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Libro bíblico número 40: Mateo“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Antes de hacerse discípulo de Jesús, Mateo era recaudador de impuestos, una ocupación totalmente aborrecible para los judíos, porque les recordaba de continuo que no eran libres, sino que estaban bajo el dominio de la Roma imperial. Mateo, también llamado Leví, era hijo de Alfeo. Cuando Jesús lo invitó a seguirle, Mateo respondió de buena gana. (Mat. 9:9; Mar. 2:14; Luc. 5:27-32.)
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Libro bíblico número 40: Mateo“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Porque Mateo había sido recaudador de impuestos, era natural que fuera explícito en asuntos de dinero, cifras y valores. (Mat. 17:27; 26:15; 27:3.) Mateo, despreciado recaudador de impuestos, apreció profundamente el que Dios fuera misericordioso con él y le permitiera llegar a ser ministro de las buenas nuevas y asociado íntimo de Jesús. Por lo tanto, hallamos que Mateo es el único evangelista que alude a la insistencia de Jesús en que además del sacrificio se requiere misericordia (9:9-13; 12:7; 18:21-35). La bondad inmerecida de Jehová estimuló mucho a Mateo, y es apropiado que él escriba algunas de las palabras más alentadoras que pronunció Jesús: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera” (11:28-30). ¡Cuán refrescantes fueron esas tiernas palabras para aquel ex recaudador de impuestos, a quien, indudablemente, habían insultado sus coterráneos!
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