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Disfrutemos del estudio personal de la Palabra de DiosLa Atalaya 2002 | 1 de diciembre
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Disfrutemos del estudio personal de la Palabra de Dios
“Ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré intensamente.” (SALMO 77:12.)
1, 2. a) ¿Por qué debemos dedicar tiempo a meditar? b) ¿Qué significan los verbos meditar y reflexionar?
EL ASUNTO de mayor importancia para quienes somos discípulos de Jesucristo debe ser nuestra relación con Dios y la motivación con que le servimos. Hoy día, no obstante, casi todo el mundo lleva una vida tan ajetreada que no aparta tiempo para meditar. La gente centra su existencia en intereses materiales, el consumismo y la búsqueda ciega de placeres. ¿Cómo podemos evitar un proceder tan vano? Todos los días destinamos cierto tiempo para comer y dormir, lo cual es imprescindible; del mismo modo, debemos dedicar tiempo a meditar sobre las actividades de Jehová y su trato con la humanidad (Deuteronomio 8:3; Mateo 4:4).
2 ¿Apartamos algún momento para ello? ¿Qué significa meditar? Se ha definido meditar como “reflexionar o pensar sobre algo o alguien de manera profunda y cuidadosa”, y reflexionar, como “pensar o considerar despacio o con detenimiento”. ¿Qué relevancia tiene esto para nosotros?
3. ¿Con qué está directamente relacionado el progreso espiritual?
3 En primer lugar, debería recordarnos lo que el apóstol Pablo le escribió a su consiervo Timoteo: “Mientras llego, continúa aplicándote a la lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza. [...] Reflexiona sobre estas cosas; hállate intensamente ocupado en ellas, para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos”. En efecto, se esperaba que hubiera adelanto y progreso, y las palabras de Pablo establecían una relación directa entre reflexionar sobre asuntos espirituales y adelantar. Lo mismo es cierto hoy. Para tener la satisfacción de progresar en sentido espiritual, hemos de ‘reflexionar’ y ‘hallarnos intensamente ocupados’ en asuntos relacionados con la Palabra de Dios (1 Timoteo 4:13-15).
4. ¿De qué medios podemos valernos para reflexionar regularmente sobre la Palabra de Jehová?
4 Seleccionar el mejor momento para meditar depende del horario de uno y el de su familia. Muchos hermanos reflexionan sobre un texto bíblico por las mañanas cuando leen el folleto Examinando las Escrituras diariamente. De hecho, los 20.000 trabajadores voluntarios de los hogares Betel por todo el mundo comienzan el día con un análisis de quince minutos del texto diario. Aunque solo unos pocos miembros de la familia Betel ofrecen comentarios cada mañana, el resto reflexiona sobre lo que se dice y se lee. Otros Testigos meditan sobre la Palabra de Dios de camino al trabajo, mientras escuchan las grabaciones en casete de la Biblia y de las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, disponibles en varios idiomas. Muchas amas de casa lo hacen cuando atienden las labores del hogar. En realidad, todos ellos imitan al salmista Asaf, quien escribió: “Me acordaré de las prácticas de Jah; pues ciertamente me acordaré de tu maravilloso obrar de mucho tiempo atrás. Y ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré intensamente” (Salmo 77:11, 12).
Una actitud adecuada reporta beneficios
5. ¿Por qué debemos considerar importante el estudio personal?
5 En esta era moderna de la televisión, el vídeo y la computadora, la lectura ha sufrido un serio revés. Pero de ninguna manera debería ser así entre los testigos de Jehová. Después de todo, la lectura de la Biblia es como el cordón umbilical que nos une a Dios. Cuando Josué sucedió a Moisés en el liderazgo de Israel, hace miles de años, tenía que leer personalmente la Palabra de Jehová para obtener Su bendición (Josué 1:8; Salmo 1:1, 2). Tal requisito sigue vigente hoy. No obstante, hay quienes tal vez no lean bien o les resulte trabajoso hacerlo debido a que han recibido poca instrucción. ¿Qué nos motivará, pues, a leer y estudiar la Palabra de Dios? Hallamos la respuesta en lo que escribió el rey Salomón en Proverbios 2:1-6. Abramos la Biblia y leamos los citados versículos. Luego los comentaremos juntos.
