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‘Defendiendo y estableciendo legalmente las buenas nuevas’Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Los tribunales asestan duros golpes
La cuestión del saludo a la bandera, que afectaba a los hijos de los testigos de Jehová en edad escolar, se llevó ante los tribunales estadounidenses por primera vez en 1935 en el proceso Carlton B. Nicholls contra el Alcalde y la Comisión de Educación de Lynn (Massachusetts).f Este caso fue remitido al Tribunal Judicial Supremo de Massachusetts. El tribunal se pronunció en 1937 diciendo que, independientemente de lo que creyeran Carleton Nichols, hijo, y sus padres, no se debería tener en cuenta el credo religioso porque, como dijo, “el saludo y el juramento a la bandera de que trata este juicio no tienen ninguna relación justificada con la religión. [...] No se meten con las opiniones de nadie en cuanto a su Creador. No tocan sus relaciones con su Hacedor”. Cuando se apeló ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos en 1937 en el proceso Leoles contra Landers,g que trataba sobre el saludo obligatorio a la bandera, y nuevamente en 1938, en Hering contra la Junta Estatal de Educación,h el tribunal rechazó las solicitudes porque, en su opinión, no envolvían cuestiones de importancia federal. En 1939 el tribunal volvió a desestimar una apelación por la misma razón en el proceso Gabrielli contra Knickerbocker.i El mismo día, sin oír los argumentos de la defensa, se ratificó la sentencia adversa del tribunal inferior en el pleito Johnson contra la ciudad de Deerfield.j
Finalmente, en 1940, el tribunal vio por completo el proceso denominado Distrito Escolar de Minersville contra Gobitis.k Un grupo selecto de eminentes abogados presentaron los alegatos de ambas partes. J. F. Rutherford asumió la defensa oral de Walter Gobitas y sus hijos. Un miembro del Departamento Jurídico de la Universidad de Harvard representó al Colegio de Abogados de Estados Unidos y a la Unión pro Libertades Civiles al argüir en contra del saludo obligatorio a la bandera. No obstante, sus argumentos fueron rechazados, y con solo un voto en contra, el Tribunal Supremo decidió, el 3 de junio, que los niños que no saludaran la bandera podían ser expulsados de las escuelas públicas.
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‘Defendiendo y estableciendo legalmente las buenas nuevas’Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Como un mes después —el 14 de junio, día de la Bandera—, el Tribunal Supremo dio marcha atrás nuevamente, esta vez en lo tocante al fallo que había dictado en el asunto Gobitis, al pronunciarse sobre el caso denominado Consejo de Enseñanza de West Virginia contra Barnette.c Dictaminó que “ningún funcionario, de mayor o menor rango, puede prescribir lo que es ortodoxo en la política, el nacionalismo, la religión u otros asuntos de opinión, ni obligar a los ciudadanos a confesar por acción o palabra su fe en ello”. Gran parte del razonamiento que se expuso en esta decisión fue adoptado después en Canadá por el Tribunal de Apelaciones de Ontario en el proceso Donald contra la Junta de Educación de Hamilton, sentencia que el Tribunal Supremo de Canadá rehusó revocar.
De acuerdo con la sentencia dictada en el caso Barnette, el mismo día el Tribunal Supremo de Estados Unidos sostuvo en Taylor contra el Estado de Mississippid que no se podía acusar válidamente de sedición a los testigos de Jehová por explicar sus razones para no saludar la bandera y por enseñar que todas las naciones están del lado perdedor al oponerse al Reino de Dios. Estas decisiones también prepararon el terreno para que, posteriormente, otros tribunales dictaran fallos favorables en los procesos de padres Testigos cuyos hijos habían rehusado saludar la bandera en la escuela, así como en los relacionados con el empleo y la custodia de los hijos. Estaba claro que el curso de los acontecimientos había cambiado.e
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[Recuadro en la página 684]
Testimonio al Tribunal Supremo estadounidense
Al comparecer ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos como abogado defensor en el proceso “Gobitis”, Joseph F. Rutherford, miembro del Colegio de Abogados de Nueva York y presidente de la Sociedad Watch Tower, enfocó claramente la atención en la importancia de someterse a la soberanía de Jehová Dios. Dijo:
“Son testigos de Jehová aquellos que dan testimonio del nombre del Dios Altísimo, el único cuyo nombre es JEHOVÁ. [...]
