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  • Satanás... ¿existe?
    La Atalaya 1988 | 1 de septiembre
    • Satanás... ¿existe?

      ¿CREE usted en la existencia de Satanás? Si así es, parece que pertenece a una minoría que va desapareciendo. “Para los años ochenta se había dejado de creer en el Diablo, excepto entre los católicos conservadores, los carismáticos, los protestantes moderados, los miembros de las iglesias ortodoxas orientales y los musulmanes... y algunos practicantes del ocultismo.” Así declara el libro Mephistopheles—The Devil in the Modern World (Mefistófeles... el Diablo en el mundo moderno), por Jeffrey Burton Russell.

      Pero todavía hay quienes creen que Satanás existe. “El diablo todavía vive y está activo en el mundo”, dijo el papa Juan Pablo II en un discurso que pronunció hace poco en Italia.

      ¿Tiene razón el papa? Si así es, Satanás está en situación propicia para hacer lo que quiera en el mundo. Nadie se le va a oponer si no cree en su existencia. Por eso no es raro que el cardenal Ratzinger, que se destaca entre las autoridades del Vaticano sobre doctrina, declarara: “El diablo puede refugiarse en su elemento favorito, el anonimato”.

      ¿Existe en realidad Satanás? Si creemos en la Biblia, tenemos que contestar afirmativamente. A Satanás se le menciona muchas veces por nombre en las Escrituras inspiradas. Por ejemplo, Pablo, uno de los escritores de la Biblia, al advertir sobre “apóstoles falsos” y “obreros engañosos” que se habían infiltrado en la congregación cristiana, escribió: “Y no es maravilla, porque Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz”. Para Pablo, Satanás era un personaje inteligente y engañador. (2 Corintios 11:13, 14.)

      Entonces, ¿a qué se debe que la mayoría de la gente no tome en serio la existencia de Satanás hoy día? Esta situación probablemente refleja el espíritu de nuestra época. Puesto que vivimos en lo que algunos han llamado la era poscristiana, en muchas sociedades la fe religiosa ha sido reemplazada por el ateísmo, el hedonismo, el materialismo y el comunismo. Millones de personas ya no creen en Dios, pues no ven que Su existencia sea necesaria para sus filosofías personales. Y han descartado a Satanás junto con Dios. Personas religiosas de la cristiandad, aunque afirman que creen en Dios, tienden a pensar que es anticuado creer en Satanás en este siglo XX.

      Sin embargo, debe notarse que de ninguna manera es cosa nueva el rechazar a Dios. Unos 3.000 años atrás el poeta hebreo David escribió: “El insensato ha dicho en su corazón: ‘No hay Jehová’. Han obrado ruinosamente, han obrado detestablemente en su trato”. (Salmo 14:1; 53:1.) En otro lugar escribió: “El inicuo, conforme a su altanería, no hace investigación; todas sus ideas son: ‘No hay Dios’”. (Salmo 10:4.) Hasta en aquel tiempo la gente actuaba como si Dios no existiera. Y la conclusión lógica tiene que haber sido que, si no había Dios, no podía haber un Satanás.

      Algunos todavía creen

      Sin embargo, como ya hemos mencionado, algunos todavía creen que existe un Diablo literal. Hay quienes creen la enseñanza zoroástrica del dualismo, y dicen que el bien y el mal, Dios y el Diablo, tienen que haber existido lado a lado siempre. Otros hasta dicen que el bien y el mal son aspectos de la misma Divinidad. Y en la cristiandad y en el islam todavía hay muchas personas que creen que Satanás existe. Sí, para muchas de estas personas él todavía existe como una entidad espiritual alada, y con cuernos y cola, que supervisa el destino de las “almas inmortales” que son asignadas al “fuego del infierno”, algo muy parecido a lo que se pinta en las obras del famoso dibujante francés Gustave Doré.

      Algunos que creen en Satanás hasta van más allá. Lo adoran, sea invocándolo por nombre o mediante ritos satánicos o demoníacos. Por milenios la brujería y la hechicería se han identificado con la adoración de Satanás. Hasta en nuestra escéptica época moderna florece el satanismo. Por eso, antes de considerar lo que la Biblia dice sobre Satanás mismo, examinemos ciertos hechos sobre el satanismo moderno.

      [Ilustración en la página 3]

      Representación budista de un “infierno” satánico

  • La adoración de Satanás en nuestro tiempo
    La Atalaya 1988 | 1 de septiembre
    • La adoración de Satanás en nuestro tiempo

      NO HAY duda de que Satanás quiere que lo adoren. Cuando tentó a Jesús, le ofreció una enorme recompensa con una sola condición: “Si caes y me rindes un acto de adoración”. (Mateo 4:9.) Por supuesto, Jesús rehusó, pero no toda persona ha seguido su ejemplo. En nuestro mundo moderno la adoración de Satanás es común.

      Por ejemplo, en Canadá el periódico The Calgary Herald publicó una serie de artículos con el título: “Los discípulos del Diablo”. Este periódico citó el informe de un investigador policíaco que dijo: “Mediante entrevistas he aprendido que el satanismo no se limita a ningún grupo particular de la sociedad. El Servicio Policíaco de Calgary y la Real Policía Montada Canadiense han obtenido la información de que se cree que tan solo en Calgary hay 5.000 satanistas practicantes”.

      Otros informes de prensa muestran que el culto satánico brota en diversas formas por todos los Estados Unidos y Europa. Hasta la policía se interesa en el satanismo. ¿Por qué? Porque en muchos casos hallan conexión entre los crímenes y el culto que se da a Satanás. Recientemente, un detective policíaco dijo: “Estamos tratando con una religión, y con personas que creen en ella como otros creen en el cristianismo, el judaísmo o el islam. Lo que vemos no son crímenes como tales, sino crímenes que se cometen como parte de una religión”.

      Sobresalen como ejemplo de esto los asesinatos que cometió en California, allá en 1969, el grupo de Manson. Jeffrey Russell, profesor de historia, dijo: “Manson alegaba que era Cristo y Satanás a la vez. Al disponerse a matar a Sharon Tate, [...] Tex Watson, seguidor de Manson, anunció: ‘Yo soy el diablo; estoy aquí para hacer la obra del diablo’”. Pero el satanismo no se presenta siempre de manera tan clara.

