El agua de la vida
“Y cualquiera que oiga, diga: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida.” (Revelación 22:17.) “El agua de la vida” representa todas las provisiones de Dios para la salvación basadas en el sacrificio de rescate de Jesucristo. Estas provisiones están al alcance de todos y son gratis. ¡Qué maravillosa generosidad de parte de nuestro Dios! Ahora bien, ¿por qué se usa el agua para simbolizarlas?
Pues bien, el agua literal permite el crecimiento de la vegetación, lo que a su vez contribuye a la vida de los seres humanos. Sin este líquido no existiría ni la vida vegetal ni la humana. Además, nuestro cuerpo consiste en un 65% de agua. Algunos especialistas en cuestiones de salud han recomendado tomar 2,4 litros de agua al día para mantener dicho porcentaje. El agua es necesaria para todos los procesos metabólicos, desde la digestión hasta la secreción de desechos. En caso de que usted pasara una semana sin tomar agua, moriría.
Del mismo modo, “el agua de la vida” hace posible y sostiene la vida espiritual. Si rechazamos el agua de la vida, no tendremos ningún porvenir duradero. (Juan 3:36.) Si la aceptamos, podemos conseguir vida eterna. No es extraño que la mujer samaritana se la pidiera con gran interés a Jesús después que él le dijo: “A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás, sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua que brotará para impartir vida eterna”. (Juan 4:14.) Que todos busquemos con ansia el agua gratuita de la vida.
[Reconocimiento en la página 32]
Garo Nalbandian