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  • ¿Es el Diablo una persona real?
    La Atalaya 2005 | 15 de noviembre
    • ¿Es el Diablo una persona real?

      ¿CÓMO se imagina al Diablo? ¿Como una persona real que tienta a los seres humanos a hacer lo malo, o sencillamente como la cualidad del mal? ¿Es alguien a quien hay que temer, o se trata de una simple idea supersticiosa o de una figura mitológica? ¿Designa la palabra diablo a una fuerza destructiva abstracta? ¿O simboliza tan solo el mal que habita en el hombre, como afirman muchos teólogos modernos?

      No es de extrañar que la humanidad tenga ideas muy dispares respecto al Diablo. Imagínese lo difícil que resultaría descubrir la verdadera identidad de un maestro del disfraz, especialmente si se empeñara en permanecer todo el tiempo oculto detrás de una máscara. La Biblia indica que el Diablo es ese tipo de persona. Refiriéndose a él como Satanás, dice: “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz” (2 Corintios 11:14). Aunque es malvado, el Diablo aparenta ser bueno a fin de engañar a las personas. Y si logra convencer a la gente de que no existe, se le hace más fácil conseguir su propósito.

      Por lo tanto, ¿quién es realmente el Diablo? ¿Cuándo y cómo llegó a existir? ¿Cómo influye en la humanidad hoy día? ¿Hay algo que podamos hacer para resistir a su influencia? La Biblia contiene la historia exacta del Diablo desde su mismísimo principio y da respuestas veraces a estas preguntas.

  • ¿Hasta qué grado es el Diablo real para usted?
    La Atalaya 2005 | 15 de noviembre
    • ¿Hasta qué grado es el Diablo real para usted?

      LAS Escrituras presentan al Diablo como una persona real. Es invisible a los seres humanos por la misma razón por la que lo es Jehová. “Dios es un Espíritu”, dice la Biblia (Juan 4:24). El Diablo también es un espíritu; sin embargo, a diferencia del Creador, su existencia tuvo principio.

      Mucho antes de crear a los seres humanos, Jehová Dios hizo una multitud de criaturas celestiales (Job 38:4, 7). La Biblia los llama ángeles (Hebreos 1:13, 14). Dios los creó a todos perfectos. Ninguno era un diablo, ni tenía características malvadas. Entonces, ¿cómo llegó a existir el Diablo? En los idiomas bíblicos originales, la palabra “diablo” significa “calumniador”, y designa a alguien que lanza mentiras maliciosas contra otra persona; la palabra “Satanás” quiere decir “Opositor”. Tal como un hombre que ha sido honrado se convierte en ladrón al robar, uno de los hijos celestiales perfectos de Dios cedió a un deseo malo y se convirtió en Satanás, el Diablo. La Biblia explica de la siguiente manera el proceso por el que una persona se vuelve mala: “Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo. Entonces el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte” (Santiago 1:14, 15).

      Obviamente, eso fue lo que ocurrió. Cuando Jehová Dios creó a nuestros primeros padres, Adán y Eva, el ángel que más tarde se rebelaría contra él estaba observando. Sabía que Jehová les había mandado llenar la Tierra de hijos justos que adorarían al Creador (Génesis 1:28). Dicho ángel vio la posibilidad de obtener honra y darse importancia. Codició lo que en justicia le pertenece únicamente al Creador: la adoración de las criaturas terrestres. En vez de despedir de su corazón ese deseo impropio, este hijo espiritual de Dios lo cultivó hasta que dio a luz una mentira y, luego, la rebelión. Analicemos lo que hizo.

      Valiéndose de una serpiente, el ángel rebelde le preguntó a Eva: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. Cuando la mujer mencionó el mandato divino y el castigo por desobedecerlo, la serpiente replicó: “Positivamente no morirán. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman [del árbol que está en medio del jardín] tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo” (Génesis 3:1-5). En otras palabras, afirmó que Dios no les había dicho la verdad a Adán y Eva, y que si Eva comía de aquel fruto, supuestamente sería como Dios, con autoridad para decidir lo bueno y lo malo. Esa fue la primera mentira de la historia, y por ella, aquel ángel se convirtió en un calumniador y un opositor de Dios; por eso, la Biblia se refiere a este enemigo de Dios como “la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás” (Revelación [Apocalipsis] 12:9).

      “Sean vigilantes”

      La mentira que el Diablo le dijo a Eva logró su propósito. La Biblia dice: “Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando él estuvo con ella, y él empezó a comerlo” (Génesis 3:6). Eva le creyó a Satanás y desobedeció a Dios; además, indujo también a Adán a desobedecer la ley divina. Así, el Diablo logró que la primera pareja humana se rebelara contra Dios. Desde entonces, ha ejercido influencia de manera invisible sobre los asuntos humanos. ¿Con qué objetivo? Con el objetivo de apartar del Dios verdadero a la gente y conseguir que lo adoren a él (Mateo 4:8, 9). Con razón nos advierten las Escrituras: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien” (1 Pedro 5:8).

      La Biblia muestra muy claramente que el Diablo es un espíritu real, un ángel que se volvió corrupto y peligroso. El primer paso esencial que hay que dar para estar vigilantes es reconocer que él existe.

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