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RusiaAnuario de los testigos de Jehová 2008
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Boris Kryltsov fue uno de los primeros entusiastas ministros que predicaron en la capital del país. Él recuerda: “Trabajaba como supervisor de construcción. Otros hermanos y yo procurábamos predicar informalmente, pero la KGB se enteró. Al registrar mi apartamento, en abril de 1957, la policía encontró algunas publicaciones bíblicas, de modo que me arrestaron de inmediato. En el interrogatorio, el agente me dijo que los testigos de Jehová eran las personas más peligrosas del Estado, y añadió: ‘Si los dejamos en libertad, muchos ciudadanos soviéticos se les unirán. Por eso es que los vemos como una seria amenaza para nuestro Estado’.
—La Biblia nos enseña a ser ciudadanos obedientes a las leyes —contesté—. Además, nos dice que debemos seguir buscando primero el Reino y la justicia de Dios. Los cristianos verdaderos jamás han intentado asumir el poder de ningún país.
—¿Dónde conseguiste las publicaciones que encontramos durante el registro? —preguntó.
—¿Qué tienen de malo esas publicaciones? —fue mi respuesta—. De lo que tratan es de profecías bíblicas y no tienen nada que ver con cuestiones políticas.
—Pues sí —reconoció—, pero están impresas en el extranjero.
”Terminé en una prisión de máxima seguridad en la ciudad de Vladimir. Al llegar, me registraron con mucho cuidado, pero para mi sorpresa pude introducir al campo cuatro números de La Atalaya copiados a mano en papel muy delgado. Estaba claro que Jehová me había ayudado. En mi celda volví a copiar los cuatro números, pues sabía que, aparte de mí, había en el campo otros Testigos y que llevaban siete años sin recibir alimento espiritual. Les hice llegar las revistas por medio de una hermana que se encargaba de limpiar la escalera.
”Resultó que entre los hermanos se había colado un soplón que les dijo a los guardias que alguien estaba pasando publicaciones de la Biblia. De inmediato comenzaron a registrarnos a todos y a quitarnos las publicaciones. A mí me encontraron algunas en el colchón, así que me enviaron a la celda de aislamiento por ochenta y cinco días. A pesar de aquello, Jehová siguió cuidándonos como siempre.”
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RusiaAnuario de los testigos de Jehová 2008
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[Ilustración de la página 126]
Boris Kryltsov
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