”Llamo la atención al hecho de que, hace más de seis mil años, Jehová Dios prometió establecer un gobierno de justicia por medio del Mesías. A su tiempo cumplirá esa promesa. Los hechos de la actualidad, examinados a la luz de la profecía, indican que ese tiempo está próximo. [...]
”Dios, Jehová, es la única Fuente de la vida. No hay nadie más que pueda darla. El Estado de Pensilvania no puede dar la vida. Tampoco puede darla el gobierno estadounidense. Dios hizo esta ley [que prohíbe la adoración de imágenes], como dijo Pablo, para salvaguardar a su pueblo de la idolatría. Ustedes dicen que es una trivialidad. También lo fue el acto de Adán de comer del fruto prohibido. No fue la manzana que Adán comió, sino el acto de desobedecer a Dios. La cuestión es si el hombre va a obedecer a Dios o si va a obedecer a alguna institución humana. [...]
”Le recuerdo a este tribunal (está de más que lo haga) que en el proceso ‘La Iglesia contra Estados Unidos’ este tribunal sostuvo que Estados Unidos es una nación cristiana; y eso significa que debe ser obediente a la ley Divina. También significa que este tribunal toma conciencia, jurídicamente, de que la ley de Dios es suprema. Y si un hombre cree a conciencia que la ley de Dios es suprema y a conciencia se comporta como corresponde, ninguna autoridad humana puede controlar su conciencia o interferir en ella. [...]
”Permítaseme señalar este hecho: que al iniciarse las sesiones de este tribunal el pregonero anuncia las palabras: ‘Dios salve a Estados Unidos y a este honorable Tribunal’. Ahora yo digo: que Dios salve a este honorable tribunal de cometer un error que llevaría al pueblo de Estados Unidos a convertirse en una clase totalitaria y destruir todas las libertades garantizadas por la Constitución. Este es un asunto sagrado para todo estadounidense que ame a Dios y Su Palabra.”
[Recuadro en la página 687]
Se prepara el escenario para un cambio radical de postura
Cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó en 1940, en el caso “Distrito Escolar de Minersville contra Gobitis”, que a los niños de edad escolar se les podía exigir que saludaran la bandera, ocho de los nueve magistrados estuvieron de acuerdo. Solo el magistrado Stone disintió. Pero dos años después, otros tres magistrados (Black, Douglas y Murphy) aprovecharon la ocasión en que expresaban su disconformidad en el proceso “Jones contra Opelika” para decir que creían que el fallo dictado en el proceso “Gobitis” estaba equivocado porque había puesto la libertad religiosa en una posición subordinada. Esto quiso decir que cuatro de los nueve magistrados eran partidarios de revocar aquel fallo. Dos de los otros cinco que le habían restado importancia a la libertad religiosa se habían jubilado. Había dos magistrados nuevos (Rutledge y Jackson) cuando se presentó el siguiente caso tocante al saludo de la bandera ante el Tribunal Supremo. En 1943, en el proceso “Consejo de Enseñanza de West Virginia contra Barnette”, estos dos votaron en favor de la libertad religiosa y en contra del saludo obligatorio a la bandera. Así pues, con seis votos a favor y tres en contra, el tribunal cambió la postura que había adoptado en cinco pleitos anteriores (“Gobitis”, “Leoles”, “Hering”, “Gabrielli” y “Johnson”), de cuyas sentencias se había apelado a este tribunal.
Es de interés notar lo que el magistrado Frankfurter dijo al disentir del fallo del proceso “Barnette”: “Como ha sucedido en el pasado, el tribunal cambiará de vez en cuando su postura. Pero creo que nunca antes de estos litigios de los testigos de Jehová (salvo en desviaciones menores corregidas posteriormente) el tribunal ha desautorizado fallos con el fin de restringir las facultades del gobierno democrático”.
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‘Defendiendo y estableciendo legalmente las buenas nuevas’Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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[Fotografías en la página 686]
Magistrados del Tribunal Supremo de Estados Unidos que, con seis votos a favor y tres en contra en el proceso “Barnette”, rechazaron el saludo obligatorio a la bandera en favor de la libertad de cultos. Este fallo revocó el fallo que el tribunal había dictado anteriormente en el proceso “Gobitis”
Niños implicados en los litigios
Lillian y William Gobitas
Marie y Gathie Barnette
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