BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Los problemas especiales de las familias con hijastros
    La Atalaya 1999 | 1 de marzo
    • Un padrastro confesó: “No estaba en realidad preparado para enfrentarme a todos los problemas relativos a la crianza de mis hijastros. Llegué a pensar que, como me había casado con su madre, ahora era su padre. Así de simple. No entendí el apego que le tenían a su padre biológico, y cometí muchos errores”.

  • Las familias con hijastros pueden tener éxito
    La Atalaya 1999 | 1 de marzo
    • Un hombre que ahora es padrastro explica sus verdaderos problemas: “A menudo me preocupaban tanto mis propios sentimientos que no podía pensar en las emociones de mis hijastros, y ni siquiera en las de mi esposa. Tuve que aprender a ser menos sensible. Más importante aún, tuve que aprender a ser humilde”. El amor le ayudó a efectuar los cambios necesarios.

      El padre biológico

      El amor puede ayudar a manejar la relación de los hijos con su padre biológico, ahora ausente. Un padrastro reconoce: “Quería tener el primer lugar en el afecto de mis hijastros. Cuando visitaban a su padre biológico, me resultaba difícil resistir la tentación de criticarlo. Cuando regresaban después de haber pasado un día agradable con él, me sentía muy mal. Cuando no pasaban un buen día, me alegraba. En realidad, tenía miedo de perderlos. Una de las cosas más difíciles para mí fue reconocer y aceptar la importancia del papel que desempeña el padre biológico en la vida de mis hijastros”.

      El amor genuino ayudó a este padrastro a enfrentarse al hecho de que no era realista esperar amor “instantáneo”. No debió sentirse rechazado cuando los niños no le aceptaron de inmediato. Reconoció que posiblemente nunca llegaría a reemplazar al padre biológico en el corazón de sus hijastros. Estos habían conocido a su padre desde el principio de su vida, mientras que el padrastro era un recién llegado que debía ganarse el amor de sus hijastros. La investigadora Elizabeth Einstein refleja una experiencia general al decir: “Al padre biológico no se le puede reemplazar nunca, nunca. El padre que ha muerto o que ha abandonado a sus hijos conserva un lugar importante en la vida de estos”.

  • Las familias con hijastros pueden tener éxito
    La Atalaya 1999 | 1 de marzo
    • Un anciano cristiano relata que solía serle difícil levantar a sus hijastros el domingo por la mañana para que participaran en las actividades de la congregación. En vez de reñirlos, los trató con bondad. Se levantaba temprano, preparaba el desayuno y luego les llevaba a todos una bebida caliente. El resultado fue que los niños se sintieron mucho más inclinados a hacerle caso cuando les pedía que se levantaran.

  • Las familias con hijastros pueden tener éxito
    La Atalaya 1999 | 1 de marzo
    • ¿Qué puede decirse en el caso particular del padrastro? ¿No indica la Biblia que el padre es el cabeza de familia? Efectivamente (Efesios 5:22, 23; 6:1, 2). Sin embargo, puede que el padrastro desee delegar la tarea de la disciplina por un tiempo, especialmente si implica castigo. Puede permitir que los hijos obedezcan ‘la ley de su madre’ mientras él coloca el fundamento para que ‘escuchen la disciplina de su [nuevo] padre’ (Proverbios 1:8; 6:20; 31:1). La experiencia demuestra que a la larga este proceder no contraviene el principio de la jefatura. Además, un padrastro dice: “Recordé que la disciplina incluye admonición, corrección y censura. Cuando esto se hace con justicia, amor y compasión, y los padres lo respaldan con el ejemplo, normalmente funciona”.

  • Las familias con hijastros pueden tener éxito
    La Atalaya 1999 | 1 de marzo
    • Una madre que volvió a casarse relata: “Lo más difícil para una madre es ver al padrastro disciplinando a sus hijos, especialmente si le parece que actúa con dureza o que no es del todo justo. Le duele en el corazón y quiere defender a sus hijos. En esos casos se le hace difícil mantenerse sujeta al esposo y apoyarlo.

      ”Una vez, mis dos hijos, de 12 y 14 años, pidieron permiso a su padrastro para hacer algo. Él les dijo inmediatamente que no, y salió de la habitación sin darles oportunidad de explicarle por qué era importante para ellos lo que pedían. Los chicos estaban a punto de llorar, y yo me quedé sin palabras. El mayor me miró y me dijo: ‘Mamá, ¿has visto lo que ha hecho?’. Contesté: ‘Sí, lo he visto. Pero aún es el cabeza de la casa, y la Biblia nos enseña a respetar la jefatura’. Fueron buenos chicos, y concordaron con lo que les dije y se calmaron un poco. Esa misma noche le expuse a mi esposo lo que pensaba, y se dio cuenta de que había sido demasiado autoritario. Fue enseguida a la habitación de los chicos y se disculpó.

      ”Aprendimos mucho de aquel incidente. Mi esposo aprendió a escuchar antes de decidir. Yo aprendí a apoyar el principio de la jefatura, aun cuando sea doloroso. Los chicos aprendieron la importancia de estar en sujeción (Colosenses 3:18, 19). Y la disculpa sincera de mi marido nos enseñó a todos una importante lección de humildad (Proverbios 29:23). Hoy mis dos hijos son ancianos cristianos de congregación.”

  • Las familias con hijastros pueden tener éxito
    La Atalaya 1999 | 1 de marzo
    • (Obviamente, los padrastros deben mantener las distancias para que sus hijastras no se sientan incómodas.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir