el sistema judicial y las agencias que se encargan del cumplimiento de la ley.
Usted sabe que en muchos países hay una minoría rica que sigue enriqueciéndose, mientras que las masas empobrecidas sufren injusticia económica. Este tipo de injusticia predomina cuando, debido al color de la piel, el origen étnico, el idioma, el sexo o la religión, a muchas personas se les niega la oportunidad de mejorar su situación o siquiera de suministrarse el sustento. Como resultado, millones de personas sufren el azote de la pobreza, el hambre y las enfermedades. Aunque muchas personas de países ricos se benefician de procedimientos médicos adelantados, muchos millones de personas sufren y mueren por no tener los medios que les permitirían conseguir medicinas básicas o siquiera agua limpia. ¡Quién va a hablarles de justicia! ¡La injusticia los acompaña desde la cuna hasta el sepulcro! (Eclesiastés 8:9.)
Además, ¿qué se puede decir de las aparentes injusticias que, por lo visto, el hombre no puede controlar? Piense en los bebés que nacen con defectos congénitos... ciegos, atrasados mentales o deformes. ¿Le parecería justo a una mujer que su hijo naciera con defectos o que muriera al nacer, mientras otras mujeres cerca de ella abrazaran a hijitos saludables? Como mostrará lo que a continuación consideraremos, estas aparentes injusticias serán corregidas.
Sin embargo, al considerar los tiempos en que vivimos, ¿no concordaría usted con el comentario de Eclesiastés 1:15? Allí un rey sabio y experimentado que habló desde el punto de vista humano confesó: “Lo que se hace torcido no se puede enderezar, y no hay manera de contar lo que falta”.
Un hombre más famoso todavía fue Jesucristo. En Lucas 18:1-5 leemos su ilustración acerca de un juez “que no le tenía temor a Dios ni tenía respeto a hombre”. Pues bien, una viuda seguía suplicándole al juez que le hiciera justicia y le concediera lo que por ley era su derecho. Pero Jesús dijo que la única razón por la cual el juez la ayudó fue porque su súplica se convirtió en una molestia para él. Eso muestra que Jesús sabía que se cometían muchas injusticias. De hecho, después a él mismo lo torturaron y lo ejecutaron como resultado de una acusación falsa, ¡ciertamente otro craso error judicial!
Muchos creen que hay un Dios a quien preocupa la injusticia. Durante una misa en un país centroamericano, el papa Juan Pablo II dijo: “Cuando se pisotea a un hombre, cuando se le violan sus derechos, cuando se cometen injusticias crasas contra él, cuando se le somete a tortura, o se le invade su hogar o se le secuestra o se le quita su derecho a la vida, se comete un crimen y una gran ofensa contra Dios”. Muy buenas palabras. Sin embargo, las injusticias continúan. En ese país, de cada 10 niños de menos de cinco años de edad, 8 sufren de desnutrición. El 2% de la gente posee el 80% del terreno cultivable.
Por eso, ¿hay realmente un Dios que de veras se interese en corregir esas horribles injusticias, un Dios a quien hasta le preocupen las injusticias que lo afectan a usted? ¿Se encargará él de que alguna vez haya justicia?
[Nota a pie de página]
a La fotografía de la portada de esta revista es de la Fuente de la Justicia, en Francfort del Main, Alemania. La estatua de esta página está en un edificio municipal en Brooklyn, Nueva York, E.U.A.
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¿A quién podemos acudir por verdadera justicia?La Atalaya 1989 | 15 de febrero
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¿A quién podemos acudir por verdadera justicia?
“El juez de la tierra toda, ¿no va a hacer justicia?” (GÉNESIS 18:25, Nácar-Colunga, 1972.)
1, 2. ¿Cómo reaccionan muchos a la injusticia reinante?
PROBABLEMENTE usted está dolorosamente al tanto de la abundancia de injusticia que nos rodea. ¿Cómo reacciona usted personalmente a la reinante escasez de verdadera justicia?
2 La reacción de algunos es poner en tela de juicio la existencia de un Dios justo. Puede que hasta aleguen que son agnósticos. Usted quizás haya oído ese término. Se refiere, según un diccionario, al que “declara inaccesible al entendimiento humano toda noción de lo absoluto, y esp[ecialmente] la naturaleza y la existencia de Dios”. El biólogo Thomas H. Huxley, proponente de la evolución darvinista en el siglo XIX, fue el primero que usó la palabra “agnóstico” de ese modoa.
3, 4. ¿Qué información se nos da sobre la palabra “agnóstico”?
3 Sin embargo, ¿de dónde derivó Huxley el término “agnóstico”? En realidad dio uso a una expresión que utilizó en sentido diferente un abogado del primer siglo, el apóstol Pablo. Esto sucedió en uno de los más famosos discursos que se han pronunciado. Este discurso tiene importancia hoy día, porque nos ofrece base sólida para saber cómo y cuándo habrá justicia para todos y, más aún, cómo podemos beneficiarnos personalmente de ello.
4 La palabra “agnóstico” (“desconocido”) fue tomada de la mención por Pablo de un altar donde se hallaba la inscripción: “A un Dios Desconocido”. Ese discurso breve fue puesto por escrito por el médico Lucas en el Hch capítulo 17 del libro histórico de Hechos de Apóstoles. El capítulo muestra primero cómo llegó a estar en Atenas el apóstol Pablo. En el recuadro acompañante (página 6) usted puede leer la información introductoria de Lucas y el texto del discurso entero.
5. ¿En qué escenario pronunció Pablo su discurso a los atenienses? (Léase Hechos 17:16-31.)
5 Ciertamente el discurso de Pablo es vigoroso y merece nuestra consideración cuidadosa. Rodeados como estamos de injusticias crasas, podemos aprender mucho de lo que dice ese discurso. Primero, note el marco de circunstancias, que puede leer en Hechos 17:16-21. Los atenienses se enorgullecían de vivir en un famoso centro de conocimiento, donde habían enseñado Sócrates, Platón y Aristóteles. Atenas era también una ciudad muy religiosa. Por todas partes Pablo veía ídolos... de Ares o Marte, el dios de la guerra; de Zeus; de Asclepio o Esculapio, el dios de la medicina; de Poseidón, el violento dios del mar; de Dionisio, Atenea, Eros y otros.
6. ¿Se ven en su localidad cosas comparables a las que Pablo halló en Atenas?
6 Pues bien, ¿qué pasaría si Pablo inspeccionara el pueblo o la zona donde usted vive? Podría ver muchísimos ídolos o estatuas religiosas, aun en las tierras de la cristiandad. En otros lugares, hasta vería más. Un manual dice: “Los dioses de la India, a diferencia de sus veleidosos ‘hermanos’ griegos, son monógamos, y a sus consortes se asignaron algunas de las facultades más impresionantes [...] Hay —y no exageramos— millones de dioses relacionados con toda forma de vida y naturaleza”.
7. ¿Cómo eran los antiguos dioses griegos?
7 A muchos dioses griegos se les representaba como estrechos de pensamiento y sentimientos, y muy inmorales. Su comportamiento sería vergonzoso para mortales; sí, hoy día ese comportamiento hasta sería criminal en muchos países. Por eso, con toda razón uno pudiera preguntarse qué clase de justicia habrían de esperar de dioses de ese tipo los griegos de entonces. Con todo, Pablo vio que los atenienses eran especialmente devotos a ellos. Impulsado por sus convicciones de hombre justo, Pablo empezó a explicar las elevadas verdades del cristianismo genuino.
Un auditorio desafiador
8. a) ¿Qué creencias y puntos de vista tenían los epicúreos? b) ¿Qué creían los estoicos?
8 Algunos judíos y griegos escucharon con interés, pero ¿cómo reaccionarían los influyentes filósofos epicúreos y estoicos? Como usted verá, sus ideas se parecen mucho a creencias que son comunes hoy día, hasta a algunas que se enseñan a los jóvenes en la escuela. Los epicúreos instaban a vivir de tal manera que se experimentara tanto placer como fuera posible, especialmente placer mental. Su filosofía de ‘comer y beber, porque mañana moriremos’ se caracterizaba por la ausencia de principios y virtudes. (1 Corintios 15:32.) No creían que el universo hubiera sido creado por dioses; en vez de eso, sostenían que la vida había llegado a existir por accidente en un universo mecánico. Además, opinaban que los dioses no se interesaban en los hombres. ¿Qué hay de los estoicos? Estos daban énfasis a la lógica, y creían que la materia y la fuerza eran principios elementales del universo. En vez de creer que Dios fuera una Persona, los estoicos se imaginaban una deidad impersonal. También creían que el destino regía los asuntos del hombre.
9. ¿Por qué era un desafío para Pablo la situación en que predicaba?
9 ¿Cómo respondieron aquellos filósofos a la enseñanza pública de Pablo? Puesto que en aquel tiempo los atenienses se caracterizaban por curiosidad mezclada con arrogancia mental, empezaron a argüir con Pablo. Finalmente lo llevaron al Areópago. Más arriba del mercado de Atenas, pero sin llegar a la dominante Acrópolis, había una colina rocosa que había recibido el nombre del dios de la guerra, Marte o Ares, y por eso se llamaba la colina de Marte, o el Areópago. En la antigüedad allí se reunía un tribunal o consejo. Por eso, bien puede haber sucedido que Pablo fuera llevado a un tribunal de justicia que al reunirse quizás tenía a la vista la impresionante Acrópolis, con su famoso Partenón y otros templos y estatuas. Algunos creen que el apóstol estaba en peligro, porque la ley romana prohibía la introducción de nuevos dioses. Pero aunque se hubiera llevado a Pablo al Areópago solo para que aclarara sus creencias o para que demostrara que era maestro capacitado, se enfrentaba a un auditorio formidable. ¿Podría él explicar su importante mensaje sin enajenar a aquellas personas?
10. ¿Cómo manifestó prudencia Pablo al introducir su información?
10 Observe, considerando Hechos 17:22, 23, la prudencia y la sabiduría con que empezó Pablo. Cuando reconoció lo religiosos que eran los atenienses y los muchos ídolos que tenían, puede que algunos de los que le escuchaban vieran aquello como un cumplido. En vez de atacar su politeísmo, Pablo enfocó atención en un altar que había visto, uno dedicado “A un Dios Desconocido”. Hay evidencia histórica de que existían altares de ese tipo, y eso debe fortalecer nuestra confianza en el relato de Lucas. Pablo usó aquel altar como trampolín para presentar su mensaje. Para los atenienses el conocimiento y la lógica eran cosas preciosas. Con todo, admitían que había un dios que para ellos era “desconocido” (griego: á·gno·stos). Por eso, la lógica dictaba que deberían permitir que Pablo se lo explicara. No se podía hallar falta en aquel razonamiento, ¿verdad?
