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¿Intervienen fuerzas malignas en el mundo actual?La Atalaya 2002 | 15 de octubre
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¿Intervienen fuerzas malignas en el mundo actual?
“El mundo es presa del vértigo, como si hubiera fuerzas ocultas que se dedicaran concienzudamente a bloquear todas las salidas de emergencia.”—Jean-Claude Souléry, periodista.
‘La impotencia que siente el ciudadano tiende a generar la sensación de que el mal está obrando con toda su energía.’—Josef Barton, historiador.
LOS espantosos atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 hicieron pensar a muchos. Michael Prowse señaló lo siguiente en un artículo publicado en el periódico inglés Financial Times: “Una actuación tan bárbara sería inconcebible, sí, imposible, entre los propios animales”. Y un editorial del diario The New York Times señaló que aparte de analizar la planificación del ataque, “es igual de importante meditar sobre la intensidad del odio que se requirió para ejecutarlo. Es un odio que sobrepasa el que se observa en la guerra convencional, y que no conoce límites ni acepta acuerdo alguno”.
Personas de ideologías muy diversas se han planteado la posibilidad de que haya alguna fuerza maléfica actuando en el mundo. Un empresario de Sarajevo que presenció las atrocidades desencadenadas por el odio étnico en Bosnia declaró: “Después de un año de guerra en Bosnia, creo que Satanás es quien mueve los hilos. Vivimos una verdadera locura”.
Al preguntársele si creía en el Demonio, el historiador Jean Delumeau respondió: “Cómo podría yo negar el poder del mal cuando veo lo que ocurre y ha ocurrido desde el día que nací: la segunda guerra mundial, con sus más de cuarenta millones de víctimas; Auschwitz y los campos de la muerte; el genocidio camboyano; la sangrienta tiranía del régimen de Ceauşescu; la tortura convertida en sistema de gobierno en casi todo el planeta... La lista de horrores es interminable. [...] Creo, por tanto, que tenemos razones para calificar estos actos de ‘diabólicos’. No porque hayan sido inspirados por un Diablo con cuernos y pezuñas, sino por un Diablo que simboliza el espíritu y el poder del mal que obra en este mundo”.
Al igual que Jean Delumeau, son muchos los que califican de “diabólicos” los terribles dramas de la sociedad actual, comenzando por el núcleo familiar y terminando por la escena internacional. Pero ¿qué se desprende de lo anterior? ¿Deben atribuirse tales horrores a alguna fuerza del mal abstracta, o habrá fuerzas maléficas de carácter personal que inciten al ser humano a perpetrar monstruosidades mucho peores que las malas acciones que comete habitualmente el hombre? ¿Contarán estas fuerzas con un malvado comandante llamado Satanás?
[Reconocimiento de la página 3]
Niños: U.S. Coast Guard photo
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Satanás: ¿personaje mítico, o siniestra realidad?La Atalaya 2002 | 15 de octubre
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Satanás: ¿personaje mítico, o siniestra realidad?
DESDE los tiempos más remotos, el origen del mal inquieta a las personas reflexivas. La obra A Dictionary of the Bible, de James Hastings, señala: “Tan pronto como adquirió conciencia de sí y de su entorno, el hombre se vio ante fuerzas que era incapaz de controlar, y que ejercían una influencia funesta y hasta destructiva”. El citado diccionario agrega: “En fecha temprana, la humanidad buscó instintivamente las causas, y atribuyó un carácter personal a las fuerzas y otras manifestaciones de la naturaleza”.
Según los historiadores, la creencia en dioses demoníacos y espíritus malignos se remonta a las etapas más antiguas de la historia mesopotámica. Así, los babilonios creían en un mundo subterráneo, la “tierra sin retorno”, presidido por Nergal, violenta divinidad conocida como “el que arde”; también vivían en temor de los demonios, a quienes procuraban apaciguar con encantamientos. Por otro lado, en la mitología egipcia, Set era el dios del mal, “representado con los rasgos de una bestia fabulosa de hocico delgado y curvo, orejas rectas y cuadradas, y cola rígida bifurcada” (Larousse Encyclopedia of Mythology).
En el caso de los griegos y romanos, creían tanto en deidades benévolas como maléficas, pero no en un dios predominantemente malo. Sus filósofos enseñaban que había dos principios opuestos. Para Empédocles, se trataban del Amor y la Discordia, y según Platón, el mundo poseía dos “Almas”: una de ellas era la causa del bien, y la otra, la del mal. En efecto, como señala Georges Minois en su libro Breve historia del Diablo, “la religión pagana clásica [grecorromana] ignora al diablo”.
