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Cómo sobrevivió la religión¡Despertad! 2001 | 22 de abril
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Cómo sobrevivió la religión
PARA cuando la Alemania nazi invadió Rusia en junio de 1941, el régimen soviético casi había aniquilado a la Iglesia Ortodoxa. Sin embargo, tras la invasión comenzó a modificar su postura frente a la religión. ¿Por qué motivo?
Richard Overy, profesor de Historia Moderna en el King’s College londinense, da esta explicación en su libro Russia’s War—Blood Upon the Snow (La guerra rusa: Sangre sobre la nieve): “Desde el primer día de la invasión germana, el cabeza eclesiástico, el metropolitano Sergio, exhortó a los fieles a hacer cuanto pudieran en pro de la victoria. Durante los siguientes dos años publicó al menos veintitrés epístolas en las que convocaba a la grey a luchar a favor del estado impío en que vivían”. Por esta razón —añade—, Stalin “permitió el resurgimiento” de la religión.
En 1943, Stalin reconoció finalmente a la Iglesia Ortodoxa al nombrar patriarca a Sergio. “En respuesta, la jerarquía hizo una colecta entre los fieles para financiar una columna blindada soviética —señaló Overy—. Sacerdotes y obispos instaron a sus congregaciones a tener fe, tanto en Dios como en Stalin.”
Con respecto a este período, el teólogo ruso Sergei Ivanenko escribió: “El órgano oficial de la Iglesia Ortodoxa Rusa, La Gaceta del Patriarcado de Moscú, elogió a Stalin como el mejor caudillo y maestro de toda la historia y del mundo entero, enviado por Dios para salvar a la nación de la opresión, los terratenientes y los capitalistas, y exhortó a los creyentes a derramar hasta la última gota de sangre en la defensa de la URSS y a poner todo su empeño en la construcción del comunismo”.
“Muy apreciados por la KGB”
Al acabar la II Guerra Mundial, en 1945, la Iglesia Ortodoxa se mantuvo como útil instrumento del comunismo. The Soviet Union: The Fifty Years (La URSS a los cincuenta años de la Revolución), edición de Harrison Salisbury, revela cómo cumplió ese cometido: “Al terminar la guerra, los jefes eclesiásticos se plegaron a las demandas de la Guerra Fría que impuso la política exterior estalinista”.
El reciente libro The Sword and the Shield explica el servicio que prestó la jerarquía a la causa soviética. Dice que el patriarca Alexis I, quien sucedió a Sergio en 1945, optó por “unirse al Consejo Mundial de la Paz, fundado en 1949 como tapadera de los intereses soviéticos”, y que tanto Alexis como el metropolitano Nikolai “fueron muy apreciados por la KGB, que aprovechó sus influyentes cargos”.
Es de interés la declaración que hizo Alexis I en 1955: “La Iglesia Ortodoxa Rusa respalda la política exterior plenamente pacífica de nuestro gobierno. No lo hace porque se encuentre, como dicen, privada de libertad, sino porque la política soviética es justa y armoniza con los ideales cristianos que predica la Iglesia”.
El diario londinense The Guardian (22 de enero de 2000) atribuye las siguientes palabras a Georgi Edelshtein, sacerdote ortodoxo disidente: “Elegían con cuidado a los obispos para que colaboraran con el gobierno soviético. Eran todos agentes de la KGB. Es bien sabido que esta organización reclutó al patriarca Alexis, cuyo seudónimo fue Drozdov. Hoy mantienen la misma política que hace veinte o treinta años”.
Vasalla del Estado soviético
La revista Life (14 de septiembre de 1959) hizo este comentario sobre la relación existente entre la Iglesia Ortodoxa y los jefes soviéticos: “Stalin hizo concesiones a la religión, y la Iglesia lo trató como a un zar. La colaboración de los ortodoxos está garantizada por un ministerio especial del gobierno, y desde entonces, los comunistas se valen de la Iglesia como brazo del Estado soviético”.
Matthew Spinka, experto en asuntos eclesiásticos rusos, confirmó la íntima relación existente entre Iglesia y Estado en su libro The Church in Soviet Russia (La Iglesia en la Rusia soviética), publicado en 1956: “El actual patriarca, Alexis, [...] ha convertido deliberadamente a su Iglesia en instrumento del gobierno”. En efecto, se hizo vasalla del Estado a fin de sobrevivir. Pero quizás diga el lector: “¿Y es eso tan grave?”. Pues bien, analicemos las indicaciones de Dios y de Jesús al respecto.
Cristo dijo a sus auténticos discípulos: “Ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo”. Además, la Palabra de Dios afirma con rotundidad: “Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios?” (Juan 15:19; Santiago 4:4). De acuerdo con la Biblia, la Iglesia se ha convertido en una prostituta religiosa “con quien los reyes de la tierra cometieron fornicación”. Ha dado pruebas de ser parte de la colectividad denominada en las Escrituras “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra” (Revelación 17:1-6).
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[Recuadro de la página 11]
La Iglesia colabora con los soviéticos
En su libro Russia Is No Riddle (Rusia no es un acertijo), publicado en 1945, Edmund Stevens escribió: “La Iglesia tenía mucho cuidado de no volverse contra su benefactor. Sabía muy bien que el Estado, a cambio de los favores que le otorgaba, esperaba que mostrara firme adhesión al régimen y se mantuviera dentro de ciertos límites”.
Stevens prosigue: “Dado que la Iglesia Ortodoxa tenía muy asumida la posición que había ocupado por siglos como religión oficial, adoptó con suma naturalidad su nuevo papel de colaboradora directa del gobierno soviético”.
El Instituto Keston ha analizado a fondo la colaboración que mantuvieron las autoridades soviéticas y el actual patriarca ortodoxo, Alexis II. El informe del instituto concluye: “La cooperación de Alexis no fue nada excepcional, pues casi todas las altas jerarquías de las religiones con reconocimiento oficial —entre ellas los católicos, bautistas, adventistas, musulmanes y budistas— eran agentes reclutados por la KGB. En efecto, el informe anual que refiere el reclutamiento de Alexis también habla de otros muchos agentes, algunos de ellos pertenecientes a la Iglesia Luterana de Estonia”.
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[Ilustración de la página 10]
Por el apoyo que le brindó la Iglesia durante la II Guerra Mundial, Stalin permitió el resurgimiento temporal de la religión
[Reconocimiento]
Foto de U.S. Army
[Ilustración de la página 10]
Alexis I (patriarca de 1945 a 1970) dijo: “La política soviética [...] armoniza con los ideales cristianos que predica la Iglesia”
[Reconocimiento]
Archivo Central del Estado sobre los documentos fonográficos, fotográficos y cinematográficos de San Petersburgo
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