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¿Por qué permite Dios el sufrimiento?¡Despertad! 1986 | 22 de febrero
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Por qué no cortó Jehová de raíz la rebelión destruyendo a Satanás en el Edén? Siendo el Todopoderoso, ciertamente tenía el poder para hacerlo. Sin embargo, lo que Satanás desafió no fue su poder, sino su manera de ejercerlo. Al argüir contra la ley que Dios había dictaminado, Satanás de hecho afirmaba que el modo de gobernar de Dios era incorrecto y no beneficiaba a sus criaturas. También arguyó que si al hombre se le sometía a prueba no permanecería leal a Dios. (Job, capítulos 1 y 2.) ¿Cómo se haría frente a este desafío y se resolvería de una vez por todas?
Tal vez podamos comparar la manera de Dios tratar a la humanidad desobediente con la parábola de Jesús sobre el hijo pródigo o despilfarrador. Jesús habló de un hombre que tenía dos hijos, el menor de los cuales reclamó su parte correspondiente de la herencia mientras su padre aún vivía. Él quería ser independiente, marcharse de casa y demostrar que podía arreglárselas por sí solo. El padre pudo haber tomado medidas inmediatas, denegando primero la petición del hijo y encerrándolo luego en una habitación, de modo que no pudiese escapar. ¿Habría servido de algo esta medida? No, porque el hijo hubiese permanecido en contra de su voluntad. Además, se le hubiese privado del ejercicio de su libre albedrío. Entonces, ¿qué hizo el padre?
Jesús explicó: “Él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino”. Las cosas le fueron tan mal a este joven judío, que tuvo que alquilar sus servicios como ‘apacentador de puercos’. Aunque había comida para los cerdos, no había comida para él. Entonces, según explicó Jesús: “Entrando en sí mismo, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!’”. Y ahora, ¿qué hizo? Decidió regresar a su casa arrepentido y acogerse a la misericordia de su padre. (Lucas 15:11-32, Biblia de Jerusalén.)
¿Qué necesitó este joven judío para recobrar el juicio? Tiempo y experiencia. El padre no procedió drásticamente con él, sino que le concedió tiempo para que él se diera cuenta de la insensatez de su proceder. Es cierto que el muchacho sufrió una experiencia dolorosa, pero recobró el juicio.
Se ha establecido un precedente
De manera semejante al hijo de esta parábola, nuestros primeros padres escogieron independizarse de Dios. Naturalmente, a diferencia del hijo pródigo, Adán y Eva nunca regresaron a su Padre, pero a causa de su proceder rebelde la humanidad fue enfrentada a una cuestión que solo podía resolverse —ante los ojos de criaturas inteligentes visibles e invisibles— permitiendo que transcurriera un tiempo determinado. Hoy, después de 6.000 años de independencia de Dios y de su gobernación, ¿qué se ha demostrado? En palabras del profeta Jeremías: “Bien sé yo, oh Jehová, que al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso”. (Jeremías 10:23.) La historia humana ha demostrado que “el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”. Como en el caso del hijo pródigo, muchas personas que han aprendido esta lección se han vuelto a su Padre celestial en busca de su dirección, demostrando así que Satanás es un mentiroso al afirmar que él puede hacer que toda persona se vuelva de servir a Dios. (Eclesiastés 8:9.)
Pronto Jehová procederá contra el impenitente Satanás y quienes lo respaldan en su proceder de independencia, poniendo así fin a la rebelión y a todas sus consecuencias. Ha transcurrido suficiente tiempo como para que se establezca un precedente para todas las generaciones futuras. Sobre la base de este precedente, no será necesario que Jehová permita en el futuro una nueva rebelión, sea en una esfera visible o invisible. El tiempo y la experiencia han demostrado que ni Satanás ni el hombre, separados de Dios, pueden ejercer la gobernación de una manera justa. (Revelación 16:14-16; 20:1-3.)
Mientras tanto, la humanidad ha tenido que soportar sufrimientos inmensos y, frecuentemente, muerte prematura. Pero, en contrapartida, Jehová ha prometido una compensación por esto. ¿Cómo? El apóstol Pablo dijo: “Tengo esperanza en cuanto a Dios [...] de que va a haber resurrección así de justos como de injustos”. (Hechos 24:15.) La resurrección de los muertos, a fin de que reciban una oportunidad de alcanzar vida perfecta sobre la Tierra, constituirá un acto supremo de misericordia. De esa manera, toda persona estará en posición de demostrar su aprecio por el don de la vida verdadera.
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¿Por qué permite Dios el sufrimiento?¡Despertad! 1986 | 22 de febrero
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El registro bíblico de la historia primitiva muestra que el hombre no fue la primera creación inteligente con libre albedrío y facultad para elegir. Tampoco fue el primero y ni siquiera ‘único en capacidad para la maldad’. Ya existía una forma de vida más elevada: “los que tienen parecido a Dios”, criaturas espíritu a las que también se llama ángeles. (Salmo 8:5.)
Uno de “los que tienen parecido a Dios”, criaturas cuya cantidad rebasa los millones, vio la oportunidad de convertirse en un verdadero dios-gobernante sobre la primera pareja humana, en lugar de su Creador, Jehová. Ejerciendo su libre albedrío, mintió deliberadamente a la mujer para inducirla a desobedecer a Dios e inducir, valiéndose de ella, también a su esposo. Insinuó que Dios era un mentiroso y un engañador. Le dijo a la mujer que si pensaba y actuaba con independencia de Dios no moriría, como Dios había dicho, al contrario: “Tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. (Génesis 3:1-5.)
Por su proceder, esta criatura ‘parecida a Dios’ dio comienzo a una rebelión contra la gobernación de Dios... una rebelión que fue presenciada por millones de ángeles. De esta manera, el derecho a ejercer la soberanía se convirtió en una cuestión de importancia universal. Ese ángel opositor se constituyó en adversario de Dios, término que se traduce del hebreo por “Satanás”. Al poner en tela de juicio la veracidad de Dios, Satanás también se convirtió en el primer calumniador, expresión que se traduce del griego por “Diablo”. Esta primera rebelión desencadenó la serie de acontecimientos que ha conducido a los sufrimientos de la humanidad.
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