En Irán, el mazdeísmo (o zoroastrismo) enseñaba que la deidad suprema, llamada Ahura Mazda u Ormuz, creó a Angra Mainyu, o Ahrimán, quien optó por obrar mal y de este modo se convirtió en el Aniquilador, el Espíritu Destructivo.
En el judaísmo, el concepto original de Satanás es bastante sencillo: se trata del adversario de Dios que introdujo el pecado. Sin embargo, el paso de los siglos coloreó con ideas paganas dicho concepto. La Encyclopaedia Judaica afirma al respecto: “Para los últimos siglos anteriores a la era común se había producido un gran cambio [...]. Durante dicho período, la religión [judía] [...] adquirió muchos aspectos de un sistema dualista en el que Dios y las fuerzas del bien y de la verdad se enfrentaban, tanto en el cielo como en la tierra, a las poderosas fuerzas del mal y del engaño. Este cambio parece deberse a la influencia de la religión persa”. The Concise Jewish Encyclopedia declara: “La protección contra los d[emonios] se obtenía mediante la observancia de los mandamientos y el empleo de amuletos”.
La teología del cristianismo apóstata
Tal como el judaísmo adoptó conceptos sobre los demonios y Satanás ajenos a las Escrituras, los cristianos apóstatas desarrollaron ideas antibíblicas. The Anchor Bible Dictionary afirma: “Una de las nociones teológicas más extremistas de la antigüedad es que Dios redimió a su pueblo pagándole a Satanás para liberarlo”. Esta doctrina la propuso Ireneo (siglo II E.C.) y la elaboró Orígenes (siglo III E.C.), quien afirmó que el Maligno “había adquirido derechos legales sobre los hombres” y que “la muerte de Cristo [...] era un rescate pagado al diablo” (History of Dogma, de Adolf Harnack).
Según The Catholic Encyclopedia, “durante unos mil años [la doctrina de que el rescate se pagó al Diablo] fue parte importante de la historia de la teología” y se mantuvo como enseñanza eclesiástica. Otros Padres de la Iglesia, entre ellos Agustín (siglos IV y V E.C.), abrazaron la idea de que el pago se había hecho a Satanás. Finalmente, en el siglo XII, los teólogos católicos Anselmo y Abelardo llegaron a la conclusión de que el sacrificio de Cristo no se ofreció al Diablo, sino a Dios.
Supersticiones medievales
Aunque la mayoría de los concilios católicos curiosamente guardaron silencio sobre la figura de Satanás, en el año 1215, el cuarto Concilio de Letrán presentó lo que la New Catholic Encyclopedia denomina “solemne profesión de fe”. El canon 1 proclama: “El diablo y demás demonios, por Dios ciertamente fueron creados buenos por naturaleza; mas ellos, por sí mismos, se hicieron malos”. Luego añade que su ocupación es tentar a la humanidad, idea que obsesionó a muchas mentes durante la Edad Media. En efecto, el Maligno estaba siempre detrás de lo que parecía extraño, fueran enfermedades inexplicables, muertes súbitas o malas cosechas. En el año 1233, el papa Gregorio IX emitió varias bulas en las que condenaba a los herejes, una de ellas dirigida contra los luciferianos, acusados de adorar al Diablo.
La creencia de que Satanás o sus demonios podían poseer a las personas no tardó en suscitar paranoia colectiva, sí, miedo histérico a todo tipo de hechicería. Entre los siglos XIII y XVII, el temor a las brujas embargó a Europa entera y alcanzó a las colonias europeas de Norteamérica. Hasta los reformadores protestantes Martín Lutero y Juan Calvino aprobaron la caza de brujas. En Europa, los procesos contra ellas, basados en simples rumores o incluso en denuncias maliciosas, los llevaron a cabo tanto los tribunales civiles como la Inquisición. A menudo se recurría a la tortura para arrancar confesiones de “culpabilidad”.
Si el tribunal declaraba culpable a la acusada, podía condenársela a morir en la hoguera o, en Inglaterra y Escocia, en la horca. The World Book Encyclopedia aporta estos datos: “Según diversos historiadores, entre 1484 y 1782, la Iglesia ejecutó a 300.000 mujeres acusadas de brujería”. En el caso de que Satanás hubiera estado detrás de esta tragedia medieval, ¿quiénes habrían sido sus agentes? ¿Las víctimas, o los fanáticos perseguidores religiosos?
