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Lo que tenemos que hacer para salvarnosLa Atalaya 1989 | 15 de septiembre
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Sin embargo, recuerde que Dios, el Juez Supremo, no está obligado a poner en libertad a toda persona. Él ve el sacrificio de la vida humana perfecta de Jesús como el pago de nuestra deuda por el pecado. Pero Jehová Dios no va a aplicar los beneficios de este sacrificio a favor de pecadores impenitentes, desagradecidos y voluntariosos. En vez de ofrecer alguna clase de amnistía general o salvación universal, la Biblia menciona los requisitos que tenemos que satisfacer para que se nos salve de los efectos del pecado heredado.
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Lo que tenemos que hacer para salvarnosLa Atalaya 1989 | 15 de septiembre
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Algunos insinúan que todo lo que se requiere para la salvación es creer en Jesús. Cierto tratado religioso dice: “Hay una sola cosa que la persona tiene que hacer para llegar al cielo, a saber, aceptar a Jesucristo como su Salvador personal, entregarse a Él como Señor y Amo, y confesarlo abiertamente como tal ante el mundo”. Por eso, muchos creen que el experimentar una repentina conversión emocional es lo único que se requiere para garantizarles la vida eterna. Sin embargo, el concentrarse en uno solo de los requisitos esenciales para la salvación y excluir los demás es como leer una cláusula importante de un contrato y pasar por alto lo demás.
Esto se hace más patente cuando escuchamos los comentarios de algunas personas que antes pensaban que lo único que se requería para ser salvos era afirmar que creían en Jesús. Bernice dice: “Me crié en la Iglesia de los Hermanos, pero llegó un momento en que me pregunté a mí misma: Si la vida eterna depende únicamente de Jesús, ¿por qué dijo él: ‘Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo’?”. (Juan 17:3.)
Por nueve años Norman vivió convencido de que había obtenido la salvación. Pero luego vio que se requería más que solo una declaración emocional de que Jesucristo era su Salvador. “Por la Biblia aprendí que no basta con simplemente confesarle a Dios que somos pecadores y necesitamos salvación —dice—. También tenemos que hacer obras propias del arrepentimiento.” (Mateo 3:8; Hechos 3:19.)
Sí, es importante creer en Jesús para ser salvos, pero se requiere más que eso. Jesús mencionó que algunos afirmarían tener fe en él y hasta ejecutarían “obras poderosas” en su nombre. Pero él no los reconocería. ¿Por qué? Porque serían “obradores del desafuero” y no harían la voluntad de su Padre. (Mateo 7:15-23.) El discípulo Santiago nos recuerda que tenemos que ‘hacernos hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándonos a nosotros mismos con razonamiento falso’. También dijo: “Tú crees que hay un solo Dios, ¿verdad? Haces bastante bien. Y sin embargo los demonios creen y se estremecen. [...] La fe sin obras está muerta”. (Santiago 1:22; 2:19, 26.)
Con todo, algunos alegan que los que en verdad están salvos hacen estas cosas de todos modos. Pero ¿es eso realmente lo que sucede en la práctica? De jovencito, Denis ‘aceptó a Jesús’, y ahora dice: “Las personas ‘salvas’ que he conocido no ven necesario el examinar las Escrituras, pues creen que ya tienen todo lo que necesitan para la salvación”. De hecho, la hipocresía y los actos no cristianos de muchos que alegan ser salvos han desprestigiado la idea de la salvación.
Sin embargo, muchos insisten en que las Escrituras dicen: “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna”. (Juan 3:36, Reina-Valera Revisada, 1977.) Por eso, concluyen que nadie puede extraviarse de nuevo después que ha aceptado al Señor Jesucristo como su Salvador personal. El lema de esas personas es: “Una vez salvo, siempre salvo”. Pero ¿realmente dicen eso las Escrituras? Para contestar esa pregunta tenemos que examinar todo lo que la Biblia dice sobre el asunto. No quisiéramos ‘engañarnos a nosotros mismos con razonamiento falso’ por leer solo partes escogidas de la Palabra de Dios.
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