¿No se puede conocer a Dios?
11. ¿Cómo hizo Pablo que su auditorio pensara en el Dios verdadero?
11 Pues bien, ¿cómo era este “Dios desconocido”? “El Dios” había hecho el mundo y todo lo que en él había. Ningún hombre negaría que el universo existe, que las plantas y los animales existen, que nosotros los humanos existimos. El poder y la inteligencia, sí, la sabiduría, manifiestos en el universo atestiguaban que había sido producido por un Creador sabio y poderoso, más bien que por la casualidad. En realidad, el razonamiento de Pablo es hasta más válido ahora que entonces. (Revelación 4:11; 10:6.)
12, 13. ¿Qué pruebas modernas apoyan la observación que hizo Pablo?
12 Poco tiempo atrás, en el libro In the Centre of Immensities (En medio de inmensidades), el astrónomo británico sir Bernard Lovell escribió acerca de la extrema complejidad de las más sencillas formas de vida terrestres. También consideró la probabilidad de que tal vida hubiera llegado a existir por accidente. Su conclusión: “La probabilidad de que [...] algo ocurriera al azar y llegara a la formación de una de las más pequeñas moléculas de proteína es inimaginablemente ínfima. En las condiciones limitadas de tiempo y espacio que consideramos, tal probabilidad es en realidad cero”.
13 O considere el otro extremo: nuestro universo. Los astrónomos han usado aparatos electrónicos para estudiar su origen. ¿Qué han hallado? En God and the Astronomers (Dios y los astrónomos), Robert Jastrow escribió: “Ahora vemos que la prueba procedente de la astronomía conduce a un punto de vista bíblico del origen del mundo”. “Para el científico que ha vivido por su fe en el poder de la razón, la historia termina como una pesadilla. Él ha escalado las montañas de la ignorancia; está por conquistar la cumbre más alta; al subir con dificultad sobre la última roca, lo saluda un grupo de teólogos [creyentes en la creación] que ha estado sentado allí por siglos.” (Compárese con Salmo 19:1.)
14. ¿Qué lógica apoyó la declaración de Pablo de que Dios no vive en templos hechos de manos?
14 Así podemos ver lo exacto que fue el comentario de Pablo en Hechos 17:24, lo que nos lleva a su siguiente pensamiento, en el Hch 17 versículo 25. Ciertamente el poderoso Dios que pudo hacer “el mundo y todas las cosas que hay en él” sería mayor que el universo material. (Hebreos 3:4.) Por eso, no sería razonable pensar que estaría limitado a morar en templos, particularmente los que hubieran construido hombres que confesaban públicamente que él les era “desconocido”. ¡Qué vigoroso argumento presentó Pablo a aquellos filósofos que quizás miraban en aquel momento los muchos templos a poca distancia más arriba! (1 Reyes 8:27; Isaías 66:1.)
15. a) ¿Por qué estaría Atenea en la mente del auditorio de Pablo? b) ¿A qué conclusión debe llevar el hecho de que Dios sea el Dador?
15 Puede que los que escuchaban a Pablo hubieran dado devoción en la Acrópolis a una estatua de la diosa patrona de ellos, Atenea. La venerada Atenea del Partenón era de marfil y oro. Otra estatua de Atenea medía 20 metros (70 pies) de altura y podía verse desde barcos en el mar. Y se decía que el ídolo conocido como Atenea Políade había caído del cielo; con regularidad la gente le traía una nueva vestidura hecha a mano. Sin embargo, si el Dios a quien estos hombres no conocían era el Altísimo y había creado el universo, ¿por qué tendría que atendérsele con cosas que los hombres trajeran? Él nos da lo que necesitamos: la “vida”, el “aliento” para sostenerla, y “todas las cosas”, entre ellas el sol, la lluvia y el terreno fértil donde crece nuestro alimento. (Hechos 14:15-17; Mateo 5:45.) Él es el Dador; nosotros, los hombres, recibimos de él. ¡Ciertamente el Dador no depende de los que reciben!
De un solo hombre, todos
16. ¿Qué alegó Pablo acerca del origen del hombre?
16 Después, en Hechos 17:26, Pablo manifiesta una verdad que mucha gente debería considerar, especialmente hoy cuando hay tanta injusticia racial. Dice que el Creador “hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra”. La idea de que la raza humana era una unidad o hermandad (y lo que esto implica para la justicia) era algo que deberían considerar aquellos hombres, porque los atenienses habían alegado que tenían un origen especial que los separaba del resto de los humanos. Pablo, sin embargo, aceptaba el relato de Génesis sobre un primer hombre, Adán, que fue el progenitor de todos nosotros. (Romanos 5:12; 1 Corintios 15:45-49.) Sin embargo, puede que usted se pregunte: ‘¿Puede sostenerse tal concepto en nuestra moderna era científica?’.
17. a) ¿Qué descubrimientos recientes apoyan las expresiones de Pablo? b) ¿Qué relación tiene esto con la justicia?