Creencia e incredulidad actuales
En el siglo XVIII floreció el pensamiento racionalista, la llamada Ilustración. “La filosofía y la teología ilustradas procuraron eliminar de la conciencia cristiana la figura del diablo por considerarla producto de la fantasía mítica medieval”, indica la Encyclopædia Britannica. Ante tales tentativas, la Iglesia Católica reaccionó reafirmando en el Concilio Vaticano I (1869-1870) que creía en la existencia de Satanás, y reiterando esta postura un tanto tímidamente en el Concilio Vaticano II (1962-1965).
Como reconoce la New Catholic Encyclopedia, oficialmente “la lglesia respalda la creencia en los ángeles y los demonios”. Sin embargo, el diccionario católico francés Théo admite que “muchos cristianos actuales rehúsan explicar la existencia del mal en el mundo mediante el diablo”. En los últimos años, muchos teólogos católicos han tratado de mantener un precario equilibrio entre la doctrina oficial católica y el pensamiento moderno. “La teología cristiana liberal —señala la Encyclopædia Britannica— tiende a tratar las expresiones bíblicas sobre Satanás como ‘imágenes literarias’ que no han de tomarse al pie de la letra, sino como un intento mítico de expresar la realidad y el alcance del mal en el universo.” En cuanto a los evangélicos, la citada obra de consulta hace esta indicación: “El protestantismo liberal de nuestros tiempos tiende a negar la necesidad de creer en un diablo con personalidad real”. Ahora bien, ¿deberían los cristianos verdaderos considerar que las afirmaciones de la Biblia referentes a esta perversa criatura no son más que “imágenes literarias”?
La enseñanza de las Escrituras
La filosofía y la teología del hombre no ofrecen explicaciones del origen del mal que superen a las de la Biblia. Lo que esta dice sobre Satanás es esencial para comprender el origen del mal y del sufrimiento de la humanidad, así como la razón por la que la violencia se recrudece de año en año.
Habrá quien pregunte: “Si el Creador es bueno y amoroso, ¿cómo pudo hacer a un espíritu perverso como Satanás?”. Las Escrituras establecen el principio de que las obras de Jehová Dios son perfectas y que sus criaturas inteligentes están dotadas de libre albedrío (Deuteronomio 30:19; 32:4; Josué 24:15; 1 Reyes 18:21). Por lo tanto, el espíritu que se convirtió en Satanás tiene que haber sido creado perfecto y luego, por voluntad propia, haberse desviado de la senda de la verdad y la justicia (Juan 8:44; Santiago 1:14, 15).
En muchos aspectos, su actuación rebelde recuerda a la del “rey de Tiro”, de quien se dijo poéticamente que era “perfecto en hermosura” y “exento de falta en [sus] caminos desde el día en que [fue] creado hasta que se halló injusticia” en él (Ezequiel 28:11-19). El Diablo no puso en tela de juicio la supremacía de Jehová ni su posición como Creador. ¿Cómo iba a hacerlo si él era una creación de Dios? Pero sí cuestionó el ejercicio de la soberanía divina. En el jardín de Edén, insinuó que el Altísimo privaba a nuestros primeros padres de un derecho imprescindible para su felicidad (Génesis 3:1-5). Logró que Adán y Eva se rebelaran contra la justa soberanía divina y que se acarrearan el pecado y la muerte para sí y para sus descendientes (Génesis 3:6-19; Romanos 5:12). Así pues, la Biblia indica que Satanás es la causa del sufrimiento que padece la humanidad.
Durante la etapa antediluviana, algunos ángeles secundaron la rebelión satánica. Se materializaron en cuerpos humanos para satisfacer sus deseos eróticos con las hijas de los hombres (Génesis 6:1-4). Cuando llegó el Diluvio, aquellos renegados regresaron al mundo espiritual, si bien no recobraron la “posición original” que ocupaban junto a Dios en el cielo (Judas 6). Sufrieron la degradación de ser confinados a una condición de densa oscuridad espiritual (1 Pedro 3:19, 20; 2 Pedro 2:4). Se convirtieron en demonios, seres que dejaron de someterse a la soberanía de Jehová y aceptaron la dirección del Diablo. Aunque por lo visto perdieron la facultad de materializarse, aún ejercen una poderosa influencia en la mente y en la vida de los seres humanos, y son sin duda culpables de buena parte de los actos violentos que vemos hoy día (Mateo 12:43-45; Lucas 8:27-33).
