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RumaniaAnuario de los testigos de Jehová 2006
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Ya en 1950, Pamfil y Elena Albu, Petre Ranca, Martin Magyarosi y muchos otros hermanos fueron detenidos y acusados falsamente de ser espías occidentales. Hubo quienes fueron torturados para que revelaran detalles confidenciales y confesaran que eran espías. Sin embargo, su única confesión fue que servían a Jehová y que fomentaban los intereses de su Reino. Tras ser maltratados, algunos terminaron en prisión y otros en campos de trabajos forzados.
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RumaniaAnuario de los testigos de Jehová 2006
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El hermano Magyarosi, que ya tenía cerca de 70 años, fue enviado a la prisión de Gherla (Transilvania), donde murió a finales de 1951. “Sus padecimientos por causa de la verdad han sido muchos e intensos —dijo un informe—, especialmente desde su encarcelamiento en enero de 1950. Ya ha dejado de sufrir.” En efecto, por unos veinte años, el hermano Martin aguantó feroces ataques del clero, los fascistas y los comunistas. Su ejemplo de integridad trae a la memoria las palabras del apóstol Pablo: “He peleado la excelente pelea, he corrido la carrera hasta terminarla, he observado la fe” (2 Tim. 4:7). Aunque su esposa, Maria, no estuvo en prisión, fue asimismo un ejemplo de aguante frente a la adversidad. Un hermano dijo que era “una hermana inteligente que estaba plenamente dedicada a la obra del Señor”. Cuando a Martin lo detuvieron, sus familiares cuidaron de ella, entre otros su hija adoptiva, Mărioara, quien también pasó un tiempo en prisión, hasta el otoño de 1955.
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