La profecía de Génesis 3:15 fue dirigida a la serpiente que, mintiéndole a Eva, le había sugerido que no moriría por su desobediencia, sino que llegaría a ser independiente, una diosa. Así la serpiente dio a entender que Jehová era mentiroso, e insinuó que los humanos se hallarían en mejor situación si rechazaban Su gobernación suprema. (Génesis 3:1-5.)

En cuanto a ese término “serpiente”, ¿aplica solo a una serpiente o culebra literal? ¡De ningún modo! Revelación nos identifica a la infame criatura celestial que habló mediante aquella serpiente. Fue “el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada”, quien “sedujo a Eva por su astucia”. (Revelación 12:9; 2 Corintios 11:3.)