Se acerca el fin del dominio satánico
Es patente que en la sociedad actual intervienen las fuerzas del mal, como bien indicó el apóstol Juan: “El mundo entero yace en el poder del inicuo” (1 Juan 5:19).
No obstante, las profecías bíblicas ya cumplidas muestran que el Diablo está avivando los males de este mundo porque sabe que solo le queda “un corto espacio de tiempo” para sembrar el caos antes de ser encerrado (Revelación [Apocalipsis] 12:7-12; 20:1-3). El fin de su dominio dará paso a un nuevo mundo de justicia donde no “existirá ya más” llanto, dolor ni muerte. Entonces se cumplirá esta petición: “Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Revelación 21:1-4; Mateo 6:10, Serafín de Ausejo, 1964).
[Ilustraciones de la página 4]
Los babilonios creían en una violenta deidad llamada Nergal (extremo izquierdo); Platón (izquierda) creía en la existencia de dos “Almas” opuestas
[Reconocimientos]
Cilindro: Musée du Louvre (París [Francia]); Platón: Museo Arqueológico Nacional (Atenas [Grecia])
[Ilustraciones de la página 5]
Ireneo, Orígenes y Agustín enseñaron que el rescate se pagó al Diablo
[Reconocimientos]
Orígenes: Culver Pictures; Agustín: del libro Great Men and Famous Women
[Ilustración de la página 6]
El miedo a las brujas condujo a la ejecución de centenares de miles de víctimas
[Reconocimiento]
Del libro Bildersaal deutscher Geschichte
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“Opónganse al Diablo”La Atalaya 2002 | 15 de octubre
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“Opónganse al Diablo”
“Opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes.” (SANTIAGO 4:7.)
1. ¿Qué puede decirse del mundo actual, y por qué no deben bajar la guardia ni los ungidos ni sus compañeros?
“DIOS ha desaparecido, pero el Diablo sigue ahí.” Estas palabras del escritor francés André Malraux bien podrían aplicarse al mundo en que vivimos, pues las obras de los hombres ciertamente parecen estar más acordes con los ardides del Diablo que con la voluntad de Dios. Satanás está extraviando a la humanidad “con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos, y con todo engaño injusto para los que están pereciendo” (2 Tesalonicenses 2:9, 10). Sin embargo, en estos “últimos días”, Satanás concentra sus esfuerzos en los siervos dedicados de Dios y guerrea contra los cristianos ungidos, “los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar testimonio de Jesús” (2 Timoteo 3:1; Revelación [Apocalipsis] 12:9, 17). Ni estos Testigos ungidos ni sus compañeros con esperanza terrenal deben bajar la guardia.
2. ¿Cómo sedujo Satanás a Eva, y qué temor expresó el apóstol Pablo?
2 Satanás es un completo mentiroso. Valiéndose de una serpiente, embaucó a Eva y le hizo pensar que sería más feliz si se independizaba de Dios (Génesis 3:1-6). Cuatro mil años más tarde, el apóstol Pablo expresó su temor de que los cristianos ungidos de Corinto fueran víctimas de las artimañas del Diablo: “Tengo miedo de que de algún modo, así como la serpiente sedujo a Eva por su astucia, las mentes de ustedes sean corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad que se deben al Cristo” (2 Corintios 11:3). Satanás corrompe la mente de las personas y distorsiona su forma de pensar. Tal como sedujo a Eva, puede inducir al cristiano a engañarse a sí mismo creyendo que su felicidad depende de algo que Jehová y su Hijo condenan.
3. ¿Qué protección contra el Diablo proporciona Jehová?
3 Satanás actúa como un pajarero que coloca trampas para atrapar a las aves desprevenidas. Si no queremos caer en ellas, tenemos que ‘morar en el lugar secreto del Altísimo’, un refugio figurado que Jehová proporciona a quienes reconocen su soberanía universal y lo demuestran en su vida (Salmo 91:1-3). Para “estar firmes contra las maquinaciones del Diablo”, necesitamos toda la protección que Dios da mediante su Palabra, su espíritu y su organización (Efesios 6:11). El término griego que se traduce “maquinaciones” también puede verterse “artimañas” o “ardides”. Sin duda alguna, el Diablo emplea muchos ardides y artimañas para tender un lazo a los siervos de Jehová.
