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¡Proteja su piel!¡Despertad! 2005 | 8 de junio
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El cáncer de piel: una epidemia moderna
El Manual Merck dice que el cáncer de piel es el más frecuente de todos. En Estados Unidos, 1 de cada 6 ó 7 personas desarrolla algún tipo de cáncer cutáneo, y la proporción va en aumento. Según afirma el doctor I. William Lane en el libro The Skin Cancer Answer (La solución al cáncer de piel), “se calcula que el 50% de las personas que lleguen a los 65 años desarrollarán algún tipo de cáncer cutáneo”. El melanoma maligno ocasiona en ese país unas siete mil quinientas muertes anuales y, según la Academia Norteamericana de Dermatología, su incidencia está aumentando. Las personas de piel oscura son menos propensas al cáncer de piel, pero también corren peligro.
¿Cómo se ha originado esta epidemia? Entre los muchos factores relevantes están la altitud, la latitud, la nubosidad y el estado de la capa de ozono, pero el principal culpable posiblemente sea la excesiva exposición al sol. Los estilos de vida han cambiado: las vacaciones en la playa y la práctica de deportes al aire libre como el montañismo y el esquí son más accesibles y se han popularizado entre las personas que desempeñan sus ocupaciones bajo techo. Las modas también han cambiado: los largos trajes de baño que por pudor usaban años atrás tanto hombres como mujeres han sido reemplazados por modelos cada vez más reveladores que dejan expuesta al sol una mayor extensión de piel, con el consiguiente aumento en la incidencia de cáncer cutáneo. ¿Será acaso que los beduinos y otros habitantes del desierto —con su indumentaria larga y suelta y la cabeza cubierta— saben algo que nosotros ignoramos?
El cáncer de piel: un peligro muy real
Los tres tipos de cáncer cutáneo más comunes son el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma maligno. Los primeros dos comienzan en la capa exterior de la piel, que mide tan solo un milímetro de espesor como promedio. Al parecer, estos cánceres no melanoma son consecuencia de la exposición crónica al sol —como sucede en el caso de las personas que trabajan al aire libre— y aparecen casi exclusivamente en las partes del cuerpo que quedan expuestas, como el rostro y las manos.a Con frecuencia, dichos carcinomas comienzan como un nódulo o una lesión en la piel que se va agrandando, suele sangrar y no se cura por completo. Luego, la lesión puede extenderse e invadir los tejidos circundantes. Alrededor del setenta y cinco por ciento de los cánceres cutáneos son carcinomas basocelulares. El carcinoma espinocelular, aunque menos común, tiende a producir metástasis, es decir, se va extendiendo a otras partes del organismo. Aunque los cánceres no melanoma son los más curables, el diagnóstico precoz es muy importante, pues si no se tratan, pueden ser mortales.
Los melanomas malignos, que representan solo el 5% de todos los cánceres cutáneos, también empiezan en la capa exterior de la piel. Una de las principales causas del melanoma parece ser la exposición intensa e intermitente al sol, como sucede en el caso de quienes trabajan bajo techo y pasan sus vacaciones al sol. Alrededor del 50% de los melanomas malignos se desarrollan sobre lunares, particularmente en la parte alta de la espalda y la parte baja de las piernas.
Este tipo de cáncer es el más letal, pues si no se trata pronto, puede invadir la dermis —la capa inferior de la piel—, donde se encuentran los vasos sanguíneos y linfáticos, y desde ahí podría metastatizar muy deprisa. El oncólogo Larry Nathanson dice: “Lo paradójico del melanoma es que cuando se trata pronto, por lo general es curable. En cambio, luego de la metástasis es relativamente resistente al tratamiento con fármacos o radiación”. De hecho, solo el 2 ó 3% de los pacientes con melanoma metastatizado viven más de cinco años (véanse los primeros signos de melanoma en el recuadro de la pág. 7).
¿Quiénes corren el riesgo de desarrollar cáncer cutáneo? Además de las personas sometidas a una exposición crónica a los rayos del sol y las que se exponen a ellos de manera intensa e intermitente, están las de piel, ojos y cabellos claros, las que tienen lunares y pecas, y aquellas con antecedentes de cáncer en la familia. El cáncer de piel es mucho menos probable entre los individuos de tez oscura. ¿Significa esto que cuanto más bronceado esté uno, menos peligro corre? No, pues aunque el bronceado es un mecanismo de defensa de la piel contra la radiación ultravioleta, a medida que esta se broncea se va dañando, y cuanto más daños sufre, más aumenta el riesgo de cáncer.
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¡Proteja su piel!¡Despertad! 2005 | 8 de junio
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¡Proteja su piel!
“La gente desconoce los peligros tan grandes que entraña el sol [...] y el daño que puede causar al ADN de las células de la piel. Sus efectos perniciosos son acumulativos y pueden conducir a un cáncer cutáneo, como si de una bomba de tiempo se tratara.”—Doctor Mark Birch-Machin, especialista en cáncer de piel.
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