BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • ¡Cuidado con el dañino chismear!
    La Atalaya 1989 | 15 de octubre
    • ¡Cuidado con el dañino chismear!

      “En la abundancia de palabras no deja de haber transgresión, pero el que tiene refrenados sus labios está actuando discretamente.” (PROVERBIOS 10:19.)

      1. ¿Cuán dañino es el chisme mentiroso y difamatorio, o calumnia?

      NADA puede convertir el veneno mortífero en una bebida saludable. El chisme mentiroso y difamatorio, es decir, la calumnia, se ha comparado apropiadamente con veneno que también puede robarle a una persona recta su buen nombre. El poeta romano Juvenal dijo que la calumnia es “el peor de todos los venenos”. Y el dramaturgo inglés William Shakespeare puso estas palabras en boca de uno de sus personajes: “Quien me robe el buen nombre, me roba lo que no lo enriquece a él y me deja a mí verdaderamente pobre”.

      2. ¿Qué preguntas debemos considerar?

      2 Pero ¿qué es, precisamente, el chisme? ¿Cómo pudiera diferir de la calumnia? ¿Por qué debemos guardarnos del dañino chismear? Y ¿cómo podemos evitarlo?

      Cómo difieren

      3. ¿Qué diferencia hay entre la charla, el chisme y la calumnia?

      3 El chisme es una “noticia verdadera o falsa con que se pretende indisponer a unas personas con otras” o con que “se murmura de alguna”; también puede ser algo verídico o falso que se cuente “para difamar o desacreditar a alguien”. Abarca desde el “chisme de vecindad”, que puede ser charla relativamente inocua, “que verse sobre cosas de poca importancia”, hasta habla mucho más dañina. Puesto que todos nos interesamos en la gente, a veces en charla decimos cosas buenas o edificantes sobre alguien. La calumnia difiere de este tipo de charla y del chisme: es “atribuir falsa y maliciosamente a alguno palabras, actos o intenciones deshonrosas”, o “acusación o imputación grave y falsa hecha contra alguien”. Tal habla por lo general causa daño, y no es cristiana.

      4. Según un escritor, ¿cómo pudiera empezar la calumnia, y a qué se puede atribuir?

      4 De la charla inocua o el chisme de vecindad se pudiera pasar a la calumnia cruel. El escritor Arthur Mee dijo: “En la mayoría de los casos la calumnia que perjudica a alguien, y que puede arruinarlo, empieza con la charla, la charla que tal vez comienza solo debido a mera ociosidad. Es uno de los peores males del mundo, pero por lo general surge de la ignorancia. Es común principalmente entre los que tienen muy poco que hacer y no tienen ningún propósito específico en la vida”.

      5. ¿Cuál es la esencia del consejo de Pablo en 1 Timoteo 5:11-15?

      5 Puesto que de la charla de los ociosos y el chisme de vecindad se puede pasar a la calumnia, el apóstol Pablo se expresó contra algunas chismosas. Después de mencionar a las viudas que calificaban para recibir ayuda de la congregación, escribió: “Niégate a admitir a las viudas de menos edad, porque cuando sus impulsos sexuales se han interpuesto entre ellas y el Cristo, [...] al mismo tiempo también aprenden a estar desocupadas, andorreando por las casas; sí, no solo a estar desocupadas, sino también a ser chismosas y entremetidas en asuntos ajenos, hablando de cosas que no debieran. Por eso deseo que las viudas de menos edad se casen, que tengan hijos, que manejen la casa, que no den al opositor incentivo alguno para injuriar. Ya, de hecho, algunas han sido apartadas para seguir a Satanás”. (1 Timoteo 5:11-15.)

      6. ¿Qué debe hacer uno para vencer la debilidad de emplear el tipo de charla que pudiera convertirse en calumnia?

      6 Puesto que Pablo escribió por inspiración divina, no estaba haciendo comentarios injustos sobre aquellas mujeres. Lo que él dijo debe hacernos pensar con detenimiento. Ninguna mujer piadosa desea ‘apartarse para seguir a Satanás’. Pero ¿qué hay si la cristiana nota que tiene la debilidad de participar en el tipo de habla que pudiera hacerla culpable de calumnia? Pues humildemente debe obedecer este consejo de Pablo: “Las mujeres [...] deben ser serias, no calumniadoras”. Además, Pablo dijo: “Que las mujeres de edad sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras”. (1 Timoteo 3:11; Tito 2:3.) Los hermanos, también, deben ser discretos y aplicar este consejo sabio.

