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Me siento a salvo porque confío en JehováLa Atalaya (estudio) 2023 | noviembre
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En diciembre de 1977, volví a Nigeria para un curso de capacitación de tres semanas. Cuando terminó el curso, el coordinador del Comité de Sucursal, Malcolm Vigo, me dio una carta que habían recibido de la sucursal de Sierra Leona. Los hermanos estaban buscando a un precursor soltero, con buena salud y que hablara inglés y francés para que fuera superintendente de circuito en Guinea-Conakri. El hermano Vigo me explicó que por eso me habían invitado al curso de capacitación. Me dejó claro que cumplir con esa responsabilidad no sería nada fácil y me aconsejó: “Piénsatelo bien antes de aceptar”. Pero, sin pensarlo dos veces, le dije: “Como el que me envía es Jehová, voy a ir”.
Viajé en avión a Sierra Leona y me reuní con los hermanos de la sucursal. Un miembro del Comité de Sucursal me dijo: “No sabemos muy bien cómo va la obra en Guinea”. Aunque esta sucursal supervisaba la predicación en Guinea, no podían comunicarse con los publicadores debido a la situación política tan tensa que había en ese país. En varias ocasiones habían intentado enviar allí un representante de la organización, pero no lo habían logrado. Por eso me pidieron que viajara a Conakri, la capital de Guinea, y tratara de conseguir la residencia.
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Poco después, volví a la sucursal de Sierra Leona y les conté a los hermanos lo que había decidido el ministro. Los hermanos saltaron de alegría cuando se enteraron de que, gracias a la bendición de Jehová, tenía permiso del Gobierno para quedarme en Guinea.
Cuando era superintendente de circuito en Sierra Leona.
Entre 1978 y 1989 fui superintendente de circuito en Guinea y Sierra Leona, y superintendente de circuito sustituto en Liberia.
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