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El papa Juan Pablo visita a un agitado rebaño¡Despertad! 1988 | 8 de marzo
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Lo que Jesús y sus apóstoles realmente dijeron
Estas enseñanzas se conservan en un libro que contiene el único registro exacto de las propias palabras de Jesús y de lo que él y sus apóstoles en realidad enseñaron. Puede que usted ya tenga un ejemplar de ese libro: la Biblia. Muestra lo que el verdadero cristianismo realmente enseñaba antes de que se le añadieran tantas ideas humanas. Las siguientes citas (excepto la de Éxodo) son declaraciones registradas por los mismos apóstoles de Jesús y consideran acciones que no están permitidas en la verdadera congregación cristiana:
Relaciones sexuales fuera del matrimonio: “Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros [...] heredarán el Reino de Dios”. (1 Corintios 6:9, 10, Biblia de Jerusalén.)
“Las acciones que proceden de los bajos instintos son conocidas: lujuria, inmoralidad, libertinaje, [...] los que se dan a eso no heredarán el Reino de Dios.” (Gálatas 5:19-21, Nueva Biblia Española.)
“Sin embargo, por tanta inmoralidad como hay, tenga cada uno su propia mujer y cada mujer su propio marido.” (1 Corintios 7:2, Nueva Biblia Española; véase también 1 Tesalonicenses 4:3-8.)
Prácticas homosexuales: “Por eso los entregó Dios a pasiones infames; [...] igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío”. (Romanos 1:26, 27, Biblia de Jerusalén.)
“Ni fornicadores [...] ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres [...] heredarán el reino de Dios. Y, sin embargo, eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados, pero ustedes han sido santificados, pero ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios.” (1 Corintios 6:9-11; véase también 1 Timoteo 1:9-11.)
Aborto: La Biblia dice que aun si por accidente dos hombres que estuvieran luchando ‘lastimaran a una mujer encinta y los hijos de ella efectivamente salieran, si ocurriera un accidente mortal, entonces tendría que dar alma por alma’. Así, incluso si por negligencia se causaba la muerte de un niño que aún no había nacido, la acción era castigada con la muerte. Y el apóstol cristiano Juan escribió: “Ningún homicida tiene la vida eterna como cosa permanente en él”. (Éxodo 21:22, 23; 1 Juan 3:15.)
He aquí algunas cosas que ni Jesús ni sus apóstoles mencionaron. Esas restricciones innecesarias se añadieron más tarde:
Celibato sacerdotal: Pablo, el apóstol que llevó el cristianismo al mundo no judío, mostró que el celibato no era necesario. Escribió: “¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer cristiana [‘una esposa creyente’, nota al pie de la página], como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?”. (1 Corintios 9:5, Biblia de Jerusalén, ed. 1975.)
También escribió: “Es preciso que el obispo sea [...] marido de una sola mujer”. (1 Timoteo 3:2, versión católica Nácar Colunga; véase también 1 Timoteo 4:1-3.)
No se permiten segundas nupcias: Jesús mostró que existe un pecado contra el cónyuge que es tan grave que hace permisible el divorcio y las segundas nupcias. Dijo: “Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer —salvo el caso de fornicación— y se case con otra, comete adulterio”. (Mateo 19:9, Biblia de Jerusalén.)
Normas relacionadas con la anticoncepción: La Biblia enseña que se debe amar, cuidar y educar a los hijos según los principios piadosos, pero en ningún lugar dice que las relaciones sexuales siempre deban posibilitar la concepción. Tampoco hace mención del control de la natalidad como medio de limitar el tamaño de una familia.
Si la iglesia católica fuera verdaderamente una institución dirigida por Cristo Jesús, entonces todas sus enseñanzas y prácticas estarían en completa armonía con la Palabra de Dios, las Santas Escrituras. No habría división entre sus obispos, sacerdotes y feligreses. El asunto es serio. Jesús dijo: “Todo reino dividido en partidos contrarios quedará destruido, y una casa dividida camina a su ruina”. (Lucas 11:17, Serafín Ausejo.) Que esta situación incentive a nuestros lectores católicos a investigar más la Biblia para aprender lo que Dios requiere de nosotros a fin de serle aceptables. Los testigos de Jehová se complacerán en ayudarle a este respecto.
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El papa Juan Pablo visita a un agitado rebaño¡Despertad! 1988 | 8 de marzo
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[Recuadro en la página 26]
El celibato no fue un mandato del primer siglo
El papa Pablo VI apoyó el requisito del celibato para el clero, pero reconoció que “el Nuevo Testamento, que conserva la enseñanza de Cristo y los apóstoles [...], no requiere abiertamente el celibato de los ministros consagrados [...]. Jesús mismo no lo consideró un requisito previo al seleccionar a los Doce, ni los apóstoles lo requirieron de los que iban a presidir las comunidades cristianas primitivas”. (Sacerdotalis Caelibatus [Celibato sacerdotal, 1967].)
[Recuadro en la página 26]
“Expulsen al perverso [...]”
El apóstol Pablo dijo lo que los cristianos del primer siglo tenían que hacer con una persona inmoral de la congregación: “Les escribía que ya no tuvieran trato con quienes, llamándose hermanos, llegan a ser inmorales [...]. Expulsen al perverso de entre ustedes”. ¿Hace su Iglesia realmente eso? (1 Corintios 5:11-13, Ricciardi-Hurault.)
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