      7. De acuerdo con la Biblia, ¿por qué diría usted que todos debemos ejercer cautela en cuanto a lo que decimos?

      7 Por supuesto, todos a veces hablamos acerca de otras personas, de sus experiencias en el ministerio, y cosas por el estilo. Sin embargo, nunca ‘nos sentemos a hablar contra nuestro hermano’. (Salmo 50:19, 20.) Sí, es sabio no hablar demasiado, porque “en la abundancia de palabras no deja de haber transgresión, pero el que tiene refrenados sus labios está actuando discretamente”. (Proverbios 10:19.) Por eso, debemos tener cuidado con el habla ociosa, aunque no parezca dañina. No tenemos que hablar siempre de la gente, puesto que tenemos una amplia selección de temas de los cuales podemos conversar si consideramos cosas que sean justas, castas, amables, virtuosas y dignas de alabanza. (Filipenses 4:8.)

      Cómo de la charla o el chisme puede surgir la calumnia

      8. ¿Por qué no es siempre incorrecto hablar acerca de nuestros compañeros cristianos?

      8 No hay nada malo en hablar del ministerio del campo y de otras actividades piadosas de nuestros compañeros de creencia con tal que lo que digamos sea exacto y no perjudique a nadie. De hecho, puede que tales comentarios favorables animen a otros. (Compárese con Hechos 15:30-33.) Algunos cristianos hablaron acerca de Gayo, anciano fiel, a quien el apóstol Juan escribió: “Amado, estás haciendo trabajo fiel en cualquier cosa que haces para los hermanos —y hasta siendo extraños— que han dado testimonio de tu amor delante de la congregación”. (3 Juan 5, 6.) Por lo tanto, no siempre es incorrecto hablar sobre nuestros compañeros cristianos.

      9. a) ¿Cómo pudiera el habla ligera convertirse en calumnia contra gente recta? b) ¿Qué preguntas sería apropiado que nos hiciéramos?

      9 No obstante, el habla ligera puede convertirse en calumnia contra alguien recto si indagamos sobre sus asuntos personales, cuestionamos sus motivos o hacemos surgir sospechas acerca de su conducta. Sería bueno que tuviéramos como práctica preguntarnos: ¿Perjudicará la reputación de la otra persona lo que yo diga de ella? ¿Es cierto lo que digo? (Revelación 21:8.) ¿Diría lo mismo en presencia de ella? ¿Sembraría esto discordia en la congregación? ¿Pudieran mis declaraciones hacer que la persona perdiera privilegios de servicio? ¿Pudiera haber envidia en mi corazón? (Gálatas 5:25, 26; Tito 3:3.) ¿Sería el fruto de mis comentarios bueno, o malo? (Mateo 7:17-20.) ¿Habría dicho yo cosas similares acerca de los apóstoles? (2 Corintios 10:10-12; 3 Juan 9, 10.) ¿Es apropiada tal habla por parte de los que reverencian a Jehová?

      10, 11. Según Salmo 15:1, 3, ¿qué cosas evitaremos si deseamos ser huéspedes de Dios?

      10 En una alusión a los que reverencian a Dios, Salmo 15:1 plantea la pregunta: “Oh Jehová, ¿quién será huésped en tu tienda? ¿Quién residirá en tu santa montaña?”. Respecto a tal persona, el salmista David contesta: “No ha calumniado con su lengua. A su compañero no ha hecho nada malo, y ningún oprobio ha repetido contra su conocido íntimo”. (Salmo 15:3.) Aquí la palabra “calumniado” se traduce de un verbo hebreo que significa “ir a pie”, y, por lo tanto, “andar”. A los israelitas se les dio este mandato: “No andes sembrando calumnias por entre tu pueblo”. (Levítico 19:16, Sagrada Biblia, Straubinger.) El que ‘ande sembrando calumnia’ no puede ser huésped ni amigo de Dios.

      11 Los amigos de Dios no hacen mal a sus compañeros ni reciben como verdadero ningún cuento que traiga oprobio a gente conocida que es recta. En vez de esparcir cuentos falsos sobre nuestros compañeros de creencia y añadir a los vituperios malignos que ya tienen que aguantar de los impíos, deberíamos hablar bien de ellos. Jamás querríamos aumentar la carga de nuestros hermanos y hermanas fieles por expresar vituperios contra ellos.

      Cuando surgen dificultades

      12. ¿Cómo puede ayudarnos Hechos 15:36-41 si nos sentimos tentados a chismear acerca de alguien con quien hayamos tenido algún desacuerdo?

      12 Debido a que somos imperfectos, tal vez nos sintamos tentados a hablar de alguien con quien hayamos tenido algún desacuerdo serio. Pero considere lo que sucedió cuando el apóstol Pablo estaba para emprender su segundo viaje misional. Aunque Bernabé quería que Marcos los acompañara, Pablo no concordaba con aquello, “puesto que [Marcos] se había apartado de ellos desde Panfilia y no había ido con ellos a la obra”. A esto siguió “un agudo estallido de cólera”, y se separaron. Bernabé tomó consigo a Marcos y pasó a Chipre, mientras que Pablo se llevó a Silas en su viaje por Siria y Cilicia. (Hechos 15:36-41.) Es patente que después se zanjó la brecha entre Pablo, Bernabé y Marcos, pues Marcos estuvo con el apóstol en Roma, y Pablo habló bien de él. (Colosenses 4:10.) Aunque hubo un desacuerdo entre ellos, no hay evidencia de que aquellos cristianos se pusieran a chismear unos de otros entre sus compañeros de creencia.