      La brujería, el espiritismo y la hechicería

      La adoración de Satanás no se limita a adorarlo directamente por la invocación de su nombre. El apóstol Pablo advirtió: “Las cosas que las naciones sacrifican, a demonios las sacrifican”. (1 Corintios 10:20.) Y adorar a los demonios es realmente lo mismo que adorar a Satanás, pues a Satanás se le llama “gobernante de los demonios”. (Marcos 3:22.) ¿Qué prácticas de “las naciones” pueden identificarse como adoración demoníaca, o adoración de Satanás? Las palabras de Dios a Israel nos dan algunos ejemplos: “No debería hallarse en ti [...] nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová”. (Deuteronomio 18:10-12.)

      Así, se nos aconseja contra los sacrificios de sangre y la comunión espiritista que practican los sacerdotes del vudú en Brasil o los houngans y los mambos de Haití. Y se nos amonesta contra las prácticas muy similares de la santería, observada por algunos exiliados cubanos en los Estados Unidos. También se nos previene para que evitemos a los hechiceros que, para inspirar temor en los vivos, afirman que pueden comunicarse con las almas de los muertos. (Compárese con 1 Samuel 28:3-20.)

      En diferentes partes de África la brujería es común. Por ejemplo, en Sudáfrica los hechiceros ejercen gran poder, y la gente los toma muy en serio. ¡Recientemente la prensa informó que unas chusmas quemaron vivas a ciertas personas que supuestamente hicieron que un rayo cayera sobre otros aldeanos! Los hechiceros locales acusaron de estos actos “contranaturales” a unas víctimas inocentes y entonces las ataron a un árbol para quemarlas. Tal creencia en la hechicería o la magia es también adorar a los demonios.

      Sin embargo, la brujería no se practica únicamente en África. En 1985 el Tribunal de Distrito del Distrito Oriental de Virginia, E.U.A., otorgó a Herbert D. Dettmer, quien cumplía una sentencia en un centro correccional de Virginia, el derecho de conseguir ropa y artículos que le permitirían practicar su religión mientras estuviera en la cárcel. ¿Y cuál era su religión? Según el registro del tribunal, él era miembro de “la Iglesia de Wicca (o witchcraft, la brujería)”. Por consiguiente, Dettmer tenía el derecho legal de usar azufre, sal marina o sal sin yodo, velas, incienso, un despertador y una sotana blanca en su adoración.

      Sí, parece que en Occidente está bien difundida la brujería. El periódico británico Manchester Guardian Weekly informó: “Hace cinco años se creía que en Inglaterra había unas 60.000 brujas: hoy [1985] algunas brujas calculan que la cifra ha aumentado a 80.000. Prediction, una revista mensual de astrología y ocultismo, tiene una tirada de 32.000 ejemplares”.

      El satanismo y la música

      El profesor Russell, en su libro Mephistopheles—The Devil in the Modern World, menciona otra manera como se da adelanto a los propósitos de Satanás. Escribe: “El satanismo franco se desvaneció rápidamente después de los años setenta, pero los elementos del satanismo cultural continuaron en los años ochenta en forma de la música rock del tipo heavy metal, que a veces invoca por nombre al Diablo y muestra respeto considerable a los valores satánicos de la crueldad, las drogas, la fealdad, la depresión, la satisfacción inmoderada de los deseos, la violencia, el ruido y la confusión, junto con la infelicidad”. (Cursiva nuestra.)

      Puede que los músicos que incorporaron elementos del satanismo en sus composiciones no tuvieran verdaderas intenciones de hacerlo. Quizás simplemente trataban de escandalizar a otros o de parecer raros. No obstante, aquello afectó profundamente a individuos impresionables. El profesor Russell señala que “la constante propaganda semiseria a favor del mal ha tenido efectos de desintegración en las mentes tontas y débiles. Un resultado de esto ha sido un brote de crímenes que indican espantosa degeneración, entre ellos la violación de niños y la mutilación de animales”.

      Un caso reciente sorprendió a los neoyorquinos. Según un informe periodístico, un joven de 14 años de edad, “bajo la obsesión del satanismo”, mató a su madre a puñaladas y después cometió suicidio. Según informó la revista Maclean, un consejero familiar canadiense dijo que aumentan los adolescentes perturbados que confiesan que practican “el satanismo, muchas veces mientras usan drogas y oyen las variedades más opresivas de la música rock de tipo heavy metal”.

      No es manía pasajera

      En los Estados Unidos cunde ahora una novedad llamada channeling (canalización). La gente paga cientos de dólares por participar en sesiones en que un “canal”, es decir, una médium (estos canales por lo general son mujeres), alega que se comunica con el espíritu de alguien que ha muerto mucho tiempo atrás. Según un informe de prensa, en el caso de cierto canal las sesiones “se transmiten periódicamente por televisión vía satélite a miles de personas a la misma vez en media docena de ciudades”. Esto es clara desobediencia al consejo bíblico de evitar a los médium espiritistas y pronosticadores profesionales de sucesos. Por eso, es la clase de adoración que puede considerarse adoración de demonios. Y, como el espiritismo, se basa en la mentira satánica de que el alma humana es inmortal. (Eclesiastés 9:5; Ezequiel 18:4, 20.)

      La influencia del Diablo en un mundo lleno de odio

      La espantosa condición en que se encuentra la humanidad en este siglo XX hace que nos preguntemos si acaso la influencia de Satanás no va aun más allá de lo dicho. El profesor Russell considera esto cuando dice: “En la actualidad, cuando se calcula que, respecto al almacenamiento de armas nucleares, hay setenta veces la cantidad que se necesita para matar a todo vertebrado vivo en la Tierra, seguimos preparándonos tercamente para una guerra que no será para el bien de ningún individuo ni nación ni ideología, sino que condenará a miles de millones de personas a una muerte horrible. ¿Qué fuerza nos está empujando por una senda que se hace cada día más peligrosa? ¿A quién beneficia la destrucción nuclear del planeta? Solo a aquella fuerza que desde el principio, con infinita crueldad y maldad, tiene como intención destruir el cosmos”.