6. ¿Qué actitud debemos tener hacia el conocimiento de Dios?
6 Para empezar, leamos la siguiente invitación: “Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos, de modo que con tu oído prestes atención a la sabiduría, para que inclines tu corazón al discernimiento” (Proverbios 2:1, 2). ¿Qué aprendemos de estas palabras? Que la responsabilidad recae en cada uno. Fijémonos en la condición “si recibes mis dichos”, que no es decir poco, pues la mayoría de la humanidad no presta atención a la Palabra de Dios. Para disfrutar del estudio de la Biblia, hemos de estar dispuestos a recibir los dichos de Jehová y a considerarlos un tesoro que no queremos perder. Nunca debemos permitir que el ajetreo diario nos tenga tan ocupados o distraídos que comencemos a tratar la Palabra de Dios con indiferencia y hasta con recelo (Romanos 3:3, 4).
7. ¿Por qué debemos estar presentes en las reuniones cristianas siempre que podamos y prestar atención a lo que se dice?
7 ¿‘Prestamos atención’ y escuchamos con cuidado cuando se expone la Palabra de Dios en nuestras reuniones? (Efesios 4:20, 21.) ¿‘Inclinamos el corazón’ para adquirir discernimiento? Quizás el orador no sea el más experto, pero mientras maneja la Palabra de Dios, merece que lo escuchemos con todo nuestro interés. Claro está, para prestar atención a la sabiduría de Jehová, debemos estar presentes en las reuniones siempre que podamos (Proverbios 18:1). Imaginémonos la desilusión de alguien que se hubiese perdido la reunión celebrada en Jerusalén, en un aposento superior, el Pentecostés del año 33 E.C. Si bien nuestras reuniones no son tan espectaculares como aquella, en ellas se estudia la Biblia, nuestro principal libro de texto. Por tanto, cada reunión puede resultar ser una bendición para nosotros si prestamos atención y leemos en nuestros ejemplares los textos bíblicos que se citan (Hechos 2:1-4; Hebreos 10:24, 25).
8, 9. a) ¿Qué exige de nosotros el estudio personal? b) ¿Qué comparación podemos hacer entre el valor del oro y el del entendimiento del conocimiento de Dios?
8 A continuación, el sabio rey escribió: “Si, además, clamas por el entendimiento mismo y das tu voz por el discernimiento mismo” (Proverbios 2:3). ¿Qué actitud o inclinación nos comunican estas palabras? Pues, un sincero deseo de comprender la Palabra de Dios. Dan a entender una buena disposición hacia el estudio a fin de adquirir discernimiento, de percibir cuál es la voluntad de Jehová. Huelga decir que para lograrlo hace falta poner empeño, lo que nos lleva a la siguiente declaración e ilustración de Salomón (Efesios 5:15-17).
9 Él añade: “Si sigues buscando esto [el entendimiento] como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello” (Proverbios 2:4). Esta ilustración nos hace pensar en las explotaciones mineras que ha realizado el hombre a lo largo de la historia en busca de metales preciosos, como la plata y el oro. Hay quienes han asesinado por el oro; otros han pasado toda la vida buscándolo. Ahora bien, ¿qué valor real tiene el preciado metal? Si estuviéramos perdidos en el desierto y nos muriéramos de sed, ¿qué preferiríamos: un lingote de oro, o un vaso de agua? Sin embargo, los hombres se han afanado por encontrar oro, pese a su valor artificial y fluctuante.a Con cuánto más afán debemos nosotros buscar la sabiduría, el discernimiento y el entendimiento de Dios y de su voluntad. Ahora bien, ¿cuáles son los beneficios de esta búsqueda? (Salmo 19:7-10; Proverbios 3:13-18.)
10. ¿Qué hallaremos si estudiamos la Palabra de Dios?
10 La exposición de Salomón continúa así: “En tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios” (Proverbios 2:5). Qué idea tan impresionante: nosotros, los seres humanos pecadores, tenemos a nuestro alcance “el mismísimo conocimiento de Dios”, de Jehová, el Señor Soberano del universo (Salmo 73:28; Hechos 4:24). Hace siglos que los filósofos y los llamados sabios del mundo tratan de comprender los misterios de la vida y del universo, pero no consiguen hallar “el mismísimo conocimiento de Dios”. ¿La razón? Pese a que ha estado a su disposición durante miles de años en la Biblia, la Palabra de Dios, lo rechazan diciendo que es demasiado simple, de modo que no lo aceptan ni lo comprenden (1 Corintios 1:18-21).