Trampas que Satanás tendió a los primeros cristianos
4. ¿Cómo era el mundo en que vivieron los primeros cristianos?
4 Los cristianos de los siglos primero y segundo de la era común vivieron en la época de máximo esplendor del Imperio romano. La pax romana fomentó el comercio y produjo prosperidad, la cual concedió mucho tiempo libre a la clase dominante. Los gobernantes se encargaron de facilitar diversiones en abundancia a las masas a fin de que no se rebelaran. Hasta hubo períodos en que los días festivos eran tantos como los laborables. Los dirigentes usaban fondos públicos para dar pan y espectáculos al pueblo, y así les llenaban el estómago y les distraían la mente.
5, 6. a) ¿Por qué no era apropiado para los cristianos frecuentar los teatros y anfiteatros romanos? b) ¿Qué artimaña empleó Satanás, y cómo podían los cristianos protegerse de ella?
5 ¿Representaba esta situación un peligro para los primeros cristianos? A juzgar por las advertencias de escritores posteriores a los apóstoles, como Tertuliano, casi todas las diversiones de aquel tiempo atentaban contra la espiritualidad y la moral de los cristianos verdaderos. Para empezar, la mayoría de las fiestas y juegos públicos se celebraban en honor de dioses paganos (2 Corintios 6:14-18). En los teatros, hasta las obras clásicas eran en muchos casos escandalosamente inmorales o sanguinarias. Con el tiempo, la afición del público por los clásicos decayó, y estos fueron reemplazados por pantomimas obscenas. En su libro La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio, el historiador Jérôme Carcopino señala que en aquellas obras las “actrices [...] acostumbraban a desnudarse de la cabeza a los pies”. Además, “la sangre terminaba brotando a borbotones”. El escritor explica que “las masas de la [ciudad] cedieron ante estos espectáculos absolutamente pervertidos, quizá porque, después de años de abyectas matanzas en el anfiteatro, los sentimientos estaban envilecidos y los instintos se habían desviado” (Mateo 5:27, 28).
6 En los anfiteatros, los gladiadores peleaban a muerte entre sí o con animales salvajes. A los condenados se les arrojaba a las fieras, y lo mismo terminó por hacerse con muchos cristianos. Ya en aquel entonces, la artimaña de Satanás consistió en atenuar la repugnancia natural que inspiran la inmoralidad y la violencia, hasta que estas cosas se volvieron tan comunes, que el populacho las demandaba. La única forma de no caer en la trampa era manteniéndose alejado de los teatros y anfiteatros (1 Corintios 15:32, 33).
7, 8. a) ¿Por qué era imprudente que el cristiano asistiera a carreras de cuadrigas? b) ¿Cómo podía Satanás convertir los baños romanos en una trampa para los cristianos?
7 Las carreras de cuadrigas (carros) que se disputaban en los monumentales estadios de forma alargada llamados circos eran sin duda muy emocionantes, pero inaceptables para los cristianos debido a que las multitudes solían ponerse violentas. Según cierto escritor del siglo III E.C., algunos espectadores se enzarzaban en peleas, y Carcopino dice que bajo las arcadas de los circos “atendían al público [...] astrólogos y prostitutas”. Es evidente que estos edificios no eran lugar para los cristianos (1 Corintios 6:9, 10).
8 ¿Y qué puede decirse de los famosos baños romanos? Está claro que no había nada malo en bañarse con fines higiénicos, pero muchos de aquellos lugares eran establecimientos enormes con salas de masajes, gimnasios, salones de apuestas y sitios donde comer y beber. Aunque, en teoría, cada sexo usaba los baños a distintas horas, a menudo se permitía que hombres y mujeres se bañaran juntos. Clemente de Alejandría escribió: “Los baños están abiertos indistintamente para los varones y para las mujeres, y allí se desnudan con intención lasciva”. De ese modo, Satanás bien podía convertir una institución legítima en una trampa para los cristianos. La prudencia dictaba no acudir a tales establecimientos.
9. ¿Qué lazos tenían que evitar los primeros cristianos?
