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  • “Descríbele el templo a la casa de Israel”
    La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
    • ¿Qué significó la visión para los judíos exiliados?

      15. a) ¿Cuál era el mensaje principal de la visión profética de Ezequiel? b) ¿Qué contraste encontramos entre el capítulo 8 y los capítulos 40 a 48 de Ezequiel?

      15 Para saber la respuesta que da la Biblia a esta pregunta, analicemos tres ideas que están relacionadas entre sí y que nos ayudarán a ver el cuadro completo. Primero, ¿cuál era el mensaje principal de esta visión profética? En pocas palabras: la adoración pura sería restaurada. Sin duda, Ezequiel tenía esto muy claro. Ya había escrito lo que hoy es el capítulo 8 de su libro; ahí Jehová le mostró por medio de imágenes muy reales las cosas repugnantes que estaban pasando en el templo de Jerusalén. No tiene nada que ver con la visión de los capítulos 40 a 48. ¡Qué contraste! Seguro que para Ezequiel fue un placer escribir todos los detalles de un relato en el que no hay ni rastro de adoración contaminada. Solo hay adoración pura en su máximo esplendor: un ejemplo perfecto de adoración a Jehová de acuerdo con la Ley mosaica.

      16. ¿Cómo confirma la visión del templo de Ezequiel lo que Isaías había predicho más de cien años antes?

      16 Para devolver la adoración pura al lugar que merece, tendría que colocarse en una posición elevada. Más de cien años antes, el profeta Isaías había escrito por inspiración: “En la parte final de los días, la montaña de la casa de Jehová será firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas y será elevada por encima de las colinas” (Is. 2:2). Isaías predijo con toda claridad que la adoración pura de Jehová sería restaurada y puesta en un lugar elevado, como si estuviera en la cima de la montaña más alta. ¿Y dónde se encuentra Ezequiel cuando recibe esta visión? Precisamente “en una montaña muy alta”, mirando hacia la casa de Jehová (Ezeq. 40:2). Así que la visión de Ezequiel confirma que la adoración pura sería restaurada.

      Vista aérea del templo de la visión de Ezequiel situado en una montaña alta y un río saliendo del santuario.

      El templo que vio Ezequiel estaba en un lugar muy elevado. (Vea el párrafo 16).

      17. ¿Qué se explica en los capítulos 40 a 48 de Ezequiel?

      17 Aquí tenemos un breve resumen de lo que Ezequiel vio y escuchó, tal y como está registrado en los capítulos 40 a 48 de su libro. Primero vio a un ángel midiendo las puertas, los muros, las paredes, los patios y el santuario del templo (Ezeq. 40-42). Después contempló algo impresionante: ¡la gloriosa llegada de Jehová! Entonces vio cómo Dios corregía y guiaba a su testarudo pueblo, a los sacerdotes y a los jefes (Ezeq. 43:1-12; 44:10-31; 45:9-12). También vio un río que salía del santuario y producía vida y cosas buenas en todo su recorrido hasta desembocar en el mar Muerto (Ezeq. 47:1-12). El país estaba dividido en parcelas exactas y, cerca del centro, se le daba adoración pura a Jehová (Ezeq. 45:1-8; 47:13-48:35). ¿Cuál es el mensaje principal de la visión? Queda claro que Dios quería garantizarle a su pueblo que la adoración pura sería restaurada y ensalzada. Jehová honraría su casa de adoración con su presencia y haría fluir desde ese templo un río de bendiciones que traerían curación, vida y paz a la tierra restaurada.

      El templo de la visión de Ezequiel, situado en una montaña alta, visto de cerca.

      El templo que vio Ezequiel era una gloriosa representación de algo que Jehová haría, la restauración de la adoración pura. (Vea el párrafo 17).

      18. ¿Por qué no puede interpretarse la visión del templo de forma literal?