      13. ¿En qué circunstancias que implicaban a Pedro resistió Pablo la posible tentación de chismear acerca de un compañero cristiano?

      13 Pablo también resistió una posible tentación de recurrir a dañoso chismear cuando censuró a Cefas (Pedro), quien se había avergonzado de comer y asociarse con creyentes gentiles porque ciertos cristianos judíos de Jerusalén estaban presentes. En vez de hablar a espaldas de Pedro, el apóstol Pablo ‘lo resistió cara a cara’ y le habló “delante de todos ellos”. (Gálatas 2:11-14.) Pedro tampoco chismeó sobre su censurador. De hecho, más tarde lo llamó “nuestro amado hermano Pablo”. (2 Pedro 3:15.) Por eso, aunque un compañero de creencia necesite que se le corrija, eso no da excusa para chismear acerca de él. Hay muy buenas razones para evitar tal habla y resistir la tentación de esparcir dañino chisme.

      ¿Por qué cuidarse del chisme?

      14. ¿Cuál es la razón principal para no dar oído al dañino chismear ni participar en esparcir chismes?

      14 La razón principal para no dar oído al dañino chismear ni participar en esparcir chismes es que queremos agradar a Jehová, quien condena la calumnia. Como ya se ha indicado, el punto de vista de Dios sobre tal habla quedó claro cuando a los israelitas se les mandó: “No debes andar entre tu pueblo con el fin de calumniar. No debes ponerte de pie contra la sangre de tu prójimo. Yo soy Jehová”. (Levítico 19:16.) Entonces, si queremos disfrutar del favor divino, no debemos calumniar a nadie a quien quizás mencionemos en nuestras conversaciones.

      15. ¿Quién es el calumniador principal, y cómo puede el dañino chismear afectar nuestra relación con Dios?

      15 Otra razón para no participar en dañino chismear es que eso pudiera hacernos imitadores de Satanás, el calumniador principal de Jehová. A este archienemigo de Dios se le llamó apropiadamente “Diablo” (griego: di·á·bo·los), que significa “calumniador”. Cuando Eva escuchó el habla calumniosa de Satanás contra Dios y obró como si aquello fuera verdad, la primera pareja humana se separó de su mejor Amigo. (Génesis 3:1-24.) Nunca sucumbamos a los designios de Satanás al participar en habla dañosa que merece la desaprobación de Dios y que, por lo tanto, puede separarnos de nuestro mejor Amigo, Jehová Dios.

      16. ¿Cómo ‘separa a los que se han familiarizado entre sí’ el calumniador?

      16 No debemos escuchar a los chismosos que riegan descrédito, puesto que causan separación entre amigos. A menudo los calumniadores exageran, desfiguran los asuntos, mienten y dicen muchas cosas que añaden leña al fuego. En vez de hablar con alguien cara a cara, murmuran a espaldas de esa persona. Frecuentemente se fomentan sospechas que no tienen fundamento. Así, “el calumniador está separando a los que se han familiarizado entre sí”. (Proverbios 16:28.)

      17. ¿Por qué debemos cuidarnos de darnos demasiado a la charla ligera?

      17 Debemos cuidarnos para no darnos demasiado ni siquiera a la charla ligera. ¿Por qué? Porque el decir algo sin la intención de herir a nadie pudiera causar daño si otros lo repiten. Los comentarios pudieran adornarse o torcerse al grado de perjudicar la reputación de una persona devota, lo cual sería robarle su buen nombre. Si eso ocurriera, ¿cómo se sentiría usted si hubiera dado origen a un cuento o si sólo lo hubiera esparcido? Pudiera ser que otras personas llegaran a verlo a usted como alguien que perjudica a los demás, y por eso quizás ya no buscaran su compañerismo. (Compárese con Proverbios 20:19.)

      18. ¿Cómo puede el chisme convertir a alguien en mentiroso?

      18 Otra razón para que esté alerta es que el dañoso chismear pudiera hacer de usted un mentiroso. “Las palabras de un calumniador son como cosas que han de tragarse vorazmente, que de veras bajan hasta las partes más recónditas del vientre.” (Proverbios 26:22.) ¿Qué hay si usted se traga mentiras y las repite? Pues, aunque crea que las mentiras sean verdades, miente al esparcirlas. Cuando la falsedad de ellas salga a la luz, puede que a usted se le considere mentiroso. ¿Quisiera que eso ocurriera? ¿No considera Dios responsables por las mentiras religiosas a los falsos maestros? Sí, y los calumniadores también tendrán que rendirle cuentas. Jesús advirtió: “De toda palabra ociosa que hablaren los hombres habrán de dar cuenta el día del juicio. Pues por tus palabras serás declarado justo o por tus palabras serás condenado”. (Mateo 12:36, 37, Nácar-Colunga, 1972.) Puesto que “cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios”, ¿quisiera usted que él lo condenara por ser un calumniador mentiroso? (Romanos 14:12.)