11. ¿Cuáles son algunos beneficios del estudio personal?
11 Salomón destaca otro incentivo: “Porque Jehová mismo da la sabiduría; procedentes de su boca hay conocimiento y discernimiento” (Proverbios 2:6). Jehová da gustosa y generosamente sabiduría, conocimiento y discernimiento a todo aquel que se esfuerza por buscarlos. ¿Verdad que tenemos razones de sobra para apreciar el estudio personal de la Palabra de Dios, aunque exija empeño, disciplina y sacrificio? Al menos, contamos con nuestros propios ejemplares de la Biblia y no tenemos que hacernos copias a mano, como algunas personas de la antigüedad (Deuteronomio 17:18, 19).
Andemos de una manera digna de Jehová
12. ¿Qué debe impulsarnos a buscar el conocimiento de Dios?
12 ¿Qué motivo debe impulsarnos a tener un estudio personal? ¿Dar la impresión de que somos mejores que los demás? ¿Ostentar un conocimiento superior? ¿Convertirnos en enciclopedias bíblicas ambulantes? No. Nuestro objetivo consiste en ser auténticos cristianos que viven lo que aprenden, siempre dispuestos a ayudar al prójimo, manifestando el reconfortante espíritu de Cristo (Mateo 11:28-30). El apóstol Pablo advirtió: “El conocimiento hincha, pero el amor edifica” (1 Corintios 8:1). Por consiguiente, debemos copiar la actitud humilde que demostró Moisés al decirle a Jehová: “Sírvete hacerme conocer, por favor, tus caminos, para que te conozca, a fin de que halle favor a tus ojos” (Éxodo 33:13). Así es, debemos desear el conocimiento para agradar a Jehová, no para impresionar a los hombres. Queremos servirle con humildad y ser dignos de él. ¿Cómo lograrlo?
13. ¿Qué se precisa para ser un digno siervo de Dios?
13 Pablo le dio a Timoteo el siguiente consejo sobre cómo agradar a Dios: “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente” (2 Timoteo 2:15). La expresión “que maneja [...] correctamente” se deriva de un verbo griego compuesto que, en su origen, significaba “recta cortando” (Jünemann) o “que corta rectamente” (Nuevo Testamento Interlinear Griego-Español, nota). Según algunos eruditos, esta expresión alude a un sastre que corta la tela basándose en un patrón o a un labrador que abre surcos en un campo, entre otros. En todos los casos, el trabajo debe quedar bien hecho. La idea es que para ser un siervo de Dios digno y aprobado, Timoteo tenía que ‘hacer lo sumo posible’ para asegurarse de que su enseñanza y su conducta estuvieran en consonancia con la palabra de la verdad (1 Timoteo 4:16).
14. ¿Cómo debe influir nuestro estudio personal en lo que decimos y hacemos?
14 Pablo destaca el mismo asunto al instar a los cristianos de Colosas a “and[ar] de una manera digna de Jehová a fin de que le agraden plenamente [...] llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento exacto de Dios” (Colosenses 1:10). Con estas palabras, Pablo vincula el hecho de andar de una manera digna de Jehová con ‘llevar fruto en toda buena obra’ y ‘aumentar en el conocimiento exacto de Dios’. De modo que para Jehová no solo cuenta lo mucho que estimamos el conocimiento, sino el grado al que nos ceñimos a su Palabra en lo que decimos y hacemos (Romanos 2:21, 22). Lo anterior significa que nuestro estudio personal ha de influir en nuestra forma de pensar y actuar si queremos agradarle.
15. ¿Cómo podemos proteger y dominar la mente y los pensamientos?
15 Hoy en día, Satanás se empeña en acabar con nuestra espiritualidad generando en nosotros conflictos mentales (Romanos 7:14-25). Por consiguiente, tenemos que proteger y dominar la mente y los pensamientos para probarnos dignos de nuestro Dios, Jehová. Para ello contamos con “el conocimiento de Dios”, un arma capaz de “pone[r] bajo cautiverio todo pensamiento para hacerlo obediente al Cristo”. Esta razón es más que suficiente para que tomemos en serio el estudio diario de la Biblia, ya que deseamos liberar nuestra mente de pensamientos egoístas y carnales (2 Corintios 10:5).