9 Los juegos de azar eran uno de los pasatiempos favoritos cuando el Imperio romano se hallaba en su cúspide. Los primeros cristianos podían evitar las apuestas que generaban las carreras de cuadrigas si sencillamente se mantenían alejados de los circos. Las trastiendas de posadas y tabernas también eran escenario de apuestas, aunque de menor cuantía e ilegales. Los jugadores apostaban a que el número de piedrecitas o huesos que uno de ellos tenía en la mano fuera par o impar. El juego aportaba un aliciente a sus vidas, pues alentaba la esperanza de ganar dinero fácil (Efesios 5:5). Además, las taberneras solían ser prostitutas, de modo que a la lista de peligros se añadía el de la inmoralidad sexual. Estos eran algunos de los lazos que Satanás tendía a los cristianos que vivían en las ciudades del Imperio romano. ¿Son muy diferentes las condiciones hoy día?
Lazos que Satanás tiende hoy
10. ¿Cómo se asemejan las condiciones actuales a las que reinaban en el Imperio romano?
10 En esencia, los ardides del Diablo no han cambiado con el transcurso de los siglos. El apóstol Pablo aconsejó con firmeza a los cristianos que residían en la corrupta ciudad de Corinto a fin de que no fueran “alcanzados por Satanás”. Les dijo: “No estamos en ignorancia de sus designios” (2 Corintios 2:11). En muchos países desarrollados de hoy, la situación es similar a la que reinaba en el apogeo del Imperio romano. En general se dispone de más tiempo libre que nunca antes. Las loterías estatales llevan un rayo de esperanza incluso a los pobres. Hay mucho entretenimiento barato con el cual mantener ocupada la mente de las masas. En los abarrotados estadios deportivos corren las apuestas, la multitud a veces se pone violenta, y a menudo también los jugadores. La música degradante satura los oídos de la gente, mientras que espectáculos lascivos inundan los teatros, el cine y la televisión. En algunos países se han popularizado los baños mixtos en saunas y balnearios, por no hablar de las playas nudistas. Tal como en los primeros siglos del cristianismo, Satanás intenta atraer a los siervos de Dios mediante diversiones mundanas.
11. ¿A qué lazos podría exponer al cristiano el deseo de despejarse y relajarse?
11 En este mundo plagado de tensiones, es normal sentir la necesidad de despejarse o de salir de la rutina. No obstante, así como los baños romanos tenían aspectos que suponían un peligro para los primeros cristianos, también algunos establecimientos de vacaciones y centros turísticos han resultado ser una trampa mediante la que Satanás ha inducido a cristianos de nuestros días a cometer actos inmorales y beber en exceso. Pablo escribió a los cristianos de Corinto: “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles. Despierten de manera justa al estado sobrio y no practiquen el pecado, porque algunos no tienen conocimiento de Dios” (1 Corintios 15:33, 34).
12. ¿Cuáles son algunos ardides que Satanás emplea para tender un lazo a los siervos de Jehová de la actualidad?
12 Ya hemos visto en el caso de Eva cómo Satanás recurrió a la astucia para corromper su modo de pensar (2 Corintios 11:3). Hoy, uno de los lazos del Diablo consiste en hacer que los cristianos piensen que si hacen todo lo posible por demostrar que los testigos de Jehová son como las demás personas, lograrán atraer a algunos a la verdad cristiana. Hay quienes han ido demasiado lejos, y ha ocurrido lo contrario (Ageo 2:12-14). Otra de las artimañas de Satanás es incitar a cristianos dedicados, tanto jóvenes como adultos, a llevar una doble vida y ‘contristar el espíritu santo de Dios’ (Efesios 4:30). Algunos han caído en esta trampa por culpa del mal uso de Internet.
13. ¿Qué otro ardid del Diablo se nos presenta con un disfraz, y qué consejo de Proverbios es oportuno al respecto?
13 Otro lazo del Diablo es el ocultismo disfrazado. Ningún cristiano verdadero jugaría adrede con el satanismo o el espiritismo, pero algunos bajan la guardia inadvertidamente con las películas, las series televisivas, los videojuegos y hasta los libros y cómics infantiles que resaltan la violencia o las prácticas de magia. Debemos mantenernos a distancia de cualquier cosa que huela a ocultismo. El proverbio dice sabiamente: “Espinas y trampas hay en el camino del torcido; el que está guardando su alma se mantiene alejado de ellas” (Proverbios 22:5). Dado que Satanás es “el dios de este sistema de cosas”, todo lo que goce de gran popularidad pudiera ocultar una de sus trampas (2 Corintios 4:4; 1 Juan 2:15, 16).
Jesús se opuso al Diablo
14. ¿Cómo resistió Jesús la primera tentación del Diablo?
