-
La Biblia francesa y su lucha por sobrevivir¡Despertad! 1997 | 8 de diciembre
-
-
Posteriormente, la Iglesia declaró herejes a Valdo y sus seguidores, y hubo monjes que quemaron las versiones que él había encargado. Desde entonces, la Iglesia se opuso a toda tentativa destinada a hacer llegar la Palabra de Dios a la gente común.
La Iglesia dejó clara su estrategia en 1211, al quemar Biblias en la ciudad de Metz, en la región oriental de Francia. En 1229, el Concilio de Toulouse prohibió expresamente a los laicos utilizar Biblias en cualquier lengua vernácula. Y en 1234, el Concilio de Tarragona (España) prohibió la posesión de Biblias en lenguas romances (derivadas del latín), aun a los clérigos.
-
-
La Biblia francesa y su lucha por sobrevivir¡Despertad! 1997 | 8 de diciembre
-
-
Un combate peligroso
En Francia hubo valientes tipógrafos que murieron en la hoguera por haber editado la Biblia, como ocurrió en 1546 con Étienne Dolet. En 1546, el Concilio de Trento reafirmó la “autenticidad” de la Vulgata, a pesar de sus errores, y a partir de entonces la Iglesia adoptó una postura cada vez más firme en contra de las traducciones vernáculas. En 1612, la Inquisición española lanzó una feroz campaña destinada a erradicar las Biblias en lenguas vernáculas.
En ocasiones, la persecución conllevó ingeniosas innovaciones, como las Biblias de “moño” o “rodete”, tan pequeñas que podían esconderse en el moño de una mujer. Y en 1754 se editaron extractos de las Escrituras Hebreas y Griegas en un librito de solo tres centímetros de ancho y cinco de largo.
-
-
La Biblia francesa y su lucha por sobrevivir¡Despertad! 1997 | 8 de diciembre
-
-
Pese a la negativa rotunda de la Iglesia Católica a cambiar de táctica, la suya era una lucha perdida. Durante el siglo XIX, los papas emitieron una serie de decretos que se oponían implacablemente a las versiones bíblicas en lenguas vernáculas. Aun en 1897, el papa León XIII reafirmó que quedaban “prohibidas todas las versiones de los Libros Sagrados elaboradas por escritores acatólicos en cualquier lengua vulgar, en particular las editadas por las sociedades bíblicas, las cuales han sido condenadas por el Romano Pontífice en diversas ocasiones”.
-