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Se ofrecieron de buena gana para servir en el EcuadorLa Atalaya 2012 | 15 de julio
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SUPERARON LOS DESAFÍOS
Claro está, servir en el extranjero conlleva sus desafíos. De hecho, algunos jóvenes se han enfrentado a pruebas aun antes de salir de su país. Kayla, de Estados Unidos, recuerda: “Los comentarios negativos de algunos hermanos bienintencionados eran desalentadores. No entendían por qué quería irme a predicar de tiempo completo al extranjero. Eso a veces me hacía dudar de si estaba tomando la mejor decisión”. Con todo, Kayla se mudó. Ella explica qué la ayudó: “Oré mucho y hablé con hermanas y hermanos maduros, lo cual me hizo ver que Jehová bendice a quienes se hacen disponibles”.
Para otros tantos, lo difícil ha sido dominar un nuevo idioma. Siobhan, una Testigo de Irlanda, admite: “Me frustraba no poder expresarme. Tuve que aprender a ser paciente, poner empeño en estudiar el idioma y reírme de mis errores”. Anna, de Estonia, señala: “Acostumbrarme al calor tropical, a las polvaredas y a bañarme con agua fría no fue nada en comparación con el trabajo que me dio aprender español. Más de una vez quise tirar la toalla. Me tuve que obligar a concentrarme en mi progreso, y no en mis errores”.
Y los sentimientos de nostalgia no se quedan atrás. Jonathan, de Estados Unidos, reconoce: “Poco después de llegar a mi asignación, sentí el dolor de estar lejos de mi familia y amigos. Pero entregarme de lleno al servicio y al estudio personal me ayudó a superar la tristeza. Las emocionantes experiencias en el ministerio y los amigos que conseguí en la congregación enseguida hicieron que recuperara la alegría”.
Las condiciones de vida constituyen otro desafío. Beau, un hermano de Canadá, explica: “En su propio país, uno da por sentado cosas tan básicas como la luz eléctrica y el agua corriente. Pero aquí, esos servicios se interrumpen en cualquier momento”. La pobreza, los incómodos medios de transporte y el analfabetismo son problemas comunes en muchos países en vías de desarrollo. Algo que ha ayudado a Ines, de Austria, a sobrellevar esto es concentrarse en las cualidades de la gente del lugar. “Las personas son muy hospitalarias, amables, serviciales y humildes —comenta ella—. Y sobre todo, tienen muchos deseos de aprender de Dios.”
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Se ofrecieron de buena gana para servir en el EcuadorLa Atalaya 2012 | 15 de julio
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Y TÚ, ¿QUÉ HARÁS?
Si eres Testigo y tus circunstancias te permiten ir a servir a un lugar donde hay mayor necesidad de proclamadores del Reino, ¿aceptarás la invitación? Es cierto que se deben hacer buenos planes antes de tomar una decisión como esa. Pero sobre todo, se requiere un profundo amor a Jehová y al prójimo. Si tú tienes ese amor y llenas los requisitos, incluye este asunto en tus oraciones. Además, ¿por qué no lo comentas con tus padres y con los ancianos de la congregación? Bien podrías llegar a la conclusión de que tú también estás en posición de participar en esta emocionante faceta del servicio sagrado.
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Se ofrecieron de buena gana para servir en el EcuadorLa Atalaya 2012 | 15 de julio
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[Ilustraciones y recuadro de la página 6]
Cómo prepararte para servir en el extranjero
• Adopta buenos hábitos de estudio personal
• Repasa Nuestro Ministerio del Reino de agosto de 2011, páginas 4 a 6
• Habla con quienes hayan servido en el extranjero
• Infórmate acerca de la cultura y la historia del país
• Estudia un curso básico del idioma
[Ilustración y recuadro de la página 6]
Formas en que algunos costean sus gastos
• Trabajando unos cuantos meses al año en su propio país
• Alquilando su casa, apartamento o negocio
• Haciendo trabajos por Internet
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