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Se lleva a término la cólera de DiosApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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“Y el tercero derramó su tazón en los ríos y sobre las fuentes de las aguas. Y se convirtieron en sangre.
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Se lleva a término la cólera de DiosApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Estos “ríos y [...] las fuentes de las aguas” representan a las llamadas fuentes refrescantes de guía y sabiduría que acepta este mundo, tales como las filosofías políticas, económicas, científicas, educativas, sociales y religiosas que suministran dirección a las acciones y decisiones humanas. Más bien que acudir a Jehová, la Fuente de la vida, en busca de verdades que den vida, los hombres han ‘labrado para sí cisternas rotas’ y han bebido profundamente “la sabiduría de este mundo [que] es necedad para con Dios”. (Jeremías 2:13; 1 Corintios 1:19; 2:6; 3:19; Salmo 36:9.)
8. ¿De qué maneras ha incurrido en culpa de sangre la humanidad?
8 Estas “aguas” contaminadas han llevado a los hombres a tener culpa de homicidio, de derramamiento de sangre, cuando, por ejemplo, los han animado a derramar sangre en tremenda escala en las guerras, que en el siglo pasado les quitaron la vida a más de cien millones de personas. Particularmente en la cristiandad —donde estallaron las dos guerras mundiales— los hombres han estado con “prisa para derramar sangre inocente”, incluso la sangre de los propios testigos de Dios. (Isaías 59:7; Jeremías 2:34.) La humanidad también ha incurrido en culpa de sangre por su mal uso de enormes cantidades de sangre en transfusiones, lo que viola las leyes justas de Jehová. (Génesis 9:3-5; Levítico 17:14; Hechos 15:28, 29.) Por esto, ya han segado dolor por la propagación —mediante las transfusiones de sangre— del sida, la hepatitis y otras enfermedades. El pleno pago por toda la culpa de sangre vendrá dentro de poco cuando los transgresores paguen la pena suprema, el que se les pise en “el gran lagar de la cólera de Dios”. (Revelación 14:19, 20.)
9. ¿Qué implica el derramamiento del tercer tazón?
9 En los días de Moisés, cuando el río Nilo fue convertido en sangre, los egipcios pudieron mantenerse vivos buscando otras fuentes de agua. (Éxodo 7:24.) Sin embargo, hoy, durante la plaga espiritual, en ningún lugar del mundo de Satanás puede la gente hallar aguas dadoras de vida. El derramamiento de este tercer tazón implica proclamar que los “ríos y [...] las fuentes de las aguas” de este mundo son como sangre, y ocasionan muerte espiritual a todos los que beben de ellos. A menos que la gente se vuelva a Jehová, siega Su juicio adverso. (Compárese con Ezequiel 33:11.)
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