      18 Segundo, ¿debería interpretarse la visión al pie de la letra? No. Ezequiel y sus compañeros de exilio probablemente se dieron cuenta enseguida de que la visión no representaba nada literal. ¿Por qué no? Recordemos que Ezequiel vio que este templo estaba “en una montaña muy alta”. Aunque es fácil relacionar eso con la profecía de Isaías, la verdad es que no encaja con el monte Moria (Jerusalén), donde había estado el templo de Salomón y donde sería reconstruido algún día. ¿Era ese monte “una montaña muy alta”? No, de hecho el monte Moria estaba rodeado por otras montañas que eran de la misma altura o incluso más altas. Y, además, el recinto del templo que vio Ezequiel era enorme. Toda el área que ocupaba, incluyendo los muros, era demasiado grande para estar en la cima del monte Moria. ¡Ni siquiera habría cabido en la Jerusalén de los días de Salomón! Tampoco esperarían los exiliados que un río literal saliera del santuario del templo y desembocara en el mar Muerto, y que allí sanara sus aguas sin vida. Finalmente, el terreno montañoso de la Tierra Prometida no se podía dividir en línea recta creando fronteras paralelas para las tribus, como se describe en la visión. Por todo esto, no parece que la visión se pueda interpretar literalmente.c

      19-21. ¿Qué efecto quería Jehová que tuviera la visión de Ezequiel en su pueblo? ¿Y qué hizo para causar ese efecto en ellos?

      19 Tercero, ¿qué efecto debía tener la visión en los israelitas de la época de Ezequiel? Al ver las elevadas normas de Jehová para la adoración pura, el pueblo tendría que sentir vergüenza. Jehová le dijo a Ezequiel: “Descríbele el templo a la casa de Israel”. La descripción del templo debía ser tan detallada que ellos pudieran, por así decirlo, estudiar “su plano”. ¿Y por qué tendrían que meditar tanto en ese templo? No para construirlo, como ya vimos; más bien, para que sintieran “vergüenza por sus errores”, tal como había dicho Jehová (lea Ezequiel 43:10-12).

      20 ¿Por qué debía esta visión apelar a la conciencia de las personas sinceras y hacerles sentir vergüenza? Fíjese en lo que se le dijo a Ezequiel: “Hijo del hombre, presta atención, observa y escucha atentamente todo lo que te digo sobre los estatutos y las leyes del templo de Jehová ” (Ezeq. 44:5). Vez tras vez, el profeta escuchó hablar sobre estatutos y leyes (Ezeq. 43:11, 12; 44:24; 46:14). También se le recordó en varias ocasiones las normas de Jehová, incluso la medida estándar para un codo y las unidades de peso exactas (Ezeq. 40:5; 45:10-12; compare con Prov. 16:11). Tan solo en esta visión, Ezequiel utilizó más de cincuenta veces las palabras que en español equivalen a “medir”, “medida” y sus derivados.

      21 Medidas, pesos, leyes, estatutos... ¿Qué quería decirle Jehová a su pueblo con todo esto? Usando estas expresiones vez tras vez, parece que Dios quería enfatizar una verdad fundamental: Jehová es quien pone las normas para la adoración pura. Los que se habían alejado de esas normas necesitaban sentirse avergonzados.

      Exiliados judíos sintiendo vergüenza al escuchar a Ezequiel describiendo el templo de la visión.

      ¿Por qué debía la visión del templo lograr que las personas sinceras sintieran vergüenza? (Vea los párrafos 19 a 21).

  • “Esta es la ley del templo”
    La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
    • Lecciones que la visión enseñó en el pasado

      3. ¿Por qué el escenario de la visión pudo haber hecho que el pueblo se avergonzara de su comportamiento?

