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  • Islas Salomón
    Anuario de los testigos de Jehová 1992
    • Los precursores especiales Festus Funusui y su esposa, Ovature, fueron asignados a Belamna en 1988 para organizar mejor la predicación. Se empezó a predicar por las calles y en los mercados de Lata Station.

  • Islas Salomón
    Anuario de los testigos de Jehová 1992
    • así que en 1984 llegaron los precursores especiales David Kirite’e y Ben Ramo. No obstante, a estos no les fueron muy bien las cosas.

      Las hojas claman

      Uno de los problemas a los que se enfrentaron David y Ben se debía en parte a la enemistad existente entre algunos habitantes de las islas Reef y de Malaita. Esta actitud hostil se manifestó a raíz de una lucha entre facciones anglicanas rivales de Honiara, que se inició por las mismas fechas en que llegaron los precursores a las islas Reef. Como ellos eran originarios de Malaita, les resultaba muy difícil ir a predicar solos. El problema se agravaba por el hecho de que la gente vivía atemorizada por el obispo y los sacerdotes. El clero visitaba con regularidad a las personas para comprobar si tenían en casa publicaciones de la Sociedad. En caso de que encontraran alguna, reprendían severamente al amo de casa y le obligaban a entregársela para destruirla. Así pues, era muy difícil predicar; las personas salían corriendo en cuanto veían aproximarse a un Testigo.

      Los precursores se dieron cuenta de que tenían que cambiar de método. “Decidimos utilizar hojas de árboles —contaron⁠—. Íbamos a un cruce de caminos, arrancábamos una hoja grande de un árbol cercano y escribíamos sobre ella un texto bíblico en letras grandes y una explicación en letras más pequeñas. A continuación añadíamos en letra todavía más pequeña: ‘Si desea tener más información sobre este versículo, escriba a los testigos de Jehová de las islas Salomón o pregunte a cualquier Testigo que viva en su vecindad’.”

      David y Ben nos dan otro ejemplo de su testificación mediante hojas: “Escribíamos un tema, ‘El Reino de Dios’, y luego anotábamos debajo el primer texto, Mateo 24:14, seguido de las palabras: ‘Debemos predicar sobre este Reino’. En la línea siguiente formulábamos una pregunta: ‘¿Qué va a hacer el Reino de Dios?’, y por último poníamos otro texto, Revelación 21:4”.

      Si estaban predicando en una zona donde había fuerte oposición a la verdad, concluían la inscripción en la hoja con el Salmo 37:9: “Porque los malhechores mismos serán cortados, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra”. Luego ponían la hoja en medio de los senderos más transitados y se marchaban. ¿Produjo buenos resultados este sistema de predicar?

      Un día uno de los precursores escribió un sermón en una hoja con bolígrafo y la colocó justo en medio de una carretera muy transitada. Se apartó unos cuantos metros y esperó escondido entre los árboles para ver quién la recogía. Ante su mirada asombrada, un perro que iba por la carretera se paró y se puso a olfatear la hoja. “Creo que sabía leer —dijo el precursor en broma⁠—, porque empezó a ladrar a la hoja. Hizo tanto ruido, que un cazador que se hallaba en las inmediaciones pensó que tenía algún marsupial o lagarto atrapado en lo alto de un árbol. El cazador corrió hacia el lugar de donde procedían los ladridos y se encontró al perro ladrando y golpeando la hoja con la pata. Apartó al perro y recogió con cuidado la hoja. Estuvo un rato leyendo el sermón y luego volvió a colocar la hoja con igual cuidado en medio de la carretera”.

      El precursor concluye el relato: “Cuando más tarde pase por delante de la casa del cazador, este me gritó: ‘¿Ha puesto usted algo en la carretera?’. Iniciamos una conversación de la Biblia, que en seguida se convirtió en un estudio bíblico regular. En la actualidad, tanto él como toda su familia son publicadores de las buenas nuevas”.

      El ciego ve

      Billy Kwalobili se casó en 1986. Él y su esposa, Lina, fueron asignados a las islas Reef como precursores especiales. Uno de sus estudiantes de la Biblia preferidos era un joven ciego llamado Eriki, a quien le fascinaban el canto y los sonidos que emitían los pájaros y los insectos, y los imitaba a la perfección. Gracias al estudio bíblico que le conducían los Kwalobili, llegó a conocer al Hacedor de todas aquellas criaturas, además de aprender por qué enferma la gente y por qué él era ciego. Billy leía todos los párrafos de la lección en voz alta; Eriki escuchaba con atención y luego contestaba las preguntas de los párrafos con sus propias palabras. Memorizó más de treinta textos bíblicos.

  • Islas Salomón
    Anuario de los testigos de Jehová 1992
    • Resultaba difícil asignar a precursores a la isla, porque en el modo de vida tribual no estaban previstas las visitas. No obstante, las perspectivas mejoraron cuando un hermano que manejaba maquinaria pesada fue trasladado por su compañía a San Cristóbal. La sucursal aprovechó en seguida esta circunstancia para enviar a San Cristóbal al precursor especial James Ronomaelana, ahora miembro del Comité de Sucursal, con el fin de evaluar las posibilidades de iniciar la obra.

      Al principio James tropezó con mucha oposición. Un día descubrió sorprendido un letrero que advertía: “¡Gente de Jehová! Prohibido entrar sin permiso”. Aunque se le presentaron muchos contratiempos similares, su celo no disminuyó, por lo que se le bendijo con una emocionante experiencia. Relata: “Mientras predicaba en un pueblo, llegué frente a una gran casa. El dueño era propietario de ganado y de una plantación de cocoteros, y, obviamente, era mucho más rico que sus vecinos. Así que me di media vuelta, pensando que ese hombre no dispondría de tiempo para la verdad. Mientras me alejaba de la casa, empecé a evaluar mi timidez. Me pregunté seriamente a mí mismo: ‘¿Por qué paso de largo esta casa?’, y me dije con resolución: ‘Jehová me ha enviado aquí, y quizás sea la última vez que vengo. Debo ir a hablar con ese hombre’”.

      Cuando llegó a la casa, se encontró con los dueños, Oswald y Rachel Oli. James inició la conversación con entusiasmo hablando del nombre personal de Dios y de Su propósito para la Tierra. La pareja se regocijó al enterarse de que Dios va a convertir la Tierra en un paraíso. En la segunda visita se empezó un estudio bíblico. Oswald y Rachel en seguida comenzaron a adaptar sus vidas a los justos principios de Jehová. Oswald contribuía mucho dinero para la iglesia, de modo que, como era de esperar, la Iglesia anglicana se le opuso ferozmente. Coincidió que por aquel entonces se asignó a precursores especiales a abrir más territorio, lo que aumentó la cólera de los pastores locales, hasta el grado de que llegaron a ordenar a sus feligreses que utilizaran la violencia para silenciar a los precursores.

      Ni los precursores ni Oswald y su familia se desanimaron. Ocurrió en cierta ocasión que mientras el precursor especial Hankton Salatalau testificaba a un hombre interesado, un anglicano empezó a insultarle a gritos. Entonces, cuando Hankton se retiraba respetuosamente, el hombre le atacó brutalmente por detrás y lo tiró sobre unas afiladas rocas coralinas, donde le estuvo dando patadas sin piedad durante más de un cuarto de hora. Mientras tanto, la gente del pueblo contemplaba horrorizada lo que ocurría, pero sin atreverse a acudir en su ayuda debido al gran temor que tenía a sus pastores. Hankton yacía desvalido en el suelo tratando de protegerse la cabeza y el cuerpo con las manos. Tenía la espalda casi en carne viva debido al roce con las cortantes rocas. Algunos aldeanos finalmente se armaron de valor e intervinieron. Agarraron al atacante y lo retuvieron mientras Hankton se marchaba a su casa con el cuerpo magullado.

      La mayoría de los isleños, por desgracia, viven aún en temor de la iglesia. No obstante, algunos empiezan a percibir la diferencia entre el cristianismo verdadero y la cristiandad. Por otra parte, el aguante de los cuatro precursores especiales se ha visto recompensado. En San Cristóbal florecen ahora dos congregaciones trabajadoras y felices, y Oswald, Rachel y sus hijos, así como la familia de Rachel, son en la actualidad intrépidos publicadores de las buenas nuevas.

      Costumbres peculiares

      En muchas regiones inaccesibles de Malaita, sobre todo en las regiones montañosas, y en las otras islas, hay tribus que apenas han tenido contacto ni con la cristiandad ni con el verdadero cristianismo. En su mayor parte practican el culto de antepasados, aunque algunas son animistas.

      Elson Site, anterior superintendente de circuito y en la actualidad precursor especial casado y con ocho hijos, explica qué condiciones existen en algunos de estos lugares: “Estas tribus tienen la costumbre de llevar poca ropa o no llevar nada, y miran con recelo e incluso muchas veces prohíben la entrada en la aldea a los visitantes que van vestidos”.

      ¿Cómo se trataría esta situación tan delicada? Elson prosigue: “En una ocasión, un grupo de una congregación pequeña fue a predicar a un poblado. El jefe puso reparos a que los hermanos y las hermanas fueran vestidos mientras estuvieran en su territorio. Los hermanos le explicaron que no era la costumbre cristiana ir desnudos, y que en vista de la gran distancia que habían recorrido para compartir información importante de la Palabra de Dios, querían resolver ese pequeño problema que estaba impidiendo que su gente oyera las buenas nuevas. El jefe deliberó con los ancianos del poblado durante un buen rato, y por fin decidió que los hermanos no podían predicar a los aldeanos ese mismo día. Sin embargo, se hicieron planes para realizar futuras visitas más productivas. Los habitantes del poblado prometieron construir una casa de hojas justo en las afueras de los límites del poblado para que los hermanos y las hermanas se reunieran en ella, completamente vestidos, con todos los aldeanos que quisieran escuchar las enseñanzas bíblicas. Este sistema funcionó bastante bien, pues a los aldeanos les gusta hablar de temas espirituales”.

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    Anuario de los testigos de Jehová 1992
    • ‘Si desea tener más información sobre este versículo, escriba a los testigos de Jehová de las islas Salomón o pregunte a cualquier Testigo que viva en su vecindad’.

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    Anuario de los testigos de Jehová 1992
    • [Fotografía en la página 227]

      Las hojas de taro sirven de paraguas, aunque también se pueden escribir mensajes en ellas

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    Anuario de los testigos de Jehová 1992
    • [Fotografía en la página 233]

      El precursor especial Elson Site y su familia

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