Ayudas para obtener entendimiento
16. ¿Cómo nos beneficiamos de la enseñanza de Jehová?
16 La enseñanza de Jehová reporta beneficios físicos y espirituales; no consiste en teología estéril y teórica. Por ello, leemos: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar” (Isaías 48:17). ¿Cómo nos hace andar Jehová en el camino que nos beneficia? En primer lugar, tenemos su Palabra inspirada, la Santa Biblia, que es nuestro principal libro de texto y al que constantemente nos remitimos. Esa es la razón por la que nos conviene leer en ella los textos bíblicos que se citan en las reuniones cristianas. Los buenos resultados de hacerlo así se ponen de relieve en el relato del eunuco etíope, recogido en el capítulo 8 de Hechos.
17. ¿Qué sucedió en el caso del eunuco etíope, y qué ilustra esto?
17 El eunuco etíope se había convertido al judaísmo, creía sinceramente en Dios y estudiaba las Escrituras. Mientras viajaba en su carro y leía al profeta Isaías, Felipe corrió a su lado y le preguntó: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. ¿Cuál fue la respuesta? “‘¿Realmente, cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?’ Y suplicó a Felipe que subiera y se sentara con él.” Entonces Felipe, dirigido por el espíritu santo, le ayudó a entender la profecía de Isaías (Hechos 8:27-35). ¿Qué nos ilustra este suceso? Que no basta con nuestra lectura privada de la Biblia. Mediante su espíritu, Jehová utiliza a la clase del esclavo fiel y discreto para ayudarnos a entender Su Palabra al tiempo apropiado. ¿Cómo se logra? (Mateo 24:45-47; Lucas 12:42.)
18. ¿Cómo nos ayuda la clase del esclavo fiel y discreto?
18 Aunque al esclavo se le llama “fiel y discreto”, Jesús no dijo que sería infalible. Este grupo de fieles hermanos ungidos siguen siendo cristianos imperfectos. Aun teniendo las mejores intenciones, pueden equivocarse, tal como lo hicieron a veces los hermanos del siglo primero (Hechos 10:9-15; Gálatas 2:8, 11-14). No obstante, su motivación es pura, y Jehová los utiliza para suministrarnos ayudas para el estudio de la Biblia a fin de fortalecer nuestra fe en la Palabra de Dios y sus promesas. El instrumento más importante para el estudio personal que el esclavo nos ha dado es la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. De ella se han impreso, completa o en parte, 114 millones de ejemplares en 42 idiomas, en varias ediciones. ¿Cómo podemos emplearla con eficacia en nuestro estudio personal? (2 Timoteo 3:14-17.)
19. ¿Cuáles son algunas características de la Traducción del Nuevo Mundo (con referencias) que pueden sernos útiles para el estudio personal?
19 La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias) contiene, por ejemplo, columnas de referencias, notas al pie de la página, una pequeña concordancia formada por un “Índice de palabras bíblicas” y un “Índice de palabras de las notas”, y un amplio apéndice que abarca 43 temas, incluidos mapas y tablas. En la introducción se explican las muchas fuentes que se utilizaron para dar forma a esta extraordinaria traducción de la Biblia. Familiaricémonos con las características mencionadas y utilicémoslas. La Biblia siempre es el punto de partida de nuestro programa de estudio personal, y contamos con una versión —la Traducción del Nuevo Mundo— que destaca adecuadamente el nombre divino, pues resalta el gobierno del Reino de Dios (Salmo 149:1-9; Daniel 2:44; Mateo 6:9, 10).
20. ¿Qué preguntas sobre el estudio personal se responderán en el próximo artículo?
20 Ahora bien, pudiéramos preguntarnos: “¿Qué ayuda adicional necesitamos para entender la Biblia? ¿Cómo hallar tiempo para el estudio personal? ¿Qué hacer para que este sea más eficaz? ¿Cómo debe influir en los demás nuestro estudio?”. Estos aspectos fundamentales de nuestro progreso cristiano se tratarán en el próximo artículo.
[Nota]
a Desde 1979, el precio del oro ha fluctuado de un máximo superior a 27 dólares el gramo en 1980 a un mínimo cercano a los 8 dólares en 1999.