      19. ¿Por qué se puede decir que el dañino chismear pudiera ser asesino?

      19 Una razón más para no esparcir dañino chisme es que el chismear puede ser asesino. Sí, puede ser mortífero, por destruir la buena reputación de algún inocente. Hay lenguas que son como ‘espadas agudas’, y las palabras amargas son como flechas disparadas en una emboscada contra alguien exento de culpa. David oró: “Quieras ocultarme [Jehová] del habla confidencial de los malhechores, del tumulto de los practicantes de nocividad, que han aguzado su lengua precisamente como una espada, que han apuntado su flecha, discurso amargo, para disparar desde lugares ocultos contra alguien exento de culpa”. (Salmo 64:2-4.) ¿Quisiera usted ser responsable de decir cosas tan malas de su prójimo que este se sintiera impelido a orar a Dios por alivio, como lo hizo el salmista? ¿Quisiera ser culpable de lo que equivale a asesinato?

      20. a) En lo que respecta a la congregación de Dios, ¿qué le podría suceder al calumniador impenitente? b) ¿Qué precaución deben tener los ancianos con relación a la charla y la calumnia?

      20 El calumniar puede llevar a expulsión de la organización de Dios: uno pudiera ser expulsado por ser mentiroso impenitente. Sin embargo, no se ha de tomar tal acción contra los que son culpables de charla ligera. Los ancianos deben considerar cuidadosamente los asuntos, con oración, para que puedan distinguir claramente entre la simple charla y la calumnia cruel. Para que se le expulse, el malhechor tendría que ser un calumniador malvado impenitente. Los ancianos no están autorizados para expulsar a nadie por charla de poca importancia motivada por el interés humano y que no encierre falsedades ni el deseo de causar daño. Los asuntos no se deben exagerar hasta estar fuera de proporción, y tiene que haber testigos que den testimonio sustancial que pruebe sin lugar a dudas que se ha levantado una calumnia. (1 Timoteo 5:19.) La razón principal para expulsar a los calumniadores impenitentes es eliminar el maligno chismear y evitar que la congregación llegue a estar leudada con la levadura del pecado. (1 Corintios 5:6-8, 13.) Pero los ancianos nunca deben apresurarse tanto que expulsen a alguien sin tener base bíblica. A menudo, mediante la oración y el consejo pueden ayudar a la persona implicada a arrepentirse, pedir perdón o de otros modos reparar las ofensas, y continuar progresando en domar la lengua.

      ¿Es calumnia?

      21. En vez de chismear sobre un malhechor, ¿qué debemos hacer?

      21 Un proverbio dice sabiamente: “El que anda como calumniador está descubriendo habla confidencial, pero el que es fiel en espíritu está encubriendo un asunto”. (Proverbios 11:13.) ¿Significa esto que sería calumnia el que usted informara lo que supiera de alguien que estuviera participando en secreto en algún pecado craso? No. Por supuesto, usted no debería andar con chismes sobre el asunto. Debería hablar con el malhechor e instarlo a buscar la ayuda de los ancianos. (Santiago 5:13-18.) Si no lo hace dentro de un espacio de tiempo razonable, su interés en mantener limpia a la congregación debe moverlo a informar el asunto a los ancianos. (Levítico 5:1.)

      22. ¿Por qué podemos decir que 1 Corintios 1:11 no autoriza el chismear?

      22 El resultado de tal informe pudiera ser que se disciplinara al malhechor, lo cual no parecería ser motivo para gozo. Pero la persona entrenada por la disciplina siega el fruto de la justicia. (Hebreos 12:11.) Los males cometidos deben informarse a los que han sido nombrados para atender tales asuntos, no a los chismosos que los divulgarían. Pablo dijo a los cristianos de Corinto: “Se me hizo saber acerca de ustedes, hermanos míos, por los de la casa de Cloe, que existen disensiones entre ustedes”. (1 Corintios 1:11.) ¿Estaban chismeando algunos miembros de aquella casa sobre sus compañeros de creencia? No; más bien, se informó el asunto a un anciano responsable que podía tomar medidas para ayudar a los que necesitaban hacer ajustes para regresar a la senda de la vida.

      23. ¿Qué pregunta queda todavía por considerarse?

