-
Sirva de toda almaMinisterio del Reino 1996 | mayo
-
-
Sirva de toda alma
1 Tenemos muchísimas razones que nos mueven a sentirnos agradecidos a Jehová, entre las cuales se hallan lo que ha hecho, lo que está haciendo y lo que hará por nosotros. ¿A qué debería impulsarnos esa gratitud? Un salmo de David responde: “Ciertamente bendeciré a Jehová en todo tiempo; constantemente estará su alabanza en mi boca”. (Sal. 34:1.)
2 En la Biblia se nos expresa claramente el mandato de que prediquemos, por ello efectuamos esta obra “de toda alma como para Jehová”. (Col. 3:23.) ¿Cuánto haremos en el ministerio si realmente trabajamos de toda alma? Cuando meditamos en el amor que Jehová nos ha manifestado, nuestro corazón nos impulsa a participar abnegadamente en hablar acerca de Él y de su maravilloso propósito. Nos mueve a hacer cuanto podemos.
3 Es razonable esperar que quien sirve de toda alma desee concentrarse en el servicio sagrado. El salmista, cuyo deseo obviamente era ese, declaró: “Siete veces al día te he alabado”. (Sal. 119:164.) Quienes comparten la actitud del salmista procuran aprovechar toda oportunidad para alabar a Jehová. Sirven celosamente al grado que lo permiten sus circunstancias.
4 Se nos presentan muchas oportunidades de alabar a Jehová: Para predicar las buenas nuevas no hace falta esperar a ir de casa en casa. Nuestros compañeros de trabajo, condiscípulos, parientes y conocidos necesitan oír el mensaje del Reino. Cuando viajamos, podemos iniciar conversaciones que nos permitan dar un testimonio al personal de los hoteles y restaurantes, empleados de gasolineras o taxistas. Si estamos en casa, podemos dar testimonio a los vecinos y a los repartidores. Si se nos ingresa en un hospital, podríamos predicar informalmente a enfermeras, médicos y pacientes.
5 El testimonio informal da resultados: Cierto día, dos Testigos que caminaban en un parque empezaron a conversar con un joven que paseaba con su hijo. Con el tiempo, este hombre y su esposa abrazaron la verdad. Él relató más tarde que, poco antes de encontrarse con los dos Testigos, había pedido a Dios: “Si existes, te ruego que me permitas conocerte”. Para él, ese encuentro en el parque fue la respuesta de Jehová a su oración.
6 Los que procuran de toda alma brindar ayuda espiritual sienten una profunda satisfacción, pues saben que a Jehová le agrada que le sirvan de este modo, “con corazón completo”. (1 Cró. 28:9.)
-
-
¡Nunca hemos estado mejor en sentido espiritual!Ministerio del Reino 1996 | mayo
-
-
¡Nunca hemos estado mejor en sentido espiritual!
1 La mayoría de las personas anhelan el día en que puedan decir: “Nunca hemos estado mejor”. Sueñan con tener posesiones materiales en abundancia que les permitan ‘pasarlo tranquilas, comer, beber y gozar’. (Luc. 12:19.) En contraste con ellas, nosotros podemos afirmar ahora mismo que en sentido espiritual no nos falta ninguna cosa buena. (Sal. 34:10.) ¿Cómo es posible esto?
2 Proverbios 10:22 declara que “la bendición de Jehová... eso es lo que enriquece”. Los que gozamos del favor divino podemos afirmar sin ambages que Dios “nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas”. (1 Tim. 6:17.) Esto nos convierte en la gente más rica de la Tierra.
3 Apreciemos lo que tenemos: Pocos de nosotros tenemos posesiones materiales en abundancia, pero somos favorecidos porque tampoco nos preocupamos excesivamente por las necesidades diarias. Jehová sabe lo que necesitamos y promete suministrárnoslo. (Mat. 6:31-33.) Esta convicción nos da una paz interior que es inestimable.
4 No obstante, nuestras bendiciones espirituales son aún mayores. Nuestra vida depende del alimento espiritual que proviene de Jehová. (Mat. 4:4.) Los que acuden al mundo en busca de sustento espiritual pasan hambre, mientras que nosotros comemos y bebemos hasta saciarnos. (Isa. 65:13.) El “esclavo fiel” nos suministra una fuente inagotable de conocimiento que lleva a la vida eterna. (Mat. 24:45; Juan 17:3.)
5 Nuestra preciada hermandad mundial nos provee el afectuoso compañerismo de hermanos y hermanas amorosos de todas partes de la Tierra. (Juan 13:35.) La congregación local es un remanso de paz donde hallamos consuelo y alivio. Los ancianos velan por nuestras almas y nos ayudan a afrontar muchos problemas. (Heb. 13:17.) Estar cerca de nuestros hermanos resulta en un intercambio de estímulo y nos fortalece para perseverar. (Rom. 1:11, 12.)
6 Incluso nuestro trabajo es una bendición. Muchos trabajos seglares son tediosos y no satisfacen. Pero hablar de las buenas nuevas es una fuente de felicidad para nosotros y para otras personas. (Hech. 20:35.) Vemos el bien por todo nuestro duro trabajo. (Ecl. 2:24.)
7 Sobre todo, tenemos una maravillosa esperanza respecto al futuro. (Rom. 12:12.) Esperamos un nuevo mundo perfecto y justo, donde viviremos para siempre con nuestros seres queridos en felicidad y paz. Esta esperanza es un tesoro mucho más valioso que cualquier cosa que el mundo pudiera ofrecer. (1 Tim. 6:19.)
8 ¿Cómo podemos mostrar agradecimiento? Nunca podremos compensar a Jehová por lo que ha hecho en nuestro favor. Solo podemos expresarle nuestra gratitud 1) dándole las gracias diariamente por su bondad inmerecida (Efe. 5:20), 2) demostrando nuestro amor mediante obedecerle (1 Juan 5:3), 3) santificando su nombre al predicar las buenas nuevas (Sal. 83:18) y 4) apoyando a la congregación cristiana al cooperar de todo corazón. (1 Tim. 3:15.)
9 Tenemos buenas razones para ser el pueblo más feliz de la Tierra. (Sal. 144:15b.) Que nuestra actitud, conducta y servicio reflejen el gozo que sentimos en nuestro paraíso espiritual. ¡Nunca hemos estado mejor!
-