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Islas SalomónAnuario de los testigos de Jehová 1992
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No era la primera vez que el hermano Finlay pisaba las Salomón. Además de haber servido de superintendente de circuito y distrito en varias ocasiones, en 1965 había pasado tres meses en el norte de Malaita en calidad de precursor especial asignado por la sucursal de Papua Nueva Guinea.
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Islas SalomónAnuario de los testigos de Jehová 1992
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Omega Nunu regresó a su pueblo, Taba’a, enclavado en las montañas de la región de los kwara’ae, en la isla de Malaita, y llegó a ser el único anciano de su congregación.
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Islas SalomónAnuario de los testigos de Jehová 1992
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Pedro Kanafiolo, un hermano enérgico que procedía de una población del norte de Malaita llamada Malu’u, sirve ahora de precursor especial en el territorio relativamente nuevo de la isla de San Cristóbal. Simon Maedalea, que trabajó de carpintero en las obras de la sucursal, tiempo después fue precursor en el este de Malaita.
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Islas SalomónAnuario de los testigos de Jehová 1992
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Expansión de las buenas nuevas
Durante años, la predicación se concentró en dos islas, Malaita y Guadalcanal, en las que había una única congregación. En las décadas de los sesenta y setenta se formaron grupos de gente interesada en Munda y en Gizo, islas del sector occidental de las Salomón. Sin embargo, el progreso era lento. Andando el tiempo surgió interés en otros lugares, pues hubo precursores que fueron a Choiseul, en la parte occidental, y a las islas de Santa Cruz, incluidas en el grupo de las islas exteriores orientales.
A Malaita se la conoce por dos razones: primero, por ser el lugar de origen del famoso dinero de concha, con el que se pagaba el precio de la novia, y, segundo, por sus robustos habitantes, a quienes les encanta viajar. Estos son muy trabajadores; muchos tienen huertos enormes en plena montaña. Debido a su espíritu viajero, se les puede hallar en todas las provincias de las Salomón. Algunos viven alejados de su tribu hasta por más de cincuenta años. No fue mera coincidencia, por tanto, el que Norman Sharein, que llegó al norte de Malaita en 1962 procedente de la sucursal de Papua Nueva Guinea, encontrara a cientos de ellos, muchos, por cierto, ansiosos de conocer la verdad bíblica.
Muchos habitantes de Malaita habían estado comprometidos con un movimiento político fracasado llamado Ma’asina Ru’u (La Hermandad), que luchaba por conseguir la independencia del dominio británico. No se sentían parte de las iglesias tradicionales, de modo que crearon su propia religión, Boboa (Fundación). Ese nombre resultó ser profético, ya que muchos de ellos aceptaron la verdad bíblica, se bautizaron como Testigos y llegaron a ser resueltos predicadores y precursores. No solo han servido en una infinidad de pueblos aislados de montaña en su propio territorio tribual en Malaita, sino por todas las islas Salomón, sin importar lo remoto o aislado que estuviera el territorio.
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