      23 Al ayudar a alguien a cuidarse del dañino chismear estamos beneficiando a esa persona. Un sabio proverbio dice: “El que vigila su boca está guardando su alma. El que abre con anchura sus labios... tendrá ruina”. (Proverbios 13:3.) Por lo tanto, está claro que hay buenas razones para evitar el dañino chismear y la inicua calumnia. Pero ¿cómo puede ponerse fin al dañino chismear? El artículo siguiente nos dirá esto.

  • Cómo poner fin al dañino chismear
    La Atalaya 1989 | 15 de octubre
    • Cómo poner fin al dañino chismear

      “Pon guardia, sí, oh Jehová, para mi boca; pon vigilancia, sí, sobre la puerta de mis labios.” (SALMO 141:3.)

      1. ¿Qué capacidad tiene el cerebro que Dios nos ha dado?

      NUESTRO cerebro es un don de Jehová, ¡y cuán maravilloso es! El libro The Incredible Machine (La máquina increíble) dice: “Hasta los ordenadores más complejos que podemos imaginarnos no son tan refinados en comparación con la complejidad y la flexibilidad casi infinita del cerebro humano [...] Las millones de señales que pasan por el cerebro en cualquier momento llevan una extraordinaria cantidad de información. Transmiten datos sobre el ambiente interno y el externo del cuerpo [...] Mientras otras señales procesan y analizan información, también producen ciertas emociones, recuerdos, pensamientos o planes que llevan a uno a tomar una decisión. Casi inmediatamente, señales procedentes del cerebro dicen a otras partes del cuerpo qué hacer [...] Mientras tanto, el cerebro también controla la respiración, la composición de la sangre, la temperatura y otros procesos esenciales sin que uno se dé cuenta de ello” (página 326).

      2. ¿Qué pregunta merece nuestra consideración ahora?

      2 Sin duda, este maravilloso don procedente de Dios nunca debería usarse como bote de basura. No obstante, podemos emplear mal el cerebro si escuchamos dañino chismear o esparcimos chismes. ¿Cómo podemos evitar tal habla y ayudar a otros a no participar en ella?

      Aprecie la mente que Dios le ha dado

      3. ¿Por qué no participaría en habla dañina ningún cristiano verdadero?

      3 Nuestro aprecio por la mente que Dios nos ha dado impedirá que prestemos atención al dañino chismear y participemos en él. El espíritu de Jehová no impulsaría a nadie a llenarse la mente de tales ideas ni a usar la lengua para perjudicar a otros. Más bien, la Palabra de Dios dice: “Deje el inicuo su camino, y el hombre dañino sus pensamientos”. (Isaías 55:7.) La mente del inicuo está llena de ideas malas, y tal persona está pronta a calumniar al que es recto. Pero jamás esperaríamos que hablaran así las personas que aprecian la mente que Dios les ha dado.

      4. Si apreciamos nuestro cerebro y nuestra facultad del habla, ¿cómo usaremos la mente y la lengua?

      4 El aprecio debido nos ayudará a abstenernos de usar la mente y la lengua para satisfacer nuestra carne pecaminosa. Más bien, mantendremos nuestros pensamientos y nuestra habla en un nivel elevado. Podemos evitar el dañino chismear acudiendo en oración a Aquel cuyos pensamientos son mucho más altos que los nuestros. El apóstol Pablo aconsejó: “Cuantas cosas sean verdaderas [no falsas ni calumniosas], cuantas sean de seria consideración [no triviales ni mezquinas], cuantas sean justas [no inicuas ni dañinas], cuantas sean castas [no calumnias inmundas ni sospechas perversas], cuantas sean amables [no odiosas ni menospreciativas], cuantas sean de buena reputación [no despectivas], cualquier virtud [no maldad] que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza [no condenada], continúen considerando estas cosas”. (Filipenses 4:8.)

      5. ¿Qué habían visto y oído respecto a Pablo sus compañeros de creencia?

      5 Pablo añadió: “Las cosas que ustedes aprendieron así como también aceptaron y oyeron y vieron relacionadas conmigo, practiquen estas; y el Dios de la paz estará con ustedes”. (Filipenses 4:9.) ¿Qué habían visto y oído otras personas respecto a Pablo? Cosas castas y edificantes en sentido espiritual. Él no les contó el chisme más reciente acerca de Lidia o Timoteo. Podemos estar seguros de que Pablo no escuchó ni esparció rumores respecto a los ancianos de Jerusaléna. Lo que probablemente ayudó a Pablo a no participar en dañino chismear fue el respeto que le tenía a la mente que Dios le había dado. Imitaremos su ejemplo si verdaderamente apreciamos la mente y la lengua que Jehová nos ha dado.

      Respeto a Dios y su Palabra

      6, 7. a) ¿Cómo mostró Santiago los efectos de la lengua ingobernable? b) ¿Qué no sucederá si respetamos a Dios y su Palabra?

