BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Trate a su cónyuge con respeto
    La Atalaya 2011 | 1 de agosto
    • Incluso cuando estén a solas, no caiga en la tentación de usar lenguaje hiriente u ofensivo. En el antiguo Israel, Mical se enfadó con su esposo, el rey David, y con desprecio le dijo que se había portado “como uno de los casquivanos”. Al llamarlo casquivano, o alocado, no solo ofendió a su esposo, sino que también desagradó a Dios (2 Samuel 6:20-23). ¿Cuál es la lección? Cuando hable con su cónyuge, preste atención a lo que dice (Colosenses 4:6, nota). Felipe, que lleva ocho años casado, reconoce que él y su esposa aún tienen desacuerdos. Se ha dado cuenta de que, a veces, sus comentarios solo empeoran las cosas: “He aprendido que ‘ganar’ una discusión es realmente una derrota. Es mucho mejor hacer lo posible por llevarnos bien”.

  • Trate a su cónyuge con respeto
    La Atalaya 2011 | 1 de agosto
    • Reconozcan que no son iguales

      ¿Cuál es el problema?

      Algunos recién casados creen erróneamente que como la Biblia dice que son “una sola carne”, los dos han de tener la misma opinión y personalidad (Mateo 19:5). Sin embargo, no tardan en descubrir que esa idea no es realista. Al poco tiempo, sus diferencias provocan frecuentes discusiones. Linda explica: “Algo en lo que Felipe y yo somos muy distintos es que él se preocupa menos por las cosas. A veces está tan tranquilo mientras yo me muero de angustia, así que termino enojándome porque me parece que el asunto no le importa tanto como a mí”.

      ¿Cómo resolverlo?

      Acéptense el uno al otro como son y respeten sus diferencias. Para ilustrarlo: la vista y el oído no tienen la misma función; sin embargo, ambos sentidos se complementan para que podamos cruzar la calle sin percances. Después de casi treinta años de matrimonio, Adriana comenta: “Siempre que nuestros puntos de vista no sean contrarios a la Palabra de Dios, aceptamos que puedan diferir. Al fin y al cabo, estamos casados, no clonados”.

      Cuando su pareja opine o reaccione de forma distinta a usted, tenga en cuenta los sentimientos del otro y no se centre en los suyos (Filipenses 2:4). Fabián, el esposo de Adriana, admite: “No siempre entiendo ni comparto el parecer de mi esposa. Pero me recuerdo a mí mismo que mi amor por ella pesa mucho más que mi opinión. Si ella está contenta, yo también lo estoy”.

      ¿POR QUÉ NO INTENTA ESTO? Haga una lista de los aspectos en que la opinión de su cónyuge o su forma de manejar las cosas sea superior a la suya (Filipenses 2:3).

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir