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Jehová cambia tiempos y sazones en RumaniaLa Atalaya 1993 | 15 de junio
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En Tirgu-Mures, una Testigo se hizo acompañar de dos hermanos para solicitar al sacerdote de la Iglesia Ortodoxa que borrara su nombre de la lista de feligreses. Cuando este se enteró del motivo de la visita, los invitó a pasar y tuvieron una amena conversación. Les dijo: “Los envidio en el buen sentido de la palabra; nosotros deberíamos estar haciendo la obra que ustedes hacen. Es lamentable, pero la Iglesia Ortodoxa se ha convertido en un gigante durmiente”. Aceptó el folleto ¿Debería creer usted en la Trinidad? y la revista La Atalaya. La hermana está feliz de no seguir formando parte del “gigante durmiente”. (Revelación 18:4.)
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Jehová cambia tiempos y sazones en RumaniaLa Atalaya 1993 | 15 de junio
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Logros grandes en lugares pequeños
Ocoliş es un pueblo pequeño del norte de Rumania. En 1920 un hombre llamado Pintea Moise regresó del frente ruso, donde se le había capturado como prisionero de guerra. Antes había sido católico, pero regresó siendo bautista. Tres semanas más tarde, los Estudiantes de la Biblia, como se conocía entonces a los testigos de Jehová, hablaron con él. Después de la visita dijo: “¡Por fin he hallado la verdad acerca de Dios!”.
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Jehová cambia tiempos y sazones en RumaniaLa Atalaya 1993 | 15 de junio
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Cuando Ionel llegó a Orşova, no había Testigos. La primera semana inició un estudio con un joven de 14 años. El muchacho cambió tanto en dos meses, que un amigo y un vecino también empezaron a estudiar. El vecino, Roland, que era católico, progresó de modo sorprendente. Después de solo mes y medio acompañó a Ionel en la predicación, y a los cinco meses se bautizó. Emprendió de inmediato el servicio de tiempo completo. Su madre también comenzó a estudiar, y se bautizó en 1992, en la Asamblea de Distrito “Portadores de Luz”. Al presente hay diez publicadores en Orşova, que dirigen un total de 30 estudios bíblicos.
El primero que aceptó la verdad en Turnu-Severin fue el recepcionista del hotel donde se hospedaba Ionel. Dos meses más tarde llegó a ser publicador no bautizado, y a los tres meses se bautizó. Ahora es uno de los 32 publicadores, que, en conjunto, dirigen 84 estudios bíblicos.
Otra precursora especial, Gabriela Geica, sirvió de precursora regular incluso cuando la obra estaba proscrita. Deseaba trabajar donde hubiera más necesidad de ayuda. Se le asignó a un territorio muy extenso. A veces viajaba entre 100 y 160 kilómetros para visitar a las personas interesadas. Predicó en la ciudad de Motru, donde solo había cuatro Testigos. “Los sacerdotes y otros grupos religiosos se opusieron a nosotros cuando aumentamos la predicación en Motru —relata—. Influyeron en el alcalde y la policía, quienes, a su vez, presionaban a las familias que me alojaban para que me echaran, por lo que cada dos meses tenía que buscar un nuevo alojamiento.”
Gabriela comenzó a estudiar con una mujer atea de Orşova que decía que no estaba interesada ni en la religión ni en la Biblia. Pero después de solo cuatro meses de estudio empezó a defender la Biblia. Mantuvo su integridad a pesar de que su esposo la dejaba fuera de la casa por las noches y la amenazaba con divorciarse de ella o darle muerte. Antes de bautizarse ya dirigía diez estudios bíblicos.
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