      6 El respeto sincero a Dios y su Palabra Sagrada también nos ayudará a poner fin al dañino chismear. En realidad, ese respeto nos moverá a prestar atención al consejo del discípulo Santiago, quien aconsejó contra el mal uso de la lengua. (Santiago 3:2-12.) Si uno pudiera controlar la lengua, podría refrenar su cuerpo entero, así como el bocado del freno en la boca de un caballo puede guiar a ese animal. Tal como una simple chispa puede incendiar un bosque, así la pequeña lengua puede ser un fuego que encienda en llamas la rueda de la vida. El hombre puede domar bestias salvajes, aves, cosas que se arrastran y criaturas marinas, “pero la lengua, nadie de la humanidad puede domarla”, dijo Santiago. Con todo, eso no es excusa para que no nos esforcemos por poner fin al dañino chismear.

      7 Santiago también dijo que de la misma boca salen bendición y maldición. Esto no es apropiado, pues una fuente no deja salir burbujeando tanto agua dulce como agua amarga. La higuera no puede producir aceitunas, ni puede el agua salada producir agua dulce. Por supuesto, mientras los cristianos sean imperfectos no podrán domar perfectamente la lengua. Esto debería impulsarnos a ser misericordiosos para con los ofensores arrepentidos; pero esto no es excusa para que participemos en dañino chismear. En lo que de nosotros dependa, tal uso incorrecto y venenoso de la lengua no seguirá ocurriendo si verdaderamente respetamos a Dios y su Palabra.

      Cómo puede ayudarnos la oración

      8. ¿Cómo puede ayudarnos la oración a poner fin al dañino chismear?

      8 La tentación de escuchar chismes y luego esparcirlos puede ser muy fuerte. Por eso, si uno ha cedido a ella en el pasado, ¿no debería pedir perdón y ayuda a Dios? Jesús nos enseñó a orar: “No nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo”. (Mateo 6:13.) Los cristianos que oran intensamente a Dios para no ceder a esa habla tentadora, pero mala, no sucumbirán a este ardid de Satanás; se les rescatará del gran calumniador.

      9. Si nos vemos tentados a calumniar a alguien, ¿qué pudiéramos pedir en oración?

      9 Si nos vemos tentados a calumniar a alguien, pudiéramos orar: “Pon guardia, sí, oh Jehová, para mi boca; pon vigilancia, sí, sobre la puerta de mis labios”. (Salmo 141:3.) Si cedemos a la tentación e imitamos al Diablo mediante obrar como un calumniador odioso, mentiroso y asesino, podríamos perder nuestras perspectivas de vida eterna. (Juan 8:44.) El apóstol Juan escribió: “Todo el que odia a su hermano es homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene la vida eterna como cosa permanente en él”. (1 Juan 3:15.)

      El amor elimina el chismear

      10. En vez de chismear acerca de otros, ¿qué les debemos?

      10 Todos debemos algo a otras personas, pero no les debemos odio que impulse a perjudicial chismear. Pablo escribió: “No deban a nadie ni una sola cosa, salvo el amarse unos a otros”. (Romanos 13:8.) Deberíamos pagar esa deuda diariamente en vez de hablar contra otros y dañar su reputación. Si afirmamos que amamos a Jehová, no podemos estar calumniando a un compañero de adoración, “porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto”. (1 Juan 4:20.)

      11. ¿Cómo pudiera hacernos pensar detenidamente en lo perjudicial del chisme la ilustración de Jesús sobre las ovejas y las cabras?

      11 Considere la parábola de Jesús sobre las ovejas y las cabras. A las personas semejantes a cabras se les dijo que lo que hicieran a los hermanos de Cristo se consideraba como hecho a él. ¿Chismearía usted acerca de Cristo? Si no hablaría contra su Señor y Amo, no lo haga contra Sus hermanos ungidos tampoco. No cometa el error de las cabras, que “partirán al cortamiento eterno”. Si ama a los hermanos de Jesús, muéstrelo por lo que dice de ellos. (Mateo 25:31-46.)

      12. ¿Cuál es la esencia de Proverbios 16:2, y cómo debe esto afectar nuestro modo de pensar, actuar y hablar?

      12 Si alguien quisiera hablar mal de nosotros, podría decir mucho, porque todos somos pecadores y necesitamos el sacrificio de rescate de Jesús. (1 Juan 2:1, 2.) Por supuesto, nosotros quizás creamos que estamos obrando bastante bien. “Todos los caminos del hombre son puros a sus propios ojos, pero Jehová está avaluando los espíritus.” Las balanzas de Dios no se inclinan por favoritismo ni parcialidad. (Proverbios 16:2; Hechos 10:34, 35.) Él pesa nuestro espíritu y nota nuestra disposición y lo que impulsa nuestro pensar, actuar y hablar. De seguro, pues, no querríamos que Dios hallara que, equivocándonos, nos consideramos limpios, mientras que a otros los consideramos inmundos y merecedores de comentarios que les perjudiquen. Como Jehová, tenemos que ser imparciales, misericordiosos y amorosos.