      ¿Quién o qué es esa fuerza? El profesor da su propia respuesta así: “Se ha definido al Diablo como el espíritu que con todo su poder procura anular y destruir el cosmos de Dios. ¿No pudiera ser que la fuerza que nos insta a desplegar armas nucleares sea la misma fuerza que siempre ha tratado de anular la existencia misma? En esta crisis suprema de nuestro planeta, no podemos descartar esta posibilidad”. ¡Ciertamente los cristianos no descartan esa posibilidad! Jesús mismo mostró la gran influencia que Satanás ejerce en el mundo cuando lo llamó “el gobernante de este mundo”. (Juan 12:31.) El libro de Revelación describe la actitud mental de Satanás, y dice que tiene “gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo”. (Revelación 12:12.) Con referencia a lo que Satanás está tratando de lograr en nuestro tiempo, ese mismo libro dice que él usa propaganda demoníaca para reunir a los gobernantes de este mundo “a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. (Revelación 16:14.) No, no podemos descartar la influencia de Satanás el Diablo cuando tratamos de entender por qué la humanidad sigue dementemente un proceder que lleva a su propia destrucción.

      El apóstol Pablo llamó a Satanás el “gobernante de la autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia” y “el dios de este sistema de cosas”. (Efesios 2:2; 2 Corintios 4:4.) No sorprende que muchos pregunten si todas las atrocidades de esta era científica “iluminada” —dos guerras mundiales, genocidios en Europa y Campuchea, hambres por razones políticas en África, profundas divisiones religiosas y raciales por todo el mundo, odio, asesinato, tortura sistemática, daño criminal a la humanidad por las drogas, para solo mencionar algunas— no siguen el plan maestro de alguna poderosa fuerza maligna que se propone apartar de Dios a la humanidad y quizás hasta llevarla al suicidio global.

      Entonces, ¿quién es Satanás? ¿Qué busca, realmente? ¿Qué podemos hacer como individuos al respecto? Lo invitamos a considerar estas preguntas en los siguientes dos artículos.

      [Ilustración en la página 7]

      El pueblo de Dios rechaza la música satánica y procura entretenimiento sano

  • Se desenmascara a la Serpiente
    La Atalaya 1988 | 1 de septiembre
    • Se desenmascara a la Serpiente

      “Ahora bien, llegó a ser el día en que los hijos del Dios verdadero entraban para tomar su puesto delante de Jehová, y hasta Satanás procedió a entrar allí mismo entre ellos.” (JOB 1:6.)

      1. a) ¿Qué origen tiene el nombre “Satanás”, y qué significa? b) ¿Cuántas veces aparece ese nombre en las Escrituras, y qué preguntas surgen?

      ¿DE DÓNDE proviene el nombre Satanás? ¿Qué significa? En su marco bíblico, se forma de los tres caracteres hebreos ש (Sin) ט (Tehth) y נ (Nun). Con sus puntos vocálicos, estas letras forman la palabra “Satanás”, que, según el erudito Edward Langton, se “deriva de una raíz que significa ‘oponerse’, o ‘ser o actuar como adversario’”. (Compárese con 1 Pedro 5:8.) Aunque el nombre Satanás aparece más de 50 veces en la Biblia, se presenta solo 18 veces en las Escrituras Hebreas, y eso solamente en los libros de 1 Crónicas, Job y Zacarías. Por eso surgen estas preguntas: ¿Cuándo se dio cuenta el hombre de la rebelión y actividad de Satanás?, ¿y cuándo se revela con claridad a Satanás por primera vez en las Escrituras Hebreas?

      2. ¿Qué pregunta no se contestó inmediatamente después de la rebelión de Adán y Eva?

      2 La Biblia explica en términos sencillos, pero profundos, cómo llegaron a existir en la Tierra el pecado y la rebelión, en lo que era un jardín paradisíaco en el Oriente Medio. (Véanse los capítulos 2 y 3 de Génesis.) Aunque se dice que una serpiente fue la promotora de la desobediencia de Adán y Eva, no se da ninguna clave inmediata en cuanto a quién fue el verdadero poder y la verdadera inteligencia tras la voz que salió de la serpiente. No obstante, Adán tuvo mucho tiempo para reflexionar sobre los acontecimientos de Edén que resultaron en que él fuera expulsado de aquel parque paradisíaco. (Génesis 3:17, 18, 23; 5:5.)

      3. Aunque Adán no fue engañado, ¿cómo pecó, y qué efecto tuvo esto en la humanidad?

      3 Obviamente Adán sabía que los animales no hablan con inteligencia humana. También sabía que Dios no le había hablado mediante un animal antes de que Eva fuera tentada. Por eso, ¿quién le había dicho a su esposa que desobedeciera a Dios? Pablo dice que, aunque la mujer fue completamente engañada, Adán no lo fue. (Génesis 3:11-13, 17; 1 Timoteo 2:14.) Quizás Adán se dio cuenta de que alguna criatura invisible estaba ofreciendo la opción de seguir un derrotero contrario al de la obediencia a Dios. Sin embargo, aunque la serpiente no le habló a Adán, él optó por desobedecer junto con su esposa. La desobediencia deliberada y voluntariosa de Adán quebró el molde de la perfección, introdujo el defecto del pecado y llevó a la predicha condenación de muerte. Y así, valiéndose de una serpiente como instrumento, Satanás llegó a ser el homicida original. (Juan 8:44; Romanos 5:12, 14.)

      4, 5. a) ¿Qué juicio profético se dio contra la serpiente? b) ¿Qué enigmas abarcó aquella profecía?

      4 El resultado de la rebelión de Edén fue un juicio profético por parte de Dios. Ese juicio implicó un “secreto sagrado” que tomaría miles de años para quedar completamente revelado. Dios dijo a la serpiente: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”. (Efesios 5:32; Génesis 3:15.)

      5 Esta profecía vital abarca varios enigmas. ¿Quién era, en realidad, “la mujer”? ¿Era Eva, o era una mujer simbólica de mayor importancia que Eva? Además, ¿qué se quiso decir por ‘la descendencia de la mujer’ y ‘la descendencia de la serpiente’? ¿Y quién era realmente la serpiente cuya descendencia o simiente estaría en enemistad con la descendencia o simiente de la mujer? Como pronto consideraremos, es patente que Jehová determinó que estas preguntas recibieran plena respuesta al tiempo fijado por él. (Compárese con Daniel 12:4 y Colosenses 1:25, 26.)

      Más evidencia de rebelión en los cielos

      6. ¿Qué indicio de una rebelión en los cielos se vio poco antes del diluvio?