17 La teoría de la evolución sugiere que el hombre evolucionó en diversos lugares y en diferentes tipos. Pero a principios del año pasado la revista Newsweek dedicó su sección sobre ciencia a “En busca de Adán y Eva”. Consideró descubrimientos recientes en el campo de la genética. Aunque, como sería de esperarse, no todos los científicos concuerdan, el cuadro que resulta lleva a la conclusión de que todos los humanos tenemos un solo antepasado genético común. Puesto que todos somos hermanos, como hace mucho dijo la Biblia, ¿no debería haber justicia para todos? ¿No deberíamos todos tener derecho a que se nos tratara con imparcialidad, prescindiendo del color de la piel, el tipo del pelo u otras características superficiales? (Génesis 11:1; Hechos 10:34, 35.) Sin embargo, todavía tenemos que saber cómo y cuándo vendrá la justicia a la humanidad.
18. ¿Qué base había para la declaración de Pablo acerca de los tratos de Dios con los hombres?
18 Pues bien, en el Hch 17 versículo 26 Pablo señaló que podía esperarse que el Creador tuviera una voluntad, o propósito justo, para la humanidad. Por los tratos de Dios con la nación de Israel, el apóstol sabía que Él había decretado dónde vivirían los israelitas y cómo podrían tratarlos otras naciones. (Éxodo 23:31, 32; Números 34:1-12; Deuteronomio 32:49-52.) Por supuesto, puede que por orgullo los que oían a Pablo se aplicaran principalmente a sí mismos sus comentarios. En realidad, fuera que lo supieran o no, Jehová Dios había expresado en profecía su voluntad sobre el tiempo, o el punto en la historia, en que Grecia sería la quinta gran potencia mundial. (Daniel 7:6; 8:5-8, 21; 11:2, 3.) ¿No es razonable que los humanos desearan conocer a este Dios que hasta puede llevar a las naciones a hacer lo que él quiere?
19. ¿Por qué es razonable el punto que presenta Pablo en Hechos 17:27?
19 No es que Dios nos haya dejado en ignorancia de él, ciegos, andando a tientas. Dio a los atenienses y a nosotros una base para aprender acerca de él. En Romanos 1:20 Pablo después escribió: “Las cualidades invisibles de [Dios] se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad”. Por eso, Dios en verdad no está tan lejos de nosotros si queremos hallarlo y aprender acerca de él. (Hechos 17:27.)
20. ¿De qué manera es cierto que por Dios “tenemos vida y nos movemos y existimos”?
20 El aprecio debería movernos a hacer eso, como sugiere Hechos 17:28. Dios nos ha dado la vida. En realidad, tenemos más que solo vida en el sentido que un árbol tiene vida. Nosotros, y la mayoría de los animales, tenemos la capacidad de vida superior, de poder movernos de un lugar a otro. ¿Verdad que nos alegramos de eso? Pero Pablo va más lejos. Existimos como seres inteligentes con personalidad. El cerebro que Dios nos ha dado nos permite pensar, captar principios abstractos (como el de la verdadera justicia), y tener esperanza... sí, anhelar que en el futuro se cumpla la voluntad de Dios. Como usted puede comprender, Pablo tiene que haberse dado cuenta de que sería muy difícil que los filósofos epicúreos y estoicos aceptaran todo esto. Para ayudarles, citó de algunos poetas y griegos conocidos y respetados por ellos, poetas que, como Pablo, habían dicho: “Porque también somos linaje de él”.
21. ¿De qué manera debería afectarnos el ser linaje de Dios?
21 Si la gente comprende que somos linaje o producto de Dios el Altísimo, es solo lo apropiado que acuda a él por dirección sobre cómo vivir. Hay que admirar el denuedo de Pablo, quien estaba casi a la sombra de la Acrópolis. Él razonó, valerosamente, que nuestro Creador ciertamente es mayor que cualquier estatua hecha por el hombre, hasta la de oro y marfil del Partenón. Todos los que aceptamos la declaración de Pablo también tenemos que concordar en que Dios no es como ninguno de los ídolos inanimados que la gente adora hoy. (Isaías 40:18-26.)
22. ¿Qué relación tiene el arrepentimiento con el que recibamos justicia?
22 Esto no es solo un punto técnico que haya de aceptarse mentalmente mientras uno sigue viviendo como antes. Pablo aclaró eso en el Hch 17 versículo 30: “Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia [de imaginarse que Dios sea como un ídolo insignificante o que aceptaría que se le adorara mediante tal ídolo]; sin embargo, ahora está diciéndole a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan”. Así, mientras adelantaba hacia la vigorosa conclusión de su discurso, Pablo presentó un punto sorprendente... ¡arrepentimiento! Por eso, si acudimos a Dios para obtener verdadera justicia, eso significa que tendremos que arrepentirnos. ¿Qué requiere eso de nosotros? ¿Cómo va Dios a proveer justicia para todos?
[Nota a pie de página]
a Como muchos hoy, Huxley notó las injusticias de la cristiandad. En un ensayo sobre el agnosticismo, escribió: “Si solo pudiéramos ver [...] los torrentes de hipocresía y crueldad, las mentiras, el degüello, las violaciones de toda obligación de la humanidad que han fluido de esta fuente en el curso de la historia de las naciones cristianas, ante tal visión palidecerían los peores cuadros mentales que nos pudiéramos formar del infierno”.
