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Observando el mundo¡Despertad! 1994 | 22 de noviembre
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Observando el mundo
Fracaso de la ONU
“No es solo un fracaso de las Naciones Unidas, sino también de la comunidad internacional, y todos compartimos la responsabilidad —se lamentó el secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, refiriéndose a la matanza de Ruanda—. Se ha cometido un genocidio. Más de doscientas mil personas han sido asesinadas y la comunidad internacional aún sigue discutiendo qué hacer.” Como se informó el 26 de mayo, el secretario general dijo que había escrito a más de treinta jefes de estado rogándoles que enviaran tropas y que había colaborado con diversas organizaciones en un esfuerzo por encontrar una solución. “Por desgracia, he fracasado —agregó—. Es una vergüenza. Soy el primero en reconocerlo.” Pocas naciones africanas pueden costear el envío de tropas, sobre todo porque la ONU se ha atrasado en el pago de los reembolsos debido a la crisis financiera por la que atraviesa. La mayoría de las naciones occidentales han rehusado intervenir en el conflicto, y el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, ha dicho que los intereses que están en juego no justifican el empleo de la fuerza militar de su país. Según The New York Times, Boutros-Ghali echó la culpa a la “fatiga del donante”, pues a las naciones que proporcionan personal y dinero se les está pidiendo que donen para diecisiete diferentes operaciones de las Naciones Unidas.
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Observando el mundo¡Despertad! 1994 | 22 de noviembre
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No hay explicación humana
“¿Qué explicación puede haber para la espantosa sed de sangre que se ha despertado súbitamente en Ruanda? —inquiere la revista londinense The Economist—. Ni siquiera las viejas hostilidades [étnicas] explican la matanza que se está llevando a cabo.” Si bien los tutsis y los hutus son un poco diferentes, han convivido por siglos y poseen una lengua y una cultura en común. El artículo compara sus diferencias tribales con las que existen entre escoceses e ingleses. “Pero ahora se han vuelto unos contra otros, y no con morteros impersonales ni con rifles de largo alcance, sino con machetes, azadones, garrotes o a puñetazo limpio. Los vecinos se matan entre sí, incluso los amigos de toda la vida. Hombres, mujeres y niños han sido masacrados por igual. ¿Cuál es la causa? Nadie parece conocerla.”
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