      3 Para saber qué lecciones pudieron extraer los judíos exiliados, estudiemos algunos rasgos muy llamativos de esta visión. La montaña alta. Es probable que el pueblo asociara el escenario de la visión de Ezequiel con la alentadora profecía de restauración que escribió Isaías (Is. 2:2). ¿Pero qué les enseñaba el hecho de que la casa de Jehová estuviera en un lugar tan elevado? Que la adoración pura sería ensalzada, puesta en alto, estaría por encima de todo. Claro, la adoración pura ocupa de por sí un lugar alto, pues es un sistema establecido por el Dios que está “en una posición elevada, muy por encima de todos los demás dioses” (Sal. 97:9). Pero el pueblo no había estado haciendo su parte. Durante siglos, permitieron vez tras vez que la adoración pura se degradara, se contaminara y quedara abandonada. Al ver la casa de Dios puesta en alto —es decir, elevada a la posición importante y gloriosa que se merece—, los judíos de buen corazón seguro que se avergonzaron de su comportamiento.

      4, 5. ¿Qué lección quizás aprendieron los judíos exiliados sobre las enormes puertas del templo?

      4 Las enormes puertas. Al principio de la visión, Ezequiel vio que el ángel que lo acompañaba estaba midiendo las puertas. Medían nada más y nada menos que unos 30 metros (100 pies) de alto (Ezeq. 40:14). Dentro de esas grandes estructuras estaban los cuartos de los guardias. ¿Qué significaría todo esto para los que estudiaran el plano? Jehová le dijo a Ezequiel: “Presta mucha atención a la entrada del templo”. ¿Por qué se lo dijo? Porque el pueblo había metido individuos “incircuncisos de corazón y de carne” en la casa de adoración de Jehová, un lugar muy sagrado. Por eso Jehová afirmó: “Ellos profanan mi templo” (Ezeq. 44:5, 7).

      5 Los que eran “incircuncisos [...] de carne” estaban desobedeciendo un claro mandato que Dios había dado en la época de Abrahán (Gén. 17:9, 10; Lev. 12:1-3). Pero la situación de los “incircuncisos de corazón” era todavía peor, pues se habían rebelado por completo contra las instrucciones y la guía de Jehová. A esos rebeldes no se les debió haber dado permiso para entrar a la sagrada casa de adoración de Jehová. Él odia la hipocresía, pero su pueblo había dejado que esta reinara en su casa. Las puertas y los cuartos de los guardias de la visión del templo dejan muy clara la lección: ¡que no volviera a ocurrir esa barbaridad! Para entrar a la casa de Dios, hay que respetar sus elevadas normas. Solo así Jehová aprueba la adoración de su pueblo.

      6, 7. a) ¿Qué mensaje le transmitió Jehová a su pueblo con la imagen del muro exterior del templo? b) ¿Cómo habían tratado los israelitas la casa de Jehová? (Vea la nota).

      6 El muro exterior. Otro rasgo llamativo de esta visión era el muro que rodeaba el área del templo. Ezequiel dice que el muro exterior medía 500 cañas —1.555 metros (5.100 pies)— por cada lado. Imagínese: más de un kilómetro y medio (casi una milla) (Ezeq. 42:15-20). Aun así, los edificios del templo y los patios formaban un cuadrado que tan solo medía por cada lado 500 codos —259 metros (850 pies)—. Eso significa que alrededor de los edificios del templo había una extensa área, y el muro exterior la rodeaba.a ¿Por qué estaba diseñado así?

      7 Jehová dijo: “Que alejen ahora de mí su prostitución espiritual y los cadáveres de sus reyes, y yo residiré en medio de ellos para siempre” (Ezeq. 43:9). Es muy probable que la expresión “los cadáveres de sus reyes” se refiera a la idolatría de aquel entonces. Era como si Jehová usara el amplio espacio alrededor del templo de la visión para decirles a los judíos: “Llévense toda esa suciedad muy lejos de aquí; ¡no quiero ni verla!”. De esta forma, si ellos mantenían su adoración pura, Jehová los bendeciría con su presencia.

      8, 9. Cuando Jehová les dio firme corrección a los hombres en puestos de responsabilidad, ¿qué lección pudo haber aprendido el pueblo?