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El estudio personal nos prepara para ser maestrosLa Atalaya 2002 | 1 de diciembre
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El estudio personal nos prepara para ser maestros
“Reflexiona sobre estas cosas; hállate intensamente ocupado en ellas, para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos. Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza.” (1 TIMOTEO 4:15, 16.)
1. ¿Qué palabras son muy ciertas tocante al estudio personal?
“PARA todo hay un tiempo señalado”, dice la Biblia en Eclesiastés 3:1, palabras que son muy ciertas tocante al estudio personal. A muchas personas les cuesta reflexionar sobre asuntos espirituales si no es el momento oportuno o están en un lugar poco apropiado. Por ejemplo, después de un arduo día de trabajo y una buena cena, ¿nos apetecería estudiar, sobre todo si estuviéramos reclinados en nuestro sillón favorito frente al televisor? Probablemente no. Entonces, ¿qué podemos hacer? Es obvio que hemos de determinar cuándo y dónde estudiar a fin de obtener el máximo beneficio.
2. ¿Cuál es, en muchas ocasiones, la mejor hora para el estudio personal?
2 Hay quienes consideran que la mejor hora para estudiar es temprano por la mañana, pues su mente está más lúcida. Otros emplean la pausa del mediodía para dedicar un rato al estudio. Observemos que en los siguientes pasajes se menciona un período de tiempo que se destina a actividades espirituales importantes. El rey David del antiguo Israel escribió: “Por la mañana hazme oír tu bondad amorosa, porque en ti he cifrado mi confianza. Dame a conocer el camino en que debo andar, porque a ti he alzado mi alma” (Salmo 143:8). El profeta Isaías manifestó un aprecio similar al decir: “El Señor Soberano Jehová mismo me ha dado la lengua de los enseñados, para que sepa responder al cansado con una palabra. Él despierta mañana a mañana; me despierta el oído para que oiga como los enseñados”. Lo importante es estudiar y comunicarnos con Jehová cuando nuestra mente esté más clara, independientemente de la hora del día (Isaías 50:4, 5; Salmo 5:3; 88:13).
3. ¿Qué condiciones se precisan para un estudio eficaz?
3 Para que el estudio sea eficaz, no debemos sentarnos en el sillón o sofá más cómodo, ya que así es difícil mantenerse despierto. Nuestra mente debe sentirse estimulada durante las sesiones de estudio, y la comodidad excesiva produce el efecto contrario. Para estudiar y meditar se precisa también un ambiente relativamente tranquilo y sin distracciones. Si tratamos de hacerlo con la radio o la televisión encendidas, o si los hijos reclaman nuestra atención de continuo, los resultados no serán los mejores. Cuando Jesús deseaba meditar, se retiraba a un lugar solitario. Además, también señaló la importancia de tener un lugar privado para orar (Mateo 6:6; 14:13; Marcos 6:30-32).
Un estudio personal que nos prepara para responder
4, 5. ¿De qué maneras es el folleto Exige un instrumento práctico?
4 El estudio personal produce satisfacción cuando utilizamos ayudas bíblicas para profundizar en algún tema, sobre todo si lo hacemos con la idea de contestar las preguntas sinceras que alguien nos plantea (1 Timoteo 1:4; 2 Timoteo 2:23). Muchas personas comienzan a estudiar la Biblia con el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros?, disponible en 261 idiomas.a Esta publicación —basada por completo en la Biblia— es muy sencilla y concreta, y ayuda a quien la lee a entender enseguida cuáles son los requisitos divinos de la adoración verdadera. Sin embargo, su formato no permite un estudio detallado de todos los temas bíblicos. Ahora bien, si el estudiante formula preguntas sinceras sobre alguno de ellos, ¿dónde podemos hallar más información que le ayude a contestarlas?
5 Quienes poseen la Watchtower Library en CD-ROM tienen fácil acceso a una gran cantidad de información en la computadora, pero ¿y los que no cuentan con tales instrumentos? Analicemos dos temas que se estudian en el folleto Exige para ver cómo podemos ensanchar nuestro entendimiento y dar una respuesta más detallada, en especial a los que planteen las siguientes preguntas: ¿quién es Dios? y ¿cómo era Jesús en realidad? (Éxodo 5:2; Lucas 9:18-20; 1 Pedro 3:15.)