14 Jesús dio un magnífico ejemplo de cómo oponerse al Diablo y ponerlo en fuga. Después de bautizarse y de ayunar durante cuarenta días, fue tentado por Satanás (Mateo 4:1-11). En su primera tentación, este trató de aprovecharse del hambre que Jesús naturalmente sentía después de tanto tiempo sin comer, y lo invitó a efectuar su primer milagro para satisfacer una necesidad física. Citando de Deuteronomio 8:3, Jesús se negó a usar sus poderes de forma egoísta y puso el alimento espiritual por encima del material.
15. a) ¿Qué deseo natural usó Satanás para tentar a Jesús? b) ¿Cuál es una de las principales maquinaciones del Diablo contra los siervos de Dios hoy día, y cómo podemos oponernos a él?
15 Respecto a esta tentación, es de interés que el Diablo no procurara que Jesús cometiera un pecado de índole sexual. Parece que, en aquella ocasión, el anhelo natural provocado por el hambre era el deseo físico más intenso que podía usar para tentar a Jesús. ¿Qué tentaciones emplea hoy para atraer a los siervos de Dios? Son muchas y muy variadas, pero las relacionadas con el sexo constituyen una de sus principales maquinaciones para quebrantar la integridad de quienes adoran a Jehová. Si imitamos a Jesús, lograremos oponernos al Diablo y resistir las tentaciones. Tal como Jesús frustró los intentos de Satanás citando apropiadamente de las Escrituras, nosotros podemos mantenernos firmes recordando textos como Génesis 39:9 y 1 Corintios 6:18.
16. a) ¿Cómo tentó Satanás a Jesús por segunda vez? b) ¿De qué maneras podría tratar de tentarnos Satanás de modo que sometamos a Jehová a prueba?
16 Acto seguido, el Diablo retó a Jesús a arrojarse desde la muralla del templo y someter a prueba la capacidad de Dios para protegerle mediante Sus ángeles. Jesús citó de Deuteronomio 6:16 y se negó a poner a prueba a su Padre. Quizá Satanás no nos diga que saltemos desde el almenaje de un templo, pero sí podría inducirnos a someter a prueba a Jehová. ¿Sentimos la tentación de ver hasta dónde podemos seguir las modas del mundo en nuestro modo de vestir y arreglarnos sin que nadie nos aconseje al respecto? ¿Nos atrae el entretenimiento cuestionable? En ese caso, tal vez estaríamos poniendo a prueba a Jehová. Si tenemos tales inclinaciones, Satanás no huirá de nosotros, sino que permanecerá a nuestro lado tratando una y otra vez de que nos pongamos de su parte.
17. a) ¿Cómo tentó el Diablo a Jesús por tercera vez? b) ¿Cómo pueden cumplirse en nuestro caso las palabras de Santiago 4:7?
17 Cuando Satanás ofreció a Jesús todos los reinos del mundo a cambio de un solo acto de adoración, Jesús de nuevo se opuso a él citando de las Escrituras, totalmente resuelto a dar devoción exclusiva a su Padre (Deuteronomio 5:9; 6:13; 10:20). Puede que el Diablo no nos ofrezca los reinos del mundo, pero continuamente nos tienta con el atrayente resplandor del materialismo, incluso con la visión de un pequeño reino personal. ¿Reaccionamos tal como Jesús y damos a Jehová nuestra devoción exclusiva? Si así lo hacemos, nos sucederá lo mismo que a Jesús. El relato de Mateo pasa a decir: “Entonces el Diablo lo dejó” (Mateo 4:11). En efecto, Satanás nos dejará si nos oponemos firmemente a él recordando principios bíblicos oportunos y poniéndolos en práctica. El discípulo Santiago escribió: “Opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes” (Santiago 4:7). En una carta dirigida a la sucursal de los testigos de Jehová de Francia, cierto cristiano expresó: “Satanás es muy astuto. A pesar de mis mejores intenciones, siempre me resulta difícil dominar mis sentimientos y deseos. Sin embargo, con valor, paciencia y, sobre todo, con la ayuda de Jehová, he logrado mantenerme íntegro y aferrarme a la verdad”.
Completamente equipados para oponernos al Diablo
18. ¿Qué armadura espiritual nos equipa para oponernos al Diablo?