      8 Firme corrección para los que dirigían al pueblo. Jehová corrigió de forma severa, pero a la vez bondadosa, a los hombres que ocupaban cargos de mucha responsabilidad entre el pueblo. Reprendió con dureza a los levitas, que se alejaron muchísimo de él cuando el pueblo cayó en la idolatría. A los hijos de Sadoc, en cambio, los felicitó y dijo de ellos: “Cumplieron con las responsabilidades de mi santuario cuando los israelitas perdieron el rumbo”. Trató a cada grupo con justicia y misericordia, a cada uno según sus acciones (Ezeq. 44:10, 12-16). Los jefes de Israel también recibieron firme corrección (Ezeq. 45:9).

      9 Así Jehová mostró con claridad que los supervisores, hombres con autoridad, tenían que responder ante Jehová por la forma en la que desempeñaban sus responsabilidades. El consejo, la corrección y la disciplina también eran para ellos. Es más, ¡tenían que ser los primeros en obedecer las leyes de Jehová!

      10, 11. ¿Qué indica que algunos judíos habían aprendido las lecciones que transmitía la visión de Ezequiel?

      10 ¿Pusieron en práctica lo que aprendieron de esta visión los exiliados que volvieron? Bueno, no podemos saber lo que pensaron los hombres y mujeres fieles de aquel entonces sobre esta extraordinaria visión. Pero la Palabra de Dios sí nos cuenta bastante sobre lo que hicieron los exiliados al volver y cómo llegaron a ver la adoración pura de Jehová. ¿Pusieron en práctica los principios que contenía la visión? Hasta cierto grado sí lo hicieron, sobre todo si los comparamos con sus antepasados rebeldes, los que vivieron antes del exilio en Babilonia.

      11 Algunos hombres fieles —como los profetas Ageo y Zacarías, el sacerdote y copista Esdras, o el gobernador Nehemías— hicieron todo lo que pudieron por enseñarle al pueblo principios como los que contenía la visión del templo de Ezequiel (Esd. 5:1, 2). Les enseñaron que la adoración pura debe tener prioridad, debe estar por encima de las cuestiones materiales y los intereses personales (Ageo 1:3, 4). También insistieron en que se respetaran las normas para la adoración pura. Por ejemplo, Esdras y Nehemías les dijeron con firmeza a los judíos que dejaran a sus esposas extranjeras, porque los estaban debilitando en sentido espiritual (lea Esdras 10:10, 11; Neh. 13:23-27, 30). ¿Y qué decir de la idolatría? Parece que, después del destierro, la nación por fin llegó a odiar ese pecado en el que habían caído vez tras vez. ¿Y qué hay de los sacerdotes y de los jefes o príncipes? Como nos muestra la visión de Ezequiel, Jehová también los aconsejó y corrigió (Neh. 13:22, 28). Muchos de ellos aceptaron humildemente esa disciplina (Esd. 10:7-9, 12-14; Neh. 9:1-3, 38).

      Nehemías animando a los que trabajan con él en la reconstrucción de las murallas de Jerusalén.

      Nehemías le inculcó al pueblo la adoración pura mientras trabajaba con ellos. (Vea el párrafo 11).

      12. ¿Cómo bendijo Jehová a los exiliados cuando volvieron?

      12 Por actuar así, Dios bendijo a su pueblo. Disfrutaron de una buena relación con Jehová, salud y paz como las que no habían tenido en mucho tiempo (Esd. 6:19-22; Neh. 8:9-12; 12:27-30, 43). ¿Por qué? Porque al final el pueblo empezó a obedecer las justas normas de Jehová para la adoración pura. Las lecciones del templo de la visión realmente llegaron al corazón de muchas personas buenas. Para resumir, podríamos decir que la visión ayudó a los exiliados de dos maneras: 1) les enseñó lecciones prácticas sobre las normas para la adoración pura y sobre cómo respetarlas, y 2) les ofreció de manera profética una garantía para el futuro; predijo que se restauraría la adoración pura y que, si el pueblo respetaba esa forma de adoración, Jehová los bendeciría. Pero ahora nos hacemos la siguiente pregunta: ¿tiene esta visión un cumplimiento en la actualidad?

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