¿Quién es Dios?
6, 7. a) ¿Qué pregunta se plantea sobre Dios? b) ¿Qué omitió cierto religioso en una conferencia, lo cual es grave?
6 La lección 2 del folleto Exige contesta una pregunta importantísima: “¿Quién es Dios?”. Esta es una cuestión fundamental porque nadie puede adorar al Dios verdadero si no lo conoce o si alberga dudas sobre su existencia (Romanos 1:19, 20; Hebreos 11:6). Sin embargo, por todo el mundo la gente tiene cientos de conceptos sobre él (1 Corintios 8:4-6). Cada filosofía religiosa ofrece una respuesta diferente a la pregunta que nos concierne. La mayoría de las religiones de la cristiandad afirman que Dios es una Trinidad. Cierto clérigo prominente de Estados Unidos dio una conferencia titulada “¿Conoce usted a Dios?”; sin embargo, no mencionó ni una sola vez el nombre divino, aun cuando citó de las Escrituras Hebreas varias veces. Como era de suponer, leyó de una traducción bíblica que utilizaba el ambiguo y anónimo término “Señor”, en lugar del nombre Jehová o Yavé.
7 El religioso pasó por alto un detalle capital al citar de Jeremías 31:33, 34: “Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: ‘¡Conoce al Señor!’ [en hebreo, “¡Conoce a Jehová!”], porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el Señor [en hebreo, Jehová]—”. La versión que empleó omitía el distintivo nombre divino: Jehová (Salmo 103:1, 2).
8. ¿Qué ilustra la importancia de usar el nombre de Dios?
8 El Salmo 8:9 ilustra por qué es tan importante usar el nombre de Dios: “Oh Jehová Señor nuestro, ¡cuán majestuoso es tu nombre en toda la tierra!”. Y ahora comparémoslo con: “¡Oh SEÑOR, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!” (La Biblia de las Américas; véanse también Jünemann, Serafín de Ausejo y Scío de San Miguel). Con todo, como se mencionó en el artículo anterior, podemos adquirir “el mismísimo conocimiento de Dios” si permitimos que su Palabra nos ilumine. ¿Qué manual bíblico nos responderá enseguida a las preguntas que tengamos sobre la importancia del nombre divino? (Proverbios 2:1-6.)
9. a) ¿Qué publicación nos ayudará a explicar la importancia de utilizar el nombre divino? b) ¿Cómo le han faltado al respeto al nombre de Dios muchos traductores?
9 Dirijámonos al folleto El nombre divino que durará para siempre, traducido a 69 idiomas.b La sección titulada “El nombre de Dios... su significado y pronunciación” (páginas 6-11) dice sin ambages que el Tetragrámaton —palabra de origen griego que significa “cuatro letras”— aparece casi siete mil veces en los textos hebreos originales. No obstante, líderes religiosos y traductores del judaísmo y de la cristiandad lo han omitido a propósito en la mayoría de las traducciones de la Biblia.c ¿Cómo pueden decir que conocen a Dios y que tienen una relación acepta con él si rechazan llamarlo por su nombre? Su nombre personal hace más fácil comprender sus propósitos y su personalidad. Por otro lado, ¿de qué serviría la parte de la oración modelo de Jesús que dice: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”, si este ni siquiera se utilizara? (Mateo 6:9; Juan 5:43; 17:6.)
¿Quién es Jesucristo?
10. ¿Cómo podemos obtener un cuadro completo de la vida y el ministerio de Jesús?
10 La lección 3 del folleto Exige se titula “¿Quién es Jesucristo?”. En tan solo seis párrafos, proporciona un breve perfil de Jesús, que incluye su origen y la razón por la que vino a la Tierra. Ahora bien, si deseamos una biografía completa, no existe mejor opción —aparte de los Evangelios mismos— que el libro El hombre más grande de todos los tiempos, disponible en 111 idiomas.d Esta obra presenta un relato cronológico completo de la vida de Cristo y de sus enseñanzas, basado en los cuatro Evangelios. Sus 133 capítulos narran los acontecimientos de la vida de Jesús y su ministerio. Si, por el contrario, deseamos un estudio analítico, podemos remitirnos al volumen 2 de la obra Perspicacia, bajo el encabezamiento “Jesucristo”.
11. a) ¿Cómo nos hace diferentes a los testigos de Jehová lo que creemos sobre Jesús? b) ¿Cuáles son algunos textos bíblicos que refutan claramente la doctrina de la Trinidad, y qué publicación resulta útil para ello?
11 En la cristiandad, la controversia respecto a Jesús gira alrededor de si él es “el Hijo de Dios” y a la vez “Dios Hijo”, es decir, en torno a lo que el Catecismo de la Iglesia Católica llama “el misterio central de la fe y de la vida cristiana”, la Trinidad. A diferencia de las religiones de la cristiandad, los testigos de Jehová creemos que Jesús tiene un origen divino, pero que no es Dios. Una buena exposición de esta creencia se halla en el folleto ¿Debería creer usted en la Trinidad?, traducido a 95 idiomas.e Entre los numerosos textos bíblicos que se citan para refutar esta doctrina figuran Marcos 13:32 y 1 Corintios 15:24, 28.
12. ¿Qué otra pregunta debemos plantearnos?
12 Lo anteriormente expuesto sobre Dios y Jesucristo sirve para ilustrar diferentes maneras de enfocar el estudio personal a fin de ayudar a quienes desconocen la verdad bíblica a adquirir conocimiento exacto (Juan 17:3). Pero ¿deben seguir estudiando la Palabra de Jehová quienes pertenecen a la congregación cristiana desde hace muchos años y poseen un buen bagaje de conocimiento?
¿Por qué ‘prestar constante atención’?
13. ¿Qué punto de vista erróneo pudiera adoptarse sobre el estudio personal?
13 Algunos cristianos que llevan décadas en la congregación quizá caigan en la costumbre de confiar en el conocimiento bíblico que adquirieron en los primeros años de ser testigos de Jehová. Es fácil razonar: “Yo no tengo que estudiar tanto como los nuevos. Después de todo, es tanta la cantidad de veces que he leído la Biblia y las publicaciones bíblicas con el paso del tiempo”. Opinar así equivaldría a decir: “En realidad, no hace falta que me preocupe de si como o no, pues he comido tanto en el pasado”. Sabemos que necesitamos nutrirnos constantemente con alimento bueno y bien preparado para mantener nuestro cuerpo sano y activo. ¡Cuánto más lo necesitamos para mantener la salud y fortaleza espiritual! (Hebreos 5:12-14.)
14. ¿Por qué tenemos que prestar constante atención a nosotros mismos?
14 Por consiguiente, todos nosotros, sea que haga años que estudiamos la Biblia o no, debemos seguir el consejo que Pablo dio a Timoteo, quien para entonces era un superintendente responsable y maduro: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan” (1 Timoteo 4:15, 16). ¿Por qué hemos de hacer caso de las palabras de Pablo? Recordemos que el apóstol también señaló que tenemos una lucha contra “las maquinaciones [“artimañas”, nota] del Diablo” y “contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales”. Y el apóstol Pedro advirtió que el Diablo está “procurando devorar a alguien”, y ese “alguien” pudiera ser cualquiera de nosotros. Nuestra autocomplacencia y despreocupación tal vez ofrezcan justo la oportunidad que está buscando Satanás (Efesios 6:11, 12; 1 Pedro 5:8).
15. ¿Con qué defensa espiritual contamos, y cómo podemos mantenerla en óptimas condiciones?
15 Entonces, ¿con qué defensa contamos? El apóstol Pablo nos recuerda: “Tomen la armadura completa que proviene de Dios, para que puedan resistir en el día inicuo y, después de haber hecho todas las cosas cabalmente, estar firmes” (Efesios 6:13). La eficacia de esa armadura espiritual depende no solo de su calidad inicial, sino también de que se mantenga en buen estado. Por eso, tal equipamiento completo procedente de Dios debe incluir un conocimiento actualizado de su Palabra. Lo dicho subraya la importancia de mantenerse al día con el entendimiento de la verdad revelada por Jehová mediante su Palabra y la clase del esclavo fiel y discreto. El estudio constante de la Biblia y de las publicaciones bíblicas es imprescindible para mantener la armadura espiritual en óptimas condiciones (Mateo 24:45-47; Efesios 6:14, 15).
16. ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de que “el escudo grande de la fe” está en buen estado?
16 Pablo hace hincapié en una parte esencial de nuestra armadura protectora: “el escudo grande de la fe”, que nos sirve para desviar y apagar los proyectiles encendidos —cargados de acusaciones falsas y enseñanzas apóstatas— que envía Satanás (Efesios 6:16). Por ello es primordial que nos aseguremos de que nuestro escudo de la fe sea resistente y de que hemos tomado las medidas oportunas para mantenerlo y fortalecerlo. Pudiéramos plantearnos las siguientes preguntas: “¿Cómo me preparo para el estudio semanal de la Biblia mediante La Atalaya? ¿He estudiado lo suficiente para ‘incitar a los demás al amor y a las obras excelentes’ con mis comentarios bien pensados durante las reuniones? ¿Abro la Biblia y leo los textos citados que no están copiados textualmente? ¿Animo a los demás con mi participación entusiasta en las reuniones?”. Nuestro alimento espiritual es sólido, y necesitamos digerirlo bien para sacarle el máximo partido (Hebreos 5:14; 10:24).
17. a) ¿De qué veneno se vale hoy Satanás para tratar de minar nuestra espiritualidad? b) ¿Cuál es el antídoto?
17 Satanás conoce las debilidades de la carne caída, y por ello, sus maquinaciones son insidiosas. Una de las maneras como propaga su influencia nociva es haciendo que la pornografía esté más asequible que nunca a través de la televisión, Internet, vídeos y publicaciones impresas. Algunos cristianos han permitido que este veneno atraviese sus debilitadas defensas, lo que ha provocado la pérdida de sus privilegios en la congregación o incluso ha tenido repercusiones más serias (Efesios 4:17-19). ¿Cuál es el antídoto para el veneno espiritual del Diablo? No descuidar el estudio personal y constante de la Biblia, las reuniones cristianas y la armadura completa que proviene de Dios. Todos estos elementos juntos nos proporcionan la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo y de odiar lo que Dios odia (Salmo 97:10; Romanos 12:9).
18. ¿Para qué nos puede servir “la espada del espíritu” en la lucha espiritual?
18 Si mantenemos buenos hábitos de estudio de la Biblia, no solo tendremos la robusta defensa que nos proporciona el conocimiento exacto de la Palabra de Dios, sino, además, la capacidad de una buena ofensiva mediante “la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios”, la cual es “más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón” (Efesios 6:17; Hebreos 4:12). Si nos hacemos hábiles en el manejo de dicha “espada”, cuando afrontemos tentaciones no nos engañará lo que tal vez parezca inofensivo, o hasta atrayente, sino que descubriremos que es una trampa mortal de Satanás. El conocimiento y entendimiento bíblico almacenado nos impelerá a rechazar lo que es malo y a hacer lo que es bueno. Por tanto, todos hemos de preguntarnos: “¿Está mi espada afilada o embotada? ¿Me cuesta recordar textos bíblicos que puedan reforzar mi ofensiva?”. Mantengamos buenos hábitos de estudio personal y resistamos al Diablo (Efesios 4:22-24).
19. ¿Cómo nos beneficiaremos si nos aplicamos al estudio personal?
19 Pablo escribió: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra”. Si hacemos caso de estas palabras dirigidas a Timoteo, fortaleceremos nuestra espiritualidad y nuestro ministerio será más eficaz. Los ancianos y los siervos ministeriales espirituales serán de mayor beneficio a la congregación, y todos permaneceremos sólidos en la fe (2 Timoteo 3:16, 17; Mateo 7:24-27).
[Notas]
a Lo normal es que una persona recién interesada estudie el folleto Exige y luego el libro El conocimiento que lleva a vida eterna, editados por los testigos de Jehová. Las sugerencias que se dan en este artículo servirán para eliminar obstáculos que dificulten el progreso espiritual.
b Editado por los testigos de Jehová. Véase también el encabezamiento “Jehová” en la obra Perspicacia para comprender las Escrituras, vol. 2.
c Varias versiones castellanas y catalanas constituyen notables excepciones, pues utilizan “Yavé”, “Yahveh”, “Jahvè” y “Jehová” para traducir el Tetragrámaton.
d Editado por los testigos de Jehová.
e Editado por los testigos de Jehová.
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