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¿A quién podemos acudir por verdadera justicia?La Atalaya 1989 | 15 de febrero
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[Recuadro en la página 6]
Justicia para todos.—Capítulo 17 de Hechos
“16 Ahora bien, mientras Pablo los esperaba en Atenas, se le irritó el espíritu en su interior al contemplar que la ciudad estaba llena de ídolos. 17 Por consiguiente, se puso a razonar en la sinagoga con los judíos y con las otras personas que adoraban a Dios, y todos los días en la plaza de mercado con los que por casualidad se hallaban allí. 18 Pero ciertos individuos, filósofos de los epicúreos así como de los estoicos, entablaban conversación polémica con él, y algunos decían: ‘¿Qué es lo que este charlatán quisiera contar?’. Otros: ‘Parece que es publicador de deidades extranjeras’. Esto se debió a que declaraba las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección. 19 De modo que se apoderaron de él y lo condujeron al Areópago, y dijeron: ‘¿Podemos llegar a saber qué es esta nueva enseñanza que hablas? 20 Porque presentas algunas cosas que son extrañas a nuestros oídos. Por lo tanto deseamos llegar a saber qué se da a entender por estas cosas’. 21 De hecho, todos los atenienses y los extranjeros que residían allí temporalmente no pasaban su tiempo libre en ninguna otra cosa sino en decir algo o escuchar algo nuevo. 22 Pablo entonces se puso de pie en medio del Areópago y dijo:
”‘Varones de Atenas, contemplo que en todas las cosas ustedes parecen estar más entregados que otros al temor a las deidades. 23 Por ejemplo, al ir pasando y observando cuidadosamente sus objetos de veneración, también hallé un altar sobre el cual se había inscrito: “A un Dios Desconocido”. Por lo tanto, aquello a lo que ustedes sin conocerlo dan devoción piadosa, esto les estoy publicando. 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, siendo, como es Este, Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos de manos, 25 ni es atendido por manos humanas como si necesitara algo, porque él mismo da a toda persona vida y aliento y todas las cosas. 26 E hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra, y decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de los hombres, 27 para que busquen a Dios, por si buscaban a tientas y verdaderamente lo hallaban, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque por él tenemos vida y nos movemos y existimos, aun como ciertos poetas de entre ustedes han dicho: “Porque también somos linaje de él”.
29 ”‘Visto, pues, que somos linaje de Dios, no debemos imaginarnos que el Ser Divino sea semejante a oro, o plata, o piedra, semejante a algo esculpido por el arte e ingenio del hombre. 30 Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia; sin embargo, ahora está diciéndole a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan. 31 Porque ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada con justicia por un varón a quien ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres una garantía con haberlo resucitado de entre los muertos’”.
[Recuadro en la página 7]
El universo fue creado
En 1980 el Dr. John A. O’Keefe, de la NASA (la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, de los Estados Unidos), escribió: “Yo creo, como Jastrow, que la astronomía moderna ha hallado prueba confiable de que el Universo fue creado de quince a veinte mil millones de años atrás”. “Me conmueve mucho ver que la prueba a favor de la Creación [...] está tan claramente impresa en todo lo que nos rodea: las rocas, el cielo, las ondas de radio y las leyes más fundamentales de la física.”
[Recuadro en la página 9]
“En busca de Adán y Eva”
Un artículo de la revista Newsweek que llevaba ese título dijo, en parte: “En 1977 el excavador veterano Richard Leakey declaró: ‘El hombre moderno no surgió en un solo lugar’. Pero ahora los genetistas tienden a tener otra opinión [...] ‘Si es correcta esta idea, y apostaría que lo es, es tremendamente importante —dice Stephen Jay Gould, paleontólogo y ensayista de Harvard—. Nos lleva a comprender que todos los seres humanos, a pesar de diferencias externas, realmente pertenecemos a una sola entidad que ha surgido muy recientemente en un solo lugar. Hay cierta hermandad biológica que nos emparenta mucho más de lo que hasta ahora habíamos creído’” (11 de enero de 1988).
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Justicia para todos por el Juez nombrado por DiosLa Atalaya 1989 | 15 de febrero
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Justicia para todos por el Juez nombrado por Dios
“Porque el Padre le tiene cariño al Hijo y [...] ha encargado todo el juicio al Hijo.” (JUAN 5:20, 22.)
1. Explique cómo se enfrenta usted a cuestiones similares a las que afrontaron personas del primer siglo.
¿CUÁN importante es para usted la justicia? ¿Cuánto esfuerzo haría para asegurarse de recibir verdadera justicia y hasta para estar entre los que vivan cuando la justicia reine por toda la Tierra? Le beneficiaría pensar en esas cuestiones, como lo hicieron ciertos hombres y mujeres prominentes de Atenas, Grecia.
2, 3. a) ¿Qué llevó a Pablo a exhortar al arrepentimiento a los atenienses que le escuchaban? b) ¿Por qué sería el arrepentimiento un concepto raro para aquel auditorio?
2 Ellos escucharon un memorable discurso que pronunció el apóstol cristiano Pablo ante el famoso tribunal del Areópago. Pablo razonó primero sobre la existencia de un solo Dios, el Creador, a quien todos debemos la vida. Esto llevó a la lógica conclusión de que tenemos que rendirle cuentas a este Dios. Al llegar a este punto, Pablo declaró: “Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia [como la de que los hombres adoraran ídolos]; sin embargo, ahora está diciéndole a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan”. (Hechos 17:30.)
