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El nombre de Jesús asido con firmezaApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Desde sus primeros tiempos, la congregación cristiana ha tenido que enfrentarse a apóstatas orgullosos que por habla melosa, engañosa, “causan divisiones y ocasiones de tropiezo contrario a la enseñanza” provista mediante el conducto de Jehová. (Romanos 16:17, 18.)
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El nombre de Jesús asido con firmezaApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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¿Cómo empieza el sectarismo? Puede ser que alguien que se considera a sí mismo maestro empiece a sembrar dudas, disputando alguna verdad bíblica (como el que estemos en los últimos días), y así un grupito se aparta de la congregación y sigue a esa persona. (2 Timoteo 3:1; 2 Pedro 3:3, 4.) O quizás alguien critique la manera como Jehová hace que se efectúe su obra y apele al espíritu de ahorrarse esfuerzos, al alegar que no es ni bíblico ni necesario llevar el mensaje del Reino de casa en casa. El participar en ese servicio según el ejemplo de Jesús y sus apóstoles mantendría humildes a estas personas; pero prefieren separarse buscando una vida fácil, quizás solamente leyendo la Biblia de vez en cuando como grupo particular. (Mateo 10:7, 11-13; Hechos 5:42; 20:20, 21.) Estas personas forjan sus propias ideas acerca de la Conmemoración de la muerte de Jesús, el mandato bíblico de abstenerse de sangre, la celebración de días festivos y el uso de tabaco. Además, desprecian el nombre de Jehová; muy pronto vuelven a caer en los caminos de permisividad de Babilonia la Grande. Peor aún, Satanás impulsa a algunos a volverse contra los que antes eran sus hermanos y a “golpear a sus coesclavos”. (Mateo 24:49; Hechos 15:29; Revelación 17:5.)
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