“Y el sexto derramó su tazón sobre el gran río Éufrates, y su agua se secó, para que se preparara el camino para los reyes procedentes del nacimiento del sol”. (Revelación 16:12.)

Babilonia la Grande “se sienta sobre muchas aguas”. Según Revelación 17:1, 15, estas simbolizan “pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas”... multitudes de adherentes a quienes ella ha considerado su protección. ¡Pero las “aguas” se están secando! En la Europa occidental, donde ella antes ejercía gran influencia, centenares de millones de personas le han vuelto la espalda francamente a la religión. En algunos países hubo por muchos años la norma declarada de tratar de destruir la influencia de la religión. En esos países no ha habido un levantamiento de las masas en defensa de ella. Igualmente, cuando a Babilonia la Grande le llegue el tiempo de su destrucción no recibirá absolutamente ninguna protección de la cantidad cada vez menor de sus adherentes. (Revelación 17:16.) Aunque afirma que tiene miles de millones de miembros, Babilonia la Grande se hallará indefensa contra “los reyes procedentes del nacimiento del sol”.

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“Su agua se secó”

En este mismo momento se está secando el apoyo que se da a la religión babilónica en muchos países, y esto indica lo que sucederá cuando ataquen “los reyes procedentes del nacimiento del sol”.

“Una encuesta nacional descubrió que el 75% de los que viven en zonas municipales [de Tailandia] no van a los templos budistas a escuchar los sermones, mientras que la cantidad de los de las zonas rurales que visitan los templos va bajando constantemente, y se acerca a 50%.”—Bangkok Post, 7 de septiembre de 1987, página 4.

“El atractivo ha huido del taoísmo en la tierra [China] donde fue fundado hace unos dos milenios. [...] Privados de los medios mágicos por los cuales ellos y sus predecesores solían atraer a muchos seguidores, los miembros del sacerdocio se ven sin sucesores, y se encaran a la posibilidad de que el taoísmo como fe organizada se extinga en China.”—The Atlanta Journal and Constitution, 12 de septiembre de 1982, página 36-A.

“Japón [...] tiene una de las mayores concentraciones de misioneros extranjeros del mundo, casi 5.200, y sin embargo [...] menos del 1% de la población es cristiana. [...] Un sacerdote franciscano que ha trabajado allí desde los años cincuenta [...] cree que ‘el día del misionero extranjero en Japón ha terminado’.”—The Wall Street Journal, 9 de julio de 1986, página 1.

En Inglaterra, durante las últimas tres décadas, “casi 2.000 de las 16.000 iglesias anglicanas han sido clausuradas porque no se usan. La concurrencia ha bajado tanto que está entre las más bajas de los países que afirman ser cristianos. [...] ‘No es cierto ahora que Inglaterra sea un país cristiano’, dijo [el obispo de Durham]”.—The New York Times, 11 de mayo de 1987, página A4.

“Después de horas de debate acalorado, el Parlamento [de Grecia] aprobó hoy legislación que permite que el gobierno socialista se apodere de enormes cantidades de terreno que eran posesión de la Iglesia Ortodoxa Griega [...] Además, la ley da a los que no son clérigos el dominio de los consejos y comités eclesiásticos que son responsables de la administración de preciadas inversiones eclesiásticas que incluyen hoteles, canteras de mármol y edificios de oficinas.”—The New York Times, 4 de abril de 1987, página 3.