      13. a) ¿Cómo puede ayudarnos a poner fin al dañino chismear el hecho de que ‘el amor sea sufrido y bondadoso’? b) ¿Qué impedirá que hablemos contra alguien que recibe un privilegio de servicio que nosotros no tenemos?

      13 El aplicar lo que Pablo dijo en 1 Corintios 13:4-8 puede ayudarnos a poner fin al dañino chismear. Escribió: “El amor es sufrido y bondadoso”. Tal vez cierta hermana que sufre persecución en un hogar dividido no nos salude alegremente. O puede que algunas personas sean más lentas que otras en sentido físico, quizás debido a mala salud. ¿No debería el amor impulsarnos a ser pacientes y bondadosos con ellas en vez de hacerlas víctimas del chisme? “El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha.” Por eso, si algún cristiano recibe un privilegio de servicio que nosotros no tenemos, el amor impedirá que hablemos contra él e insinuemos que no está capacitado para efectuar esa obra. El amor también evitará que nos jactemos de nuestros logros, habla que pudiera deprimir a los que tienen menos privilegios.

      14. ¿Qué otros rasgos del amor influirán en lo que decimos de otros?

      14 Pablo también dijo que el amor “no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño”. En vez de comportarnos indecentemente mediante comentarios no cristianos, debemos permitir que el amor nos impulse a hablar bien de otros y a considerar su bienestar. El amor impide que nos sintamos provocados y hablemos contra la gente por daños verdaderos o ficticios. Puesto que ‘el amor no se regocija por la injusticia, sino con la verdad’, impide que siquiera participemos en chismear acerca de opositores que experimenten injusticia.

      15. a) ¿Cómo debe afectarnos el hecho de que ‘el amor cree y espera todas las cosas’? b) ¿Qué rasgos del amor pueden ayudarnos a permanecer leales a la organización de Jehová aunque otros hablen contra ella?

      15 El amor ‘cree y espera todas las cosas’ que se hallan en la Palabra de Dios y nos mueve a apreciar el alimento espiritual que la clase del “esclavo fiel” provee, más bien que a prestar atención a los comentarios calumniosos de apóstatas que mienten. (Mateo 24:45-47; 1 Juan 2:18-21.) Puesto que ‘el amor aguanta todas las cosas y nunca falla’, también nos ayuda a seguir leales a la organización de Dios aunque “falsos hermanos” u otros hablen en contra de ella o de sus miembros. (Gálatas 2:4.)

      El respeto refrena el chisme

      16. ¿Cómo trataron a Pablo algunos falsos hermanos en Corinto?

      16 El respeto a nuestros compañeros de creencia también ayuda a poner fin al chisme. Puesto que Dios los ha aceptado, ciertamente no debemos difamarlos. Nunca seamos como los “falsos hermanos” a quienes se enfrentó Pablo. No hay duda de que estos hablaban mal de él. (2 Corintios 11:26.) Seguramente los apóstatas también lo difamaron. (Compárese con Judas 3, 4.) En Corinto algunas personas dijeron: “Sus cartas son de peso y enérgicas, pero su presencia en persona es débil, y su habla desdeñable”. (2 Corintios 10:10.) La gente no habla así de las personas a quienes ama.

      17. ¿Qué clase de comentarios hizo Diótrefes acerca del apóstol Juan?

      17 Considere el caso del apóstol Juan, de quien habló mal Diótrefes. Juan dijo: “Escribí algo a la congregación, pero Diótrefes, a quien le gusta tener el primer lugar entre ellos, no recibe nada de nosotros con respeto. Por eso, si voy, traeré a memoria sus obras que sigue haciendo, charlando acerca de nosotros con palabras inicuas”. (3 Juan 9, 10.) Aquella charla era un asunto sumamente serio, y si nosotros estamos prestando atención a habla similar hoy día, o la estamos esparciendo, debemos dejar de hacer eso inmediatamente.

      18. ¿Cómo difería Demetrio de Diótrefes, y cómo pudiera este contraste afectar nuestra conducta?

      18 Con el fin de animar a otros a respetar a las personas rectas, Juan dijo a Gayo: “No seas imitador de lo que es malo, sino de lo que es bueno. El que hace el bien se origina de Dios. El que hace el mal no ha visto a Dios. Todos ellos, y la verdad misma, han dado testimonio de Demetrio. De hecho, nosotros, también, estamos dando testimonio, y tú sabes que el testimonio que nosotros damos es verdadero”. (3 Juan 1, 11, 12.) Cada uno de nosotros pudiera preguntarse: ¿Soy un charlatán como Diótrefes, o soy como el fiel Demetrio? Si respetamos a nuestros compañeros de creencia, no haremos comentarios negativos acerca de ellos y así no daremos motivo para que otros nos consideren charlatanes.