      6 A medida que se desarrolla la historia bíblica, poco antes del Diluvio (unos 1.500 años después de la caída del hombre en el pecado) se revela otro indicio de una rebelión en un nivel de vida más alto que el de los humanos. El relato bíblico nos dice que “los hijos del Dios verdadero empezaron a fijarse en las hijas de los hombres, que ellas eran bien parecidas; y se pusieron a tomar esposas para sí, a saber, todas las que escogieron”. La prole híbrida de estas uniones contranaturales fue conocida como “nefilim”, “poderosos que eran de la antigüedad, los hombres de fama”. (Génesis 6:1-4; compárese con Job 1:6 para determinar quiénes eran “los hijos del Dios verdadero”.) Unos 2.400 años después Judas comentó brevemente sobre este acontecimiento cuando escribió: “Y a los ángeles que [...] abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día”. (Judas 6; 2 Pedro 2:4, 5.)

      7. A pesar de la maldad del hombre, ¿qué curiosa omisión hallamos en muchos libros históricos de la Biblia?

      7 En aquel tiempo antediluviano “la maldad del hombre abundaba en la tierra, y [...] toda inclinación de los pensamientos del corazón de este era solamente mala todo el tiempo”. Con todo, en el libro inspirado de Génesis no se identificó específicamente a Satanás como la influencia poderosa tras la rebelión angélica y la iniquidad del hombre. (Génesis 6:5.) Es un hecho que en la historia de las naciones de Israel y Judá, en los libros bíblicos inspirados de Jueces, Samuel y Reyes, nunca se menciona a Satanás como la influencia invisible detrás de la constante recaída de aquellas naciones en la idolatría y la adoración falsa... aunque Satanás mismo admitió que ‘discurría por la tierra’. (Job 1:7; 2:2.)

      8. ¿Supo Job desde el principio el papel que desempeñó Satanás en su sufrimiento? ¿Cómo lo sabemos?

      8 Hasta cuando consideramos el importante relato de Job y sus pruebas, notamos que Job no atribuye ninguna de estas al adversario, Satanás. Parece que él no estaba entonces al tanto de la cuestión que dependía de cómo se comportara él. (Job 1:6-12.) Job no se daba cuenta de que Satanás había precipitado la crisis al poner en tela de juicio la integridad de Job delante de Jehová. Así, cuando la esposa de Job lo reprendió con las palabras: “¿Todavía estás reteniendo firmemente tu integridad? ¡Maldice a Dios, y muere!”, él sencillamente contestó: “¿Aceptaremos solamente lo que es bueno de parte del Dios verdadero, y no aceptaremos también lo que es malo?”. Puesto que no conocía la verdadera fuente de sus pruebas, parece que las veía como procedentes de Dios y, por lo tanto, como cosas que debían aceptarse. Así, aquella situación llegó a ser una prueba de gran severidad para la integridad de Job. (Job 1:21; 2:9, 10.)

      9. ¿Qué pregunta razonable se puede plantear en cuanto a Moisés?

      9 Ahora surge una pregunta. Si, como creemos, Moisés escribió el libro de Job y por lo tanto sabía que Satanás discurría por la Tierra, ¿por qué no menciona a Satanás por nombre en ninguno de los libros del Pentateuco, que Moisés mismo escribió? Sí, ¿por qué es rara la mención de Satanás en las Escrituras Hebreasa?

      Mención limitada de Satanás

      10. ¿Cómo se hizo mención limitada de Satanás en las Escrituras Hebreas?

      10 Aunque Jehová denunció las actividades inspiradas por los demonios, es obvio que, en su sabiduría, tuvo buenas razones para asegurarse de que en las Escrituras Hebreas solo se hiciera mención limitada de su Adversario, Satanás. (Levítico 17:7; Deuteronomio 18:10-13; 32:16, 17; 2 Crónicas 11:15.) Así, a los escritores hebreos, aunque de seguro tenían algún conocimiento de Satanás y de su papel de rebelde celestial, solo se les inspiró para definir y denunciar los pecados del pueblo de Dios y de las naciones que lo rodeaban, y para exhortar contra la iniquidad de estos. (Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 18:9-13.) Rara vez se mencionó el nombre de Satanás.

      11, 12. ¿Cómo sabemos que los escritores hebreos de la Biblia estaban al tanto de Satanás y su influencia?

      11 Por lo que sucedió en Edén, la degradación de “los hijos del Dios verdadero” y lo registrado en el libro de Job, los hebreos que por inspiración escribieron la Biblia sabían de la influencia sobrenatural maligna de Satanás. El profeta Zacarías, quien escribió hacia fines del siglo VI a.E.C., tuvo una visión del sumo sacerdote Josué y de “Satanás de pie a su derecha para presentarle resistencia. Entonces el ángel de Jehová dijo a Satanás: ‘¡Jehová te reprenda, oh Satanás, sí, Jehová te reprenda[!]’”. (Zacarías 3:1, 2.) Además, el escriba Esdras, al escribir en el siglo V a.E.C. la historia de Israel y Judá, declaró que “Satanás procedió a levantarse contra Israel y a incitar a David a numerar a Israel”. (1 Crónicas 21:1.)

      12 Como se ve, para el tiempo de Zacarías el espíritu santo estaba permitiendo que en las Escrituras se hiciera más claro el papel de Satanás. Pero pasarían otros cinco siglos antes de que en la Palabra de Dios se expusiera por completo a esta criatura maligna. Fundándonos en la Biblia, ¿qué razón pudiéramos deducir para que se dejara para este tiempo el poner plenamente al descubierto a Satanás?

      La clave del enigma

      13-15. a) ¿Qué verdades fundamentales son la clave para entender por qué se hizo mención limitada de Satanás en las Escrituras Hebreas? b) Con la venida de Jesús, ¿cómo fue puesto al descubierto Satanás?

      13 Para el cristiano que tiene fe en la Palabra de Dios, la clave básica respecto a estas preguntas y otras que ya hemos planteado no está en la alta crítica, como si la Biblia fuera simplemente una obra maestra literaria, producto del genio humano. La clave se revela en dos verdades bíblicas fundamentales. Primero, según escribió el rey Salomón: “La senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido”. (Proverbios 4:18; compárese con Daniel 12:4; 2 Pedro 1:19-21.) En la Palabra de Dios la verdad se revela gradualmente y al tiempo que Dios determina, según la necesidad que exista y con consideración al hecho de si sus siervos pueden absorber o no tal verdad. (Juan 16:12, 13; compárese con Jn 6:48-69.)

