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Se trabaja en el “campo” antes de la siegaLa Atalaya 2000 | 15 de octubre
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Se precisa más luz
¿Entendieron Henry Grew y George Storrs la verdad claramente como nosotros hoy día? No. Eran conscientes de su lucha, pues Storrs declaró en 1847: “Debemos recordar que acabamos de salir del oscurantismo de la Iglesia, y no debe sorprendernos si encontramos que aún llevamos puestas algunas ‘prendas babilónicas’ como si fueran la verdad”.
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George Storrs tampoco entendía bien algunos puntos importantes. Era capaz de ver las falsedades que fomentaba el clero, pero en ocasiones se iba al otro extremo. Por ejemplo, reaccionó de manera exagerada ante la creencia del clero ortodoxo con respecto a Satanás y rechazó la idea de que el Diablo fuera una persona real. No aceptó la Trinidad; sin embargo, hasta poco antes de su muerte, no estaba seguro de que el espíritu santo fuera una persona o no. Aunque George Storrs esperaba que la vuelta de Cristo fuera invisible al principio, pensaba que con el tiempo habría una aparición visible.
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Alrededor del año 1835, Grew redactó un importante panfleto en el que puso de manifiesto que las enseñanzas de la inmortalidad del alma y el fuego del infierno no son bíblicas. Creía que estas doctrinas eran una blasfemia contra Dios.
Dicho panfleto tuvo efectos de largo alcance. En 1837, George Storrs, de 40 años, encontró un ejemplar en el tren. Storrs era originario de Lebanon (Nueva Hampshire), y en ese tiempo vivía en Utica (Nueva York).
Era un ministro muy respetado de la Iglesia Metodista Episcopal. Cuando leyó la información, le impresionó que pudiera presentarse un argumento tan convincente contra estas enseñanzas fundamentales de la cristiandad, las cuales él nunca había cuestionado. No sabía quién era el escritor del panfleto, y no fue sino hasta unos años más tarde, por lo menos hasta 1844, que conoció a Henry Grew en Filadelfia (Pensilvania), donde ambos residían. No obstante, Storrs estudió el asunto personalmente durante tres años, y lo comentaba solo con otros ministros.
Por fin, dado que nadie podía refutar lo que estaba aprendiendo, George Storrs decidió que no podía ser fiel a Dios si permanecía en la Iglesia Metodista. Presentó su renuncia en 1840 y se trasladó a Albany (Nueva York).
A principios de la primavera de 1842, Storrs pronunció una serie de seis discursos en seis semanas sobre el tema “¿Son inmortales los inicuos?”. Despertó tanto interés que decidió revisar la información para publicarla, y durante los siguientes cuarenta años alcanzó una circulación de 200.000 ejemplares en Estados Unidos y Gran Bretaña. Storrs y Grew colaboraron en debates contra la doctrina de la inmortalidad del alma.
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[Ilustración y recuadro de la página 28]
Creencias de George Storrs
Jesús pagó con su vida el precio del rescate para salvar a la humanidad.
La predicación de las buenas nuevas aún no se ha realizado (en 1871).
Por esta razón, el fin no podía estar cerca en aquel tiempo (en 1871). Tendría que efectuarse la predicación en el futuro.
Habrá personas que heredarán la vida eterna en la Tierra.
Habrá una resurrección de todos los que murieron en ignorancia. Quienes acepten el sacrificio redentor de Cristo recibirán la vida eterna en la Tierra. Quienes lo rechacen serán destruidos.
La inmortalidad del alma y el fuego del infierno son doctrinas falsas que deshonran a Dios.
La Cena del Señor se celebra anualmente el 14 de Nisán.
[Reconocimiento]
Foto: SIX SERMONS, de George Storrs (1855)
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