3 Francamente, el arrepentimiento sería un concepto sorprendente para aquel auditorio. ¿Por qué? Los griegos de la antigüedad conocían el arrepentimiento en el sentido de remordimiento por algo que se hubiera hecho o dicho. Sin embargo, como señala un diccionario, para ellos la palabra “nunca [sugería] la alteración de toda la actitud moral, un cambio profundo en la dirección de la vida, una conversión que afectara todo el comportamiento”.
4. ¿Qué lógica apoyaba el comentario de Pablo acerca del arrepentimiento?
4 No obstante, sin duda usted puede ver por qué es apropiado un arrepentimiento profundo como ese. Siga la lógica de Pablo. Todos los humanos deben la vida a Dios; por eso, todos tienen que rendirle cuentas. En consecuencia, es solo lo correcto y justo que Dios espere que ellos lo busquen, que procuren conocerlo. Si aquellos atenienses no conocían Sus principios ni Su voluntad, tendrían que aprender estas cosas y entonces arrepentirse para ajustar su vida a ellos. Esto no dependería simplemente de cuán conveniente fuera hacerlo. La vigorosa culminación del discurso de Pablo nos muestra por qué: “Porque ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada con justicia por un varón a quien ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres una garantía con haberlo resucitado de entre los muertos”. (Hechos 17:31.)
5. ¿Cómo reaccionó el auditorio al discurso de Pablo, y por qué?
5 Ese versículo, tan significativo, tan coherente, merece nuestra cuidadosa inspección, porque despierta la esperanza de que haya justicia perfecta en nuestros tiempos. Note las expresiones: “ha fijado un día”; “juzgar la tierra habitada”; “con justicia”; “por un varón a quien ha nombrado”; “proporcionado [...] una garantía”; “haberlo resucitado”. Esa última frase, “haberlo resucitado”, causó una fuerte reacción entre los que oían a Pablo. Como lo muestran los Hch 17 versículos 32-34, algunos se burlaron. Otros sencillamente se fueron. Pero unos cuantos se arrepintieron y se hicieron creyentes. Sin embargo, seamos más sabios que la mayoría de aquel auditorio ateniense, porque esto es de suma importancia si deseamos justicia verdadera. Para sacar del Hch 17 versículo 31 su significado pleno, considere primero la expresión: “Se propone juzgar la tierra habitada”. ¿Quién es el que juzga, y qué normas tiene, especialmente en cuanto a justicia?
6. ¿Cómo podemos aprender sobre Aquel que ha fijado un día para juzgar la Tierra?
6 Pues bien, Hechos 17:30 muestra a Quién se refería Pablo: al mismo Dios que nos dice a todos que nos arrepintamos, nuestro Dador de Vida, el Creador. Naturalmente, podemos aprender mucho sobre Dios al estudiar sus obras de creación. Pero otra fuente hace especialmente clara su norma de justicia: la Biblia, que contiene el registro de sus tratos con hombres como Moisés y de las leyes de Dios para Israel.
¿Qué clase de juzgar y de justicia?
7. ¿Qué testimonio da Moisés acerca de Jehová y la justicia?
7 Usted quizás sepa que por décadas Moisés tuvo asociación estrecha y regular con Jehová Dios; tan estrecha fue aquella asociación que Dios dijo que hablaba “boca a boca” a Moisés. (Números 12:8.) Moisés sabía cómo Jehová había tratado con él, y también cómo había tratado con otros humanos y con naciones enteras. Hacia el fin de su vida, Moisés dio esta alentadora descripción: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él”. (Deuteronomio 32:4.)
8. ¿Por qué debemos considerar lo que Elihú dijo sobre el asunto de la justicia?
8 Considere, además, el testimonio de Elihú, un hombre de reconocida sabiduría y perspicacia. Usted puede estar seguro de que él no era una persona que se apresurara a llegar a conclusiones. Al contrario, en una ocasión se sentó por más de una semana a escuchar largos argumentos de ambos lados de una disputa. Ahora, por la propia experiencia de Elihú y por un estudio profundo de los caminos de Dios, ¿a qué conclusión llegó Elihú acerca de Dios? Declaró: “Por eso, hombres de corazón, escúchenme. ¡Lejos sea del Dios verdadero el obrar inicuamente, y del Todopoderoso el obrar injustamente! Porque según la manera como el hombre terrestre obre él le recompensará, y según la senda del hombre él hará que venga sobre él. Sí, de hecho, Dios mismo no obra inicuamente, y el Todopoderoso mismo no pervierte el juicio”. (Job 34:10-12.)
9, 10. ¿Por qué deberían alentarnos las normas de Dios para los jueces humanos? (Levítico 19:15.)
9 Pregúntese: ¿No describe eso perfectamente lo que quisiéramos ver en un juez, que tratara a cada persona según sus actos o hechos, sin parcialidad ni perversión de la justicia? Si usted tuviera que presentarse ante un juez humano, ¿no le aliviaría saber que ese juez fuera así?
10 La Biblia llama a Jehová “el Juez de toda la tierra”. (Génesis 18:25.) Sin embargo, a veces él se valió de jueces humanos. ¿Qué esperaba Dios de los jueces israelitas que lo representaban? En Deuteronomio 16:19, 20 hallamos las instrucciones divinas que equivalen a describir el trabajo de los jueces: “No debes pervertir el juicio. No debes ser parcial ni aceptar soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y tuerce las palabras de los justos. La justicia... la justicia debes seguir, para que te mantengas vivo”. En algunas estatuas modernas se representa a la justicia con una venda sobre los ojos, para significar imparcialidad, algo que los hombres desean; pero se puede ver que Dios fue mucho más allá. Él de hecho exigió tal imparcialidad de los jueces humanos que habían de representarlo y hacer cumplir sus leyes.
11. ¿Qué podemos concluir al repasar esta información bíblica acerca de la justicia?
11 Estos detalles del punto de vista divino de la justicia tienen relación directa con la culminación del discurso de Pablo. En Hechos 17:31 Pablo declaró que Dios “ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada con justicia”. Eso es precisamente lo que podemos esperar de Dios: justicia, rectitud, imparcialidad. Con todo, a algunos les pudiera preocupar el que, según el Hch 17 versículo 31, Dios haya de utilizar a “un varón” para juzgar a todos los humanos. ¿Quién es ese “varón”, y qué garantía tenemos de que seguirá la elevada norma de la justicia divina?
12, 13. ¿Cómo sabemos a qué “varón” utilizará Dios para juzgar?
12 Hechos 17:18 nos dice que Pablo había estado ‘declarando las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección’. Por eso, al fin de su discurso el auditorio sabía que él se refería a Jesucristo cuando dijo que Dios ‘juzgaría toda la tierra habitada con justicia por un varón a quien había nombrado y a quien había resucitado de entre los muertos’.
13 Jesús reconoció que Dios lo había nombrado juez, un juez que satisfacía la norma divina. En Juan 5:22 dijo: “Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha encargado todo el juicio al Hijo”. Después de mencionar una resurrección venidera de los que están en las tumbas conmemorativas, Jesús añadió: “No puedo hacer ni una sola cosa por mi propia iniciativa; así como oigo, juzgo; y el juicio que yo dicto es justo, porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió”. (Juan 5:30; Salmo 72:2-7.)
14. ¿Qué clase de trato podemos esperar de Jesús?
14 ¡Qué clara armonía hay entre esa garantía y lo que dice Hechos 17:31! Allí Pablo también dio seguridad de que el Hijo ‘juzgaría la tierra habitada con justicia’. Eso ciertamente no da ninguna idea de una justicia rígida, inflexible y sin sentimientos, ¿verdad? Más bien, el juicio justo implica atemperar la justicia con misericordia y comprensión. No pasemos por alto esto: aunque Jesús está en el cielo ahora, fue humano por algún tiempo. Por eso puede vernos con empatía. En Hebreos 4:15, 16 Pablo toma en cuenta esto al describir a Jesús como sumo sacerdote.
15. ¿Cómo difiere Jesús de los jueces humanos?
15 Al leer Hebreos 4:15, 16, piense en el alivio que debemos sentir por el hecho de que Jesús sea nuestro Juez: “Porque no tenemos como sumo sacerdote [y juez] a uno que no pueda condolerse de nuestras debilidades, sino a uno que ha sido probado en todo sentido igual que nosotros, pero sin pecado. Acerquémonos, por lo tanto, con franqueza de expresión al trono de la bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado”. Hoy día suele ser razón para temor el que lo llamen a uno a testificar ante un juez. Pero cuando Cristo sea Juez podremos ‘acercarnos con franqueza de expresión para hallar misericordia, bondad inmerecida y ayuda al tiempo apropiado’. Sin embargo, respecto al tiempo, hay buena razón para que usted pregunte: ‘¿Cuándo juzgará Jesús a la humanidad con justicia?’.
“Un día” para juzgar... ¿cuándo?
16, 17. ¿Cómo sabemos que actualmente se está juzgando a la gente desde el cielo?
16 Recuerde que Pablo dijo que Dios “ha fijado un día” para juzgar al mundo por su Juez nombrado. Como preludio de ese “día” de juicio, hoy, sí, ahora mismo, Jesús efectúa una obra vital de juzgar. ¿Por qué podemos decir eso? Poco antes de que se le arrestara e injustamente se le condenara a muerte, Jesús dio una profecía histórica que envuelve los tiempos en que vivimos. La encontramos en el capítulo 24 de Mateo. Jesús describió los sucesos mundiales que caracterizarían el período llamado “la conclusión del sistema de cosas”. Las guerras, las escaseces de alimento, los terremotos y otras angustias que se han visto por toda la Tierra desde la I Guerra Mundial muestran que la profecía de Jesús está cumpliéndose y que dentro de poco “vendrá el fin”. (Mateo 24:3-14.) Los testigos de Jehová han estado explicando esto con la Biblia por décadas. Si usted desea más prueba respecto a por qué sabemos que estamos en los últimos días de este sistema injusto, los testigos de Jehová pueden suplírsela.
17 Sin embargo, sírvase considerar ahora la mitad posterior del capítulo 25 de Mateo, que es parte de la profecía de Jesús acerca de los últimos días. Mateo 25:31, 32 aplica durante nuestro tiempo: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono [en el cielo]. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras”. Pase adelante ahora al punto en que Jesús dice cuál es el resultado de su obra de separar o juzgar. El Mt 25 versículo 46 dice: “Y estos [los que son juzgados como cabras] partirán al cortamiento eterno, pero los justos [las ovejas] a la vida eterna”.