      14 La segunda verdad fundamental se halla en lo que escribió el apóstol Pablo al discípulo cristiano Timoteo: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, [...] para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra”. (2 Timoteo 3:16, 17.) Jesús, el Hijo de Dios, pondría al descubierto a Satanás, y esto se registraría en las Escrituras, lo cual permitiría que la congregación cristiana estuviera equipada para mantenerse firme contra Satanás en apoyo de la soberanía de Jehová. (Juan 12:28-31; 14:30.)

      15 Con estos fundamentos se han ido revelando los enigmas de Génesis 3:15. Bajo la dirección del espíritu santo o fuerza activa de Dios, las Escrituras Hebreas suministraron vislumbres sobre el Mesías o la Descendencia que vendría. (Isaías 9:6, 7; 53:1-12.) Paralelamente, han contenido breves momentos de iluminación sobre el papel de Satanás como el Adversario de Dios y enemigo de la humanidad. Pero cuando Jesús vino Satanás quedó completamente al descubierto al tomar acción franca y directa contra la Descendencia prometida, Jesucristo. A medida que los sucesos se desenvolvieron en aquel primer siglo de la era cristiana, en las Escrituras Griegas Cristianas se aclaró el papel de “la mujer”, la organización celestial, o de espíritus, de Jehová, y el papel de la Descendencia, Jesucristo. A su vez, el papel de Satanás, “la serpiente original”, quedó más al descubierto. (Revelación 12:1-9; Mateo 4:1-11; Gálatas 3:16; 4:26.)

      Se revela el secreto sagrado

      16, 17. ¿Qué implicaba el “secreto sagrado del Cristo”?

      16 El apóstol Pablo escribió mucho acerca del “secreto sagrado del Cristo”. (Efesios 3:2-4; Romanos 11:25; 16:25.) Este secreto sagrado se relacionaba con la “descendencia” verdadera que finalmente aplastaría a la serpiente original, Satanás el Diablo. (Revelación 20:1-3, 10.) El secreto envolvía el hecho de que Jesús era el primer y principal miembro de aquella “descendencia”, pero que junto con él habría otros, “coherederos”, primero tomados de entre los judíos y luego de entre los samaritanos y los gentiles, hasta que se completara el número de aquella “descendencia”. (Romanos 8:17; Gálatas 3:16, 19, 26-29; Revelación 7:4; 14:1.)

      17 Pablo explica: “En otras generaciones este secreto no fue dado a conocer a los hijos de los hombres como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por espíritu”. ¿Y en qué consistía ese secreto? “A saber, que gente de las naciones hubieran de ser coherederos y miembros del cuerpo y participantes con nosotros de la promesa en unión con Cristo Jesús mediante las buenas nuevas.” (Efesios 3:5, 6; Colosenses 1:25-27.)

      18. a) ¿Cómo muestra Pablo que se necesitaba tiempo para revelar el significado del “secreto sagrado”? b) ¿Cómo afectaría esta revelación el entendimiento que se tenía de “la serpiente original”?

      18 Pablo quedó impresionado por el hecho de que, de entre todas las personas, a él se le utilizara para declarar “las buenas nuevas acerca de las riquezas insondables del Cristo, y de hacer ver a los hombres cómo se administra el secreto sagrado que desde el pasado indefinido ha estado escondido en Dios, que creó todas las cosas”. O como lo dijo a los colosenses: “El secreto sagrado que fue escondido de los pasados sistemas de cosas y de las generaciones pasadas. Mas ahora ha sido puesto de manifiesto a sus santos”. Lógicamente, si el secreto acerca de la “descendencia” finalmente se revelaba, esto envolvería también el desenmascarar por completo al gran Adversario, “la serpiente original”. Evidentemente Jehová no quiso dar prominencia a la cuestión que envolvía a Satanás sino hasta que viniera el Mesías. ¿Y quién mejor que Cristo Jesús mismo, la Descendencia, pudiera desenmascarar a Satanás? (Efesios 3:8, 9; Colosenses 1:26.)

      Jesús pone al descubierto al Adversario

      19. ¿Cómo puso al descubierto Jesús al Adversario?

      19 Temprano en su ministerio, Jesús rechazó rotundamente al Tentador con las palabras: “¡Vete, Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”. (Mateo 4:3, 10.) En otra ocasión Jesús denunció a sus enemigos religiosos calumniadores que querían asesinarlo cuando denunció al promotor de ellos y mostró que este era el poder tras de la serpiente de Edén, con sus palabras: “Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira”. (Juan 8:44.)

      20. ¿Qué base tenía Jesús para poner al descubierto a Satanás?

      20 ¿Cómo podía Jesús denunciar con tanta seguridad a Satanás? ¿Cómo podía conocerlo tan bien? ¡Porque él había existido con Satanás en los cielos! Aun antes de que este se rebelara orgullosamente contra el Señor Soberano Jehová, Jesús, como la Palabra, lo había conocido. (Juan 1:1-3; Colosenses 1:15, 16.) Había observado sus artimañas mediante la serpiente en Edén. Había visto la influencia sutil que ejerció en el fratricida Caín. (Génesis 4:3-8; 1 Juan 3:12.) Después, Jesús estuvo presente en la corte celestial de Jehová ‘cuando los hijos del Dios verdadero entraron, y hasta Satanás procedió a entrar allí mismo entre ellos’. (Job 1:6; 2:1.) Ah, sí, Jesús lo conocía muy bien, y estaba dispuesto a ponerlo al descubierto como lo que era: ¡mentiroso, asesino, difamador y adversario de Dios! (Proverbios 8:22-31; Juan 8:58.)

      21. ¿Qué preguntas quedan por contestarse todavía?

      21 En vista de que tan poderoso enemigo influye en la humanidad y su historia, quedan ahora las siguientes preguntas: ¿Hasta qué grado se sigue poniendo al descubierto a Satanás en las Escrituras Griegas Cristianas?, ¿y cómo podemos resistir sus artimañas y mantenernos íntegros como cristianos? (Efesios 6:11, Kingdom Interlinear.)

      [Nota a pie de página]

      a En su libro The Devil—Perceptions of Evil From Antiquity to Primitive Christianity (El Diablo... percepciones del mal desde la antigüedad hasta el cristianismo primitivo), el profesor Russell declara: “El hecho de que en el Antiguo Testamento no se presente plenamente desarrollado al Diablo no es razón para rechazar su existencia en la teología moderna judía ni en la cristiana. Eso sería la falacia genética: la noción de que la verdad de una palabra —o un concepto— tiene que hallarse en su forma más primitiva. En vez de eso, la verdad histórica es desarrollo a través del tiempo” (página 174).

  • Estén firmes contra las maquinaciones de Satanás
    La Atalaya 1988 | 1 de septiembre
    • Estén firmes contra las maquinaciones de Satanás

      “Pónganse la armadura completa que proviene de Dios para que puedan estar firmes contra las maquinaciones [griego: “artimañas”] del Diablo.” (EFESIOS 6:11.)

      1. ¿Qué prueba de que Satanás existe suministran las tentaciones de Jesús?

      ¿EXISTE realmente Satanás? Algunos dicen que en la Biblia “Satanás” es solo una referencia al mal que existe en el hombre. Niegan que Satanás exista como criatura. Pero ¿qué nos dicen las Escrituras? Los relatos evangélicos de Mateo y Lucas muestran que Satanás tentó directamente a Jesús tres veces, y Jesús lo rechazó cada vez mediante las Escrituras. ¿Por qué le contestó Jesús a partir de las Escrituras Hebreas? Porque Satanás vino a él aplicando mal aquellas mismas Escrituras para llevarlo a pecar y fracasar como el Hijo de Dios, la Descendencia o Simiente prometida. (Mateo 4:1-11; Lucas 4:1-13.)

      2. ¿Cómo sabemos que Jesús no se imaginó sus encuentros con Satanás?

      2 Es obvio que Jesús, un hombre perfecto, no se imaginó aquellos encuentros. (Hebreos 4:15; 7:26.) Afrontó el ataque del mismo que había sido el poder tras la serpiente de Edén, uno que había sido su hermano angelical y que se había rebelado mucho tiempo antes y ahora se proponía frustrar el cumplimiento de Génesis 3:15. Satanás deseaba quebrantar la integridad de la Descendencia prometida. Jesús, que conocía las artimañas de Satanás, rechazó firmemente al Tentador. ¿Cómo reaccionó Satanás? “De modo que el Diablo, habiendo concluido toda la tentación, se retiró de él hasta otro tiempo conveniente.” Por supuesto, ¡Jesús no se retiró de sí mismo! Satanás, frustrado, se apartó de él, “y, ¡mire!, vinieron ángeles y se pusieron a ministrarle [a Jesús]”. (Lucas 4:13; Mateo 4:11.)

      3. ¿Qué dice un historiador acerca de lo importante que es la existencia del Diablo para el cristianismo?

      3 Es razonable este comentario de un historiador: “Negar la existencia y la importancia central del Diablo en el cristianismo es oponerse a la enseñanza apostólica y al desarrollo histórico de la doctrina cristiana. Puesto que literalmente no tiene sentido definir al cristianismo en términos que no sean estos, desde el punto de vista intelectual es incoherente argüir a favor de un cristianismo que excluya al Diablo. Si el Diablo no existe, entonces el cristianismo ha estado completamente equivocado en un punto central desde el mismo principio”a. Esa conclusión presenta un desafío a toda persona en la Tierra hoy. ¿Reconoce usted la existencia de un enemigo invisible que tiene la intención de derrocar la soberanía de Dios y socavar la lealtad del hombre?

      ¿Quién es, en verdad, Satanás?

      4. ¿Cómo se convirtió en Satanás una criatura celestial perfecta?

      4 Satanás es una criatura celestial poderosa a quien Dios creó originalmente en la forma de un ángel, un hijo celestial con acceso a la corte de Jehová en los cielos. (Job 1:6.) Sin embargo, Satanás ejerció su libre albedrío en oposición a Dios; arteramente condujo a Eva y, mediante ella, a Adán, a la desobediencia y la muerte. (2 Corintios 11:3.) Por eso llegó a ser Satanás, que significa “Adversario”... un rebelde, demonio, homicida y mentiroso. (Juan 8:44.) ¡Cuán apropiada es la expresión de Pablo de que “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz”, cuando en realidad es un ‘gobernante mundial de esta oscuridad’! (2 Corintios 6:14; 11:14; Efesios 6:12.) Al seducir a otros ángeles y llevarlos a la rebelión, los guió hacia fuera de la luz de Dios y a su propia oscuridad. Llegó a ser “el gobernante de los demonios”. Jesús también lo identifica como “el gobernante de este mundo”. Es obvio que, para ser gobernante, tiene que existir como persona celestial creada. (Mateo 9:34; 12:24-28; Juan 16:11.)

      5. ¿Cómo se identifica claramente a Satanás en las Escrituras Griegas Cristianas?

      5 Aunque en las Escrituras Hebreas rara vez se menciona a Satanás, se le pone plenamente al descubierto en las Escrituras Griegas Cristianas... tanto, que en ellas encontramos el nombre de Satanás 36 veces y la palabra Diablo 33 veces. (Véase Comprehensive Concordance of the New World Translation of the Holy Scriptures.) También se usan otros nombres y títulos para identificarlo. Juan usó dos de estos en Revelación 12:9: “De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada”. (Véanse también Mateo 12:24-27; 2 Corintios 6:14, 15.)

      6. ¿Qué significa la palabra “Diablo”?

      6 Aquí en Revelación aparece la palabra griega di·á·bo·los, traducida “Diablo”. Según el helenista J. H. Thayer, su significado literal es “un calumniador, acusador falso, difamador”. (Compárese con 1 Timoteo 3:11; 2 Timoteo 3:3, Kingdom Interlinear.) W. E. Vine dice que el Diablo es el “maligno enemigo de Dios y del hombre”b.

      7. ¿Qué le permite a Satanás concentrar sus esfuerzos en el pueblo de Jehová?

      7 El gran Adversario no está desocupado. (1 Pedro 5:8.) Quizás a eso se deba que un proverbio diga: “El Diablo le encuentra trabajo al que está desocupado”. Su intención es corromper a todos los verdaderos cristianos. (2 Timoteo 3:12.) Y puede concentrarse en el pueblo de Jehová por una razón sencilla: ¡ya tiene al resto del mundo en su poder! (1 Juan 5:19.) El mundo de hoy es el mundo de Satanás. Él es su gobernante y dios, sea que la gente lo reconozca o no. (Juan 12:31; 2 Corintios 4:4.) Por consiguiente, recurre a toda artimaña o acto o sugestión sutil para corromper al pueblo de Jehová, como individuos o como colectividad. Examinemos algunas de las maneras como opera. (Marcos 4:14, 15; Lucas 8:12.)

      Las artimañas sutiles de Satanás

      8. ¿Con qué ventaja puede operar contra nosotros Satanás?

