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El perdón de Jehová: por qué lo agradecemos tantoLa Atalaya (estudio) 2025 | febrero
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1, 2. ¿Por qué decimos que los seres humanos nos encontramos en una situación parecida a la del joven del párrafo 1?
IMAGINE a un joven que tiene unos padres muy ricos. Pero un día recibe una terrible noticia: sus padres han muerto en un accidente. Y eso no es todo. También se entera de que sus padres habían derrochado todo su dinero y estaban endeudados hasta el cuello. Así que, en vez de heredar dinero, lo que hereda son deudas. Y le están reclamando que las pague lo antes posible. Pero la deuda es tan grande que nunca jamás podría pagarla.
2 Los seres humanos nos encontramos en una situación parecida. Nuestros primeros padres, Adán y Eva, eran perfectos y vivían en un hermoso paraíso (Gén. 1:27; 2:7-9). Podrían haber disfrutado para siempre de una vida feliz y próspera. Pero entonces todo cambió. Perdieron su bello hogar y la posibilidad de vivir para siempre. ¿Qué herencia les dejaron a sus futuros hijos? La Biblia nos dice: “Por medio de un solo hombre [Adán], el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte, y así fue como la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos habían pecado” (Rom. 5:12). La herencia que nos dejó Adán es el pecado, que nos lleva a la muerte. El pecado heredado es como una deuda enorme que ninguno de nosotros puede pagar (Sal. 49:8).
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El perdón de Jehová: por qué lo agradecemos tantoLa Atalaya (estudio) 2025 | febrero
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5. ¿Qué ha hecho Jehová para ayudarnos a pagar la deuda del pecado? (Vea la imagen).
5 Pensemos de nuevo en el joven que mencionamos en el párrafo 1. ¿Cómo se sentiría él si un hombre rico se ofreciera a pagar todas sus deudas? Seguro que estaría muy agradecido y aceptaría esa generosa oferta. De manera parecida, Jehová, nuestro Padre que nos quiere, nos ha dado un regalo que paga la deuda del pecado que hemos heredado de Adán. Jesús explicó en qué consiste ese regalo: “Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito para que nadie que demuestre tener fe en él sea destruido, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Ese regalo también nos permite disfrutar de una buena relación con Jehová.
Jesús predicó las buenas noticias sobre el perdón de Jehová, que es posible gracias al rescate (Juan 3:16). Después, él dio con gusto su propia vida como rescate. (Vea el párrafo 5).
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