      19. ¿Cómo procuraron difamar a C. T. Russell unos falsos hermanos?

      19 No solo en el primer siglo hubo falsos hermanos. En los años noventa del siglo pasado ciertas personas sin escrúpulos que se asociaban con la organización de Dios trataron de apoderarse de la Sociedad Watch Tower. Conspiraron contra Charles Taze Russell y procuraron removerlo del puesto que ocupaba como primer presidente de la Sociedad. Después de hervir por casi dos años, la conspiración estalló en 1894. Las acusaciones falsas tenían que ver principalmente con una supuesta falta de honradez de Russell en los negocios. Algunas de las acusaciones mezquinas revelaban la intención de los acusadores: difamar a C. T. Russell. Cristianos imparciales investigaron lo que pasaba y hallaron que Russell tenía la razón. Así fracasó el plan para “volar en pedazos al señor Russell y su obra”. De modo que, al igual que Pablo, el hermano Russell fue atacado por falsos hermanos, pero se reconoció que aquella prueba fue un designio de Satanás. Desde entonces se consideró a aquellos conspiradores como personas que no merecían disfrutar del compañerismo cristiano.

      Las buenas obras reprimen el dañino chismear

      20. ¿Qué falta notó Pablo en unas viudas jóvenes?

      20 Pablo sabía que con frecuencia el charlar o chismear dañino se relacionaba con la ociosidad, no con la abundancia de buenas obras. No le agradaba el que unas viudas jóvenes hubieran aprendido “a ir de casa en casa sin hacer nada; y no sólo no hacen nada, sino que chismorrean y se meten en todo, hablando de lo que no conviene”. ¿Cómo podría remediarse esto? Participando en actividad sana. Por eso Pablo escribió: “Quiero que las viudas jóvenes se casen, tengan hijos, se ocupen de su casa y no den pie a las críticas de los adversarios”. (1 Timoteo 5:11-14, Nueva Biblia Española.)

      21. ¿Cómo nos ayuda el consejo de 1 Corintios 15:58 a evitar los lazos del dañino chismear?

      21 Si las mujeres manejan la casa, educan a sus hijos conforme a las normas de Dios y se ocupan en otras actividades que valen la pena, tendrán poco tiempo para habla ociosa que puede llevar al perjudicial chismear. Los varones también tendrán menos tiempo para esa clase de habla si se ocupan en buenas obras. El ‘siempre tener mucho que hacer en la obra del Señor’ nos ayudará a todos a evitar los lazos del dañino chismear. (1 Corintios 15:58.) Sobre todo el que participemos de todo corazón en el ministerio cristiano, las reuniones de congregación y otras actividades piadosas mantendrá nuestra mente enfocada en asuntos espirituales, para que no lleguemos a ser chismosos desocupados ni entremetidos en asuntos ajenos.

      22. ¿Qué dice Proverbios 6:16-19 sobre cómo ve Dios a los calumniadores?

      22 Si nos mantenemos ocupados en obras piadosas y procuramos bendecir a otros en sentido espiritual, seremos amigos leales, no chismosos desleales. (Proverbios 17:17.) Además, si evitamos el dañoso chismear tendremos el mejor Amigo de todos: Jehová Dios. Recordemos que hay siete cosas que él detesta: “ojos altaneros, una lengua falsa, y manos que derraman sangre inocente, un corazón que fabrica proyectos perjudiciales, pies que se apresuran a correr a la maldad, un testigo falso que lanza mentiras, y cualquiera que envía contiendas entre hermanos”. (Proverbios 6:16-19.) Los promotores de los chismes exageran y tuercen los asuntos, y los calumniadores hablan falsedades. Esto hace que los que están ansiosos de esparcir cuentos empiecen a repetirlos. Casi siempre esto lleva a contiendas. Pero si odiamos lo que Dios odia, evitaremos el perjudicial chismear que puede causar daño a la persona recta y alegrar al gran calumniador, Satanás el Diablo.

      23. Respecto a nuestra habla, ¿cómo podemos regocijar el corazón de Jehová?

      23 Por lo tanto, regocijemos el corazón de Jehová. (Proverbios 27:11.) Evitemos el habla que él odia, rehusemos escuchar la calumnia y hagamos lo sumo posible por poner fin al dañino chismear. Ciertamente podemos lograrlo con la ayuda de nuestro santo Dios, Jehová.

      [Nota a pie de página]

      a Hoy tampoco es aconsejable escuchar ni esparcir cuentos sensacionales (que a menudo no tienen ninguna base verdadera) sobre lo que los miembros del Cuerpo Gobernante o sus representantes supuestamente hayan dicho o hecho.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir