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¿Sobreviviremos, como Jeremías?Dios nos habla mediante Jeremías
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Muchos cristianos contraen matrimonio, pero no todos. Jesús no se casó, y dijo que algunos discípulos tendrían el don de “hacer lugar para” la soltería en su mente y corazón. Animó a cuantos pudieran a seguir su ejemplo (léase Mateo 19:11, 12). Así que no deberíamos bromear con el estado civil de los que desean quedarse solteros en pro del servicio a Dios, sino encomiarlos.
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¿Sobreviviremos, como Jeremías?Dios nos habla mediante Jeremías
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Numerosos cristianos solteros, tanto hombres como mujeres de todas las edades, siguen el modelo de Jeremías, y sus experiencias demuestran que es muy útil estar inmerso en el servicio a Dios, es decir, participar de lleno en las actividades espirituales. Por ejemplo, una Testigo de una congregación china señala: “El precursorado le da rumbo a mi vida. Ser soltera me permite llevar una vida ocupada y plena, lo cual me ayuda a evitar el sentimiento de soledad. Al final del día estoy satisfecha porque veo que mi ministerio beneficia de verdad a la gente, y eso me hace muy feliz”. Una precursora de 38 años opina: “El secreto de la felicidad consiste en disfrutar de los aspectos positivos de cualquier situación en que te encuentres”. Y una hermana soltera del sur de Europa admitió con franqueza: “Tal vez mi vida no sea exactamente como yo esperaba que fuera, pero soy feliz y seguiré siéndolo”.
12, 13. a) ¿Cuál es un punto de vista realista sobre la soltería y el matrimonio? b) ¿Qué destacan la vida y consejos de Pablo sobre la soltería?
12 ¿Es posible que Jeremías pensara que su vida no era como la había planeado? Quizás. Pero puede que también viera que lo mismo les sucede a quienes se casan y tienen hijos. Una precursora española explica: “Conozco matrimonios que son felices y otros que no lo son. Esta realidad me convence de que mi felicidad no depende de que me case o no”. Sin duda alguna, la experiencia de Jeremías —una entre miles— demuestra que los solteros pueden disfrutar de una vida satisfaciente y feliz. Otro caso que lo corrobora es el del apóstol Pablo, quien escribió: “Digo a los no casados y a las viudas: les es bueno permanecer así como yo” (1 Cor. 7:8). Probablemente Pablo era viudo; de cualquier modo, no estaba casado mientras fue misionero (1 Cor. 9:5). ¿No es lógico pensar que su estado civil contribuyó a que se entregara tan de lleno a su servicio? Así es, pudo “atender constantemente al Señor sin distracción”, lo que se tradujo en grandes beneficios (1 Cor. 7:35).
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