      8 Satanás ha tenido muchísimo tiempo para estudiar la sicología humana, analizar la naturaleza humana con todos sus defectos innatos y adquiridos. Sabe cómo manipular nuestras debilidades y nuestra vanidad. Pues bien, ¿en qué situación se encontraría usted si su enemigo conociera sus debilidades y usted mismo no las reconociera? Entonces usted no estaría bien equipado para defenderse, puesto que no estaría al tanto de los puntos débiles en su armadura espiritual. (1 Corintios 10:12; Hebreos 12:12, 13.) ¡Cuán apropiadas son las palabras de un poeta escocés: ‘¡Oh que algún poder nos diera el don de vernos como otros nos ven! Eso nos libraría de muchos errores’!

      9. ¿Qué resultado lamentable pudiera tener el que no nos examináramos ni efectuáramos los cambios debidos?

      9 ¿Estamos dispuestos a vernos como otros nos ven... especialmente como nos pudiera ver Dios, o quizás Satanás? Eso exige un examen y una evaluación honrados de nosotros mismos, y el deseo de hacer un cambio. Es muy fácil engañarse uno a sí mismo. (Santiago 1:23, 24.) ¡Y cómo buscamos razones a veces para justificar nuestro propio proceder! (Compárese con 1 Samuel 15:13-15, 20, 21, 24.) ¡Y qué fácil es decir: “Pues, nadie es perfecto”! Eso es precisamente lo que Satanás sabe, y se aprovecha de nuestra imperfección. (2 Samuel 11:2-27.) ¡Qué triste es llegar a la edad mediana y darse cuenta de que, debido a la manera despótica, impersonal o falta de bondad de haber tratado uno a otros a través de los años, ha quedado sin amigos; o darse cuenta de que ha hecho poco o nada para contribuir a la felicidad de otras personas! Puede que sutilmente Satanás haya usado nuestro egoísmo innato para cegarnos durante toda la vida. No hemos captado la esencia de la verdadera mente de Cristo: el amor, la compasión y la bondad. (1 Juan 4:8, 11, 20.)

      10. ¿Qué preguntas pudiéramos hacernos, y por qué?

      10 Por lo tanto, para resistir a Satanás tenemos que examinarnos nosotros mismos. ¿Tiene usted una debilidad que Satanás pudiera explotar o esté explotando ahora mismo? ¿Tiene el problema de ensalzarse a sí mismo? ¿Tiene que ser siempre el primero y más importante? ¿Es su fuerza motivadora oculta el orgullo? ¿Deforman su personalidad los celos, la envidia o el amor al dinero? ¿Guarda usted resentimiento? ¿Es frío y cínico? ¿Tiende a irritarse fácilmente cuando se le ofrecen sugerencias o se le critica? ¿Se resiente cuando le dan consejo, o hasta lo rechaza? Si nos conocemos, podemos rectificar estos problemas, con tal que seamos humildes. De otro modo, estaríamos invitando el ataque de Satanás. (1 Timoteo 3:6, 7; Hebreos 12:7, 11; 1 Pedro 5:6-8.)

      11. ¿Qué medios sutiles pudiera usar Satanás para socavar nuestra espiritualidad?

      11 Satanás también puede socavar nuestra espiritualidad de manera sutil, insidiosa. Puede ser que nos enfademos por la manera como se hacen las cosas en la congregación o en la organización. Por lo general no tenemos toda la información necesaria, pero fácilmente llegamos a ciertas conclusiones. Si nuestra relación con Jehová es débil, fácilmente podemos caer en pensamientos negativos y en dudas en cuanto a la verdad. Mientras se justifican a sí mismos, algunos quizás busquen librarse de las responsabilidades que les impone la verdad. Satanás entonces pone deslealtad y traición en el corazón de esas personas. Pronto se convierten en víctimas de la apostasía, y Satanás se regocija. (Lucas 22:3-6; Juan 13:2, 27; 2 Juan 9-11.)

      12. a) Por la influencia de Satanás, ¿a qué se han atrevido algunos? b) ¿Cómo entrampa Satanás a muchos en la inmoralidad?

      12 En cuanto a otros, Satanás hace que no solo se atrevan a cometer pecados crasos que merecen la expulsión, sino hasta a recurrir a mentiras y falsedad para tratar de engañar a los ancianos de la congregación. Como Ananías y Safira, creen que pueden engañar a los ángeles y al espíritu santo de Dios. (Hechos 5:1-10.) En los últimos años muchos miles de personas han caído en la trampa satánica de la inmoralidad. El Diablo conoce la intensidad de los impulsos sexuales de la humanidad, y por su sistema mundial destaca, pervierte y tuerce el papel de lo sexual. (Números 25:1-3.) Los cristianos no casados pudieran caer en la tentación de cometer fornicación u otros abusos sexuales. (Proverbios 7:6-23.) Si los cristianos casados permiten que su mente y su corazón divaguen, fácilmente pueden caer en conducta traicionera, y ser infieles al cónyuge a quien han jurado fidelidad. (1 Corintios 6:18; 7:1-5; Hebreos 13:4.)

      13. a) ¿Qué efecto pudiera tener en nuestro pensamiento la televisión? b) ¿Cómo podemos resistir tal influencia?

      13 Vivimos en un mundo en que las mentiras, el engaño y la cólera violenta son muy comunes. Satanás utiliza de lleno los medios de comunicación para esparcir esta degradada mentalidad. Los seriales televisados o las telenovelas presentan a personas atractivas que viven una vida de engaño mutuo. Si permitimos que influya en nosotros esa manera de pensar, pronto podremos empezar a ceder a pecados “menores”, y eso pudiera llevarnos poco a poco a pecados “mayores”. Las sugestiones sutiles de Satanás fácilmente penetran en nuestro pensamiento. ¿Cómo podemos resistir esas influencias? Nunca “dejen lugar para el Diablo”, como aconsejó Pablo. Eso también significa ejercer control sobre la compañía a que usted abre entrada en su hogar mediante la televisión. ¿No deberíamos aborrecer la intrusión de personas violentas, inmorales, de lenguaje sucio, que traen consigo a nuestro hogar la contaminación? (Efesios 4:23-32.)

      ¿Cómo podemos resistir a Satanás y seguir fieles a Dios?

      14. ¿Qué resolución de dos aspectos se necesita para resistir a Satanás, y qué exige esto?

      14 Al considerar que a nosotros, criaturas humanas imperfectas, se nos opone un enemigo sobrehumano tan poderoso, ¿cómo podemos mantenernos íntegros? La clave está en las palabras de Santiago: “Sujétense, por lo tanto, a Dios; pero opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes”. (Santiago 4:7.) Note que el consejo de Santiago tiene dos aspectos. Mientras nos oponemos al Diablo y su voluntad, tenemos que sujetarnos a la voluntad de Dios. Eso implica amar la voluntad de Dios y odiar la de Satanás. (Romanos 12:9.) Por eso, Santiago dice: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Límpiense las manos, pecadores, y purifiquen su corazón, indecisos”. (Santiago 4:8.) Sí, no hay lugar para vacilaciones ni indecisión en nuestra resistencia a Satanás. No podemos darnos el lujo de arriesgar la integridad mediante ver cuánto podemos acercarnos a la línea fronteriza entre el bien y la iniquidad. Nuestro ‘odio de lo que es malo’ debe ser completo. (Salmo 97:10.)

      15. ¿Por qué es esencial ‘la armadura completa de Dios’? Ilustre.

      15 En el capítulo 6 de Efesios hay consejo sobresaliente en cuanto a resistir a Satanás. ¿Cómo dice Pablo que podemos resistir las “asechanzas”, “estratagemas” o “insidias” de Satanás? (Efesios 6:11, Biblia de Jerusalén, Cantera-Iglesias, Bartina-Roquer.) “Pónganse la armadura completa que proviene de Dios”, aconseja él. Esta expresión, “armadura completa”, no nos permite ser descuidados en cuanto al cristianismo, tal como un soldado romano no podía ser descuidado cuando se preparaba para la batalla. ¿Cómo le iría al soldado que se preparara con toda la armadura excepto el escudo y el yelmo? Pudiera haber pensado: ‘Ese escudo es grandísimo, y el yelmo pesa demasiado. Eso es mucho peso, y en verdad no los necesito’. Imagínese la situación: un soldado romano armado para pelear, pero sin sus medios principales de defensa. (Efesios 6:16, 17.)

      16. a) ¿Cómo debemos seguir el ejemplo de Jesús al usar nuestra “espada”? b) ¿Cómo podemos mantenernos vigilantes contra los “proyectiles encendidos” de Satanás? ¿Qué resultado tiene esto?

      16 Imagínese, también, a un soldado que no llevara la espada. “La espada del espíritu” es magnífica defensa, pues se usa para tajar el armamento que Satanás emplea contra el cristiano. Nuestra “espada” siempre debe estar lista. Estará así si no descuidamos el estudio bíblico personal ni el de la familia. Pero principalmente esta “espada [...] la palabra de Dios” es nuestro instrumento de ofensiva. Jesús la usó de ambas maneras. (Mateo 4:6, 7, 10; 22:41-46.) Nosotros debemos hacer lo mismo. Tenemos que seguir aguzando el aprecio que le tenemos a la verdad. No podemos mantener firme nuestra espiritualidad sobre la base de lo que aprendimos en nuestros primeros meses o años en la verdad. Si no renováramos los circuitos espirituales de nuestra mente, nuestra visión espiritual se empañaría. Nuestro celo por la adoración verdadera de Jehová disminuiría. Nos debilitaríamos espiritualmente. Ya no podríamos repeler los ataques de parientes, amigos, compañeros ni apóstatas que quizás se burlaran de nuestras creencias. Pero Dios nos salvará del Diablo y sus “proyectiles encendidos” si seguimos equipándonos con “la armadura completa que proviene de Dios”. (Isaías 35:3, 4.)

      17, 18. ¿Contra quiénes es nuestra lucha, y cómo podemos ganar?

      17 Sí, Pablo dio énfasis al peligro envuelto en el combate cristiano cuando escribió: “Porque nuestra pelea no es contra enemigos humanos, sino contra poderes cósmicos, contra las autoridades y los potentados de este mundo oscuro, contra las fuerzas sobrehumanas del mal en los cielos”. (Efesios 6:12, The New English Bible.) ¿Cómo podemos nosotros, humanos débiles, resistir y ganar en una batalla tan desigual? Pablo repite su punto: “Por esta causa tomen la armadura completa que proviene de Dios, para que puedan resistir en el día inicuo y, después de haber hecho todas las cosas cabalmente, estar firmes”. (Efesios 6:13.) La expresión clave es: “después de haber hecho todas las cosas cabalmente”. De nuevo, esto no deja lugar para un cristianismo a medias ni distraído. (1 Juan 2:15-17.)

      18 Por lo tanto, mantengámonos firmes en la verdad, amando la justicia de Jehová, predicando las buenas nuevas de la paz, siguiendo firmes con una fe vigorosa en la salvación que Jehová da mediante Cristo Jesús, apoyándonos en la Palabra de Dios como nuestro fundamento. (Efesios 6:14-17.) Recuerde, Dios se interesa en nosotros, y nos ayudará a triunfar de las pruebas e inquietudes que nos sobrevengan en el sistema de cosas de Satanás. Escuchemos todos la advertencia: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien”. Sí, “pónganse en contra de él, sólidos en la fe”. (1 Pedro 5:6-9.)

      19. a) ¿Qué otra provisión esencial tenemos que usar para resistir a Satanás? b) Por fin, ¿qué le sucederá a Satanás?

      19 No olvidemos una añadidura esencial de Pablo a la “armadura”. Dijo él: “Mientras que, con toda forma de oración y ruego, se ocupan en orar en toda ocasión en espíritu. Y, con ese fin, manténganse despiertos con toda constancia y con ruego a favor de todos los santos”. (Efesios 6:18.) Nuestro enemigo invisible es tan poderoso que necesitamos “toda forma de oración y ruego”. Entonces, ¡cuán genuinas y variadas deben ser nuestras oraciones! Es vital que confiemos totalmente en Jehová para salir victoriosos en la lucha y mantenernos íntegros. Solamente él puede suplir el ‘poder que va más allá de lo normal’ que nos permitirá resistir a nuestro implacable Adversario. ¡Qué consuelo es saber que nuestro gran Adversario pronto será encerrado en el abismo y luego, por fin, aniquilado para siempre! (2 Corintios 4:7; Revelación 20:1-3, 10.)

      [Notas a pie de página]

      a Satan—The Early Christian Tradition (Satanás... la tradición del cristianismo primitivo) por Jeffrey Burton Russell, página 25.

      b Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento.

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