18 Jehová nos ha proporcionado una armadura espiritual completa que nos permite “estar firmes contra las maquinaciones del Diablo” (Efesios 6:11-18). El amor que sentimos por la verdad ceñirá nuestros lomos, es decir, nos preparará para la actividad cristiana. Nuestra resolución de atenernos a las justas normas de Jehová será como una coraza que nos protegerá el corazón. Si nos calzamos con las buenas nuevas, los pies nos llevarán a predicar con regularidad, lo cual fortalecerá y salvaguardará nuestra espiritualidad. Una fe fuerte será como un escudo grande que nos protegerá de “los proyectiles encendidos del inicuo”, sus astutos ataques y tentaciones. La confianza absoluta en el cumplimiento de las promesas de Jehová será como un yelmo que resguardará nuestro pensamiento y nos brindará tranquilidad mental (Filipenses 4:7). Si nos hacemos expertos en el manejo de la Palabra de Dios, esta será como una espada con la que podremos liberar a las personas de su esclavitud espiritual a Satanás y defendernos a nosotros mismos, tal como hizo Jesús cuando fue tentado.
19. Además de ‘oponernos al Diablo’, ¿qué es necesario?
19 Si seguimos llevando “la armadura completa que proviene de Dios” y oramos de continuo, podemos tener la seguridad de que Jehová nos protegerá cuando Satanás nos ataque (Juan 17:15; 1 Corintios 10:13). Sin embargo, Santiago mostró que no basta con ‘oponernos al Diablo’. Por encima de todo, debemos ‘sujetarnos a Dios’, quien se interesa por nosotros (Santiago 4:7, 8). En el siguiente artículo veremos cómo lograrlo.
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Jehová se interesa por nosotrosLa Atalaya 2002 | 15 de octubre
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1. ¿En qué importante aspecto son Jehová y Satanás polos opuestos?
JEHOVÁ y Satanás son dos polos opuestos. Toda persona que se sienta atraída hacia Jehová no puede sentir sino repulsión por el Diablo. A este contraste hace alusión una conocida obra de consulta. Con respecto a las actividades de Satanás descritas en el libro bíblico de Job, la Encyclopædia Britannica (1970) dice que estas ‘consisten en vagar por la Tierra en busca de obras o personas a las que criticar; por tanto, su función es opuesta a la función de los “ojos del Señor”, que recorren toda la Tierra alentando todo lo que es bueno (II Cró. XVI, 9). Satanás se burla con cinismo de la bondad altruista del ser humano, la cual Dios le permite someter a prueba bajo Su autoridad y control, y dentro de los límites que Él fija’. En efecto, el contraste es enorme (Job 1:6-12; 2:1-7).
2, 3. a) ¿Por qué lo que le sucedió a Job ilustra muy bien el significado de la palabra Diablo? b) ¿Cómo muestra la Biblia que Satanás sigue acusando a los siervos terrestres de Dios?
2 La palabra Diablo procede de un término griego que significa “acusador falso”, “calumniador”. El libro de Job revela que Satanás acusó al fiel Job de servir a Jehová por egoísmo al preguntar: “¿Ha temido Job a Dios por nada?” (Job 1:9). El relato del libro de Job muestra que a pesar de sus sufrimientos y pruebas, Job se acercó aún más a Jehová (Job 10:9, 12; 12:9, 10; 19:25; 27:5; 28:28). Después de su terrible experiencia le dijo a Dios: “De oídas he sabido de ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve” (Job 42:5).
3 ¿Ha dejado Satanás de acusar a los siervos fieles de Dios desde los días de Job? Ni mucho menos. El libro de Revelación muestra que en este tiempo del fin sigue acusando a los hermanos ungidos de Cristo y, sin la menor duda, también a sus fieles compañeros (2 Timoteo 3:12; Revelación 12:10, 17). Por tanto, es absolutamente imprescindible que todos los cristianos verdaderos nos sometamos a nuestro amoroso Dios Jehová, sirviéndole por el profundo amor que le tenemos. De ese modo demostraremos que la acusación de Satanás es falsa y regocijaremos el corazón de Jehová (Proverbios 27:11).
Jehová busca formas de ayudarnos
4, 5. a) A diferencia de Satanás, ¿qué busca Jehová en la Tierra? b) ¿Qué es necesario que hagamos para gozar del favor de Jehová?
4 El Diablo deambula por la Tierra procurando acusar y devorar a alguien (Job 1:7, 9; 1 Pedro 5:8). Jehová, en cambio, busca formas de ayudar a quienes necesitan Su fortaleza.
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