18. ¿En qué terminará este juicio que se efectúa en nuestro tiempo?
18 Como vemos, vivimos en un tiempo crítico, un tiempo de juicio. A los que ‘buscan a Dios y verdaderamente lo hallan’ se les juzgará como “ovejas” que han de sobrevivir al fin del presente sistema y que entrarán en el nuevo mundo que vendrá después. Entonces se cumplirán las palabras de 2 Pedro 3:13: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar”. Ese será el “día” en que aplicarán de lleno las palabras de Pablo en Hechos 17:31, el tiempo en que la Tierra será juzgada con justicia.
19, 20. ¿A quiénes afectará el venidero Día del Juicio?
19 Ese Día del Juicio implicará más que solamente a las “ovejas” que sobrevivan, a quienes ya se habrá juzgado dignas de entrar en el nuevo mundo. Recuerde que después de decir que su Padre le había encomendado el juicio, Jesús mencionó una resurrección venidera. Además, en Hechos 10:42 el apóstol Pedro dijo que Jesucristo “es Aquel de quien Dios ha decretado que sea juez de vivos y de muertos”.
20 Por consiguiente, ese ‘día fijado’ que se menciona en Hechos 17:31 en que Dios mediante Jesucristo ‘juzgará la tierra habitada con justicia’ será un tiempo en que se resucitará a los muertos. ¡Qué gozo será ver cómo se ejercerá el poder divino para vencer la muerte, en vista de que frecuentemente se ha cometido la peor injusticia cuando se ha dado muerte a algunos! Algunas personas, como Jesús mismo, han sido ejecutadas injustamente por autoridades gubernamentales o por ejércitos invasores. Otras han perdido la vida en sucesos imprevistos como tempestades, terremotos, fuegos accidentales y otras calamidades similares. (Eclesiastés 9:11.)
Solución a las injusticias del pasado
21. ¿Cómo serán vencidas las injusticias del pasado en el nuevo mundo?
21 ¡Qué gozo será ver que se devuelve la vida a personas a quienes hemos amado! Así, muchas personas tendrán su primera oportunidad de ‘buscar a Dios y verdaderamente hallarlo’, y tendrán entonces la perspectiva de alcanzar la “vida eterna” que puede ser la recompensa de “las ovejas”. Algunos resucitados, así como los que sobrevivan al fin de este sistema injusto, han sido víctimas de aparentes injusticias como las deformidades congénitas, la ceguedad, la sordera o impedimentos del habla. ¿Deberían verse tales cosas en ‘una nueva tierra en que la justicia haya de morar’? Mediante Isaías, Jehová presentó varias profecías que tendrán un magnífico cumplimiento literal durante el venidero Día del Juicio. Note lo que podemos esperar: “En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados. En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría”. (Isaías 35:5, 6.)
22. ¿Por qué es tan animador en cuanto a la justicia el capítulo 65 de Isaías?
22 ¿Y qué se puede decir de otras injusticias que ahora causan tanto sufrimiento? El capítulo 65 de Isaías contiene algunas respuestas estimuladoras y deleitables. Una comparación de Isaías 65:17 con 2 Pedro 3:13 indica que este capítulo también señala al tiempo de “nuevos cielos y una nueva tierra”, un nuevo sistema en que habrá justicia. Con todo, ¿qué impedirá que unos cuantos inicuos obstruyan la paz y la justicia? Más adelante, Isaías 65 elimina lo que pudiera parecer un problema.
23. ¿Qué posible resultado tendrá el Día del Juicio para algunas personas?
23 Durante ese Día del Juicio, Jesús continuará su obra de juzgar a las personas individualmente en cuanto a si satisfacen los requisitos para la vida eterna. Algunos no los satisfarán. Después de habérseles concedido suficiente tiempo, quizás hasta “cien años”, para buscar a Dios, algunos mostrarán que no quieren practicar lo justo. En conformidad con la justicia, perderán la vida en ese nuevo mundo, como podemos ver por Isaías 65:20: “En cuanto al pecador, aunque tenga cien años de edad se invocará el mal contra él”. Estas personas a quienes se juzgue indignas de la vida serán una minoría. Hay toda razón para esperar que nosotros —y la mayoría de los demás—, nos deleitaremos en aprender y practicar la justicia. (Isaías 26:9.)
24. En cuanto a la injusticia económica, ¿cuál será la situación?
24 ¿Significa eso que no habrá injusticias que continúen, ni siquiera injusticias económicas? ¡Exactamente! Isaías 65:21-23 indica eso: “Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto. No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal. No se afanarán para nada, ni darán a luz para disturbio; porque son la prole que está compuesta de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos”. ¡Qué cambio de lo que se observa hoy! ¡Qué bendición!
25. ¿Qué esperanza tiene usted, y cuál es su resolución, respecto a la justicia que viene del Juez nombrado por Dios?
25 Por eso, todos los que anhelan la justicia duradera pueden cobrar ánimo. Es seguro que viene... ¡pronto! Ahora, durante el poco tiempo que queda en este tiempo de juicio, use su oportunidad para unirse a los testigos de Jehová y junto con ellos buscar a Dios y realmente hallarlo; le resultará en beneficios eternos.
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